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5


El olor a mantequilla y tostadas inundaba la cocina. Taehyung miraba con fastidio su desayuno mientras que Yoongi trataba de tragar un pedazo de piña que le sabía a cartón. La noche anterior había cenado hasta saciarse, por lo que realmente le estaba costando consumir alimento humano. La única razón por la que había accedido a sentarse ahí era que no había sabido decirle que no a Jimin. El sujeto había tocado insistentemente la puerta de su habitación tras decirle que le había hecho algo muy rico para desayunar y que de verdad necesitaba bajar a probar ese manjar.

Así que ahí estaba, sentado con la misma ropa del día anterior, escuchando a Jimin hablar sobre cómo había adoptado a Mechita, y soportando la mirada inquisidora de Taehyung que parecía querer decirle algo.

—Tienes sangre en la playera, Yoongi, ¿te pasó algo? —empezó, adoptando el tono de "ni intentes engañarme" que empezaba a ser común en él; señalaba su ropa y agitaba con ansiedad una de sus piernas.

Yoongi no se molestó en verificar si aquello era cierto o no. Se hundió de hombros y siguió masticando.

— ¿Te pasó algo, Yoongi? ¿Te sangró la nariz? —en cambio, Jimin sí se acercó para revisar su ropa. Su rostro quedó a poca distancia del suyo y buscó de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha—. Porque luces muy pálido. ¿Te sientes mal?

—Estoy bien—respondió Yoongi, haciéndose ligeramente hacia atrás por la invasión a su espacio personal, sin embargo, Jimin parecía ensimismado en encontrar algo malo en él porque llevó una de sus manos hacia su frente para checar su temperatura.

—Estás congeladísimo—dijo con preocupación, yendo hacia la estufa para apagar el fuego.

—Los muertos son fríos por naturaleza—interrumpió Taehyung, robándose del plato de Yoongi un poco de piña—. No te preocupes por este hombre. No le pasa nada.

—Taehyung, basta—le reprendió Jimin, acercándose de nuevo a su compañero de piso y quitándose la chamarra para después ponerla sobre sus hombros—. ¿Te parece si te llevo al médico?

Yoongi negó.

—Taehyung tiene razón. No tienes de qué preocuparte—comentó con prisa. Al estar muerto, los hospitales resultaban ser un terrible inconveniente del que trataba de huir siempre que podía. No deseaba dar explicaciones de porqué su ritmo cardíaco estaba tan bajo o porqué todo dentro de él gritaba "estoy muerto"—. Lamento que te hayas asustado, pero soy friolento. Nada más.

Jimin soltó un angustioso "¿seguro?" que él respondió con un escueto "sí" y por el que Taehyung gruñó.

—Me voy, Jimin... Y... eh...—dijo el chico con una mueca incómoda, dejando sus trastos en el fregadero y caminando hacia la entrada. A pesar de haber dicho que tenía que irse porque su abuela debía de estar furiosa, su cuerpo se rehusaba a salir de la casa y mantenía una pierna adentro y otra afuera—Cualquier cosa, lo que sea, llámame... Y, umh... Si este hombre te da problemas, grita. Estaré aquí en menos de dos minutos.

Jimin se pasó los dedos por el cabello y le dedicó una mirada decepcionada.

—Taehyung, ya te dije que...

—Me refiero a que si de pronto resulta que sí está enfermo... Si necesitas que te ayude a llevarlo al hospital, sólo llámame... Por favor.

Aunque Jimin pareció no tragarse sus palabras, asintió con una sonrisa débil y lo despidió con un golpecito en el hombro. Yoongi miró el intercambio y volvió a pensar que definitivamente esos dos debían ser almas gemelas. No parecía normal que hubiesen desarrollado tanta química en tan poco tiempo de conocerse.

—Yoongi, ¿darás clases hoy?

