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Capítulo 18

Capítulo 18

The last tea cup

Tú y yo dejamos

muchas cosas pendientes.

Una charla,

una cita,

muchas risas,

una vida.

Diario de Jack

21 de junio de 1934

Querido diario:

Han pasado décadas desde la última vez que escribí en ti. Pero desde aquel día en que hui de la casa del señor Hércules, las cosas han estado lo suficientemente agitadas como para no pensar en escribir hasta hoy. Y solo he pensado en escribir porque el recuerdo llegó repentinamente a mi cabeza, de lo contrario, posiblemente hubieras continuado acumulando polvo en el fondo del librero.

Han pasado tantas cosas desde esa última vez que escribí, tantas cosas que posiblemente el diario no me alcanzaría. Pero rememorar todo es demasiado agotador y escribir todo con detalles es innecesario, así que simplemente resumiré mi vida en estas últimas líneas que planeo dedicarte.

Luego de huir de casa del señor Hércules con un bolso pequeño con algunas de mis cosas, entre ellas tú, vagué tan lejos como pude, usando el poco dinero que tenía para comprar un boleto al primer lugar al que pudiera irme. Escocia no es un mal lugar, pero definitivamente no fue el lugar que me hizo sentir más a gusto.

Sabiendo que quedarme en un lugar podría llegar a delatar mi ubicación, comencé a viajar de un país a otro, quedándome unos cuantos días antes de mudarme a otro. Gracias a mis conocimientos de literatura, etiqueta e idiomas, fue sencillo hacerme pasar por un tutor errante que estaba buscando trabajo. Así logré dar con una familia de Francia que me tomó como tutor de sus tres hijos. Por cuestiones de seguridad propia, me hice llamar Henry Cox y fingí haber perdido a mi familia hacía poco tiempo por un accidente. Como era eficiente en mi trabajo, la familia que me acogió no preguntó más y me permitieron educar a sus hijos.

Era un buen trabajo, realmente no tenía nada de malo. Lo único que me hizo dejarlos fue el famoso Jack El Destripador, el asesino de Anne. Durante mis viajes previos, antes de terminar con esta familia francesa, me hice de contactos con los que el señor Hércules no hubiera estado de acuerdo. Una organización que peleaba por exterminar a las personas como las que yo mismo eliminé años atrás. No tiene mucho sentido detallar cómo terminé con ellos, solo debes saber que así fue y luego de bastante tiempo, ellos me comunicaron sobre este Jack El Destripador.

Dejé Francia entonces, desapareciendo cuando todavía era de noche y sin hacer demasiado ruido para que nadie supiera que me había ido. Tuve que regresar a Londres y ahí obtuve la venganza que quería por la muerte de Anne. No me acerqué en ningún momento a la casa donde viví con el señor Hércules, no quería arriesgarme a verlo o ver a la señora Megara. Sabía que les debía muchas explicaciones que no sería capaz de darles, así que elegí marcharme tan pronto terminé con mis pendientes ahí.

No miré atrás. Luego de la masacre que dejé en Londres y donde adopté el nombre de Jack El Destripador, continué trabajando por un tiempo más para esta organización. Fue divertido y no tenía nada de qué quejarme. Realmente disfrutaba lo que hacía, de matar a los injustos y eliminar la basura del mundo. Matar a aquellos que solo servían para hacer daño. No era malo, sentía que era lo mío.

Pero todo tiene su fin. Luego de años sirviendo a la organización, decidí retirarme y asentarme en algún país donde pudiera continuar mi vida hasta el final de mis días. Sentía que volver a Londres no sería apropiado porque, a pesar de los años, todavía me sentía culpable por lo que había hecho. No por las personas que maté, sino por las mentiras que le oculté al señor Hércules.

Llevo diez años viviendo en Argentina desde entonces. Me he acostumbrado al idioma y he conseguido una bonita casa en la capital. También me he dedicado a escribir poemas, publicando cinco libros de ellos con un nombre falso, uno más a mi lista de nombres falsos. Esta vida que llevo actualmente, como un escritor de poesía viudo, es buena.

A veces pienso en el señor Hércules y me pregunto cómo estará. Me gustaría saber si tiene una esposa e hijos o si sigue esperando por mí. Me gusta pensar en esa última posibilidad, como un niño ilusionado. Tal vez nunca dejé de ser ese niño que el señor Hércules salvó de su madre hace muchos años atrás.

