Capítulo 2
Capítulo 2
Ocean eyes
Mirar a la cara de sus hermanos era algo a lo que Poseidón no acostumbraba. Como creía firmemente, cada dios era único y perfecto a su forma, pero eso no quería decir que los mirara a los ojos. Los únicos con ese privilegio eran Hades y Hestia, los demás tenían que conformarse con que Poseidón les dirigiera la palabra al menos.
No tenía nada en contra de sus demás hermanos. Como parte de su familia, Poseidón les tenía cierto aprecio y valoraba el aporte que ellos brindaban al Olimpo. Pero mientras menos tiempo pasara con ellos, mejor. Hera tenía un carácter especialmente irascible y si estaba cerca de Zeus se ponía diez veces peor. Zeus era un idiota que solo pensaba en pelear y en complacer sus propios instintos, comportándose muchas veces como un niño. Y Deméter, si bien era tranquila y amable, solía ser demasiado sumisa y conformista, callándose ante una pelea entre hermanos o deprimiéndose cuando las cosas no salían como ella quería.
Por ese motivo, de todos ellos, solo sus hermanos mayores, Hestia y Hades, eran los únicos con los cuales solía disfrutar pasar tiempo. Aunque tampoco era como que quisiera pasar demasiado tiempo con ellos, pero eran los únicos hermanos a los cuales, podría decirse, apreciaba de verdad. Había sido así desde que recordaba.
Hestia solía buscarlo para leerle cuentos o historias que hallara, y si no lo hacía, ella le inventaría una. Lo ayudaba a dormir o bien jugaba con él, respetando sus reglas y su espacio para no incomodarlo. No era excesivamente cariñosa, limitando sus abrazos para que Poseidón nunca se sintiera sofocado. Pero siempre, de alguna manera u otra, Hestia le demostraría su amor.
Hades, por otra parte, era el único hermano mayor con quien le gustaba pasar tiempo. Él le había enseñado a silbar, una tarde en que Hestia los invitó a un pic nic, y le había enseñado a usar su tridente. Con Hades era interesante hablar, ya que siempre parecía saber sobre todo y nunca hacía una broma innecesaria en medio de la conversación, como parecía ser la costumbre de su hermano Zeus.
A veces no podía entender como Adamas no entendió el motivo por el cual nunca antes lo había mirado a los ojos, salvo en el momento de su muerte. Adamas jamás sería como Hestia o Hades, así que Poseidón nunca perdería su tiempo viendo a un dios que más se parecía a un humano estúpido que a un dios. Alguien así no merecía si quiera que Poseidón lo llamara hermano.
Con el resto de su familia Poseidón no solía tener mucho contacto. Tampoco le interesaba demasiado. Luego de convertirse en el rey de los mares, Poseidón no tenía mucho tiempo, así que tampoco se preocupó por los lazos sanguíneos. Solamente se dedicó a gobernar su inmenso territorio y mantener a los pueblos tranquilos y enriquecidos. También tenía que encargarse de los humanos que navegaban por sus aguas, los cuales muchas veces daban ofrendas para que les asegurara un buen viaje. Lo único que hacía Poseidón, en esos momentos, era calmar las aguas. No se molestaría en hacer más que eso, los humanos deberían agradecer de todas formas el que los escuchara y los ayudara. Era un dios y se estaba tomando la molestia, haciendo un espacio en su apretada agenda, para ayudarlos a tener un viaje tranquilo hacia su destino.
Aunque no solo los humanos deberían agradecer estos pequeños actos de bondad que realizaba...
—Señor, aquí están las coordenadas que el señor Hades nos dejó para usted—dijo Proteo entregándole un papel oscuro.
Un par de días atrás, su hermano Hades le dijo a Poseidón que necesitaría un pequeño favor de su parte. No era algo complicado, solo era ir por un paquete hasta otro territorio, pero debía ir con tiempo porque ni siquiera los dioses que debían entregarle el paquete sabrían cuándo este estaría. Según lo que Hades le informó, se trataba de una extraña planta que quería poner en el Helheim para controlar a las criaturas de bajo rango.
Poseidón no preguntó por qué Hades no iba por la entrega y le pedía el favor. Sabía que su hermano estaba lo suficientemente ocupado como para no poder ir personalmente por sus propias cosas. Y sus demás hermanos o bien no eran de confianza para ir por la planta o bien no podían hacerlo.
Así que luego de tomar el papel y marcharse sin mirar ni una vez a nadie, Poseidón salió de su palacio y se encaminó hacia el territorio que su hermano le había dicho. Había pensado que estarían en el Valhalla, pero las coordenadas de Hades eran en el Midgard. Según la poca información que le anotó también, estos dioses trabajaban en el Midgard, donde la planta podía evolucionar más rápido. A Poseidón no le importaba mucho el tecnicismo, solamente iría a por la planta y esperaba que esta estuviera pronto.
Viajando por el agua, arribó en una playa desierta donde adoptó una figura humana acorde al territorio visitado. Su nuevo cuerpo era más bajo que el original y su cabello corto y rubio era ahora negro y largo.
Como fuera, no importaba. Lo único que importaba era que...
—Lo sentimos mucho, señor Poseidón, pero el crecimiento de la planta se ha detenido y tardaremos unas semanas en hacer que vuelva a crecer—dijo el dios que debía entregarle la bendita planta—. Pedimos por su paciencia y la de su hermano, el señor Hades. En compensación, le entregaremos un regalo extra que al señor Hades le gustará.
Poseidón no mostró la molestia en su rostro, pero seguramente su mirada había dicho demasiado. No había sido de su agrado esta noticia, Hades no era el único ocupado, Poseidón también tenía sus responsabilidades y ahora debía retrasar todas sus actividades por una planta.
La planta era especial, la maldita cosa debía ser llevada de inmediato al Helheim al momento de crecer o, de lo contrario, la planta se autodestruiría si no recibía de inmediato la energía del submundo. Así que Poseidón debía quedarse ahí, como un idiota, esperando a la planta cuyo crecimiento se había detenido por motivos que no entendía.
Teniendo en cuenta que debería esperar por varios días, Poseidón consideró tomarse unos días de descanso. Por obligación, por supuesto, porque él no tenía planeado nada de esto.
Caminando por una desolada playa, se sentó al pie de un árbol, cerca del comienzo de la arena, y miró el mar agitándose. Se suponía que estaría ahí unos días y ahora estaría semanas. No se preocupó demasiado en las actividades pospuestas, simplemente envió un mensaje a Proteo y le ordenó que reacomodara todo porque tardaría más tiempo de lo previsto en volver. Para asegurarse de que hicieran lo que les ordenó, aclaró a Proteo que tenía completo permiso de castigar a quien no obedeciera. Si decidía volverlo comida de kraken o lo que fuera, sería tema de Proteo.
No se tomó la molestia de enviarle una carta aparte a Anfitrite, su esposa, para comunicarle nada. Los sirvientes siempre podían hacerse cargo de eso. Además, no era como si ella esperara algo de su parte. Su matrimonio había sido una mera formalidad tras tomar el control de los mares, luego de eso se olvidó de su existencia y ella quedó en su palacio submarino, rondando los pasillos con el título de reina. Pero la verdad, ella no tenía derecho a mandar sobre ningún centímetro de su territorio. Solo tenía el título por ser su esposa, no porque se lo mereciera.
Zeus solía decirle que era demasiado frío con su esposa, la cual era una nereida hermosa e inteligente que seguramente sería de su agrado si tan solo se dignara a, al menos, dirigirle una mirada. Poseidón nunca quiso mirarla, ni siquiera la había elegido. Anfitrite fue elegida por Hera, su hermana, quien se había encargado de seleccionar a su esposa luego de que se convirtiera en el rey de los mares. Poseidón no había estado de acuerdo con el matrimonio, pero lo aceptó solamente para mantener las formalidades y a sus hermanos con la boca cerrada. Sabía que siempre podía dejarla de lado y continuar con su vida, no era como si Anfitrite fuera capaz de decirle algo o hacerle frente de alguna manera.
La única vez que le dirigió la palabra de manera voluntaria, fue para hacerle una sugerencia. La sugerencia constaba en la posibilidad de tener hijos a futuro. Poseidón, quien ni siquiera había consumado el matrimonio con Anfitrite, simplemente se marchó tras decirle que tener hijos no estaba en sus planes. Luego de eso, ella no volvió a hablarle y tampoco pasaron tiempo juntos más de lo necesario. Y lo necesario eran reuniones que requirieran de que ambos estuvieran juntos. Pero ni siquiera en esas reuniones Poseidón se dignaba a verla o a estar a su lado por más de cinco segundos.
Eran dos extraños viviendo bajo el mismo techo.
—Mm...oh, disculpa, no pensé que habría personas aquí, ¿te molesta si me quedo?
Poseidón escuchó a un humano cerca de él, caminando sobre la arena, pero no se giró a verlo ni tampoco le habló. No gastaría su tiempo dedicándole una sola palabra a un ser humano, una raza tan inferior a ellos que simplemente seguían con vida solo porque los dioses así lo dictaban.
Se apoyó contra el árbol y siguió mirando hacia el mar, ignorando al humano que seguía de pie cerca de él. Lo que fuera que quisiera hacer, a Poseidón no le importaba. Si se volvía una molestia o alguien "peligroso", cambiaría de lugar. Matar a un humano en territorio de otros dioses podría llevar a un conflicto que, a su parecer, sería innecesario. No por el humano en sí, sino porque los dioses podrían tomarlo como un desafío de poder.
El humano no dijo nada más, simplemente sacó una espada de madera y comenzó a practicar movimientos que Poseidón no distinguió del todo cuando vio la sombra del humano.