Jimin regresó a la mesa y bebió de su té ya frío. Recién empezaba a comer y, aunque él ya no tenía intenciones de terminar su desayuno, pensó que su compañero se tomaría a mal si se levantaba y lo dejaba ahí solo. Por lo general, las personas se ponían de un humor muy molesto y extraño cuando hacía cosas así. Vivir con alguien enojado no parecía buena idea. En especial si este hablaba demasiado.

—Tengo que revisar unas tareas—contestó con seriedad, recordando la pila de trabajos que tenía sobre su escritorio en su cubículo. Lo cual no le molestaba porque, como nunca tenía nada qué hacer, reprobar a sus alumnos lo mantenía distraído por bastantes horas.

Jimin gimió después de morder su tostada y susurró un "que rico está esto".

—Yo voy a ver a mi asesor de investigación—comentó, con la boca llena—. Se llama Seokjin, ¿ya te había dicho? Es muy agradable. Me invitó a comer. Yo sé que sólo lo hace por amabilidad, pero me hizo feliz su invitación.

Yoongi lo miró fijamente. El pelinegro se veía apenado, casi podía decir que hasta nervioso. Sin querer, sus pensamientos se dirigieron a la idea de las almas gemelas y a lo que Taehyung diría si se enteraba de la cita de Jimin.

—Eres igual de infiel que Taehyung—le comentó con un tono plano, casi muerto, haciendo mención a la noche anterior donde el chico se había besado con una desconocida, y también al rostro desilusionado con el que Jimin había llegado cuando lo vio hablar con Jungkook.

A decir verdad, él no solía opinar sobre temas así, no le interesaban ni los chismes ni las actitudes de sus conocidos, pero la idea de ver a Taehyung y a Jimin discutir le había dado comezón en la piel y lo había orillado a decir aquello que, contrario a lo que pensó, tuvo un efecto no esperado. Jimin sonrió de forma muy brillante.

— ¿Qué me dices tú de Jungkook? —le dijo con una mirada juguetona, comiéndose el último pedazo de tostada.

El vampiro lo miró sin entender. ¿Qué decía de Jungkook? Nada.

—No lo conozco—era verdad, a pesar de que el extraño había insistido en lo opuesto.

—Le diste tu número, yo creo que eso de "no conocerlo" ya no aplica. ¿Qué piensas de él?

—Nada, no lo conozco.

Jimin resopló, brincando suavemente en su asiento como un niño que se está quejando de alguna orden.

—Lo explico mejor... ¿Te parece atractivo?

Yoongi se detuvo a pensar. Jungkook no le parecía ni guapo, ni feo. Le da igual. No se fijaba en algo así.

—Es atractivo—aunque sabía que, de acuerdo a los estándares del momento, el hombre era guapo.

Jimin se mordió el labio y jugueteó con los anillos de sus dedos.

—Deberías de llamarlo—dijo con tono decisivo y cambió su postura, cambiando también de tema—: De cualquier forma, no era eso lo que quería decirte. Seokjin me invitó a una pequeña reunión. También será hoy, pero más tarde, en una cafetería temática.

Yoongi lo miró sin expresión.

—Bien.

—Es que no quiero ir solo...

—Irás con SeokJin.

—Es mi asesor de investigación... Me siento como un niño cuando estoy con él, aunque, bueno, él es como un niño también, pero no deja de ser mi profesor, ¿entiendes? Por favor... Él dijo que fuiste su compañero en un simposio de semiótica...

—Kim pertenece a mi área, estoy acostumbrado a él.

Jimin ladeó la cabeza, mordiéndose las uñas sin darse cuenta. No se había percatado de cuánto quería que Yoongi lo acompañara.

— ¿Eso es un sí? —preguntó nervioso. Yoongi resopló.

—Sí. Lo es.

A cambio de esa respuesta, Jimin le regaló una de esas brillantes sonrisas que parecían ser rayos de sol.

🍷🍷🍷

Después de su reunión con Kim SeokJin, Jimin regresó a casa para recoger a Yoongi, quien, por supuesto, ya estaba listo, sentado en su sillón rojo, mirando hacia la nada y sin expresión alguna.

