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Capítulo 4

Capítulo 4

Red thunder

La sorpresa que se llevó Thor al encontrar a un humano del tamaño de un insecto capaz de hacerlo retroceder con un golpe, así sea un paso, no fue algo que demostró en su rostro. La verdad sea dicha, sí se sorprendió de que un niño humano fuera capaz de tener la fuerza suficiente como para hacerle sentir uno de sus golpes. Incluso tenía la resistencia como para aguantar sus golpes, a pesar de que Thor no lo había golpeado con demasiada fuerza, pero había sido la suficiente como para que el humano decidiera que lo mejor era quedarse en el suelo fingiendo que estaba muerto.

Pero el niño no reaccionó así, solo se levantó emocionado de hallar un oponente digno contra el cual luchar.

Thor pensó que si ese niño era así de fuerte a esa edad, cuando fuera adulto definitivamente podría ser capaz de luchar contra él en una batalla justa.

Sintió que la vida al fin comenzaba a apiadarse de él. En su pecho comenzando a revivir la llama que había creído extinta.

Aunque era una lástima que ese niño fuera solo humano. Si hubiera sido un dios las cosas hubieran sido diferentes. Quizás hasta se hubiera alegrado de encontrar a un amigo con quien luchar juntos. Pero ese niño era humano y, aunque era muy fuerte, no se salvaría de la muerte. La vejez no tardaría en hacer desaparecer sus mejores años y dejarlo como un viejo incapaz de dar un puñetazo sin romperse un hueso. Su vida solo sería efímera y sus logros escasos, si es que llegaba a tenerlos.

Al regresar a su palacio, Sif lo estaba esperando para comunicarle que su padre lo estaba esperando para hablar con él. Una reunión de rutina que a Thor no le gustaba pero a la cual de todas maneras tenía que ir.

*

Desde una edad muy temprana, Thor fue puesto bajo entrenamiento. No era solo él quien estaba aprendiendo a luchar, sino que había otros niños de su edad o edades similares que eran entrenados. Pasaban horas todos juntos, practicando movimientos y golpes al inicio de la semana para que los últimos días los pusieran en práctica.

Gracias a su fuerza, Thor siempre era el único vencedor invicto y, con el tiempo, los demás niños comenzaban a rendirse antes de luchar contra él. Esto llevó a que fuera llevado a la sala de entrenamientos de los adultos, donde comenzó a luchar contra estos y a superarlos no mucho tiempo después.

Lo aburrido de todo esto era que no solo comenzaba a quedarse sin oponentes dignos para pelear, sino que también los demás comenzaban a alejarse de él, mostrándose respetuosos pero también temerosos. Thor no comprendía por qué, ya que no planeaba golpear a nadie fuera de las prácticas. Pero parecía ser que su fuerza había sido suficiente como para espantar a los niños y mayoría de adultos.

Eso derivó a que terminara pasando la mayoría del tiempo solo, entrenando por horas y estudiando pergaminos antiguos ya que su padre no solo quería que entrenara sus músculos, sino también su cerebro. Thor no era muy bueno con eso de estudiar libros. Podía retener la información, recordarla y ponerla en práctica, pero sentarse a leer no era lo suyo.

Su padre habrá pensado que estar solo podría afectarle así que adoptó un hermano para él, un niño más pequeño y delgado que sonreía de manera extraña.

—Hola, me llamo Loki—se presentó el niño.

Thor lo miró, apretando el arma con el que había estado practicando.

—¿Sabes pelear?—preguntó.

El niño parpadeó confundido.

—¿Eh?

—¿Peleas?

Loki vio el arma que Thor tenía en su mano y su sonrisa creció.

—Soy el mejor de mi grupo—sonrió Loki.

Cuando terminó con él, Thor pensó que le había mentido. Dejó al niño en el suelo adolorido y lloroso, marchándose a otro lugar para leer los libros que debía estudiar ese día.

*

Thor regresó al otro día al lugar del árbol destruido por el rayo porque ahí el niño, de nombre Lü Bu, iría a su encuentro. La curiosidad por ese niño era demasiada. Su fuerza no era normal, no para un humano de su edad. Ni siquiera para un adulto. Era una fuerza que iba mucho más allá y que, de cierta manera, le había recordado a él mismo.

Ah, era una lástima que ese niño fuera un humano y no una divinidad.

Se quedó de pie mirando el cielo, esperando a que el niño llegara. Su Mjölnir había sido dejado en su sala de entrenamiento privada. No iba a usarlo en esta ocasión, mucho menos para luchar contra Lü Bu. El niño era fuerte, sí, pero no sería capaz de soportar siquiera el ligero toque de Mjölnir sin perder alguna parte del cuerpo en el proceso.

—¡Thor!

