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Capítulo 16

Capítulo 16

A misty memory

Belcebú estaba terminando de vestirse luego de que Nikola saliera para buscar a sus colegas. Como le había prometido, lo llevaría a su laboratorio improvisado. Como le había dicho, sus heridas no habían sido graves por lo que no necesitaba quedarse demasiado tiempo ahí. La novena ronda ya había iniciado, un par de horas después de su pelea, y Belcebú se encontraba en perfecto estado. Su mayor preocupación era el conducto que unía su corazón y su cerebro que podía despertar a Satanás.

Había pensado en buscar pergaminos y libros antiguos que hablaran más al respecto. Nikola no debió tener demasiadas fuentes donde consultar y aun así lo había ayudado. Ahora, con Belcebú de su lado, obtendría todos los libros que quisiera. Luego de años y horas de estudio, Belcebú podía saber en qué libro estaba cualquier tipo de información que buscara. Podría serle de ayuda al humano.

Estaba ya listo cuando vio a Nikola regresar con cuatro humanos más. Su humano se veía tan feliz y brillante que Belcebú solo quería guardarlo en un cofre de cristal y protegerlo toda su vida.

—Belcebú, ellos son algunos de mis colegas. Ella es madame Curie, pionera en el campo de la radioactividad—la mujer sonrió, dando una pequeña reverencia ante el dios—. Este caballero es Albert Einstein, asentó las bases en la física moderna y la relatividad—un pequeño hombre anciano alzó la mano en un saludo—. Este hombre es Galileo Galilei, inventor del telescopio refractor el cual le ayudó a apoyar la teoría del heliocentrismo de Copernico—otro hombre que estaba ahí alzó la mano en saludo—. Y por último, este caballero de aquí es Thomas Edison, él es...

—El mayor roba patentes del mundo—interrumpió Belcebú cruzándose de brazos—. Lo conozco muy bien, todavía lo recuerdo.

Thomas Edison fue lo suficientemente sabio como para mantener la boca cerrada cuando vio a Belcebú liberar un aura oscura. Tenía suerte de que fuera un colega de Nikola o de lo contrario hubiera hundido su fea cara en el suelo jalándolo de sus largos y ridículos rulos. Este humano era sin duda alguna lo peor que le pasó a Nikola. Si no fuera por sus estafas, Nikola hubiera tenido un mejor estilo de vida.

—Ahm, él y yo trabajamos juntos por años, seguro se llevarían bien—dijo Nikola ignorando el aura oscura que Belcebú liberaba.

—Señor Belcebú—la mujer dio un paso al frente sonriendo suavemente—, Nikola nos ha hablado de su laboratorio y que nos permitirá entrar en él. En nombre de todos mis compañeros quiero agradecerle por su contribución a nuestras investigaciones.

Belcebú decidió ignorar al ridículo de Edison para mirar a la única mujer del grupo. Ella se veía mucho más amable, de tal forma que le recordaba a Nikola. Asintió hacia ella sin saber cómo actuar frente a los colegas del humano Tesla.

—Antes de que ingresen a mi laboratorio, debo pedirles que obedezcan a mis indicaciones en cuanto se las dé. Hay cosas en mi laboratorio que pueden ser peligrosas y preferiría evitar alguna desgracia.

Los colegas de Nikola miraron a este.

—De nosotros no tiene que preocuparse mucho, señor—dijo Einstein.

—Nosotros obedeceremos sus indicaciones, pero puede que tenga que preocuparse más por...—madame Curie miró a Nikola.

Belcebú suspiró.

—Sí, ya lo sabía. Bien, síganme.

***

La novena ronda se estaba llevando a cabo pero Kojiro no estaba con Poseidón. La valquiria con la que luchó había pasado por él para hablar y desde entonces el dios estaba esperándolo. Realmente no estaba interesado en esa novena ronda, sin importar que uno del panteón griego los representara. Apolo no era de su agrado, así que si perdía o no le daba igual. Como mucho, si perdía, sería un golpe para el panteón griego que llevaba dos derrotas y una victoria de casualidad porque el humano se rindió. Si no fuera por eso el panteón griego hubiera perdido todas sus peleas.

