El aire cargado de tensión se palpaba en el departamento de BLACKPINK. Tianglong, se encontraba cara a cara con Jiyong, el carismático alfa que había sido su compañero en la industria durante años. La discusión se desataba con una furia que amenazaba con romper lazos irrompibles.

—Tianglong, ¿cómo pudiste hacerme esto?—G-dragon espetó, sus ojos destilando una mezcla de ira y decepción.

—Yo no te debo nada, Jiyong. Tú fuiste quien decidió malinterpretar una simple muestra de apoyo como algo más—respondió Tianglong, su voz temblando con emoción reprimida.

—¡Una muestra de apoyo! ¿Es eso lo que piensas que fue?—el alfa casi rugió, su semblante oscurecido por la rabia—. Te ayudé en un momento de necesidad, y tú simplemente... me descartaste.

—Tú no entendiste nada, ¿verdad? Nunca he visto más que a un hermano mayor en ti, Jiyong. No sé cómo pudiste malinterpretar eso—Tianglong contraatacó, su rostro enrojecido por la frustración.

Jisoo, preocupada por la creciente intensidad del enfrentamiento, intentó intervenir.

—Chicos, por favor, tranquilícense. No ganamos nada peleando—dijo Jisoo tratando de acercarse.

Pero sus palabras fueron recibidas con un despectivo gesto de Jiyong.

—Cállate, Jisoo. Esto no es asunto tuyo—dijo el mayor mirando con desdén a la pelinegra.

Tianglong apretó los puños, sintiendo cómo la rabia bullía dentro de él.

—¡No tienes derecho a decirle eso! Ella solo trataba de calmarnos—le replicó Tianglong enojado.

—Olvida cualquier colaboración que planeáramos, Tianglong. No quiero tener nada que ver contigo—G-dragon sentenció con amargura.

—Jamás esperé nada de ti, así que no me afecta en lo más mínimo—replicó Tianglong con determinación.

Las palabras se convirtieron en dagas afiladas que se lanzaban de un lado a otro. G-dragon, herido en su orgullo, lanzó un último ataque cruel.

—Recuerda de dónde vienes, Tianglong. No tienes talento, solo dinero. Eso es lo que te hizo debutar.

El golpe fue directo al corazón de Tianglong, quien soltó un grito de rabia y dolor.

—¡Nunca quise estar en esta maldita industria! ¡Me obligaron a entrar y tú lo sabes!—gritó sin poder controlarse.

Jisoo, sorprendida por la revelación, observó la escena con ojos atónitos. El secreto de Tianglong finalmente había salido a la luz, y la verdad era más dolorosa de lo que jamás hubiera imaginado.

—Siempre creí que tendríamos una familia juntos, Tianglong—murmuró G-dragon, con los ojos llenos de lágrimas contenidas, y con la voz quebrada.

Tianglong se tambaleó ante el golpe bajo de Jiyong.

—Eso fue tu fantasía, no la mía. No puedes culparme por tus sueños rotos.

Con un gesto de furia, G-dragon se dio la vuelta y salió del departamento, dejando tras de sí una puerta que se cerró con un estruendo ensordecedor. El silencio que siguió fue más elocuente que cualquier palabra pronunciada en medio de la tormenta.

Tianglong se dejó caer en el sofá, exhausto por la pelea. Jisoo se acercó a él con cautela, poniendo una mano en su hombro en un gesto de apoyo silencioso.

—Lo siento, Tianglong. No tenía idea de todo esto—murmuró Jisoo, con los ojos llenos de compasión.

Tianglong asintió con la cabeza, incapaz de encontrar las palabras adecuadas para expresar su dolor. En ese momento, solo deseaba que la tormenta pasara y pudiera encontrar la calma una vez más