Tianglong ajustó su gorro negro más ajustadamente mientras se acercaba a la imponente sede de YG Entertainment. Era temprano por la mañana, pero la calle ya estaba llena de periodistas ansiosos por obtener respuestas sobre la reciente controversia que lo rodeaba. Mientras caminaba con paso decidido, se sintió como si cada paso que daba atrajera más atención no deseada.

—¡Tianglong, aquí! ¡Una palabra, por favor!—gritó una voz desde la multitud.

Tianglong detuvo su paso por un momento, tratando de ignorar las cámaras que se enfocaban en él y los micrófonos que se extendían a su dirección.

—¿Es cierto que tu debut en Blackpink se debió a la influencia de tu padre como inversor en YG Entertainment? —preguntó una periodista, su voz penetrante en medio del bullicio.

—¿Cómo responderías a lo dicho po Dispatch? —preguntó otro.

Tianglong suspiró, consciente de que cada palabra que dijera sería examinada y amplificada por los medios. Se detuvo brevemente y respondió con calma pero con firmeza:

—Mi padre puede tener influencia en la industria, pero mi debut no fue planeado de esa manera. Estudié en una escuela pública en China, viviendo solo con mi madre debido al divorcio de mis padres. No uso mi nombre coreano porque me recuerda tiempos difíciles —continuó, tratando de explicar su elección de nombre—. Sí, entrené con horarios especiales. Me levantaba a las 2:00 a.m. para entrenar hasta las 6:00 a.m. antes de ir a la escuela.

Los periodistas no estaban satisfechos con sus respuestas y se volvieron más intensos. Algunos incluso comenzaron a tirar de su ropa en un intento de obtener una reacción más jugosa para sus titulares. Los guardias de seguridad se apresuraron a rodearlo, formando un escudo humano para escoltarlo hacia la entrada de la empresa.

La multitud se agitaba, con fans que gritaban palabras de ánimo y detractores que lanzaban insultos. Entre la mezcla de emociones y gritos, una voz se destacó, llena de veneno y odio.

—¡Eres basura, un omega que merece una lección de un alfa para no mentir! —gritó alguien desde la multitud.

Tianglong sintió un nudo en la garganta, pero mantuvo la compostura mientras los guardias lo guiaban hacia la seguridad de la entrada. Sus manos temblaban ligeramente, no por miedo, sino por la frustración de no poder expresarse completamente en medio del caos mediático.

Finalmente, con un último vistazo a la multitud, entró por las puertas de YG Entertainment, sabiendo que el día apenas comenzaba y que esta batalla mediática era solo el comienzo de un desafío mucho mayor.