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Capítulo 24

Capítulo 24

Put your hand in my hand and we'll stand

Poseidón se movió por la espesa nube negra que lo envolvía, buscando salir de esta trampa para encontrar a Caos y deshacerse de él. Era el último dios primordial que quedaba, el único que seguía siendo un dolor de cabeza. Si lo mataban ahora lograrían descansar tranquilos sabiendo que ya no tendrían más problemas.

Apretó el tridente en su mano, pensando seriamente en lo molesto que era Caos y lo bien que hizo en eliminarlo la primera vez que fue a molestarlo a su castillo. Ahora tendría que repetir el proceso, asesinarlo de nuevo y evitar que más dioses envidiosos lo revivieran. Zeus tendría que hacer una ardua limpieza al respecto luego de la traición de varios dioses de otros panteones. Esto que habían hecho no solo puso en peligro a los humanos, algo que a Poseidón no le importaba, sino que también puso en peligro a los demás dioses. Divinidades de ese tipo no tendrían que seguir respirando al final del día, todas deberían estar muertas.

—¿Qué ocurre, Poseidón?—escuchó la voz de Caos cerca de él, pero el humo negro que lo envolvía no le permitía ver nada—¿Acaso no puedes hallarme?—podía sentir su voz desde atrás, pero por más que se girara Poseidón no veía a nadie—¿No puedes verme?

Caos rio suave y bajo, disfrutando de verlo girarse de un lado a otro en una búsqueda sin fin. Poseidón avanzó en el humo negro con su tridente preparado para el ataque, pero parecía estar solo en esto. Como si hubiera sido el único metido en este problema y sus demás hermanos no hubieran sido afectados por el humo negro.

Pero ¿qué había pasado con ellos?

***

Hades sabía que Caos tenía sus trucos y que este que estaba usando era su método desesperado por aferrarse un poco más a la vida. Ya sin Gaia ni Tártaro, sus posibilidades de ganarles estaban más bajas que antes. Solo quedaba él, luchando contra un montón de dioses y humanos que buscarían asesinarlo. Ni siquiera quedaron los hombres plantas de Gaia, los cuales habían sido de gran ayuda para mantener al enorme ejército entretenido. Pero ahora, sin ellos y solo, Caos solo debía buscar la manera de deshacerse de ellos, quienes de alguna manera eran los más fuertes y eran los que se estaban encargando de eliminarlo.

La bruma negra era envolvente y densa, tanto que Hades no era capaz de ver nada ni a nadie. Tampoco escuchaba a sus hermanos por ninguna parte, como si fuera el único ahí. Sabía que no era el único, pero el silencio era tan pesado que se sentía de esa manera.

Señor Hades, nos han llegado noticias del ragnarok...

Hades se giró al escuchar la voz de uno de sus sirvientes. No estaba ahí, pero su voz se escuchaba nítidamente.

Su hermano Poseidón...

¿De dónde venía esa voz?

Perdió su batalla...

Por un momento Hades vio una escena en la bruma negra. Vio a Proteo ofreciéndole una parte del tridente de Poseidón, llorando amargamente y pidiéndole que vengara a su señor. Hades no entendía por qué veía eso cuando claramente eso no había pasado. Su hermano menor estaba con vida y Proteo nunca se presentó a pedirle que vengara a su señor. ¿Qué era esto que veía?

—¿Qué crees que sea, rey del Helheim?—era la voz de Caos, lo sabía bien—¿En serio crees que los humanos son de confianza? ¿O acaso olvidaste lo que le hicieron a tu hermano?

Fue como si su cabeza se llenara de rápidos recuerdos, recuerdos propios que se sentían ajenos. Era extraño porque los recuerdos eran suyos y al mismo tiempo no, casi como si le pertenecieran a otro Hades. Eran recuerdos de él en el Helheim, recibiendo la noticia de la muerte de Poseidón. Él en la zona VIP de los dioses viendo la lucha de Buda y Hajun, sentado solo sin la compañía del emperador chino. Recuerdos de Hades decidiendo luchar en la séptima ronda del ragnarok. Una lucha a muerte contra Qin Shi Huang, donde era su bidente el que dañaba al humano.

Junto con los recuerdos, Hades comenzó a sentir una rabia asesina apoderándose de él. Una rabia dirigida hacia los humanos por haber lastimado a su hermano Poseidón. Un gran odio hacia aquellos que habían lastimado a su pequeño hermanito creció en su corazón, un odio desmedido y un dolor inigualable. Sus manos picaban, dispuestas a asesinar a cualquier humano con el que se encontrara.

Los nuevos recuerdos estaban bloqueando los reales, haciendo que el gran rey del Helheim se volviera peligroso.

***

Adamas no entendía lo que pasaba a su alrededor, pero a pesar de todo no actuó por impulso. De haberlo querido, hubiera comenzado a mover su arma divina de lado a lado sin miramientos, esperando rebanar algo en el proceso. Pero estando sus hermanos aquí bien podría lastimar a alguno de ellos. Sí, ni Zeus ni Poseidón eran hermanos que le cayeran bien, pero seguían siendo sus hermanos y a pesar de todo Adamas no quería hacerles daño. No otra vez.

A medida que avanzaba, con su arma divina preparada para atacar si veía a Caos, un sentimiento de furia comenzó a apoderarse de él. Era una furia dirigida a los humanos, algo que de cierta manera no tenía sentido. Que Adamas los considerara una molestia no quería decir que los quisiera apalear por todo y por nada. Pero ahora mismo, lo único que quería era matarlos a todos, en especial al humano Qin Shi Huang, el emperador que había estado con su hermano. Quería matarlo por quitarle a su hermano, por arrebatárselo. Él merecía la muerte por asesinar al rey del Helheim.

Adamas apretó los dientes, los sentimientos negativos apoderándose de él. Quería matar a los humanos, matar a Qin Shi Huang, hacerlo sufrir, arrancarle el corazón y las vísceras.

Necesitaba hacer sufrir a ese humano.

***

El dolor en el pecho de Zeus era inusual. Estaba seguro de que debía estar relacionado con el humo negro de Caos, pero aun sabiendo eso el enojo y el dolor en su corazón no menguaba. Junto con esos sentimientos, vinieron recuerdos. Recuerdos extraños de un Zeus que no era él, de un Zeus que había perdido a sus hermanos y que había asesinado a Adán. Un Zeus que seguía adelante con el ragnarok, sin importar las consecuencias que tendría por eso. Solo, sin hijos ni esposa preocupados por él. Solo, con el corazón adolorido y enfurecido, con dos hermanos perdidos y deseando restaurar el orgullo de los dioses, perdido con las muertes de sus hermanos.

