18
Jimin no se consideraba a sí mismo como un hombre violento. De hecho, pensaba humildemente que era una persona amable y muy sensata. Si bien era cierto que tendía a exaltarse en algunas ocasiones, también lo era que siempre procuraba mantener una buena imagen...
Matar a alguien definitivamente no ayudaba en nada a esa "buena imagen".
Lamentablemente, bastó que alguien por fin tocara uno de sus nervios más sensibles (que era, ni más ni menos, alejarlo de Yoongi) para que le dejara de importar si pensaban bien de él. No estaba orgulloso de ello, pero ¿por qué Taehyung los separó justo cuando al fin logró reunir el valor para robarle un beso a Yoongi (aunque sólo fuese en la mejilla)?
Claro, su amigo se excusó diciendo que había sido un accidente, pero él no le creía. ¿Y qué más daba que como prueba su vecino tuviera lastimado el hombro y una mejilla raspada? Su momento con Yoongi había sido arruinado.
Casi había podido escuchar los abucheos dentro de su cabeza en el segundo exacto en el que sintió como una mano desesperada lo jalaba hacia atrás por la playera. Sí, Yoongi había intentado evitar que se fueran de bruces, pero nada había servido. De un momento a otro, los tres terminaron en el piso, enredados entre ellos y quejándose de dolor (Bien, Yoongi sólo cerró los ojos, pero para Jimin eso era considerado una mueca de dolor).
Ahora, simplemente estaban sentados en una mesa, comiendo pastel y viéndose en silencio, como si las risas de las abuelitas (y abuelito) no les hubieran afectado, o como si no les hubiera dolido los golpes de la caída o como si el ambiente no estuviera tenso entre ellos.
Lo único bueno que tenían era, de hecho, el placer de estar juntos.
—No puedo más con esto, ¿es que tanto daño les he hecho sólo por caerme?
Taehyung era el más afectado, o eso creía él. Simplemente había sufrido un pequeño accidente y en lugar de haber sido consolado (y curado), había recibido una mirada de odio por parte de Jimin, y una mueca siniestra por parte de Yoongi que, aunque no hablaba, exudaba una vibra oscura y muy negativa hacia su persona.
—No, hombre, el daño se los hiciste al nacer—esta vez fue Jungkook quien habló, acercándose lentamente como si hiciera una acción casual y no una premeditada—. También cuando insistes en ser la tercera rueda.
— ¿Y a ti quién te habló? Además, no soy la tercera rueda. En esta relación somos tres, para que sepas.
—Más sabe el diablo por viejo... —Jungkook se sentó al lado de Taehyung. Miró de lado a lado y sonrió triunfal—Es que todos vimos el numerito que armaron, eh. Lamento que su beso no haya funcionado—esta vez su atención estaba dirigida a Yoongi y a Jimin que lo ignoraron con molestia.
— ¿De qué beso me hablas? —Taehyung se negaba a reconocer lo que había hecho o tal vez simplemente era muy ingenuo, pero lo cierto era que parecía no entender la situación deplorable entre los tres porque seguía con su gesto ofendido.
Pero daba igual, así siguieron por largo tiempo; Jimin pensaba en las diferentes maneras de retomar lo que había dejado inconcluso, mientras que su vecino y el otro sujeto se debatían a muerte sobre los errores de no prestar atención o sobre "ser demasiado idiota".
Yoongi, en cambio, se mantenía en silencio. Trataba de descifrar internamente sobre lo que había ocurrido minutos atrás. No era tan tonto como para no darse cuenta de que Jimin había intentado romper los límites personales entre ellos. Muchas veces otras personas lo habían intentado ya. Como la mujer que lo había convertido en vampiro. O como el sujeto que le había intentado enseñar "nuevas sensaciones" en el 55 y del que había terminado alimentándose al sentirse intimidado.
Sólo que, a diferencia de las otras veces, en esta ocasión Jimin había conseguido algo que nadie había logrado en años: Su corazón había latido.
Aunque, no era como si no latiera, su corazón lo hacía con lentitud a pesar de estar semi-muerto, pero por primera vez (en años) lo había sentido. Había sido un golpe seco, único, pero fuerte. Como si su corazón intentara romper lo que tenía enfrente para salir huyendo fuera de su pecho.
Un solo latido.
Pero uno que le había pegado lo suficientemente fuerte como para dejarlo meditabundo y necesitado.
—Podemos repetirlo—dijo al cabo de media hora, ya cuando Jungkook y Taehyung se habían callado y ya cuando algunos ancianos comenzaban a retirarse. Jimin había entrado en un estado de silencio absoluto, pero apenas lo escuchó hablar, se sentó correctamente y le dedicó su plena atención.
— ¿Repetir qué? ¿La fiesta? —Taehyung habló, o intentó, porque Jungkook le cubrió la boca y lo jaló contra su voluntad hacia atrás—. En serio, déjamdfhk-
A Jungkook no le interesaba quedar bien o guardar las apariencias, había vivido ya muchos años como para saber cuándo actuar y cuándo no hacerlo. Y ese momento ameritaba entrar en acción. Por Yoongi. Por Jimin. Y por el pobre de Taehyung que trataba inútilmente de soltarse mientras le mordía la mano. Más tarde, cuando estuvieran solos, pensaba bromear al respecto, diciéndole que al probar sangre de vampiro, se convertiría en uno.