Miró desde donde lo habían llamado. El niño se acercaba en su caballo, cabalgando enérgicamente y sonriendo con alegría, mostrando sus puntiagudos dientes. Incluso desde la distancia notaba sus ojos brillando con felicidad. En cuanto estuvo cerca se bajó de un salto del caballo y corrió lo que restaba hacia Thor.

—Al fin llegué—dijo Lü Bu preparándose para luchar contra Thor—, haré todo lo posible para ganarte.

No podía ocultar su sorpresa ante las palabras de un niño humano quien, a pesar de ver su tamaño y haber comprobado su fuerza, estaba convencido de que sería capaz de ganarle. Realmente no sabía si era tonto o tenía demasiada confianza en sí mismo.

Lü Bu lo atacó primero, dándole un puñetazo en el abdomen con fuerza. Thor sintió el golpe, aunque no sería suficiente como para hacerlo retroceder.

Su mano empujó al niño, pero este se negó a retroceder y le dio otro puñetazo con la mano contraria.

Lü Bu era un niño insistente y fuerte, que no se negaba a retroceder o a rendirse. Seguía peleando, llevando su fuerza a los límites. Thor ni siquiera se había esforzado demasiado, pero no había sido decepcionado en absoluto. El niño no tenía la fuerza para enfrentarse a él en una batalla seria, pero iba bien encaminado. En todos sus años de vida, Thor jamás había encontrado a nadie así. Si Lü Bu hubiera sido una divinidad y hubiera nacido casi al mismo tiempo que Thor, seguramente hubieran sido amigos.

El niño terminó agotado en el suelo, acostado en el césped mientras veía el cielo. A pesar de estar cansado, se lo veía realmente feliz.

—Siento que te aburre pelear conmigo, pero creo que eso es porque todavía no soy lo suficientemente fuerte—el niño se sentó en el suelo, apoyando los codos para sostenerse—. Ya sé, nos veremos los quintos días del mes. Durante ese tiempo entrenaré y la próxima vez que nos veamos, seré más fuerte.

Con energía renovada, Lü Bu se levantó del suelo y se dirigió a su caballo. El animal había estado comiendo cerca de ellos mientras esperaba a su dueño. Cuando lo vio llegar supo que era el momento de irse. El niño se subió a su lomo y antes de marcharse, se giró hacia él.

—Nos vemos, Thor.

Y el atrevido niño se marchó en su caballo, su imagen desapareciendo por el prado mientras Thor solamente lo veía.

***

Lü Bu sabía que aunque era más fuerte que cualquier otra persona a la que se había enfrentado, todavía no era capaz de igualar la fuerza de Thor. Pero no poder igualarlo todavía solo significaba que todavía había alguien a quien podía enfrentarse y usar toda su fuerza. Había alguien capaz de aguantar sus golpes. Era algo increíble.

Su energía estaba renovada con el simple pensamiento de que había alguien más allí afuera capaz de luchar contra él. Si su padre lo conociera, posiblemente se pondría muy feliz. O quizás no, Thor era demasiado alto y quizás su padre no se sentiría muy bien si le dijera que era su amigo.

Dirigió su caballo hacia el pueblo, donde buscaría un lugar donde poder quedarse y entrenaría por los alrededores para conseguir aumentar su fuerza y sus habilidades. No sería complicado y además tenía poco menos de un mes, tiempo suficiente para fortalecerse como para al menos darle unos buenos golpes a Thor.

*

El cambio de su fuerza era notorio en cada encuentro que tenían. Como Lü Bu había dicho, se verían los cambios con cada mes que pasaran. Y había cambios, por supuesto. Algunos más suaves que otros, pero estaban y eso era lo importante. Con cada batalla que tenían, Lü Bu aprendía y en sus entrenamientos mejoraba sus técnicas.

Lo único que no le gustaba de esos encuentros era el hecho de que se notaba que Thor se estaba reprimiendo. Lo hacía sentir, de alguna manera, despreciado. ¿Acaso lo subestimaba? No le gustaba sentirse así. Pero no podía hacer mucho, por más que intentara provocar al inmenso hombre, era imposible hacerlo enojar. No había nada que pudiera decir que le hiciera hervir un poco la sangre como para hacer que peleara en serio con él.

Era frustrante.

Un día le gritó, diciéndole que no tenía que subestimarlo porque eso solo lo hacían los tontos. Thor lo escuchó sin decir nada, mirándolo desde su gran estatura, como si fuera un niño estúpido haciendo berrinche. Y así que como sus gritos no dieron resultado, comenzó a patearlo y golpearlo, apretando tanto sus puños que su piel se abrió en el dorso, como aquella vez cuando su padre murió.

El recuerdo no hizo más que avivar el enojo en su corazón. Era como un animal salvaje incapaz de detenerse, inmerso en los golpes que estaba repartiendo. Vio rojo durante un buen rato y solo cuando volvió en sí descubrió la piel de los dorsos de sus manos abiertas, hilos de sangre cayendo de ellas. Thor estaba a un paso de él, todavía mirándolo, pero se notaban los lugares donde lo atacó porque dejó su sangre en él.