Era un odio desmedido, un deseo de venganza, una sed de sangre que no había sentido antes. No solo se trataba de orgullo, se trataba del dolor de Zeus por perder a parte de su familia, a sus hermanos mayores. En ese momento no era orgullo lo que lo movía, no era nada relacionado con la dignidad que Hades profesaba, sino un deseo puro de venganza por el dolor en su corazón. Un dolor que no había sentido antes.

—¡Abuelo!—gritaron a sus espaldas.

La voz y el apodo era algo que Zeus escuchó antes. Solo recordaba a alguien que lo llamaba así y tenía esa voz. El único hombre capaz de tener las pelotas para tratarlo de esa manera siendo Zeus uno de los dioses más importantes de todos.

En medio de la pesada y oscura bruma, Zeus vio a un pequeño y rubio humano acercándose a él. Sus puños se apretaron con fuerza, las venas marcándose en el dorso al verlo. Este humano era un problema, una gran molestia. ¿No estaba muerto? Zeus lo había asesinado en el ragnarok, ¿qué hacía aquí? Bien, no importaba, iba a matarlo sin importar qué.

Atacó a Adán sin pensarlo, el sentimiento de furia en su corazón seguía intacta, por lo que lo único en lo que podía pensar era en partirle un par de huesos a Adán. El humano lo esquivó con facilidad, tal y como hizo en su pelea en el ragnarok, lo que enfurece a Zeus quien vuelve a atacarlo con rapidez.

Adán lo esquivaba sin atacarlo en ningún momento, algo de lo cual Zeus no se daba cuenta. Se concentraba tanto en golpearlo que no podía notar que el padre de la humanidad no estaba interesado en hacerle daño, sino en sacarlo de ahí. Pero Zeus no se detenía y eso solamente estaba entorpeciendo la meta de Adán. La furia enceguecía el corazón de Zeus y no le permitía controlarse y darse cuenta de la verdad. Era como si olvidara que la bruma negra que lo envolvía era la de Caos y que era eso mismo lo que lo estaba dominando.

Durante uno de sus puñetazos, Adán lo tomó de la muñeca y usó su fuerza para lanzarlo lejos. Pero el cuerpo corpulento de Zeus era pesado, por lo que lo movió unos pocos metros. Esto obligó a Adán a usar la técnica que Zeus aprendió de su padre para mandarlo a volar lejos de la bruma negra.

Zeus, quien no vio venir este ataque, recibió de pleno el golpe y salió volando, saliendo de la gran bruma negra que lo había envuelto. Casi al instante, Adán salió de la bruma negra, parándose cerca de Zeus a la defensiva. El dios parpadeó confundido al darse cuenta de donde estaba, la furia y el dolor en su corazón mermando rápidamente junto con los extraños recuerdos. Los ojos dorados de Zeus miraron a Adán, el cual lo miraba atentamente esperando su reacción.

—Adán—dijo sentándose correctamente en el suelo—, lo siento por lo de antes.

—Abuelo—Adán suspiró—, es bueno que volvieras.

***

Adamas escuchó pasos detrás de él, lo que lo hizo girarse con su arma divina dispuesto a rebanar cabezas. Apretaba los dientes, todavía furioso por la pérdida de su hermano Hades. Y puede que también estuviera un poco afectado por la muerte de Poseidón, pero era solo un poco.

—Ada-chan, cálmate, soy yo—dijo Buda alzando las manos en señal de paz.

—¿Y debe calmarme el que un traidor como tú esté aquí conmigo?—Adamas rio con burla—Imbécil.

—Adamas—habló serio Buda—, hay que salir de aquí, ahora.

—Tú no me ordenas nada—gruñó el dios antes de lanzarse hacia el iluminado.

Buda, con su ojo de señor iluminado, era capaz de predecir sus movimientos y esquivarlo. Adamas lo sabía, esta técnica de Buda era bien conocida por todos, sabía que era lo que le daba ventaja en la batalla. Su capacidad de ver las almas y sus futuros movimientos era un dolor de cabeza. Así que Adamas decidió dejar de pensar y desconectarse completamente, moviéndose de manera impredecible y con rapidez. Si bien Buda podía ver su siguiente movimiento, se le estaba complicando seguirle el ritmo. A pesar de lo sucedido con Poseidón, Adamas no dejaba de ser parte de la familia de Zeus, hijo de Cronos, y como tal, era poderoso. Más que un estúpido humano convertido en dios.

Su arma divina era mucho mejor que la espada de Buda, la cual no pensó que seguiría teniendo luego de la muerte de Zerofuku. Pero no importaba porque lo único que quería ahora era matarlo para llegar a Qin Shi Huang, el asesino de su hermano mayor. Iba a deshacerse de ese bastardo por haberle arrebatado a parte de su familia. Lo haría sin duda alguna.

Adamas gritó cuando algo explotó en su rostro, cegándolo momentáneamente. Sintió a alguien tomando su brazo donde tenía su arma divina y sintió a alguien más en su otro brazo, donde pronto un agudo dolor se dejó sentir en su carne. Algo había explotado ahí, debilitando su brazo. Fue cuando sintió dos manos más tomándolo y jalándolo hacia otro lugar.

Al ser liberado Adamas se frotó los ojos para volver a ver, el sentimiento negativo en su corazón desapareciendo junto con los extraños recuerdos. Miró desconcertado hacia los costados, notando a sus hermanas Hera y Hestia juntas, acompañadas de Sigfrid, Brunhilde y Anfitrite, cuidando de ellas mientras lo miraban.

—Agh—se quejó por el dolor en su brazo, viendo una herida abierta.

Un par de manos enguantadas en negro rápidamente envolvieron unas vendas en su brazo. Adamas reconoció esas manos enseguida, luego de lo ocurrido en el Helheim sería difícil para él olvidar alguna parte del cuerpo de ese extraño chi...

Adamas: ...

—Lo siento, pero si no hacía algo ibas a matarnos—dijo el hermano de Buda notando la forma en que Adamas miraba sus manos—. Lo siento.

Rápidamente el humano alejó sus manos de su cuerpo y se levantó, yendo al lado de Buda con la excusa de que no confiaba en estar al lado de este dios con el que ya se había encontrado anteriormente.

Adamas hubiera preferido ver a cualquier otro dios o humano en lugar del hombre con el que se había acostado.

***

Hades no podía encontrar a Poseidón, por más que buscara entre la oscuridad de la bruma no era capaz de ver a su hermano. No podía creer en esos recuerdos, le costaba creer que esos recuerdos fueran ciertos. Su hermano no podía estar muerto, no podía haber muerto en su batalla del ragnarok.

No es nada en tu contra, pero fue tu especie la que mató a mi hermano...

