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Capítulo 10

Capítulo 10

Beneath the open sky

Su padre se enteró de la infidelidad de Sif cuatro meses después de que esta le dijera del embarazo. Su padre no cuestionó sus decisiones ni hizo nada al respecto, solo le aclaró que ese niño no tendría los mismos derechos a un hijo propio de Thor. Aceptó eso, después de todo, Sif tenía suerte de que le permitieran tener a su hijo luego de engañar al hijo del todopoderoso Odín. Era realmente afortunada de que Thor no fuera otro tipo de dios o ahora mismo estaría en el calabozo siendo torturada y su hijo siendo criado como futuro esclavo de los dioses.

El palacio se llenó de chismes al respecto, rumores que callaban al verlo pasar. Nadie decía nada al respecto, principalmente no luego de que Loki fuera a su palacio a burlarse y Thor lo hiciera salir por la puerta de un puñetazo. Nadie se atrevía a decir nada. Nadie se atrevía a burlarse.

Salvo una persona.

—¿Ya has aprendido a cambiar pañales o se los pondrás en la cabeza, dios señor perfecto?—dijo Lü Bu durante su batalla de ese día.

Thor frunció el ceño, atrapando el puño que iba directo a su cara.

—Humano tonto.

Lü Bu sonrió, mostrando sus peculiares dientes.

—Papá gruñón.

Thor en verdad solo quería golpear a este tonto humano que se burlaba de él. Pero en el momento en que dio un golpe, el humano lo esquivó y tomó su alabarda para usarla en la batalla. Su sonrisa no se había borrado, seguía divertido provocándolo con cada palabra tonta que salía de su boca. Sabía que el tema del hijo significaba un insulto para el dios, pero aun así no dejaba de burlarse de él. Era un bastardo con suerte de que Thor no lo aplastara con Mjölnir, y el único motivo por el cual no lo hacía era una.

Si mataba a este humano, los días divertidos que pasaba a su lado desaparecían. Él no quería que eso pasara, no quería que esto terminara. Porque aunque el humano lo molestaba y se burlaba de él, el enojo que le provocaba era momentáneo. No podía enojarse por mucho tiempo con él.

Luego de la pelea, Lü Bu se arrojó al césped y miró el cielo. Tenía un golpe en la mejilla, pero no era algo muy grave. Incluso cuando Thor lo golpeó con fuerza, resistió bien.

—¿Por qué le dejaste tener al niño?—preguntó repentinamente Lü Bu girando su cabeza hacia él.

Thor se sentó a su lado, mirando al joven humano acostado en el suelo.

—Mi esposa hubiera hecho mucho ruido si se lo quitaba y matarla solo hubiera provocado demasiados rumores entre los demás dioses. Mientras menos hablen, mejor para mí—dijo Thor restándole importancia.

Lü Bu se quedó en silencio mirando el cielo, parecía pensar en algo mientras veía las nubes pasar de norte a sur. Thor se quedó en silencio también, subiendo la mirada para observar el cielo.

—Yo no sería capaz de dañar a un niño—dijo de repente el humano—. No quisiera...defraudar la memoria de mi padre—Thor se giró hacia él, Lü Bu seguía mirando el cielo.

»Él me salvó cuando era un bebé. Nací durante una luna roja y en mi pueblo eso era un mal presagio. Sin embargo, mi padre no creyó así y me adoptó. Me dio una vida buena, a pesar de que nadie me quería, pero él sí lo hacía. Y eso era lo único que me importaba.

»Un día, un montón de hombres llegaron por mí por algo que yo había robado. Quisieron castigar a los niños de ahí, pero mi padre intervino tomando los golpes en lugar de ellos y los protegió. Los protegió hasta el punto de morir.

»A veces quisiera odiarlo por proteger a un montón de niños tontos. Pero...así era mi padre. Si él no hubiera sido así, yo probablemente no estaría con vida.