Ese día se fue sin despedirse, montando su caballo todavía con las manos heridas y sin curar. Solo lo hizo cuando estuvo lejos y encontró un lugar tranquilo.

Al siguiente mes, cuando regresó, no volvió a reclamarle a Thor y simplemente se encargó de luchar contra él como siempre. La lucha pasó sin contratiempos y con ligeros cambios en la fuerza de Lü Bu.

Fue cuando tomó la decisión de realizar un entrenamiento intenso en las montañas, donde podría aumentar su fuerza. Ese mismo día le informó a Thor que no esperara verlo en los siguientes seis meses, ya que necesitaría no interrumpir su entrenamiento para mejorar. Thor lo aceptó y entonces Lü Bu se marchó.

No mintió con lo de entrenamiento intenso. Literalmente Lü Bu pasó meses golpeando rocas de montaña y pateando troncos gruesos de árboles. Sus nudillos se llenaron de callos luego de lastimarse varias veces, lo mismo con sus piernas. También agregó ejercicios donde llevaba rocas que pesaban lo suficiente como para ser transportada por tres hombres. Viajaba diez kilómetros cargando con esas rocas, dejándolas todas en el mismo lugar y creando, en esos seis meses, una pequeña nueva montaña de piedras al pie de la montaña mayor. También corría vueltas y vueltas alrededor de la montaña, buscando incrementar su resistencia. Escaló la montaña con sus manos, durmiendo en zonas altas y frías para fortalecerse. Incluso su dieta solo se basaba en mucha carne y pocos vegetales. Aunque la verdad sea dicha, carne era lo único que podía encontrar en ese lugar, ya sea de un conejo o cualquier ave que se cruzara por su camino.

Al final, luego de esos seis meses de intenso entrenamiento, Lü Bu notó los cambios antes de ir a su encuentro con Thor. Ahora, cada vez que cargaba las rocas no sentía su peso y llegaba en menos tiempo que antes a la pequeña montaña de rocas. Sus golpes ahora eran capaces de fracturar a la montaña de una sola vez, creando grietas profundas. Era más de lo que había conseguido el primer día en que comenzó su nuevo entrenamiento.

Ahora sí estaba emocionado por ver a Thor.

Rápidamente montó su caballo y fue al lugar de encuentro, saliendo demasiado temprano en la mañana para llegar a tiempo ya que el lugar estaba bastante lejos. Hizo que el caballo fuera tan rápido como podía, esperando que no se hubiera desacostumbrado en esos seis meses a correr ya que apenas iba y venía caminando por alrededor de la montaña donde estaba.

Llegó cuando la tarde apenas comenzaba. Thor estaba ahí, esperándolo como le había pedido que lo hiciera. Lü Bu sonrió feliz, cabalgando hacia el gigante hombre de cabello rojo. Thor escuchó los pasos del caballo y se giró hacia Lü Bu, quien no tardó en detener al caballo para bajar y correr hacia él.

—¡Ahora sí te patearé el trasero!—dijo emocionado, preparándose para luchar.

Thor se paró y, como siempre, no fue serio.

Lü Bu le demostraría lo mal que hacía en subestimarlo.

Como en cada pelea, por más que Thor retrocedía con sus golpes, no eran suficientes para derribarlo. Bien, hora de cambiar eso.

Como derribar al gigante de Thor no era sencillo, Lü Bu tuvo que buscar una estrategia para hacerlo ahora. Al menos hasta que creciera lo suficiente y fuera más grande como para derribarlo más fácilmente.

Usando su nueva fuerza y agilidad, golpeó detrás de una de las rodillas de Thor, haciendo que este la doblara y quedara un poco más de su altura. En ese momento, buscando que no reaccione a tiempo o se arruinaría su estrategia, Lü Bu lo tomó del brazo y lo arrojó al suelo, dejándolo con la espalda en el césped. Los ojos de Thor estaban abiertos en sorpresa por el repentino ataque, pero no se detuvo a pensar demasiado, solo se quitó cuando Lü Bu se arrojó hacia él con el puño en alto.

Al final, su fuerte puñetazo dio al suelo, agrietando la tierra por el fuerte impacto.

—Tch, cerca—suspiró sacudiendo la tierra en sus nudillos.

Thor lo miró un momento, Lü Bu esperaba que lo atacara, pero no, eso no pasó. En su lugar, una suave sonrisa se dibujó en el rostro de Thor.

—Has mejorado.

Lü Bu sonrió, mostrando sus puntiagudos dientes.

—Lo sé. Ahora, ¿seguimos?

Esta vez, Thor sí se puso en posición de batalla.

Je, esto sería divertido.   


Proximo capitulo: 5/6

Nos vemos! :D

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