Levantándose del sillón donde había estado sentado con Kojiro, Poseidón fue a un mueble cercano del cual sacó una botella de vino. El vino era de una cosecha del fondo del océano de más de tres siglos, un fruto raro y muy bien cotizado en el mercado. La botella de vino debió de ser traída por Proteo de su bodega personal porque reconocía la botella y la cosecha. Tomó dos copas y las llevó a la mesa cerca del sillón donde abrió la botella y sirvió en ambas copas.

Mientras miraba el vino en su copa, sentado de nuevo en el sillón, reflexionó respecto a la cantidad de derrotas que habían tenido los dioses. Como parte de los doce dioses griegos y como parte de los dioses más fuertes del Valhalla, Poseidón sabía que tantas rondas perdidas deberían hacer enojar a más de un dios. Sin embargo, a pesar de eso, no recibió la visita de ninguno ni algún tipo de reclamo por rendirse en la tercera ronda. Él no había perdido, se había rendido incluso cuando podía continuar luchando y ganar. Sabía que podía ganar si tan solo luchaba en serio contra Kojiro. Por más que Kojiro fuera capaz de prever sus ataques, no era tan rápido ni tan fuerte como un dios y eso lo hubiera dejado en desventaja. Con eso a su favor, Poseidón hubiera sido el ganador de la tercera ronda. Pero no lo fue.

Frunció el ceño al darse cuenta de lo raro de la situación. Hubiera esperado algún reclamo de parte de Zeus, incluso si este perdió la segunda ronda, pero ni siquiera volvió a verlo desde entonces. Poseidón no podía creer que los dioses se lo estuvieran tomando a la ligera todo este asunto. Algo deberían estar planeando, no sabía quiénes pero deberían estar planeando algo. Fuera de la lista impuesta, había más panteones y dioses en el Valhalla. Alguno debería estar descontento con el resultado.

—Poseidón—llamó Kojiro quien había regresado de hablar con la valquiria—, necesito preguntarte algo.

Tomando la otra copa, Poseidón se la dio cuando el humano se acercó.

—Dime.

—¿No has recibido alguna queja de alguien por tu rendición en la tercera ronda?—Kojiro aceptó la copa, pero no parecía interesado en la bebida.

—¿A qué viene esa pregunta?—Poseidón miró al humano quien estaba de pie cerca de él mirando distraídamente el líquido de la copa que tenía.

—No tengo ninguna duda de que los dioses son orgullosos. Tú eres prueba viviente de eso, por algo eres el Dios de Dioses. Por eso pienso que las cinco derrotas que llevan no deben ser algo bueno para los dioses y que aquellos que se rindieron debieron ser reprendidos de alguna manera, ¿no?

—Nadie me dijo nada al respecto y aunque lo hicieran, no me importaría en absoluto. Solo participé de esto porque era mi deber, no tenía otro motivo más que ese. No estuve de acuerdo con esto del ragnarok, sinceramente me parece una estupidez, pero la mayoría lo eligió así que solo me tocó respetar la decisión de la mayoría—Poseidón tomó un sorbo del vino antes de continuar—. Y no eres el único que cree que debí ser reprendido de alguna manera. Pienso que es extraño que no viniera nadie a decirme nada. Por más respeto o miedo que me tengan, al menos debí recibir algunas palabras de Zeus o de algún otro dios de otro panteón. No todos son unos cobardes como esos a los que llamaste seguidores.

Kojiro frunció el ceño pensativo, todavía de pie cerca de Poseidón.

—Tengo un mal presentimiento de esto.

—¿Eso fue lo que hablaste con la valquiria?

—Algo así—Kojiro finalmente se sentó, dejando la copa en la mesa y suspirando—. Hay algo que no me gusta de todo esto. Por más que esté feliz por los ganadores humanos y las hermanas de Hrist, no dejo de pensar en que traman algo en nuestra contra. Siento que, aunque la humanidad gane, aun así los dioses harán algo para perjudicarnos.