Thor se giró hacia Lü Bu, viendo su ceño fruncido en tristeza más que en molestia. No sabía qué decir al respecto, realmente no lo sabía. El padre de Lü Bu no parecía un hombre extraordinario, pero había dado su vida para salvar a un montón de niños que, de seguro, no tenían relación con él. Incluso salvo a Lü Bu, el pequeño bebé al que querían asesinar. Tal parecía ser que ese hombre estaba lleno de un amor inconcebible, algo que realmente no podía comprender del todo. Thor nunca había llegado a amar de esa manera, amar hasta el punto de hacer un acto estúpido para salvar a aquel ser que tenía tu corazón. O amar como Hércules amaba a la humanidad, siendo capaz de sacrificarse para mantener a salvo a un montón de humanos que ni conocía.

No lo comprendía. Amar parecía ser algo para valientes, pero también sonaba como algo estúpido.

Y así como sonaba como algo estúpido, amar también parecía ser algo para valientes. Pero gracias a experiencias ajenas, Thor sabía que amar no era nada bueno. Volvía loco a los cuerdos y malvados a los buenos.

El amor era algo peligroso.

*

Las visitas de todos los meses se volvió una rutina en la vida de Thor. Esperaba con ansias el quinto día del mes para poder ver a Lü Bu y luchar contra él. Las batallas se estaban volviendo cada vez más divertidas porque la destreza del humano se volvía cada vez mejor. No solo su pelea mano a mano eran divertidas, sino también las luchas con armas. Thor tardó alrededor de tres años en luchar con Mjölnir, aunque sin usar su arma en su máximo poder, solo bloqueando los ataques de Lü Bu.

Sin embargo, no solo lucharon en esos años. Lü Bu y Thor también hablaban luego de cada batalla. Las conversaciones variaban de tema. Podrían hablar desde situaciones de sus pasados, hasta gustos y pasatiempos que tuvieran. Gracias a eso Thor conoció un poco más de Lü Bu y su padre, Lü Shang. Le contaba que lo que había robado Lü Bu y gracias a lo cual mataron a su padre, fue medicina para el mismo. También le contó que su primer entrenamiento estuvo a manos de su padre, quien sabía algo sobre técnicas de combate. El resto fue solo práctica de Lü Bu, pero había bastado para ser capaz de defenderse él mismo. También ayudaba su gran fuerza, con la que fue capaz de arrancarle de una patada la cabeza al asesino de su padre.

Pero Thor también le contó sobre él, sobre su padre Odín y sobre su aburrida infancia. También le contó sobre Loki, el idiota que siempre que podía lo molestaba, en especial con el hijo de Sif. Eso había hecho que Thor lo golpeara en reiteradas ocasiones, pero Loki parecía no aprender. Habló sobre cómo era ser un dios y que no tenía nada de especial. La gente en su territorio lo adoraba por sus proezas, pero a él eso poco le importaba. Le contó también sobre los sesenta y seis titanes a los que mató él solo y lo aburrido que se sintió después de eso. Lü Bu le dijo, entonces, que en ese caso las peleas que tenían cada mes debían ser mucho más aburridas que enfrentarse a sesenta y seis titanes.

—Tú eres la mayor emoción que he tenido en toda mi vida—le dijo Thor en respuesta.

No mentía. Este humano era la mayor emoción que tuvo en toda su extensa vida. Lü Bu era fuerza y pasión combinadas, alguien que no conocía de decepción al perder. Era todo lo contrario, si perdía contra Thor buscaba mejorar y las veces que se decepcionaba era cuando el dios no daba más de lo que podía dar. Pero Lü Bu siempre luchaba con toda su fuerza, buscando derribarlo y lográndolo algunas veces.

Thor notó que con los años, anhelaba que esos quintos días del mes llegaran o se transformaran en más. A veces solo deseaba ver más a Lü Bu, pasar más tiempo a su lado. Entrenando o hablando, daba exactamente igual, él solo quería estar al lado del humano. Incluso en ocasiones pensaba en intercambiar a Lü Bu por Sif, para tenerlo en su palacio y viajar juntos por Asgard para combatir con titanes. Pero Lü Bu era humano y luchar contra un titán era imposible para él. Además, su vida era mucho más corta que la de Thor, moriría en unas décadas, algo que para un dios era casi un suspiro en la eternidad.

Tener a Lü Bu a su lado por la eternidad era solo un sueño.

—¿Qué es esto?—preguntó Lü Bu acostado en el suelo a su lado mientras ambos miraban el cielo.

Hacía poco había cumplido los diecinueve años. Ya era más alto y fornido, aunque seguía llegándole a la altura del pecho a Thor.

El humano tomó su mano, donde los guantes negros estaban. Thor dejó que tomara su mano como si fuera un objeto cualquiera y la girara para analizar lo que tenía.

—Se llaman járngreipr. Sirven para que no destruya el Mjölnir antes de tiempo—respondió el dios—. Con mi poder, puedo romperlo antes de que despierte.

—¿Despierte?—Lü Bu lo miró curioso sin soltar su mano—Nunca me dijiste que Mjölnir estaba dormido.

—Es algo así. Solo despierta en momentos claves.

Lü Bu asintió, volviendo a analizar sus guantes. Thor, siendo un poco travieso, hizo fluir los rayos en sus brazos para darle un piquete a Lü Bu, quien con una suave exclamación de ay, alejó sus manos. El humano lo miró con el ceño fruncido y Thor sonrió, dejando en claro que el piquete había sido a propósito y no un error.

—Tonto—dijo cruzándose de brazos y mirando el cielo.

Thor siguió sonriendo, mirando al humano frunciendo el ceño, todavía molesto por su pequeña broma. Él solo lo dejó ser mientras miraba el cielo.

—Mjölnir está vivo. Así son muchas armas divinas, tienen vida—contó Thor, todavía mirando al humano.

Lü Bu volvió a mirarlo.

—¿Vivas?

—Sí, de cierta forma, pueden sentir. Eso suele ayudar durante la batalla. Cuando Mjölnir se emociona late mucho.

—Mm... ¿algún día podré ver a Mjölnir despierto?

—Si el holgazán de Mjölnir despierta, sí.

Lü Bu sonrió volviendo a ver las nubes en el cielo.

Thor no dejó de mirarlo. Mirar a Lü Bu era mucho mejor que mirar el cielo.

*

Los días haciendo cosas triviales con Lü Bu luego de cada batalla se habían vuelto un hábito. De alguna forma, aunque no fuera una pelea o no estuvieran intercambiando golpes de cualquier tipo, le resultaba gratificante la compañía del humano. Thor siempre había creído que una buena pelea era lo más divertido que podía hacer. Luego de pasar tiempo con este humano descubrió que no era precisamente así.

—¿Nunca antes te cortaste el cabello? Está demasiado largo—dijo Lü Bu mientras estaba sentado detrás de su cabeza, peinando su largo cabello rojo—. Podrías tirarlo desde una torre y seguro tocaría el suelo.

Thor rio por la ocurrencia del humano y abrió sus ojos para mirarlo.

—Tú no lo tienes corto tampoco.

—No, pero tampoco está tan largo como el tuyo. Tampoco está en mi cara. No sé cómo haces para pelear con el cabello en la cara.

El humano seguía peinando distraídamente con sus dedos el largo cabello del dios, mientras miraba las hebras rojas.

—No es complicado—dijo Thor viendo al humano distraído con su cabello.

—¿Todos los dioses son así? Es decir, ¿tienen el cabello así de largo? ¿O tienen estas marcas en sus caras?—los dedos del humano pasaron por su rostro suavemente, tocando las marcas doradas bajo sus ojos.

—No, no todos tienen marcas en la cara o el cabello largo. Algunos tienen sus cosas, como cuernos en la frente o alas en las sienes.

—¿Alas en las sienes...?—Lü Bu hizo una mueca antes de comenzar a revisar las sienes de Thor—Tú nunca tuviste ¿verdad? ¿O te las quitaste?

—Nunca tuve—sonrió Thor dejando que el humano siguiera hurgando curiosamente.

—¿Y qué hay de los ojos? ¿Es igual?

—Hay dioses con ojos como los tuyos.

Aunque nunca antes había visto ojos tan vivaces y brillantes como los de Lü Bu.

—Mm... ¿y ves diferente con los ojos así?

Las manos del humano tomaron su rostro, mientras miraba curioso sus ojos. A Thor le gustaba esa curiosidad, a pesar de que en otros la considerara molesta.

—Estoy seguro que no veo muy diferente a como ves tú.