Era su voz, reconocía su voz, pero no sabía a quién le estaba hablando. Un humano seguramente por sus propias palabras. En sus recuerdos veía a un humano con una venda en los ojos, un humano inusual que se preparaba para luchar contra él. A su vez había otras imágenes que se interponían con estas. Imágenes de este mismo humano solo que sin la venda y acostado en una amplia cama, con sus bonitos ojos brillantes de placer y gimiendo su nombre.

No escucharás un gracias de mi parte, hermano...

Los recuerdos de Poseidón rápidamente opacaron estos otros, una furia quemante se apoderó de su pecho, un dolor que solamente buscaba ser calmada con sangre.

—Hades.

El rey del inframundo se giró, notando al hombre de la venda detrás de él. Parecía cauteloso pero a su vez preocupado, un brazo metálico ocupaba el lugar del brazo que Hades le había quitado.

—Rey de los humanos—dijo apretando su bidente.

El humano debió notar el peligro porque rápidamente se puso en posición.

—Sí, tu hermana me advirtió que no me reconocerías.

—¿Hermana? ¿De qué hablas? No tengo hermanas—dijo Hades preparándose para atacar a este humano.

Su odio, su enojo y su dolor se lo exigían. No tenía tiempo para caer en la trampa verbal de este hombre.

Vio la sorpresa en el humano antes de que este se defendiera de su ataque. Hades atacó sin compasión, buscando asesinarlo. El humano debió darse cuenta de su ataque letal porque lo esquivó sin atacarlo, buscando alguna grieta en su ataque para dar el golpe de gracia. Hades no iba a permitírselo.

—Hades, no quiero hacerte daño. Me caes bien, no me obligues a golpearte, razonemos de rey a rey, ¿sí?

—¿Razonar? No pienso razonar con la especie que mató a mi hermano.

El siguiente ataque el humano lo detuvo, tomando el bidente con su mano real.

—Todos tus hermanos están con vida—Hades forcejeó pero el humano lo sostuvo con fuerza algo que lo fastidió—. Veo que no entenderás con palabras. Bien, hora de ponernos rudos, baobei.

El humano sonrió, una sonrisa confiada y bonita que removió el pecho de Hades. No sabía por qué pero sentía que esta sonrisa la gustaba demasiado.

Por favor, vengue a mi señor Poseidón...

Los recuerdos azotaron su mente con fuerza, haciendo que el humano se tambaleara ante su fuerza. Un golpe directo en el pecho del humano lo hizo escupir sangre y soltarlo, dejándolo en el suelo tosiendo. Hades levantó el bidente para dar el golpe final a este humano y terminar con su vida. Sin embargo, el humano se levantó rápidamente y se abalanzó hacia él.

Hades se preparó para cualquier tipo de ataque. Un puñetazo, una patada, un cabezazo. No esperó un beso en la boca. No entendía qué tenía este humano en la cabeza como para besarlo, ¿en qué pensaba?

Fue cuando sintió la mano metálica en su pecho que lo supo. Esta mano salió eyectada con fuerza, empujándolo lejos y haciéndolo salir de la bruma. Hades cayó al suelo, viendo con más claridad todo a su alrededor ahora, sintiendo el odio y el dolor disminuir junto con los recuerdos. Fue entonces que se dio cuenta, no solo que sus hermanos en su mayoría habían salido de la bruma, sino que había lastimado a Qin Shi Huang. Pensó en meterse a la bruma para sacarlo cuando Deméter tomó su muñeca.

—No lo hagas—advirtió preocupada, a su lado estaba el humano de Hércules con Hércules al lado—. Él estará bien, no será afectado por la bruma como nosotros, los dioses puros.

Fue así. Qin Shi Huang salió sin problemas de la bruma negra, caminando directo hacia Hades para arrodillarse frente a él.

—¿Estás bien?

Hades vio la sangre en la comisura de su boca que no había limpiado. La limpió con su pulgar, sintiéndose mal por haberlo tratado así.

—Lo siento—Qin Shi Huang lo besó entonces frente a todos otra vez.

Su boca sabía a sangre, pero seguía siendo un beso demasiado dulce.

—Está bien, no eras tú.

Hades sonrió, apoyando su frente contra la de Qin Shi Huang, antes de girarse hacia Deméter.

—¿Todos salieron de la bruma?

—No...—ella miró preocupada la bruma negra—Poseidón todavía está dentro.

—Estará bien, Kojiro fue por él—dijo Qin Shi Huang.

Hades realmente esperaba que su hermano estuviera bien.

***

Poseidón escuchaba las voces a su alrededor. También había recibido un golpe de recuerdos falsos que ignoró al instante. Él sabía lo que había pasado en su batalla contra Kojiro, él sabía que Kojiro no lo había asesinado y que habían visto juntos las demás peleas. Y de haberlo matado, Poseidón no se hubiera enojado con él, después de todo prefería su muerte antes que la del humano.

Así que avanzaba por la bruma intensa, buscando al desgraciado de Caos. No sabía si sus hermanos habrían salido bien de esa o no, esperaba que sí. No quería que nada le pasara a Hades, y a los demás tampoco porque sino Hestia y Hades sufrirían por eso y él los apreciaba lo suficiente como para verlos mal por algo. Tenía que terminar con todo, deshacerse de este problema para recobrar la paz y poder mantener a Kojiro a salvo.

—¿Qué tan seguro estás de eso?

La voz de Caos de nuevo resonó en la oscuridad. Poseidón la buscó, apretando su tridente con frustración al no ver a este desgraciado por ningún lado.

—¿En serio crees poder protegerlo?

—Poseidón...

Poseidón se giró, viendo a Caos sosteniendo a Kojiro del cuello con una mano y sonriéndole arrogantemente. Frunció el ceño con molestia, Kojiro no debía estar en esta situación, ¿acaso se había metido a la bruma negra? Luego hablaría con él al respecto.

—Suéltalo—advirtió Poseidón.

Caos rio mientras seguía sosteniendo a Kojiro por el cuello.

—Tú no me ordenas.

Poseidón no lo pensó, simplemente se arrojó hacia Caos y le quitó de un golpe a Kojiro de la mano para empezar a atacarlo. Caos reía mientras esquivaba sus ataques, burlándose de Poseidón y repitiéndole una y otra vez lo mismo.

—¿En serio crees poder protegerlo?

Lo haría, claro que sí, Poseidón no dejaría que este maldito demente le hiciera algo a Kojiro.

—Desaparece, escoria.

Su tridente buscaba claramente deshacerse de este bastardo ágil que esquivaba cada ataque. Pero Poseidón era mejor que él, mucho más rápido y mucho más veloz. Así que no demoró mucho en atravesarlo con su tridente de lado a lado a la altura del vientre. Caos escupió sangre por el enorme hueco que Poseidón dejó con su tridente, algo muy parecido a lo hecho con Adamas en el pasado. Caos se agarró al tridente de Poseidón, riendo todavía como un idiota.

—¿En serio...crees...poder protegerlo...de ti?

Poseidón frunció el ceño, dispuesto a lanzar a este bastardo lejos para sacar el tridente. Pero entonces sintió una caricia en su rostro y una voz que conocía bien.

—P-Poseidón...

La bruma se disipó entonces, con una rapidez increíble. Y fue cuando esta desapareció que Poseidón se dio cuenta de por qué Caos le decía lo que le decía.

Frente a él, atravesado con su tridente no estaba Caos, sino Kojiro. La mano de Poseidón tembló, dudoso de quitarle el tridente a Kojiro cuyo cuerpo difícilmente se estaba manteniendo en una pieza.

—C-chico...—el humano sonrió al alzar su mirada hacia los ojos claros de Poseidón—me alegra que regresaras...

—Kojiro...

Una risa estruendosa se escuchó entonces. Caos reía a unos metros de ellos, mirando la escena de Kojiro y Poseidón.

—Tanto que lo protegiste y al final serás tú quien...

Las palabras de Caos se cortaron cuando una espada atravesó su cuello y dos tentáculos de agua su torso. La espada estaba envuelta en llamas que no tardaron en quemar su cuerpo para desintegrarlo poco a poco.

Poseidón atrapó a Kojiro, sacando con cuidado el tridente de su interior y sosteniéndolo suavemente entre sus brazos.

—Kojiro...lo siento, yo...

—Hey, está bien—lo detuvo Kojiro alzando su brazo para tocar el rostro de Poseidón—, está bien...

—No, Kojiro, no está bien—miró la enorme herida de Kojiro, la cual le recordaba a Adamas—. Esto no es...No quería esto...

—Lo sé—sonrió Kojiro mirándolo—, sé que no...me harías daño...

No, Kojiro no podía morir, no ahora que habían ganado, no ahora que podían vivir tranquilos juntos.

—¡Belcebú!—llamó sabiendo que el enano adoptado por Hades estaba cerca—Salvaste una vez a Adamas, necesito que hagas lo mismo con Kojiro, ahora.

—No puedo hacerlo—dijo la mosca depresiva—. El cuerpo de Adamas es diferente al de Kojiro, incluso aunque nos apresuremos, ya no puedo hacer nada por él.

—¿Cómo que no puedes hacer nada?—Poseidón sentía el dolor apoderarse de él, dejando salir su voz con molestia y desprecio—¡Salvaste la vida de Adamas! ¡Puedes salvar la de Kojiro! ¡Sé útil maldita sea, tú...!

La mano de Kojiro lo detuvo, sus dedos suavemente posados en sus labios.

—Basta...por favor...—pidió, su voz cada vez más débil—Poseidón...yo...realmente quería verte...en la playa...otra vez...No te conocía...pero incluso en ese entonces...ya lo sabía...

Poseidón quería pedirle que no se esforzara, que dejara de hablar, pero no tenía caso pedirle eso cuando de todas formas Kojiro moriría.

Otra vez, pero esta vez en sus brazos.

—¿Qué sabías?—preguntó tan tranquilo como le era posible, tomando la mano de Kojiro y manteniéndola cerca de su rostro.

—Lo mismo que...supe ahora...cuando volví a verte...—Kojiro le sonrió, su sonrisa era tan bonita que hacía doler el corazón de Poseidón—En verdad...me gustas mucho, Poseidón...—el dolor creció en el pecho de Poseidón, era agudo y demasiado doloroso—Volvamos...a esa playa...una vez más...

Poseidón apretó los dientes, reprimiendo el nudo en su garganta. Sasaki Kojiro, el hombre que amaba, estaba muriendo en sus brazos y no había nada que pudiera hacer. Era el rey de los mares, el Dios de Dioses, pero eso no era capaz de salvar a Kojiro de la muerte. Era tan poderoso, tan fuerte, pero ¿de qué le servía?

—Te llevaré ahí cuando quieras—respondió manteniendo la mano de Kojiro contra su mejilla.

—Hades—llamó Hestia desesperada detrás de él—, el regalo que te di hace años, ¿le has dado el suyo a Poseidón?

—Lo hice—Hades sonaba confundido—, pero eso...

—¡Poseidón!—gritó Hestia—Dime que le diste el collar a Kojiro. ¡Ese collar tiene poderes curativos!

Poseidón entonces miró el cuello de Kojiro, quien no portaba el collar como había visto que hizo. ¿Acaso lo habría guardado en algún bolsillo para no perderlo? Desesperado soltó la mano de Kojiro quien respiraba débilmente y estaba más inconsciente que consciente. Pero ni siquiera tanteando en la ropa del humano consiguió sentir la perla del collar que su hermana le había dado.

Tal vez fue cuestión de suerte, no estaba muy seguro, pero al mirar hacia abajo se dio cuenta que las heridas que había recibido antes, y que no habían sido gran cosa, habían desaparecido de su cuerpo sin que se diera cuenta. Poseidón no tenía esa habilidad. Entonces, notó la bolsita que Kojiro le había regalado. Quitándola con premura la abrió y se dio cuenta que dentro estaba el collar. Lo dejó caer sobre el pecho de Kojiro y sostuvo el collar contra su cuerpo, la bolsita cayendo a un costado del cuerpo del humano.

Una luz débil brilló en la perla blanca. La carne de Kojiro comenzó a reconstruirse y sus tejidos a unirse de nuevo, la gran herida cerrándose casi de milagro.

Poseidón sabía que su hermana mayor tenía una habilidad única, nunca pensó que esto estaba dentro de sus habilidades.

Cuando la piel terminó de unirse y no hubo un gran agujero en el cuerpo del espadachín, este abrió los ojos, su respiración recuperando fuerza. Sonrió de nuevo, haciendo que el corazón de Poseidón latiera aliviado. La mano del humano se dirigió al rostro del dios, limpiando una lágrima traicionera que escapaba por su mejilla.

—Tranquilo, será nuestro secreto—murmuró Kojiro cómplice.

Y Poseidón lo abrazó, sintiendo el cuerpo cálido del humano y su corazón latiente contra su fría piel.

Al fin podía ser feliz con él.

***

Hestia vio con alivio que el humano Sasaki Kojiro había sido salvado con éxito y que todo había terminado bien. Se había asustado tanto al ver a Kojiro morir en brazos de su hermano que estuvo cerca de arrastrarse hacia ellos para usar incluso hasta sus últimas energías para salvarlo. No dejaría a su hermano sufriendo de esta manera, no ahora que era feliz al lado de alguien que lo entendía.

Estaba pensando en decirle a Anfitrite que la ayudara a levantarse para encaminarse a algún lugar a que curaran sus heridas, cuando sintió dos brazos gruesos y fuertes rodeándola. Incluso con su inmenso tamaño, Zeus tuvo cuidado de no dañarla más de lo que ya estaba, simplemente la estrechó entre sus brazos.

—Zeus, ¿qué pasa?

Zeus se ocultó en su cuello, sintió la humedad en esa zona y se dio cuenta de que su hermano lloraba.

Esto no fue algo que hubiera vivido antes con él. Con algunos de sus hermanos sí porque los crio desde pequeños, pero cuando pudo ver a Zeus este ya era grande y no era un dios que llorara fácilmente.

La verdad fuera dicha, esta era la primera vez que lo veía llorar. O lo sentía, no había visto sus ojos llenos de lágrimas, solamente lo sentía en su cuello.

Su brazo bueno acarició la espalda de su hermano buscando darle consuelo.

—Está bien, Zeus, está bien, ya todo pasó—consoló dulcemente a su hermano pequeño.

—Lo siento...lo siento tanto, Hestia—dijo él con la voz rota, todavía aferrado a su hermana mayor—. No quería golpearte, lo siento...yo...prometo ser un mejor hermano a partir de ahora, seré un mejor dios. Lo prometo, en serio.

Hestia sonrió cálidamente, devolviendo el abrazo tanto como le era posible. Su enorme hermano a pesar de todo seguía siendo un pequeño niño.

—Está bien—murmuró ella—. Gracias, mi pequeño Zeus.

—Sí, sí, muy lindo, pero no eres el único que quiere abrazar a Hestia—dijo Hera casi gruñéndole a su hermano—. Quítate, viejo rabo verde.

—Oblígame, vieja bruja—le respondió Zeus sin soltar a Hestia.

—¡¿Cómo me dijiste, maldito viejo pervertido?!

—Vieja bruja.

—¡Te mato!

—¡Hera, espera, no!—intervino Deméter tomando a su hermana para evitar que golpeara a Zeus.

No porque quería evitar más violencia, sino porque Zeus estaba agarrado a Hestia y ella estaba herida. Si forcejeaban con ella en el medio, posiblemente sus heridas empeorarían.

—¿No pueden comportarse, por todos los primigenios unidos?—se quejó Adamas ayudando a Deméter a contener a Hera.

Hestia rio, todavía con Zeus enganchado a ella como un pequeño niño.

Así de locos y todo, amaba a sus hermanos.

***

Qin Shi Huang estaba hablando con algunas divinidades y humanos, parecía indicarles lo que tenían que hacer con los dioses capturados que habían estado del lado de los dioses menores. Se acercó a ellos, haciendo que las divinidades lo notaran y se giraran hacia él, un deje de miedo y admiración en sus ojos.

—Envíen a los traidores al Helheim hasta que se decida que se hará con todos. Hablen con mi ejército, ellos sabrán bien dónde llevarlos.

—Sí, señor Hades—la divinidad se inclinó ligeramente antes de girarse hacia Qin Shi Huang—. Emperador Qin, gracias por su ayuda.

Qin Shi Huang sonrió, recibiendo agradecimientos de otras divinidades y de humanos que estaban lejos de ser parte de China. Podía entenderlo, la admiración y el respeto que sentían hacia este hombre. Este pequeño hombre con la sonrisa más bonita que Hades vio había conseguido unificar a dioses y humanos para luchar juntos de manera admirable. No había duda alguna de que este emperador era digno de la admiración de Hades y de ser llevado al Helheim para pasar un tiempo ahí a su lado.

En lo posible, un largo tiempo.

—Aunque admiro mucho el trabajo que has hecho, considero imprudente que hayas venido a luchar cuando te estabas recuperando de una herida muy grave.

—Rey del inframundo, su preocupación me halaga, pero es innecesaria, estoy...

—Estás jugando con los límites de tu propio cuerpo—interrumpió Hades frunciendo el ceño—. La guerra ha terminado, sería lo mejor que tengas reposo, tu brazo debe volver a su lugar.

Qin Shi Huang miró hacia la zona donde estaba su brazo metálico.

—La verdad...este me parece genial. Ese hombre, Tesla, es en verdad un genio. Necesito ir a decírselo—Qin Shi Huang se giró, ignorando completamente a Hades—. Señor Tesla, ¿me brinda un momento?

El hombre del cual hablaba Qin Shi Huang no estaba muy lejos, vestía el mismo traje que en su batalla y a su lado estaba Belcebú, junto a otros humanos con trajes similares. La única mujer del grupo incluso flotaba con el suyo.

Hades suspiró, siguiendo al rey humano para evitar que terminara agotándose por tantas emociones en un lapso corto de tiempo.

***

Al final, todo fue decidido bastante rápido. Luego de que los humanos y los dioses afectados físicamente por la guerra fueran atendidos, Zeus se reunió con los dioses que habían estado en contra de todo esto y se decidió un castigo justo para aquellos que pusieron en peligro la vida de todos. Los humanos participantes del ragnarok y las valquirias incluidas estuvieron presentes ese día. Todos estuvieron de acuerdo, luego de una argumentación justa, que esos dioses fueran asesinados para evitar un futuro problema similar. También estuvo el tema de Sigfrid y su injusta encarcelación. Freya, quien no solo fue por los arcángeles para ayudar, llevó consigo a Baldr, el hijo de Odín que supuestamente Sigfrid había asesinado.

La verdad salió a la luz. Baldr contó que su padre fingió su muerte y lo encerró bajo tierra, en un lugar que pocos conocían, y ahí lo mantuvo hasta que hace poco Freya lo sacó de ahí. Sigfrid, por su parte, contó el verdadero motivo detrás de su encarcelamiento. Hades, como buen rey, admitió su error y dio una disculpa a Sigfrid por todo lo que vivió de manera injusta, dejando en claro que ahora era libre y que sería bueno que recuperara todos sus años perdidos.

En cuanto al castigo de Sakata Kintoki y Jataka, Hades decidió que Jataka no volviera a pisar el Helheim nunca más y pagara por los daños ocasionados, mientras que Sakata no tendría demasiado castigo. Él no había hecho ningún daño a la propiedad de Hades, ni había asesinado a demasiados guardias, solamente liberó a Sigfrid, un prisionero que estaba encerrado injustamente. De los dos involucrados, fue Jataka quien más caos hizo, así que por eso se le concedió simplemente no volver al Helheim y pagar por los daños. Hades podía reconstruir lo destruido y reponer a los guardias perdidos, no tomaba tanto trabajo como volver a tener a ese solo humano de nuevo en su territorio causando desastres.

La reunión fue larga ya que no solo se brindaron castigos, también hubo acuerdos a los cuales llegar. Uno de ellos era con los humanos. Luego de la ayuda brindada, Zeus consideró que el tema de su extinción sería estúpida y optó por dejarlos en paz, planteando una forma de hacer que los humanos que vivían en el midgard en la modernidad cambiaran ciertos aspectos destructivos que los extinguiría antes de que los dioses lo hicieran. Adán sería uno de los supervisores de la humanidad y uno de sus guías, ayudando a Zeus en ese trabajo junto a sus hijos y Eva. También se plantearon nuevas reglas para todos los dioses y los humanos que vivían en el Edén.

Fueron demasiadas cosas en una reunión de horas, pero todos habían salido finalmente satisfechos de ahí.

***

Zeus no había ido a su castillo todavía, ocupado supervisando las nuevas reglas junto a Adán. Si bien dudaba que los dioses hicieran algo, todavía tenía ciertas desconfianzas luego de tremendas traiciones. Lo mejor era quedarse ahí por unos días, mientras se encargaba de que todo fuera a la perfección.

Había cometido tantas faltas en el pasado que no quería volver a pasar por lo mismo.

—Creo que puedes regresar con tu familia a casa, con Eva podemos con esto—dijo Adán sonriendo suavemente.

—Me haría sentir más seguro quedarme aquí un día más.

Adán asintió mirando hacia los ángeles que ayudaban a los humanos en el Edén a construir viviendas más adecuadas que las que tenían.

—¿Estás evadiendo algo?

—No, en realidad no. Pienso hablar con Hera al llegar y disculparme como es debido—aclaró Zeus mirando lo mismo que miraba Adán—. Si bien no puedo enamorarme de ella como tal vez sería lo mejor, puedo ser un mejor esposo y respetarla como es debido. Ella realmente no se merecía nada de lo que le hice.

—No, no lo hacía. Fuiste un esposo horrible y un padre negligente. Pero no se te puede echar del todo la culpa, aunque siete octavos de la culpa es tuya, también es culpa de Cronos por no haber sido un buen padre. De haber tenido un mejor padre, un guía de verdad, no hubieras ocasionado tanto dolor.

—Pero no se puede regresar el tiempo y cambiar las cosas, así que solo me queda mejorar para ser un buen padre y un buen esposo—Zeus frunció el ceño mirando hacia el suelo—. No solo tendré que hablar con Hera.

Adán asintió sabiendo a qué se refería. Zeus no solo le debía una gran disculpa a su esposa, sino también a sus hijos por haber sido un desastre como padre. A quien sentía que le debía una disculpa mayor era a su hijo Ares, su primogénito. También a Hermes, quien parecía ser su mayordomo personal en lugar de su hijo.

—Mientras seas sincero y les demuestres que estás dispuesto a cambiar, entonces todo estará bien—le aseguró Adán palmeando su espalda.

Zeus le sonrió, agradecido con este humano.

***

Belcebú no había estado seguro de hacerle la propuesta a Nikola, pero sabía que debería hacerlo tarde o temprano. No solo hizo la propuesta, también tuvo que explicarle al científico que solamente tendría que ir él solo sin sus amigos científicos al Helheim. Belcebú podía hablar con Hades para que una persona entrara al Helheim con él, pero no podría hacerlo por un grupo de científicos.

Nikola solo hizo una pregunta.

—¿Puedo salir a visitarlos?

Belcebú le aseguró que eso era algo que podía arreglar sin problemas por él y que seguramente conseguiría salir. Nikola sonrió y terminó aceptando su propuesta.

Así que ahí estaba, viendo al científico despedirse no solo de sus amigos científicos, sino también de su hermano Dane. Le prometía que junto con las visitas que haría en el Edén a los científicos pasaría también a saludarlo a él para hablar de todas las maravillosas cosas que vería en el Helheim. Sus amigos dijeron que lo mantendrían al tanto de todo lo que descubrieran, incluso de los proyectos en conjunto que pensaban hacer con los herreros divinos. Luego de haber trabajado juntos para vencer a los dioses primordiales, tanto el grupo de herreros como el de científicos quedaron encantados los unos con los otros y se propusieron el trabajar juntos de nuevo. Nikola había estado emocionado también al respecto, pero si se iba ahora al Helheim no sería capaz de participar de esos maravillosos proyectos.

Belcebú se sentía mal al respecto.

—Listo, ya podemos irnos—dijo Nikola acercándose a él con una valija y un bolso que tenía algunos de sus proyectos a medio terminar.

—¿Estás seguro, Niko?

Nikola lo miró confundido.

—¿Por qué no lo estaría?

Belcebú miró hacia el grupo de científicos que los veían confundidos también.

—Tienen muchos proyectos interesantes que llevar a cabo, te veías emocionado cuando hablaron con los herreros al respecto. Del Helheim es probable que puedas salir una o dos veces en el mes, no creo que eso sea suficiente para llevar a cabo todo lo que desean. Por eso... ¿estás seguro de venir conmigo?

Nikola entonces sonrió dulcemente, tomando la mano de Belcebú.

—Me emociona más trabajar contigo que con ellos—respondió sincero el humano.

El corazón de Belcebú latió con fuerza, sus mejillas sonrojándose. Le recordó a la última vez que estuvo con Lilith y le prometió que la protegería siempre.

Ahora entendía por qué ella le dijo que no dijera esas cosas tan de repente porque se sonrojaba.

—Bien—una sonrisa involuntaria se formó en sus labios—, sígueme, es un camino largo.

Nikola sonrió en grande, apretando su mano.

—¡U redu! (De acuerdo)

***

Buda tuvo que asegurarse de que todo en el Edén marchara bien. Solo lo hizo el primer día porque luego de notar que Adán llevaba todo perfectamente, decidió que su trabajo había finalizado y que los humanos habían quedado en buenas manos. Además el viejo pervertido de Zeus parecía mucho más centrado y racional de lo que alguna vez Buda lo vio ser.

—¿Estás listo, Zerofuku-chan?—preguntó apoyándose en la pared mientras comía unos chocolates.

Zerofuku estaba en la cama, hablando con un ave mientras parecía darle larga al viaje que tendrían juntos.

Buda le había propuesto viajar juntos por el mundo, conocer el mundo moderno y a los humanos de ahora. Aprender más no solo de los demás sino también de sí mismo. Zerofuku había pasado demasiado tiempo sumergido en el odio, había perdido años de su vida para disfrutar de un buen amanecer o una buena comida. Incluso de simplemente sentirse bien con su entorno. Zerofuku se había perdido de tanto por culpa del odio y los sentimientos negativos de su corazón que Buda quería devolverle todas esas experiencias.

Pero a pesar de que Zerofuku parecía encantado con la idea, se veía un poco reacio a realizar dicho viaje. Buda no entendía por qué y Zerofuku no parecía muy de acuerdo en compartirle sus inquietudes, al menos por el momento.

—Yo...creo que sí—dijo el pequeño dios encogiéndose en su lugar con la avecilla posada en su cabeza.

Buda se acercó al dios, dejando los chocolates aparte. Tomó al pequeño dios y lo cargó para sentarse con él encima. Sus piernas estaban en posición de loto y Zerofuku entraba perfectamente en el medio donde quedaba un hueco. Lo abrazó sintiendo que encajaba perfectamente en sus brazos.

—¿Qué es lo que pasa?—preguntó suavemente apoyándose en el hombro de Zerofuku.

El pequeño dios no lo miró, simplemente frunció el ceño con preocupación.

—Tengo miedo.

—¿Miedo de qué?

—Yo...¿qué pasa si vuelvo a cometer el mismo error?—preguntó en un murmullo Zerofuku—¿Y si vuelvo a odiarte? ¿Qué pasa si vuelvo a sentirme tan desgraciado como en el pasado?

Buda podía entender si Zerofuku tenía ese miedo. Luego de pasar años sintiéndose miserable por querer hacer bien a un montón de personas que no lo apreciaron en su tiempo, ahora podría tener miedo de volver a caer en la trampa y volver a sentirse mal. Zerofuku no iba a querer eso, no ahora que sabía lo que se sentía ser realmente feliz y no ahora que sabía el secreto de la verdadera dicha.

Sonrió, apretando ligeramente el abrazo. Zerofuku seguía sin mirarlo, solo acurrucado entre sus brazos.

—Eso no volverá a pasar, Zerofuku-chan. No lo voy a permitir—una de sus manos tomó las pequeñas del dios y entrelazó sus dedos—. Yo te guiaré, así que tranquilo, no hay nada que temer.

Zerofuku miró sus manos unidas, sus dedos eran más delgados que los de Buda y un poco más pequeños. Pero aun así encajaban perfectamente. Buda realmente no quería soltar su mano.

El pequeño dios apretó su mano, manteniendo sus dedos entrelazados.

—¿Lo prometes?

Buda sonrió acariciando con su nariz la mejilla de Zerofuku.

—Lo prometo.

Zerofuku estuvo un momento en silencio antes de girar su cabeza, las puntas de sus narices acariciándose suavemente. Sonrió suavemente con sus manos todavía unidas.

—Vamos entonces. Guíame, Buda.

Buda apoyó su frente contra la de Zerofuku, una felicidad nunca antes experimentada explotando en su pecho.

***

Las enfermeras se habían encargado de ayudar a Qin Shi Huang a tener de nuevo su brazo perdido, sin importar qué tanto le gustara al emperador el brazo robótico que Nikola Tesla le había hecho. Hades le había dicho que lo mejor era que volviera a tener su brazo de nuevo, en especial ahora que tenía la oportunidad. Si en un futuro lo perdía y no había manera de recuperarlo, entonces sería bueno considerar el brazo metálico.

Incluso a pesar de aceptar, Qin Shi Huang parecía en verdad encariñado con el brazo metálico.

Hades lo veía ahora terminando de arreglarse, sentado en una silla al lado de la camilla donde Qin Shi Huang tuvo que pasar un día entero ahí antes de que su brazo estuviera completamente unido a su cuerpo. Lo único que le había quedado fue una delgada cicatriz que él mostraba orgulloso.

—Entonces, ¿estás listo para mostrarme tus dominios, rey del inframundo?—preguntó Qin Shi Huang luego de colocarse de nuevo la venda en sus ojos.

—Si estás listo para entrar al lugar donde todos los humanos temen entrar, entonces sí.

—No todos le tememos al inframundo—dijo Qin Shi Huang acercándose a Hades para pegar sus cuerpos y tocar con su dedo con la garra dorada el mentón del dios—. A algunos nos emociona el peligro.

Hades sonrió, tomando la muñeca del humano para alejar su mano y acercarse a su oído.

—¿Estás seguro de poder soportarlo?—susurró sensualmente haciendo reír a Qin Shi Huang.

—He pasado peligros peores en mis tiempos como emperador—dijo alejándose del dios como si no hubiera entendido la indirecta—. Además confío en que me protegerá en este viaje, mi buen amigo.

Hades parpadeó confundido por el apodo. ¿Buen amigo? ¡Este buen amigo bien había indagado en los recovecos más profundos del primer emperador de China!

—¿Buen amigo? Hasta donde recuerdo, no fuimos "buenos amigos".

Qin Shi Huang sonrió, todo bonito y burlón. Hades quería besarlo.

—Lo que pasó en el ragnarok, se queda en el ragnarok—dijo divertido el emperador antes de pasar por su lado—. ¿Seguimos nuestro camino, mi buen amigo?

Hades tomó eso como un desafío.

—Por supuesto, mi buen amigo.

***

Fue como regresar el tiempo atrás, como si nunca se hubiera ido de casa y hubiera vivido hasta el fin de sus días ahí. Fue un choque muy grande de recuerdos, pero acogedor. Sintió que volvía a su hogar luego de años perdido en calles desconocidas. Sentía que volvía a vivir otra vez.

—Bienvenido a casa de nuevo, Will—dijo Hércules, quien había adoptado la forma que solía usar cuando estaba en el mundo humano.

La señora Megara estaba a su otro lado, con una sonrisa cálida y ropa mucho más modesta que la que la vio usar en el Valhalla. Ella tomó su mano con cariño, apoyándose en su hombro.

—Hay que festejar, ¿no crees?—dijo ella separándose para encaminarse a la cocina—Prepararé un pastel, siento que el postre es más importante que la comida hoy.

Megara se fue, dejándolos solos a ellos dos. Will miró la sala, el lugar que conocía bien, donde pasó muchas noches inolvidables junto a este dios. Hércules lo abrazó por detrás, apoyándose suavemente sobre su cabeza.

—Hacía mucho tiempo que no venía aquí—comentó el dios suavemente—. Desde que me llegó tu diario, no regresé aquí. No era capaz de hacerlo. Por lo único que me quedé en Londres por mucho tiempo fue por ti. Sin ti aquí, no era necesario quedarme.

William acarició las grandes manos del dios que estaban sobre su vientre.

—Pero ahora estoy de vuelta y no pienso irme otra vez—dijo Will manteniendo sus manos sobre las de Hércules.

Hércules metió su rostro en el cuello de Will, ocultándose en él.

—Lo sé—susurró el dios—. Y eso me hace muy feliz.

Will sonrió y girando la cabeza dejó un beso en la mejilla de Hércules.

My dear god—murmuró William enamorado.

Hércules sonrió y le devolvió el beso, pero esta vez en la boca.

***

El palacio de Thor era en verdad inmenso y demasiado lujoso. Lü Bu agradecía que fuera así porque de esa manera su ejército, su padre y Liebre Roja podrían vivir cómodamente. No había pensado en irse a vivir todos juntos a ese mismo lugar, pero Thor le dijo que no había problema en eso y Lü Bu terminó por seguirlo.

Fue un poco complicado en un inicio porque Sif estaba todavía en el palacio junto con su hijo. Thor, quien había descuidado por años su palacio, no recordaba si Sif seguía viviendo con él o no. O mejor dicho, ignoraba si ella seguía ahí. Por lo que al volver con todos juntos para tomar el lugar de Odín, habló con Sif en privado para que se fuera del palacio tan pronto fuera posible y se llevara a su hijo con ella. Junto con eso, Lü Bu se enteró de que Thor le había dado el divorcio. Por la mirada de Sif, el general chino no era de su agrado.

—Por tu culpa debo irme ahora de casa, ¿feliz?—dijo el hijo bastardo de Thor unas horas más tarde cuando se encontraron en el pasillo.

Lü Bu se cruzó de brazos, elevando una ceja.

—Niño, tuviste suerte de vivir aquí en primer lugar a pesar de que se merecían que Thor los dejara en la calle. Además, por lo que tengo entendido, Thor los ayudará a conseguir un lugar para que puedan irse.

El bastardo murmuró algo antes de marcharse y dejar a Lü Bu solo.

Él y su madre se fueron de casa ese mismo día y el general en ningún momento le dijo a Thor sobre esa tonta conversación. No porque no confiara en él, sino porque Thor ya tenía suficiente con tener que lidiar con las responsabilidades de su padre como para lidiar con un mocoso que seguía vivo por la benevolencia de su padrastro.

Aunque no solo Thor estaba ocupado, Lü Bu también había terminado ocupado, ayudando al gran dios nórdico en mantener la seguridad de Asgard. Como un guerrero fuerte y experimentado, Thor había considerado que era el indicado para ayudarlo en esa tarea junto a su ejército y su estratega. Su padre, por otro lado, ayudaría en los orfanatos. Lü Shang era bueno con los niños, por lo que lo mejor sería que fuera a ese lugar a ayudar.

A pesar de que no era nada muy diferente a lo que acostumbraba, Lü Bu descubrió que era realmente agotador lidiar con tanto. Sin importar que tuvieran la ayuda de Freya y otras divinidades del panteón nórdico, las tareas eran pesadas, sobre todo ahora que recién comenzaban. Quería creer que las cosas mejorarían con el tiempo.

—¿Día duro?—preguntó divertido viendo a Thor ingresar al cuarto en la noche.

La cena había pasado sin que el dios participara de ella. En realidad, Lü Bu ni siquiera lo había visto en todo el día hasta ahora.

—No quiero hablar de eso—dijo Thor caminando hacia la cama, donde el humano lo esperaba.

Su enorme cuerpo se arrojó a Lü Bu, quien ya estaba preparado para dormir. El largo cabello rojo de Thor quedó desparramado por las sábanas blancas que cubrían las piernas de Lü Bu. El humano sonrió acariciando las hebras rojas.

—¿Quieres que te mime, señor dios perfecto?

Thor sonrió, apretando la nariz de Lü Bu.

—Si a mi general no le importa.

Lü Bu sonrió, inclinándose para besar la frente de Thor.

—Ven aquí, mocoso mimado.

***

Poseidón estaba apoyado contra el umbral de la puerta, viendo a Kojiro prepararse para su viaje. Luego de recuperarse en el palacio submarino de Poseidón, quien estuvo prácticamente con él todo el tiempo tras aclarar sus sentimientos, el mismo dios del océano le dijo de realizar un viaje por el mundo entero. Un viaje en el mundo moderno para que Kojiro conociera las nuevas costumbres y la forma en que el mundo los veía a ellos. También le parecía interesante que viera su país en la modernidad, un lugar que era completamente diferente al que conoció. Asimismo sabía que quería conocer Grecia porque era el lugar al que "pertenecía" su panteón.

—Esta ropa es extraña—dijo Kojiro mientras se veía en el espejo, vestido con un sencillo pantalón blanco de tela liviana y una camisa del mismo material y mismo color.

—Te será más cómoda que la que sueles usar—dijo Poseidón acercándose a él—. Sin contar con el hecho de que este tipo de ropa es algo normal ahora.

Kojiro se volvió a ver en el espejo, donde incluso su cabello estaba atado en una coleta baja para complementar con el estilo casual. Aunque Poseidón no creía que Kojiro fuera alguien que no llamara la atención. Era demasiado hermoso como para que nadie se girara a verlo.

—Se siente extraño, pero creo que es más extraño verte a ti vistiendo así también.

Ah, sí, Poseidón no iría con su ropa habitual o todos lo verían raro. Así que para este viaje, Poseidón vestiría con ropa humana para pasar desapercibido. Solo que sus prendas tenían colores azules y celestes, lo que contrastaba un poco con la ropa puramente blanca de Kojiro.

—Si voy vestido como conoces todos me tratarán de loco.

—Sí, es mejor evitar que uses tu tridente contra humanos, en especial ahora que estamos en tiempos de paz—Kojiro sonrió girándose hacia Poseidón—. ¿Cómo viajaremos hasta Grecia? ¿Con algún instrumento divino?

—Consideré que para que tu experiencia fuera completa, lo mejor sería usar la forma humana. Y para llegar a Grecia, lo haremos de la forma marítima. Solo espero que no vomites tanto.

Kojiro frunció el ceño confundido.

—¿Vomitar?

Poseidón sonrió dirigiéndose a las maletas de ambos para tomarlas.

—Ya verás de qué hablo. 

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Título del capítulo parte de la canción Skyfall de Adele

Y con este termina la segunda parte de Thunder, ocean and tea. En los extras se verá el avance de las parejas y que pasó luego de todo este problema. 

Hubo un poco de drama para que al final todo termine bien jajaj si, necesitaba hacerlo ajajja

Nos veremos en los extras que no sé cuando los traeré porque todavía no los tengo terminados. Tengo mini extras y eso pero los extras de las parejas no los tengo. Tal vez los tenga para diciembre, pero no lo sé exactamente

Gracias por llegar hasta aqui. Nos vemos en otro proyecto!!!

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