Si bien pasar tiempo con seres inferiores como este no era una actividad que disfrutaba, Poseidón encontró que el silencio del humano no era malo. Lo hacía más soportable de lo que había esperado que fuera. Además, el sonido de la espada al moverla quedaba opacada por el sonido del mar. Ignorarlo era ridículamente sencillo.
Las horas pasaron de esta manera, con el humano practicando en silencio hasta que la noche cayó. Durante todo ese tiempo, Poseidón simplemente se quedó apoyado contra el árbol, viendo el cielo o el mar, y pensando en algunos dilemas de su territorio que debería solucionar al regresar. Pensaba en las posibles soluciones y en que, si estas no resultaban, podría solucionar todo con su tridente. A veces se requería de mano dura para gobernar en el mar, incluso cuando para Poseidón era molesto porque eso requería de esfuerzo extra que bien podría utilizar en algo mejor que matar.
—Ahh, ya se está haciendo tarde, debería regresar... ¡Amigo! ¿No tienes que irte ya? Está demasiado oscuro y el camino al pueblo no es muy amable con los que viajan solos. ¡Podemos viajar juntos si quieres!—habló el molesto humano.
Su voz juvenil era demasiado alegre, pero Poseidón solo miró al mar, sin dirigirle la mirada ni su atención una sola vez. ¿Debería hacerlo siquiera? No valía la pena en absoluto.
—¿Mm? Amigo, ¿me escuchaste?
Poseidón, sabiendo que este humano no dejaría de molestar, simplemente se levantó y caminó lejos de él por la playa, buscando otro sitio donde pudiera sentarse a esperar a la maldita planta de su hermano. Estar ahí, contemplando el mar, era mejor que estar en un pueblo lleno de humanos a los que seguramente no aguantaría. La habilidad divina de saber cualquier idioma existente solía ser una molestia a veces porque no había manera de ignorar demasiado el significado de las palabras del humano a menos que sellara cualquier sonido e hiciera de cuenta que el humano se volvió mudo de repente.
Se alejó sin ya escuchar la voz del humano. Era un alivio, solo esperaba que luego de que estuviera caminando por un rato, se hubiera ido de ahí. El lugar donde Poseidón había estado esperando era uno de los mejores lugares para quedarse a mirar el mar. No solo el lugar era cómodo, también recibía sombra todo el día y podía admirar desde una buena posición las olas agitarse a la distancia.
Cansado, pensó en que la próxima vez que Hades quisiera una planta, tendría que venir a buscarla él mismo.
*
La sala del trono del palacio era de oro y estaba lleno de lujos y ostentosidad. Las paredes de mármol tenían decoraciones en oro puro, como las columnas y el techo, del cual colgaba un enorme candelabro dorado incrustado en diamantes. La alfombra del medio, que indicaba un camino desde el trono a la puerta, era de color azul profundo y tenía entrelazados, entre sus hilos de seda, hilos de plata. Las puertas medían más de seis metros y en su superficie había dibujos de olas en oro. Los enormes ventanales tenían un vitro decorado no con vidrio común, sino con finas láminas de piedras preciosas y formaban la historia de como Poseidón, en compañía de sus hermanos, había derrotado a su padre Cronos.
Pero todo lo anteriormente dicho no era ni la mitad de ostentoso como lo era el trono. Un trono grande de oro blanco donde fácilmente entrarían dos hombres, el asiento recubierto en fina tela azul y el resto cubierto de perlas de todos los tamaños, recubriendo los reposabrazos con perlas negras pequeñas. El trono era alto, con un respaldar de dos metros que se abría como una caracola, la cual, en los bordes, poseía perlas azules que brillaban con la luz del candelabro de oro.
Sentado sobre ese trono se encontraba Poseidón, mirando el silencioso y vacío lugar donde solo él, en toda su perfección y magnitud, parecía estar. La luz iluminaba la superficie pulcra de la habitación, donde se podían apreciar todos los lujos de los cuales era dueño, la perfección de la cual se enorgullecía.
Era un dios y era perfecto tal y como era.
No necesitaba de nadie más para serlo.
Como ven, he agregado algunos personajes que en el manga no aparecen ni siquiera. Varios personajes femeninos nuevos, como Hestia, la cual ni siquiera es mencionada, al menos por lo que estuve viendo. También lo de los limites en los territorios, por algo eran dioses de tal lugar creo yo, seguramente manejaban todo por territorio. Poseidón era el dios del mar pero en tierra debia respetar territorio, así que no podia matar humanos solo porque se le antojara. Que sea orgulloso no lo hace estupido, claramente buscaría evitar un conflicto innecesario.
Creo que todas saben quién es el humano con el que se encontró. No hace falta que uno sea muy listo para darse cuenta jaja
Tercer capitulo ya dedicado a Hercules y Jack :D Como ven, es un capitulo por pareja y en total son 18 capitulos, asi que hasta el 18 de este mes habrá capitulos de este ff
Proximo capitulo: 3/6
Nos vemos! Besos :D
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