—Mm...—Lü Bu seguía analizándolo—¿Y qué hay de la altura? ¿Son todos tan gigantes como tú?

—Estás muy curioso hoy.

—Solo quiero saber más de los seres perfectos a los que perteneces—se burló el humano picando sus mejillas.

Thor frunció el ceño, pero Lü Bu pasó el pulgar por esa zona para quitárselo.

—Si no fuera por lo perfectos que son seguramente estarías lleno de arrugas—se volvió a burlar Lü Bu.

—Deja de burlarte.

El humano rio y volvió a cepillar su cabello con los dedos.

—Qué sensible eres, solo estaba bromeando.

—Es un insulto a mi raza.

—Está bien, señor padre, no volveré a burlarme de su condición de dios.

Thor miró a Lü Bu, quien claramente fingía seriedad.

—Tampoco te burles de mí.

—Ah, le quitas lo divertido a la vida—Lü Bu rio, tomando un mechón de su cabello para trenzarlo—. Tan sensible.

Thor suspiró, sonriendo internamente. Lü Bu solía fastidiarlo con su condición de dios perfecto y su paternidad. No parecía temer su ira, al contrario, parecía estar buscando todo el tiempo hacerlo enojar. Sin embargo, cuando Thor comenzaba a hartarse de sus burlas, Lü Bu dejaba de fastidiarlo y hacía algo que hacía que el dios se olvidara de las ofensas. Como si el humano conociera sus debilidades y las usara en su contra para evitar un castigo divino.

Algún día Thor haría que le cayera un rayo en la cabeza.

***

Lü Bu era consciente de la cercanía que estaba empezando a tener con Thor. No lo notó al instante, por supuesto, pero cuando se dio cuenta no pudo ignorarlo. Era muy obvia su cercanía no solo en la confianza que estaban teniendo para contarse cosas sobre sus vidas, sino también en la cercanía que estaban teniendo de manera física. Poco a poco, las peleas parecían dejar de ser el punto clave del encuentro y estaban pasando a compartir más tiempo hablando de estupideces. Lü Bu tocaría el cabello, la cara o alguna parte del cuerpo de Thor que llamara su atención y preguntaría por lo mismo. Al inicio fue solo curiosidad, con el tiempo fue haciéndolo a propósito.

No sabía de qué otra manera podía tocar a Thor sin que fuera raro, así que disfrazaba su necesidad de tocarlo con preguntas curiosas que salían de la nada. Thor no parecía darse cuenta de eso, así que Lü Bu aprovechaba su oportunidad.

El interés por ese tonto dios no fue algo que apareció de un momento para otro, sabía perfectamente que no era así. Fue algo gradual, algo que fue sembrándose y creciendo con los días. Creció silenciosamente en su interior, echando raíces en su corazón hasta que, al notarlo, ya era demasiado tarde. El sentimiento se había arraigado a él de tal forma que Lü Bu no tenía manera de deshacerse del mismo.

Tampoco le importaba hacerlo. Pero era molesto tenerlo.

Los días que debían verse parecían no llegar más de mes a mes y las campañas en las que Lü Bu participaba no distraían suficiente su mente como para hacerlo olvidar el futuro encuentro. Era molesto y a veces deseaba irse con Thor a su mundo de dioses perfectos. Pero Lü Bu sabía que eso no podía ser, porque los humanos no podían ir a la tierra de los dioses. Thor mismo le había dicho que su padre, el tuerto Odín, no permitiría nunca que un humano pisara su territorio. Además, aunque Lü Bu fuera muy fuerte, posiblemente no sería capaz de pelear hombro con hombro con Thor para defender a Asgard. Simplemente sería un estorbo y eso hacía que vivir en el mundo humano fuera su única opción. Lo único que podía hacer, para ver a ese gigante tonto, era ir al punto de encuentro los quintos días del mes y disfrutar de las horas que pasaban juntos.

Ese día, Thor parecía menos hablador de lo normal. Lü Bu había notado su malhumor desde antes de que pelearan. Sabía que algo tenía mal a este dios, pero no era capaz de saber qué. Y por más que preguntó, Thor simplemente le dijo que eran asuntos de su mundo que no lo incluían.