Me duele recordar muchos de nuestros momentos, me duele pensar en lo que pudo ser y no fue. Recuerdo la promesa de besarnos cuando me recibiera de la universidad. Recuerdo mi esperanza al saber que era correspondido, al saber que el señor Hércules me esperaría. Recuerdo mi propia felicidad, una que no volví a sentir desde entonces. Recuerdo los colores del señor Hércules tan brillantes y puros; su sonrisa tan amplia y cálida; su mirada de cariño sincero e inocencia; su voz suave y amable a veces, determinada y segura otras veces también. Recuerdo cada cosa de él, cada rasgo, cada color. Cosas que no volveré a ver nunca más, ni siquiera en otra persona.

Posiblemente, de haberme quedado de brazos cruzados y haber dejado que esos hombres siguieran vivos, hubiera conseguido continuar al lado del señor Hércules. Quizás hubiera cumplido con su promesa y hubiera podido besarlo. Tal vez nuestra relación hubiera avanzado hasta mucho más y hubiéramos sido como esas parejas de novelas que he leído por años.

Pero de haberme quedado de brazos cruzados, aun sabiendo que esos desgraciados estaban vivos, no hubiera conseguido ser capaz de vivir en paz. Saber que en el mundo seguían existiendo personas que estaban mejor muertas no calmaba mi mente ni mi corazón.

Asesinar era algo inevitable en mi destino. Así como una vida al lado del señor Hércules era imposible. Era demasiada felicidad como para que durara para siempre.

A veces deseo enviarle una carta y preguntar por él, recuerdo claramente todavía la dirección de la casa. Pero no sé si siguen viviendo ahí o si el señor Hércules se mudó al darse cuenta de que jamás regresaría. Quizás se habría ido a vivir con su familia. Si mis cálculos no están errados, la edad del señor Hércules debería rondar entre los sesenta y cinco y setenta y cinco años. Nunca supe su edad exacta, pero él debería tener diez, quince o veinte años más que yo. Un hombre de esa edad, con una familia esperándolo, seguramente dejaría esa gran casa donde solamente vivía con la señora Megara. Lo mejor sería estar rodeado de las personas que lo aman.

Tal vez algún día me anime a hacerlo, a enviar unas pocas palabras, incluso si ninguno de ellos está ahí para ver la carta.

Tal vez sea una estupidez, pero debería hacerlo. Tal vez cuando la muerte comience a rondar cerca de mí deba tomar el valor para enviar una carta por primera y última vez al señor Hércules. Sería apropiado disculparme por haberme ido un día sin haber dicho nada. Sí...tal vez sea lo mejor.

12 de abril de 1955

Para el señor Hércules y la señora Megara:

Si todavía pueden leerme, quiero disculparme sinceramente por las molestias ocasionadas y la preocupación por mi actitud. Lo siento por no haber podido ser un hombre más agradecido con ustedes y no haber valorado más cada oportunidad que me dieron. Ustedes no tuvieron la culpa de que yo sea un bastardo.

Para la señora Megara:

Gracias por su cariño y su paciencia. Guardé por siempre en mi corazón y en mis recuerdos cada receta que me ha enseñado. Si algún día consigo su perdón, me encantaría volver a hornear junto a usted un delicioso pastel como los que hacíamos juntos.

Para el señor Hércules:

Gracias por haberme ayudado, incluso cuando solo era un niño desamparado sin nada para ofrecer. Si algún día consigo volver a verlo, si algún día el destino se apiada de mí y me bendice con su presencia nuevamente, prometo que haré las cosas bien y me quedaré a su lado para siempre. Esta vez prometo amarlo bien y protegerlo al igual que usted hizo conmigo. Solo espero que usted desee lo mismo también. No se preocupe, entenderé si no lo hace.

Gracias a ambos por todo y lo siento mucho.

William A. Evans 


Y con este capitulo doy fin no solo a la historia de Hercules y Jack sino tambien a la primera parte.

Sé que Jack no se llamaba Jack como tal y habia adoptado el nombre. Creo que es algo que se ve en su spin off que no lei, pero intente tomar algunas cosas de ahi para su historia. En mi ff él se llama William. Considere que su madre le podria haber puesto así por William Shakespeare, el autor del libro que su amado dejo antes de abandonarla sin que ella lo supiera. Así que Jack solo sera el apodo que él uso, o un nombre falso mejor dicho, y su nombre real es William Arthur Evans.

En la parte dos, que esta en planes de que lo traiga en septiembre u octubre, se vera el reencuentro de estas tres parejas.

La segunda parte surgira en el Ragnarok, es decir, lo que se conoce del anime pero las cosas cambiaran porque bueno...estos se conocen jajajaja Las otras surgiran en el ragnarok tambien, es algo que ya veran uwu

Muchas gracias por el apoyo y esperen la segunda parte que esta en proceso. Planeo usar el mismo metodo que en esta parte, es decir, subir un cap por día porque ya lo tendria terminado

Nos vemos en la parte dos! 

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