Poseidón quería calmar la inquietud de Kojiro, pero sabía que las palabras del humano tenían algo de verdad en ellas. Posiblemente habría dioses que, sintiéndose humillados, harían algo en contra de la humanidad para equilibrar la balanza. El miedo de Kojiro no era tonto, tenía muy buenos motivos para sospechar que los dioses podrían hacer algo.

—No hay nada que pueda decirte para calmar tus inquietudes, Kojiro—dijo Poseidón mirando el vino de su copa—. Los dioses no son seres de confianza. Salvo excepciones, no te recomendaría que confíes en ellos. Por eso, si llega a surgir algún inconveniente entre dioses y humanos, puedes venir conmigo o ir con mi hermana Hestia. En mi caso, solo responderé por ti, Kojiro. En el caso de Hestia posiblemente ayude a tus amigos humanos también. De los demás dioses no estoy seguro. Mi hermano Hades quizás haría algo por ti, pero me sentiría más seguro si vienes conmigo, Kojiro.

Kojiro sonrió, aunque todavía parecía preocupado por el futuro, se veía un poco más tranquilo.

—Niño, eres en verdad muy tierno cuando te lo propones.

Poseidón tomó un sorbo de vino antes de responder.

—Solo era sincero.

—Eres habitualmente estoico y serio, por lo que cada vez que dices cosas de ese tipo hacen que te veas tierno. Cualquiera pensaría lo mismo.

—No a cualquiera le diría estas cosas, Kojiro. En realidad, eres el primero.

Kojiro lo miró confundido.

—¿Qué hay de...? Espera, acabo de recordar que tu matrimonio fue arreglado. ¿Qué hay de tus hermanos?

—¿Por qué les diría estas cosas a ellos?

Kojiro rio y rodó los ojos.

—Lo siento, a veces olvido que a pesar de ser el dios de los mares eres en verdad muy seco—antes de que Poseidón le dijera algo, Kojiro se inclinó y acostó su cabeza sobre su hombro—. Gracias.

Poseidón miró al humano acostado sobre su hombro, su largo cabello plateado cayendo como una cascada. Se veía tan lindo así.

Se apoyó contra la cabeza de Kojiro, sintiendo el olor de su cabello. Un aroma suave que se había mezclado con un delicado aroma a flores. Era agradable y le gustaría olerlo por siempre.

Esperaba que los dioses no estuvieran planeando alguna estupidez o Poseidón estaba seguro que haría rodar unas cuantas cabezas.

***

Kintoki lo encontró en su habitación, luego de que las enfermeras le dijeran que estaba bien si iba a un lugar tranquilo. Buda no era participe de encerrarse en un cuarto, pero teniendo en cuenta que todavía corría peligro de sangrar por abrazar a Zerofuku, consideró que lo mejor era descansar en un lugar seguro. Además, estando tranquilo en su habitación podía pasar tiempo con el pequeño dios, el cual estaba a su lado viendo la novena pelea del ragnarok.

Kintoki lo miró con curiosidad antes de soltar lo que había conseguido.

—Realmente es imposible llegar a él.

—Tiene que haber una manera, siempre se puede...—Kintoki negó con la cabeza.

—Realmente es imposible. Está demasiado custodiado en una celda que ni siquiera pude ver.

Buda suspiró, era decepcionante no ser capaces de llegar a Sigfrid. El novio de Brunhilde, o ex, quien sabe, estaba encerrado por motivos que desconocía completamente. Lo único que Buda sabía era que estaba encerrado en una celda donde nadie tenía acceso y la cual muy pocos habían visto. Kintoki sabía la ubicación, pero nada más. No consiguió ingresar y posiblemente el único capaz de llegar a Sigfrid sería Hades.

Y dudaban mucho de que Hades quisiera ir a liberar a Sigfrid solo porque Buda se lo pedía.

—¿Y no hay posibilidad de ir con alguien más?—preguntó Zerofuku sumándose a la conversación—Alguien que pueda distraer a los guardias para que puedas llegar a él.

—Es una misión realmente peligrosa, no creo que alguien quiera sumarse a ayudar—respondió Kintoki—. No solo es una misión peligrosa, también es casi confidencial. Lo que Buda quiere saber no es algo que todo el mundo tenga permiso de saber.

—Mm...—Zerofuku bajó la mirada pensativo—no conozco mucho el Helheim, pero si algo sé, es que los guardias de ahí no deben ser muy diferentes a los guardias de otros lugares del Valhalla.

—No tanto, en realidad—coincidió Kintoki.

—En ese caso, engañarlos tampoco debe ser difícil. Es decir, están acostumbrados a que todo vaya en paz, ¿no? ¿Qué pasaría si se crea un pequeño alboroto? Posiblemente no reaccionarían bien y eso te daría una pequeña ventaja para llegar a Sigfrid.

Tanto Kintoki como Buda miraron confundidos a Zerofuku.

—¿Qué quieres decir con eso, Zerofuku-chan?

—Hades no parece recibir muchos problemas ahí abajo, por lo que sus guardias deben estar bastantes tranquilos. Eso es malo porque los vuelve de cierta manera inútiles, solo basta con recordar lo que pasó en Asgard y los sesenta y seis titanes. Años de improductividad pueden generar problemas, en este caso, la seguridad se pierde de cierta forma. Por eso, generar un pequeño caos en un rincón alejado de la celda podría ayudar a que la mayoría de los guardias despejen el sitio y Kintoki tenga la oportunidad de ingresar.

Si lo pensaba bien, no era mala idea.

—Todavía sigue siendo una misión arriesgada a la que nadie querría sumarse—dijo Kintoki.

—Bueno...yo podría—dijo Zerofuku.

—¡No!—gritó Buda antes de poder controlarse.

Zerofuku dio un brinco por el susto, igual que Kintoki. Buda no tardó en jalar a Zerofuku contra su pecho para abrazarlo.

—Uhm, Buda...

—No vas a ir a ningún lado, menos a un lugar tan peligroso. Te quedarás conmigo donde estás seguro. Si alguien tiene que acompañar a Kintoki-chan no serás tú—dijo manteniendo el agarre en Zerofuku, como si temiera que el pequeño dios se escurriera de entre sus brazos y se fuera.

Zerofuku palmeó su pecho, donde estaba apoyado, y habló suavemente.

—Está bien, cálmate, tu corazón late muy rápido. No me iré a ningún lado, me quedaré contigo.

Eso calmó un poco a Buda, quien aflojó el agarre de sus brazos pero todavía mantuvo a Zerofuku contra su pecho. El pequeño dios, un poco indeciso, se acomodó contra él mientras Kintoki suspiraba al verlos. No era como si a Buda fuera a importarle mucho.

—Tal vez lo mejor sea encontrar a alguien que sea capaz de ir contigo, Kintoki-chan.

—O buscar otro plan. Ya pensaré en algo.

—Espera—Zerofuku lo miró alzando un poco su cabeza del pecho de Buda—, creo que conozco a alguien que sería capaz de ayudar.

—¿Quién?—preguntó Buda.

Zerofuku frunció el ceño, como si dudara en decirle. Cuando dejó de pensar al respecto, lo miró a los ojos.

—Necesito ir a buscarlo. Prometo que no soy yo, así que puedes soltarme, Buda—dijo suavemente el pequeño dios.

Y aunque Buda solo quería abrazarlo más porque Zerofuku en sus brazos se sentía cálido y suave, terminó por liberarlo.

—¿Quién es esa persona, Zerofuku-chan?

—Alguien de confianza.

Y antes de que Buda pudiera decir algo más, Zerofuku escapó de la habitación.

¿A quién conocería este pequeño dios que sería capaz de ayudarlos?

