Trabajé como conductor de bus durante muchos años.
En un pueblito lejos de donde yo vivía, era una ruta larga y como en ese tiempo no había tantos buses, pues me tocaba trabajar hasta la noche, que le tocaba a otro chofer para trabajar ya más delante de mí horario.
Pasa que un día me avisaron que el chofer de la noche no quería trabajar más, que hablaba sobre unas cosas raras ahí que nadie le creyó, que solo quería dejar de trabajar, decían todos.
Yo no quería trabajar de noche porque decían que, en cierta parte de la vía al pueblo, eso era oscuro por la noche, que se oían ruidos raros, y si era cierto o no, yo no quería comprobarlo. Pero el punto era que ya me tocaba trabajar de noche unos días y no tenía vuelta atrás.
Durante esos días, yo sentía que quedaba demasiado agotado por la noche luego de pasar por ese lugar oscuro, incluso, comencé a notar que los pasajeros que yo llevaba clavaban su mirada al suelo, solo para no mirar a los lados en esa parte del camino, sin importar la edad, se notaba que si le tenían miedo a esa parte de la vía.
Una noche llevaba solo 5 pasajeros hacia ese pueblo, y como era la última ruta.
Presentía que esa noche regresaría solo hasta mi casa, es decir, pasaría vacío por esa vía.
Por suerte recogí a dos personas, las cuales se habían sentado separados por el bus y no hablaban absolutamente nada, pero me alegraba no regresar solo.
Aunque le tenía más miedo a que me fueran a robar, que a algo que ni si quiera era real.
Iba bien, hasta que extrañamente alguien estaba justo ahí, parado en esa parte, en total soledad, con un bolso, que al ver a ese hombre ahí, me dio lástima porque me pareció a un hombre que llevaba ya rato caminando y nadie le había dado ayuda.
Así que frené y el hombre solo subió y se sentó por los últimos asientos, sin saludar, sin decir nada.
Un hombre mayor, de casi 80 años, se veía cansado y como que tenía rato caminando, pues respiraba como agitado, yo podía escuchar su respiración desde allá atrás.
Empezaron a bajarse los pasajeros que ya tenía antes, hasta solo quedar el anciano, el cual seguía sin decir una sola palabra. No sabía ni siquiera dónde lo dejaría, pero yo iba directo a mi última parada, cuando ya cerca, el hombre se levantó y caminó hacia la puerta de salida, yo asumí que se bajaría en la parada, pero él se bajó antes, con el bus aún en movimiento. Yo me asusté y frené de golpe, bajé rápido para ver que le había pasado, pero para mi sorpresa, el anciano no estaba por ningún lado.
Me asusté y me subí enseguida al bus, arrancando de una vez directo al estacionamiento donde guardaba el bus.
Como protocolo, era obligatorio que diera un vistazo por el bus, a ver si ningún pasajero había dejado algo. Mi corazón se aceleró al ver que ahí, detrás, en los últimos asientos, estaba el bolso de aquel anciano... el cual había desaparecido sin dejar rastro alguno, solo aquel bolso.
Tuve miedo, y lo admito, tanto así que, al ver el bolso solo decidí salir corriendo de ese bus y lo cerré apurado y me fui de ahí.
Al día siguiente decidí ver nuevamente dentro del bus y ahí no estaba nada, el bolso había desaparecido.
Nadie pudo haberlo sacado porque yo lo había dejado con llave, y nadie podía entrar ni al estacionamiento porque era cerrado y había un vigilante, el cual me dijo que en ningún momento vio a nadie entrar.
Sin darle más vueltas al asunto, me fui a trabajar todo el día, y gracias a Dios, habían encontrado a quien trabajaría el turno de noche, pero comenzaba mañana, no hoy.
Estaba tranquilo porque ya no trabajaría más de noche.
El día pasó bien, solo hasta que llegó la noche, y nuevamente me tocaba regresa con solo un pasajero de vuelta, ya eran las 11 de la noche y no había nadie por la calle.
Al pasar por la parte aquella, me asusté demasiado, porque ahí estaba aquel hombre anciano, pidiendo que alguien lo llevara. El pasajero que tenía detrás, el solo me gritó :
" No frene, no lo suba"
Sin pensarlo dos veces, solo seguí de largo, y luego aquel pasajero me dijo que ese hombre era un anciano que vivía en esa parte solitaria de la vía, pero que un día, como vivía solo y no tenía vecino, su casa se quemó y nadie pudo ayudarlo, y perdió la vida porque pidió a un bus que lo llevara, pero nadie se detuvo, y dicen que causa accidentes en esta ruta. Por eso la gente le tiene miedo a esta ruta.
Pero algo peor pasó, algo que me dejo helado, aquel hombre fue bajando la voz poco a poco, diciendo: Su hijo, el cual vivía en el pueblo, se encargó de decirle a la gente qué era lo que había pasado, y que era culpa de los conductores de buses por no ayudarlo; y llevado por la rabia se quitó la vida, jurando que haría que todos pagaran por aquello. Desde entonces cuentan que cuando el anciano se monta, no pasa nada, pues alguien lo ayudó, pero cuando no lo ayudan, se encuentran con aquel hijo, aquel que dijo que haría pagar a los conductores de buses por no haber ayudado a su papa.
Luego hubo un silencio, al ver por el retrovisor, el hombre no estaba, no había nadie.
Solo unos segundos después, el motor de mi bus se comenzó a prender fuego, bajé enseguida antes que explotara, cosa que pasó unos instantes después.
Nadie podía ayudarme porque todo estaba solo.
Y todo el mundo comenzó a decirme lo que ya imaginaba, el ultimo pasajero de esa noche, era el hijo de aquel anciano.
Pasaron unos meses y dejé de trabajar en los buses luego me enteré que al chofer que trabaja antes por la noche, se había encontrado con lo mismo, y que esa fue la razón por la que había dejado aquel trabajo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro