Repetí su nombre numerosas veces. ¿Por qué no lo escucho venir a mí gateando? Esa jodida sirena, oigo pasos... Mi actitud es tan rara, es que, no entiendo, estoy muy confundido. Me dirigí hacia una de las cuidadoras del asilo que me miraba congelada de terror, con mi arma en alto pregunté por Lars.

Estaba en shock, comunicarse con palabras se me hizo una eternidad, algo de su balbuceo logré rescatar, algo que me hizo helar la sangre.

"Lars murió en tu patio, ¿recuerdas?"

"Cayó de tu ventana."

"Empezaste de decir que era tu culpa y todos los días venías a pedir disculpas y a preguntar cosas sobre él hasta que tu mamá te encerró en tu cuarto porque empezabas a ser agresivo."

"Lars murió hace siete meses."

"Lars murió."

¡No! ¿Cómo es eso posibl...?

Me tiran del brazo hacia atrás y dejé caer el cuchillo, por el rabillo del ojo me percaté de que era mi fin, dos policías que me superaban en estatura por mucho, me tenían en su poder. Un segundo que duró tanto en mi mente, es que el entorno se congeló por completo, tantas visiones pasaron por mis ojos. Ah... Entonces, ¿qué? Es que, no comprendo nada de lo que pasó o ésto no pasó? ¿De verdad Lars mur...? ¡No lo creo! Este, yo... yo...

Una esposa es colocada en mis muñecas, dejando mis brazos hacia atrás.

Pero... ¿eh? ¿De dónde es que ha salido ésto? Estaba seguro de que mi futuro era de que sufriría al perder a mi bebé en mis brazos debido a su corta vida por culpa de su enfermedad, ¿c-cómo es que ha venido este futuro a mi presente? Am, ¿t-tiene lógica lo que pienso?

¿Qué voy a hacer ahora?

Me veo a mi mismo sentado en mi cama, arrullando a mi hijo. Y a la vez, me veo aquí, sentado dentro de una patrulla de policía, embobado por las luces bicolor.

¿E-en qué debería creer? Estoy como en un limbo entre ambos mundos, ¿debería quedarme con la realidad que más me guste?

Está bien, Lars, duerme en mis brazos, querido, dame la seguridad de que sobrevivirás hoy y regresemos a la rutina. Y mantendré el estrés, la ansiedad, de que si vas a fallecer pronto o no, del profundo miedo al futuro crudo que se avecina.

Aunque, debo admitirlo, en este otro mundo también temo de éste.

Opté por la falsa comodidad de mi cuarto porque es una rutina no del todo sana, pero sí es algo que conozco como mis propias manos. El estar en una patrulla... Cerré mis ojos, estoy aterrado por lo que puede suceder allí.

El futuro asusta.