***

Como se estaba quedando sin opciones, Adamas terminó por ir al cuarto del humano con el que supuestamente estaba su hermano Hades. Hermes le había dado las indicaciones necesarias para llegar y Adamas llegó sin problemas. La puerta era grande y vistosa, con dragones dorados y decoraciones chinas que a él poco impresionaban. Las estructuras humanas no le parecían impresionantes en absoluto, no podía entender cómo su hermana Hestia decía que los humanos eran interesantes cuando para Adamas eran solo pequeñas hormigas sin valor. Incluso Poseidón, su maldito y cruel hermano menor, parecía haber tenido alguna especie de debilidad por un humano. Algo realmente increíble, tanto que Adamas estaba esperando el momento en que Poseidón matara a este humano. No podía creer que fuera en serio con un anciano, eso era demasiado tonto y su hermano perfeccionista jamás estaría con un viejo salvo que buscara algún beneficio.

Todavía no entendía cuál podría ser ese beneficio.

Tocó la puerta porque no podía entrar como quería. Parecía ser que siendo un dios invadir la propiedad privada de un humano era un delito grave. Las cosas no estaban muy bien, así que Adamas quería evitar problemas.

Una mujer humana lo atendió. Era bajita y menuda, Adamas tuvo que bajar la mirada. No ocultó su asco por esta humana.

—Busco a Hades, me dijeron que está aquí.

—Es así. ¿Le gustaría al señor entrar?

—No, solo ve por él.

La mujer asintió y desapareció. Adamas no aceptaría entrar al cuarto de un humano, menos cuando podría estar rodeado de más inútiles y asquerosos humanos.

Hades no tardó demasiado en aparecer. Su cabello parecía un poco revuelto y sus prendas superiores no parecían en nada a las que usaba habitualmente. Al menos Adamas nunca le vio una camisa con un estilo chino antiguo.

—¿Ha pasado algo?—preguntó Hades cerrando la puerta detrás suyo.

—Quería saber si volverías al Helheim. Tengo pendientes ahí y la verdad esto del ragnarok no me resulta divertido, así que pensaba en volver y hacer algo útil ahí.

—La verdad, creo que el ragnarok es bastante divertido—Hades sonrió, cruzándose de brazos y apoyándose contra la puerta—. Si quieres regresar al Helheim está bien, yo me quedaré un rato más por aquí.

—Tch, ¿en serio? ¿Qué es lo interesante de estar aquí?

Adamas realmente no entendía lo interesante de ese montón de peleas donde prácticamente los dioses masacraban a sus oponentes. Sería más interesante ver una lucha entre dioses, donde el nivel de ambos era más justo que entre un dios y un humano.

Hades rio como si hubiera dicho un chiste.

—Tal vez algún día lo descubras—apretó su hombro suavemente—. Regresa y sigue con tus pendientes, yo iré a divertirme un rato.

Dando media vuelta, Hades regresó al interior del cuarto del humano, dejando solo a su hermano ahí. Adamas lo miró incrédulo, ¿en serio su hermano mayor lo había dejado para volver al cuarto a ver una insulsa pelea?

—Tch.

Hades tenía gustos raros.

.

.

.

Título del capítulo parte de la canción Who is she? de I Monster 

La cancion va relacionada con la parte de Buda, Kintoki y Zero intentando llegar a Sigfrid, en si va relacionada con sigfrid

Yo al ver a Adamas: Amo su inocenciaaa

*Dramatizacion*

Buda: Hey Hades, necesitamos liberar a Sigfrid para que nos ayudes en el ragnarok, ¿nos ayudas?

Hades: ¿Qué? claro que...

Qin: Mi rey 7w7 *Se asoma por la puerta sexymente con una bata que se le cae por el hombro* Te estoy esperando 7u7

Hades: Aqui tienes la llave de la celda, un mapa para llegar a él y un permiso para que los guardias no se metan en tu camino *se va con Qin*

Buda: Que raro, pero yey :D

*Fin de la dramatizacion*

Adamas no se da cuenta de lo bien que la esta pasando su hermano mayor jajajaj En el 17 ya veran quien sera el compañero de Sakata jaja Me diverti haciendolo, así que advierto que hay DEMASIADA libertad creativa en esa parte

Nos vemos en el diecisiete :D Besos!

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