Cerrar la cafetería tenía sus ventajas, muchas, a decir verdad, pero la que más disfrutábamos mi hermana y yo, era poder invitar a nuestros amigos para pasar el rato, como ahora, mamá y papá siempre tenían la suficiente confianza en nosotros como para dejarnos hacer reuniones, no les molestaba siempre y cuando limpiemos el desastre, pero la mayor parte del tiempo solamente se trataban de reuniones pequeñas con amigos más íntimos, y Mina y yo teníamos solamente uno en común, Taehyung.

—¡Agh! —dijo Taehyung en cuanto le dio un pequeño sorbo a un batido de piña con fresa que mi hermana preparo—. ¿Qué tiene esto? —su rostro se contrajo, y Mina no tardo en comenzar a reírse por su reacción.

—Un poco de sal y limón no hace daño a nadie —comento ella y Taehyung alejo el vaso mientras fingía que le daba un escalofrío por todo el cuerpo—, no seas exagerado, no esta tan mal.

—¿Qué no esta tan mal? —Taehyung negó con la cabeza—. Sabe horrible.

—Oye, no insultes la gastronomía de mi hermana —comente haciendo que él rodase los ojos, Mina soltó una nueva risa antes de agarrar el vaso.

—Haré otro —dijo ella y dejo su sitio para caminar de nuevo hacia la barra de bebidas, la miré irse y di una negación con la cabeza, a veces Mina le gustaba jugar con restos de ingredientes que sabía serían botados a la basura.

Regrese mi mirada hacia Taehyung quien parecía estar más concentrado en mirar el muffin que estaba frente a él, no evite sonreír al verlo quitar las pasas que tenía como decoración aquel muffin.

—Tu paladar sigue siendo muy exigente —mencione y él levanto la mirada.

—Siempre lo he sido, no me gustan muchas cosas —comento y soltó un resoplido—, ¿qué hay de ti?

Fruncí levemente el ceño.

—No hay nada que no me guste —dije sin darle mucha importancia.

—Mentiroso —Taehyung me regalo una media sonrisa—, antes no te gustaban para nada las cerezas en almíbar, y tampoco el pescado frito.

—Tú lo dijiste, Tae —relamí mis labios—, antes, eso es pasado, ahora como de todo.

Rodo los ojos ante mis palabras, pero era verdad, me había vuelto algo quisquilloso con algunas cosas en mi adolescencia, tanto que inclusive sentía las ganas de vomitar si es que las probaba, pero como también mis padres no podían darme el lujo de conseguir comida que me gustase debido al poco dinero que hubo en ese tiempo, aprendí a dejar de ser exigente, aprendí a apreciar todo lo que nos daban y deje de tener disgustos por lo que entraba por mi boca, y lo disfrutaba más, había sido una buena lección para mí.

—Por cierto —la voz de Taehyung me saco de mis pensamientos—, Mina me dijo que volviste a encontrarte con Park.

—¡Mina! —grite el nombre de mi hermana y gire mi rostro para verla—. ¿Por qué carajos lo sabe?

—Vamos, Yoongi —dijo ella mientras se encogía de hombros—, Tae es nuestro amigo, además fue él quien te dio más apoyo que nunca cuando el bastardo de Park te rechazo.

Rodé los ojos y dejé de mirarla.

Era cierto, no podía negar algo como eso. Taehyung se había convertido en un gran apoyo para mí durante los dos meses en los que sentía que ya no valía la pena hacer nada, él me cuidaba en ese tiempo, me consolaba, me abrazaba cuando sabía que lo necesitaba a más no poder, siempre trataba de ayudarme a olvidarme de él por unos instantes para que dejase de llorar, Taehyung siempre estuvo allí, y le debía mucho por lo que hizo.

—Sólo déjame decirte que —de nuevo Taehyung capturo mi atención—, si ese bastardo de mierda vuelve a hacerte llorar, seré yo quien le parta la nariz por idiota.

—No es necesario —dije y Taehyung negó con la cabeza, sus oscuros y penetrantes ojos se conectaron con los míos.

—¿No es necesario? —rodo los ojos—. No me digas algo como eso, Yoongi —relamió sus labios—, entiende que, sería capaz de hacer cualquier cosa con tal de que nadie te lastime de nuevo, eres mi amigo, mi mejor amigo, y no quiero que nada, ni nadie te vuelva a lastimar.

—Eso es lo más cursi que he escuchado —comento Mina con una voz sumamente chillona haciendo que la mirase, fruncí el ceño y ella soltó una suave risa.