En esa ocasión, no obstante, se podía notar en él una ligera diferencia que para cualquiera hubiese parecido insignificante, pero no para Jimin: Yoongi llevaba puesta su chamarra. La que le había colocado en la mañana y que, curiosamente, se le veía mejor que a  él.

El hombre estaba vestido totalmente de negro, haciendo que su pálida piel contrastara con notoriedad. Además, el color rojizo de la prenda de Jimin hacía grandes cambios en él. Yoongi se veía verdaderamente apuesto, como un personaje encarnado de alguna novela de fantasía. Incluso su cabello, usualmente desordenado, le daba ese toque de chico malo que hubiera enamorado a cualquier persona con buen sentido de apreciación.

—Te ves muy bien—fue lo primero que le dijo, arrojando sus llaves hacia la mesita de centro y captando la atención de Yoongi que brincó en su lugar, asustado por el repentino ruido—. ¿Listo para irnos? 

—Llegas tarde—fue la respuesta de Yoongi, ignorando por completo su cumplido—. Taehyung vino a preguntar por ti.

— ¿Y se fue así nomás? —Jimin sonrió, casi imaginado el escándalo de dejar a esos dos solos.

—Me preguntó qué en dónde había escondido tu cuerpo.

— ¿Y qué le dijiste?

—Le dije que en el barranco que está a dos cuadras de aquí. Se fue para allá.

—Ay, Yoongi, ¿qué haré con ustedes? Voy a llamarlo y, eh... Tienes sangre en el mentón, ¿seguro que todo está bien?

Yoongi le quitó importancia con un movimiento de cabeza y tuvo que sostener la mirada preocupada del pelinegro. Sin querer, y casi por sorpresa, recordó de pronto la manera en la que su abuela lo había mirado poco antes de fallecer.

"No quiero que te quedes solo", le había dicho constantemente, a sabiendas de que él viviría muchos años más a causa de su condición de vampiro.

🍷🍷🍷

Un chico rubio les sirvió sus cafés en la reluciente barra de madera del sitio. Jimin se ajustó su maletín al hombro y sacó su billetera del bolsillo del pantalón. Notó que había algunas personas que reconocía de la Universidad y supuso que, después de todo, no era una reunión pequeña como le había dicho su asesor.

Yoongi sacó su billetera también, pero Jimin le dio un manotazo para que la guardara de nuevo, lo que hizo que se le cayera de las manos y tuviera que agacharse por ella.

—Pago yo —dijo el pelinegro al levantarse. Estaba un poco sonrojado por llamar la atención de unos cuantos, pero sobre todo porque Yoongi lo miró como extrañado, con un gesto distinto al de siempre, por primera vez en todo ese tiempo.

—Traje dinero—dijo el profesor de Historia, sacudiendo su muñeca dolorida por el golpe.

—Ya, pero yo te invité a venir.

—Pero puedo pagar mi café.

—Pero nada, déjate consentir... Por cierto, ¿ya te dije que soy alérgico a las infusiones de...?

Un sujeto de hombros anchos, quien se había acercado a ellos sin ser notado, los miraba divertido, primero a uno y luego al otro.

Yoongi fue el primero en reparar en él y se acercó más a Jimin, notando el tenue olor a su colonia, y le dijo al oído—: Creo que Kim quiere hablar contigo.

En efecto, era su asesor. Jimin se giró hacia él para saludarlo; su rostro poco bronceado estaba totalmente sonrojado. 

—Señor, traje a Yoongi, si no le resulta un problema—dijo nervioso, dejando un billete grande sobre el mostrador que el chico rubio se llevó de inmediato. 

—Puedes tutearme, ya sabes, no me molesta—le dijo Seokjin, sonriendo con calidez—. También tú, Yoongi. Que sorpresa verte por aquí.

Yoongi le dedicó un saludo de cabeza para no tener que hablar. Conocía a Kim Seokjin casi desde que había comenzado a trabajar como profesor y podía asegurar que no era de los que se ofendía por sus pocas habilidades sociales. El hombre era muy relajado para su propio bien y tenía un sentido del humor muy raro. Yoongi pensaba que era algo que no podía evitar, así que no se molestaba por ello.