Lü Bu odiaba cuando Thor recalcaba su condición de dios, en especial cuando hacía sonar que era mejor que él solo por haber nacido como un dios. Odiaba que él le recordara lo malo que era que fuera un simple humano. Porque esas palabras solían traerlo a la realidad, rompían su burbuja de felicidad cuando estaba con Thor y le recordaban que Thor era un dios inmortal mientras que él un humano que no viviría demasiado tiempo. Solo era un chasquido en el tiempo, quizás un buen entretenimiento para un dios aburrido.

Lü Bu no era más que eso ante los ojos de los seres como Thor. Y dolía. Dolía no poder ser más. Dolía ser tan fuerte como un dios, pero estar encerrado en un cuerpo humano. Era desesperante no ser capaz de poder ser más de lo que ya era.

Dolía amar a un dios que solamente lo veía como un juguete.

Miró el cielo, donde no había nubes. Una gran extensión de lienzo celeste se plasmó ante sus ojos. Era un día hermoso, pero la mente de Lü Bu no estaba tranquila. No podía dejar de pensar, yendo en círculo una y otra vez.

Miró a Thor, apoyado contra el árbol con los ojos cerrados. Lucía increíble, con el largo cabello rojo cayendo sobre sus hombros, sobre su rostro. Era un hombre muy atractivo. Y era fuerte, muy fuerte. También era interesante, un hombre con mucho para contar y con una sonrisa muy bonita. Su presencia siempre hacía sentir a Lü Bu en paz, calmando los vientos salvajes en su corazón. Lü Bu deseaba pasar toda la vida a su lado, independientemente de la relación que pudieran tener. Porque no olvidaba que Thor era un dios casado, con una familia complicada llena de divinidades. Lü Bu solo sería un estorbo en la vida de este dios.

Se acercó a él y se arrodilló a su lado. Thor seguía con los ojos cerrados, como si estuviera durmiendo. Pero sabía que los dioses no dormían, así que solamente estaba descansando o procesando lo que sea que estuviera molestándolo. Lü Bu analizó el rostro delicado y bonito de este dios que era capaz de romper el suelo de un puñetazo. Su piel era blanca y sus rasgos suaves. No tenía rasgos muy marcados como otros hombres que alguna vez conoció. No era como la propia cara de Lü Bu de rasgos toscos. Thor era perfección, aunque nunca lo dijera en voz alta.

Corrió uno de los mechones de cabello rojo que caía sobre la cara de Thor y se acercó más a él. Lü Bu realmente quería estar a su lado por siempre, incluso si el para siempre era imposible para ellos.

Thor abrió los ojos al sentir su mano y lo miró, sus ojos dorados y negros puestos en su persona. Lü Bu entonces puso su mano en la mejilla del dios, la piel era suave y hermosa. Alguien dedicado a la lucha no podía tener una piel así. Pero Thor sí.

Thor era perfección, incluso si a Lü Bu le dolía reconocerlo.

—Lü Bu—murmuró Thor mirándolo con curiosidad.

—Eres un idiota—dijo Lü Bu seriamente.

Y entonces lo besó. Hizo que sus labios tocaran los del dios, en un acto de sacrilegio puro. Un humano jamás debería osar a hacer algo de este tipo. Mancillar la perfección de un dios con sus labios era el peor acto que un humano podría realizar. Pero Lü Bu, en ese momento, solo podía pensar en lo mucho que amaba a Thor y en cuanto deseaba estar para siempre a su lado.

Al separarse de él, notó la mirada sorprendida de Thor. Lü Bu podía entenderlo.

—Debo irme.

Thor asintió, en silencio. Lü Bu se levantó y fue hacia su caballo para marcharse. Sus labios todavía se sentían cálidos por el beso. Pero se enfriaron cuando, al llegar, le comunicaron que debían marcharse para comenzar con la conquista del territorio enemigo. 


La historia de Lubu es algo en lo que me base un poco por su spin off, aunque deberia leerlo para dar datos mas certeros pero no tengo mucho tiempo asi que bueno...

Lubu fue directo por lo que queria y Thor seguro tuvo un cortocircuito mental jajaja

Ya veremos como avanza todo! 

Proximo capitulo: 11/6

Nos vemos!

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