— ¿Repetir la fiesta? —esta vez fue Jimin quien abrió la boca. Se había acercado discretamente hacia Yoongi, por lo que no tuvo que hablar muy fuerte para ser escuchado. Sus ojos brillaban con ilusión.
El vampiro negó.
—No. Lo que hiciste hace rato. Podemos repetirlo.
Yoongi quiso decirle, explicarle que había sentido algo, pero no encontró la manera. ¿Cómo le confiesas a un humano que tu corazón muerto había latido gracias a su ayuda? O sonaba muy creepy, o sonaba muy cursi. Y como a Yoongi ya no le daba igual todo lo que tuviera que ver con Jimin, no quiso arriesgarse a ninguna de las dos posibilidades por lo que no dijo nada más.
—Sí, podríamos, pero como que perdí el valor—Jimin sonrió. No había sido una mueca feliz, pero tampoco una triste. Fue como una mezcla de un montón de sentimientos que el pobre vampiro no pudo reconocer.
Abrió la boca y la volvió a cerrar. Trató de hablar. Trató de decirle que con él no tenía que sentirse así. Que no temiera. Pero no pudo. Si Jimin había perdido el valor era porque su instinto le decía que era lo mejor.
Así que el silencio entre ellos se prolongó. De hecho, duró tanto que cuando giraron para despedirse por octava vez, se dieron cuenta de que ya solo quedaban dos señoras platicando al interior de la casa. Una de ellas era la abuela de Taehyung, que se acariciaba el brazo izquierdo como si le doliera en algún lugar. Yoongi pensó que hacía mucho que no experimentaba realmente el dolor, pero, curiosamente, esa noche sí podía sentirlo.
—Me duele... Me duele mucho—dijo, extrañado y un poco inseguro, pero estaba siendo sincero. El dolor era algo curioso en él, podía soportar grandes niveles del mismo, podía incluso ignorar grandes heridas porque jamás moría. Pero ese dolor era especial.
— ¿Te duele? ¿Que haya perdido valor? —Jimin ladeó la cabeza. Confundido. Se pasó los dedos por el cabello y esperó la respuesta que no tardó en llegar.
—Un diente—Yoongi se llevó un dedo a la boca y se tocó el diente en cuestión, que era, ni más ni menos, su colmillo. Jimin resopló decepcionado, pero no dijo nada—Creo que se rompió cuando nos caímos.
— ¿Puedo ver?
El vampiro abrió la boca y se acercó a Jimin de forma que pudiera revisarlo. Fue así que notó lo bien que olía y lo suave que su piel parecía así de cerca. El profesor se agachó sin notar esto y, con la lámpara del celular, alumbró el espacio. Tal como había dicho su compañero de piso, Yoongi tenía su pequeño colmillo roto por la mitad.
—Dios, Yoongi, ¿cómo qué "crees que se rompió"? ¡Está a la mitad! —Jimin se alejó de golpe y volvió a pasarse los dedos por el cabello, esta vez con un gesto de preocupación. Como si aquello fuera lo más doloroso que hubiera visto en la vida. Yoongi agradeció que no hubiera estado con él la vez que se cayó del caballo, unos 30 años atrás, porque seguramente se hubiera desmayado si hubiera visto toda la sangre que escupió aquel día por el golpe que recibió en el estómago.
Tragó saliva, como cuando se ponía nervioso en el pasado. Intentó decirle a Jimin que no le dolía, que seguramente no tardaría en crecer como siempre pasaba, pero no pudo hacerlo. No porque no pudiera mentir, sino porque pronto descubrió que en realidad sí le dolía mucho.
Jimin suspiró, pero no volvió a regañarlo. En su lugar, corrió hacia la última señora que estaba a punto de irse y se entretuvo con ella en una charla animada. Como no volvió, el vampiro se movió hasta donde Jungkook y Taehyung discutían, éste último con lágrimas en los ojos.
— ¡Yoongi! —gritó su vecino cuando lo vio llegar. Corrió hacia él y lo sacudió de los hombros—. Dile a este inepto que no me voy a convertir en vampiro.
Yoongi no les estaba prestando atención. Su mente se había vuelto a ir a un lugar lejano y desconocido que sólo regresó cuando Jungkook le sonrió en complicidad, por lo que asintió como si estuviera entendiendo lo que pasara y se encogió de hombros.
—Jungkook tiene razón—dijo, aunque ni siquiera sabía lo que se suponía que Jungkook tenía razón. Taehyung comenzó a lloriquear desesperado, por lo que decidió irse de ahí hasta su cocina en búsqueda de un poco de paz. Sin embargo, Jimin ya estaba ahí, sonriendo como siempre, acariciando a Mechita y tomando una taza de café que parecía bien cargado por el color que tenía.
—Tienes una cita con el dentista, Yoongi—dijo el pelinegro, bebiendo con cuidado su café caliente para no tirarlo encima de su gato—. La señora Jung dice que su nieto te recibirá mañana por la mañana.
—Mañana tengo qué-
—Supuse que dirías algo así, por lo que la señora Kim irá contigo. No hay escapatoria, Min Yoongi.
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Dioooossssss, perdónenme :( por un capítulo tan corto y, sobretodo, por tardar tantos meses. Es que mi corazóncito se rompió en los meses pasados y como que no tenía muchas ganas de escribir. En fin. Espero sigan aquí. En el sig cap retomo la trama. Les ronroneo.
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