—Déjala —dijo Taehyung—, esta celosa de que no se lo diga a ella.

Mina le mostro la lengua de forma infantil y Taehyung sonrió en el proceso.

Solté un resoplido mientras negaba con la cabeza, estar con este par me volvía loco, un loco feliz.

—¿Y bien? —me pregunto Taehyung—. ¿Por qué te busco de nuevo?

Mis mejillas no tardaron en calentarse, recordar lo que había pasado me ponía un poco nervioso, las palabras de Jimin habían sido una melodía sumamente angelical que no quería dejar de escuchar una y otra vez, pero a la vez eran como dagas que penetraban mi pecho, era una sensación sumamente extraña, a decir verdad, me gustaba escucharlo y verlo de nuevo, pero también me provocaba una ligera sensación de querer alejarme de él porque temía que volviera a hacerle daño a mi corazón.

—Me dijo que me ama —dije en voz baja mientras miraba hacia mi regazo, jugué con mis dedos sobre mis piernas, mis mejillas se sentían sumamente calientes—, y que quiere enmendar lo que paso entre nosotros.

—Woa... —dijo Mina mientras encendía la licuadora—, por lo menos noto lo que sentía por ti.

—Mina —le dije entre dientes mientras levantaba la mirada, ella se encogió en su sitio y volví a mirar a Taehyung.

—Sé que no debería estar de acuerdo, pero ella tiene razón, Yoongi —menciono él—, paso mucho tiempo hasta que él se percato de que te ama —soltó un pequeño resoplido—, es un idiota.

—Sé que lo es —dije, porque en verdad pensaba que lo es—, pero, me gusto escucharlo decirlo, ni siquiera titubeo cuando me lo dijo de frente y...

—¿Piensas darle otra oportunidad? —pregunto Taehyung.

—Es lo que quiero hacer —dije en respuesta y él apretó sus labios mientras fruncia levemente el ceño—, ¿te molesta que lo haga?

—Un poco —confeso—, es decir, ¿por qué a él y no a mí?

Mina apago la licuadora después de eso, y yo solamente me quede mirando a Taehyung, ¿por qué a él? Porque me siento sumamente enamorado de él, ¿por qué no a ti? Porque el amor que sentía por ti, se había esfumado con el pasar de los años, es más ni siquiera estaba seguro de si en verdad sentía amor por ti, Kim Taehyung, solté un suspiro.

—Quizás no estaba tan enamorado de ti como pensé —le respondí y él dejo de fruncir el ceño para pasar a sonreír levemente.

A pesar de que Taehyung había prometido no intentar de nuevo algo, sabía que muy en el fondo él todavía sentía algo por mí, los sentimientos no son fáciles de borrar a la primera, a veces quisiéramos que algo así sucediera, que ese enamoramiento que te había roto por completo el corazón se esfumara en un santiamén, pero la realidad era otra, y un corazón roto podía estar así durante años, inclusive si encontrabas a otra persona que intentase repararlo sería evidente que algunas grietas no podían ser cubiertas por pegamento.

—¿Estás seguro de que quieres darle esa oportunidad? —me hizo aquella pregunta.

—Más que seguro —dije, estaba decidido, me dolía volver a verlo, pero también me alegraba, y sí Jimin estaba dispuesto a enmendar el daño que me hizo, entonces estaba dispuesto a darle una segunda oportunidad.

—Me preocupa que te vuelva a dañar —dijo Taehyung en voz baja.

Sonreí levemente.

—Oye, no te preocupes, sí es que me hace daño de nuevo, sé a quien acudir para que le dé su merecido —Taehyung no tardo en sonreír al escuchar mis palabras.

—Me encargaré de él si es que te hace llorar de nuevo —me regalo un guiño, y eso me hizo sentir bien.

—¡Prueben esto, par de tortolos! —dijo Mina mientras colocaba dos vasos, uno frente a mí y otro para Taehyung.

—¡No somos tortolos! —dije entre dientes y Taehyung simplemente soltó una risa ante el comentario de mi hermana.

—Ajá —dijo Mina y sonrió satisfecha—, ahora dejando los líos amorosos, tienen que probar ese batido, es el mejor del mundo.

—Si vuelve a tener sal y te lo tiraré en la cara —amenazo Taehyung mientras dirigía la pajilla a sus labios.

—Haré lo mismo —mencione y Mina simplemente rodo los ojos.

Afortunadamente para ella, ninguno de los dos pudo tirarle la bebida en la cara.