25
Salí con arma en mano de mi casa, lo mejor es solucionar toda la mierda en este jodido instante.
Di la vuelta a la calle y toqué el timbre varias veces. Nada. Nadie salía. Golpeé agresivamente la puerta, madre mía... ¿Qué le sucede a esta gente?
Llamé desesperado a mi hijo, lo hice por su nombre tanto por apodos cariñosos como 'cariño', 'bebé', ya saben a qué mierda voy. Apreté los puños y mis golpes en la puerta dejaron de ser una señal de petición a que me dejen pasar, se transformaron a querer derribar esta jodida barrera.
Forcé, forcé y forcé. Me lancé por una ventana de no gran altura, agotado, hice el nulo intento por poner mis dos pies erguidamente sobre el suelo. Nada, mi cuerpo temblaba en una catástrofe que pronto tendría su fin.
Oigo sirenas que debían abarcar... ¿Todo el barrio? Ni idea, eran de policía. Mi objetivo, eso quiero.
Contemplé mi entorno, huelo el miedo de las personas de la tercera edad que han de temblar, otros se hacían los muertos en el suelo como si yo fuera un monstruo, con los ojos cerrados a la fuerza, avancé a cuatro patas, clavándome cristales en mis sangrantes manos hasta avistar una pared que se volvería mi punto de apoyo. Rasguñando, me las arreglé patético para estar de pie.
En mi pecho sentí una presión, aclaré mi garganta y al mismo tiempo en que apreté los puños por lo bajo, grité:
"¡¿Dónde está mi hijo?!"
Respuesta inexistente. Lo mejor era buscarlo, creen que no me doy cuenta pero sé que se esconden de mí y tipean en sus teléfonos. No recuerdo cuándo fue el momento de mayor lucidez sin contar el que estoy viviendo, ¿por qué?
Cuchillo en mi temblorosa mano, a pasos incómodos y acelerados partí mi búsqueda por hallar a mi desaparecido bebé.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro