El tiempo pasó muy rápido desde el día que me aceptaron. Ya era el primer día de mi semana de iniciación. Me puse mi mejor ropa y salí. El bus llego y me llevo a una isla y había un campus gigante. Estaba vacío, supongo que porque todavía no habían empezado. Había un patio enorme, muchos edificios con carteles que decían, "Habitaciones" "Oficinas" "Entrenamiento" Y muchos más. Era tan grande que creí que me perdería. Pero había varios pósteres con mapas del lugar. Se veía increíble.

En el grupo de iniciación solo estábamos unas 6 personas. No éramos muchos. Me distraje mirando a mi alrededor y me choqué con algo, o alguien.

—Mira por donde caminas!!— Me dijo alguien

—¡Lo siento! De verdad. Me distraje

—Eso lo sé— me dijo enojado. Era un chico, un poco más alto que yo. Pelo café, Acento Inglés, piel clara y ojos marrón.

—Pues lo siento, no era mi plan chocarme contigo— Dije más enojada

— ¿Eres del grupo de iniciación? - Seguía con ese acento de "chico cool inglés"

—Sí, ¿y tú?

—Si— Dijo muy seco.

— ¿Cuál es tu poder? – Le pregunté, tratando de ser amable

— ¿Cuál es el tuyo?

— Yo pregunté primero

— ¿Me importa? - ¡Cada vez me daba más rabia con él!

— Pues debería— Dije más molesta, él solo se río como burlándose de mi

— Mi poder es la velocidad ¿El tuyo?

—No sé el nombre...— No me acordaba como se llamaba el poder, Se río de nuevo, burlándose.

—No sabes ni cuál es tu poder. ¿Cómo me compruebas que tienes uno? –

Mi mamá me dijo que controlara mis poderes, y los mostrara lo menos posible en la semana de la iniciación. Pero este chico me caía tan mal, que decidí mostrarle mi poder.

—¿En serio quieres que te muestre?

—¿Por qué no?

Le lancé uno de mis rayos azules, haciendo que cayera al piso.

—¿Esta no es suficiente prueba?

—Poderes básicos y cliché – Dijo mientras se levantaba

—Lo dice el flash— Decidí irme e ignorarlo.

La semana no fue mucho, solo nos mostraron el lugar e hicimos actividades para conocernos mejor.

¡¡Ya era el día de mi primera clase!!

Al inicio nos dieron unas camisetas por ser el primer día. Eran azul claro y tenía el logo del colegio. Nos dieron las llaves de nuestro cuarto y me dijeron.

—Ahí tendrás un compañero de cuarto.

—Ojalá nos llevemos bien— pensé en voz alta

Fui a mi habitación, abrí la puerta y mis ojos se chocaron con los suyos.

Dijimos al tiempo: ¿¡Tú?!