Ya que lo veía bien, se daba cuenta de que Kim había envejecido un poco. Sus ojos tenían arruguitas a los lados y había cierta madurez en su forma de expresarse que le recordó la lentitud con la que él mismo se hacía viejo.

—Yoongi y yo somos compañeros de piso—explicó Jimin, tomando una taza de café entre sus manos, comenzando a contarle a Kim sobre cómo había llegado a la ciudad y todo lo maravilloso que Yoongi hacía por él y Taehyung.

Yoongi pensó que el chico ciertamente estaba exagerando, pero no se molestó en corregirlo y se mantuvo callado mientras lo escuchaba hablar y hablar y hablar. Seokjin parecía también tener el vicio por comunicarse porque le respondía con la misma habilidad y elocuencia. Ambos hablaban de lugares que habían conocido antes, de sus mascotas, de nuevos proyectos y hasta de los temas más complejos en sus áreas de investigación.

— ¿Qué signo eres? —preguntó Jimin al cabo de un tiempo, bebiendo ya su segundo café. Para ese momento, los tres se habían movido a una mesa que estaba cerca de un enorme ventanal, pero alejada de sus demás colegas.

—Soy sagitario, pequeño libra. El aire y el fuego son compatibles, ¿lo sabías?

Yoongi no creía en el zodiaco, pero aquello de "compatibles" le llamó la atención. Pensaba que Taehyung estaría verdaderamente decepcionado de saber que alguien más pretendía robarse el corazón de Jimin.

— ¿Y Taehyung que signo es? —habló por primera vez en toda la tarde. Sus compañeros lo miraron con sorpresa, pero casi de inmediato le sonrieron con emoción.

—Es capricornio—dijo Jimin, feliz de que al fin se uniera a la conversación—. Nació a finales de diciembre. ¿Cuándo es tu cumpleaños, Yoongi?

—El nueve de marzo.

—Mira, tenemos a un creativo piscis—dijo Seokjin—. Sí que tienes toda la finta de serlo. Yoongi fue el fundador del acervo histórico de la biblioteca, ¿te contó? No sé cómo lo hizo, pero consiguió documentos antiquísimos. Es admirable.

—Es un hombre muy dedicado, me he dado cuenta de eso. Perdón, Yoongi, leí una de tus investigaciones y realmente sabes cómo buscar a tus fuentes.

Yoongi agachó la mirada. No solía recibir halagos, por lo que no sabía cómo responder a ellos. Lo que había hecho con la biblioteca no era ningún logro. Por aquel entonces, había terminado en el comité del sistema bibliotecario porque tampoco había sabido decir que no cuando le ofrecieron el puesto. Simplemente había hecho su labor. No veía lo admirable en eso.

—Uh, perdón... —dijo después de que Jimin y Seokjin terminaran de alabarlo. Se sentía extraño y no podía mirarlos a los ojos.

— ¿Perdón de qué? —le preguntó Seokjin con el ceño fruncido.

—Porque no sé qué decir a todo lo que están diciendo. Yo sólo hice mi trabajo. Me pagan para eso.

Seokjin y Jimin le sonrieron con amabilidad, ya sin carcajadas sonoras.

— ¿Por qué no pruebas a decir "gracias"? —le aconsejó Kim, agachando la cabeza en búsqueda de sus ojos—. Eres una persona humilde, lo sé, pero no tiene nada de malo aceptar que hiciste algo bien.

Jimin se atrevió a pasarle los dedos por el cabello con sumo cuidado, acariciándolo casi como un padre, y dijo:

—Eres increíble, de verdad.

Yoongi desvió la mirada. Aturdido.

—Yo... Uhm...Gracias—masculló por lo bajo y volvió a agachar la frente. Cada vez se sentía más raro cuando estaba con Jimin y sus amigos. 

🍷🍷

Aloooo, babies, ¿ya tomaron agua?

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