Me cuestioné un poco sobre si a Lars le gustaría probar otro tipo de leche, ya lo tengo acostumbrado a que beba del biberón, tendré que enseñarle a 'ganarse la leche' que consume a diario.

Traté de explicarle que... imposible. Gruñía a modo de reclamo porque en este horario debería darle su biberón y no lo hice.

Teniendo los pantalones a la altura de los tobillos, tomé mi virilidad y la froté contra su mejilla. Él estaba acostado boca arriba en mi cama, me contemplaba sin entender. Continué, es tan suave...

Intenté introducirla a su boca. No pude, negaba con la cabeza.

Con cuidado, la deslicé en la comisura de sus labios, dejando un pequeño rastro de líquido pre-seminal. Lamió mis fluidos lleno de curiosidad, todavía con mi miembro frente a sus labios, saqué de mis bolsillos una pequeña paletita de caramelo con el cual lo tenté, trató de lamerla.

Lo engañé y me lamió a mí.

Aquella mirada inocente me enloquecía. Debo confesarlo: el que quiera explorar por su cuenta lo vuelve el triple de excitante.

Sin que le dijera algo, comenzó a saborear la punta como si de su dulce favorito se tratara.

Buen niño, obtendrá su recompensa, la gozará.