Ella era la razón de que todo esto pasara.

Estaba la directora de pie al lado de la asesina. Estaban rodeadas por una burbuja azul que no les permitía a mis amigas atacar a la asesina.

—Tú... como te atreves... eres la directora... como... como es posible— estaba confundida.

—Te presento a mi hija— dijo señalando a la asesina— Se llama Kiara.

—Son... madre e... hija? –

—Ups... lo descubriste. —

—RAIDEN, AYUDANOS A DESTRUIR LA BURBUJA— Dijo Emma (que ya eran como 15 Emmas) pegándole a la burbuja.

—No se puede... es burbuja irrompible, lo leí en el libro.

—PERO MATARÁ A JAY- Dijo a punto de llorar.

—directora... me entrego a cambio de Jay— dije con la voz quebrada. Vi la cara confundida de todos.

—Me gusta la propuesta. Pero debes cumplir y nosotros no mataremos a tus amiguitos.

—Haré lo que quieran, solo no lo maten— dije mientras lloraba.

Vi como la directora empujo a Kiara, la asesina y su hija, haciendo que saliera de su mundo.

— ¿Quién fue? - Dijo saliendo de su hipnotización.

—Yo mi amor— Dijo la directora mientras Jay también salía de la hipnotización tratando de recuperar la respiración. — La Rai se ofrece, a cambio de que no le hagamos daño a sus amiguitos.

—Ah— Me vio a los ojos— Ya ves de lo que soy capaz. — Sonrió como la psicópata que era.

—Solo déjame hablar con él y ya— Dije

—Abre— Dijo Kiara y vi como se deshizo la burbuja.

Corrí a donde Jay y me tiré al suelo a abrazarlo, no podía arriesgarlo más. Así tuviera que morir. No podía darle el poder, pero no podía matar a Jay, así que me mataría a mí, así nadie más quedaba en riesgo.

—Te amo mucho— Dije entre lágrimas.

—Yo también te amo, cuando terminemos con esto comeremos un buen helado— Empecé a llorar más fuerte.

—No, Jay, terminaré con esto, pero no podremos comer helado. — Creo que él entendió a que me refería.

—No lo hagas por favor— comenzó a quebrarse su voz y me abrazo muy fuerte. — Te necesito.

—Yo te necesito a ti vivo, ya hice suficiente, y puse a muchos en riesgo. Es mi momento de salvar al mundo e irme de él.

—Por favor Raiden. Eres mi rayito en la oscuridad. No te vayas, ya perdí a todos, no te puedo perder a ti. — Empezó a llorar, no podía más y lo besé. Volver a sentir sus labios con los míos era una sensación única. No quería parar. Pero mi hora había llegado.

—Es hora de acabar con el fuego— Me fui llorando a donde estaba Kiara.

—Acabemos con esto de una vez.

—Cierra— Se volvió a crear la burbuja y mi último vistazo fue a Jay, Emma, Fénix y Dayana golpeando la burbuja y gritando. Luego caí desmayada.

Estaba en ese mundo que odiaba con mi alma. Y tenía que matarme. Así que decidí jugarle el juego y luego matarme.

—ACTIVA TU PODER Y ENTREGÁMELO— Dijo ya desesperada.

—No sé hacerlo, tortúrame como quieras. — Dije sabiendo lo que se venía.

—Sus deseos son órdenes. — Me empezó a golpear con rocas que caían del cielo. Hasta que vi que lanzo unas estrellas ninjas que me cortaron y lo entendí. Con eso me mataría. Cogí la estrella ninja y me preparé para apuñalarme con la estrella. Hasta que el miedo me invadió. No quería morir, pero debía. Era mi momento, pero no podía. Empezaba a analizar mientras movía mi mano con la estrella ninja, a mi estómago. No quería irme. No era mi momento. Tenía muchos que hacer, no me podía matar. Pero debía. Y antes de que me la clavara me detuve a un mili centímetro de matarme. Y vi como se desvanecía la estrella.

—NI PIENSES EN MATARTE— me gritó

—Entonces ni pienses que te ayudaré— dije más enojada

—Creo que es hora de empezar con lo psicológico porque lo físico no funciono. — Chasqueó los dedos.

Y la vi ahí, las lágrimas recorrían mis mejillas.

Anna, mi hermana. Estaba de pie. Se me olvidó todo al verla. Fui corriendo a abrazarla, pero cuando mis manos tocaron su espalda desapareció y apareció detrás de mí. Era una ilusión, pero estaba tan ciega por la tristeza que no me di cuenta y por un segundo supuse que era real.

—Me mataste Rai— Esas palabras me cortaron y me dolieron más que cualquier estrella ninja o cualquier piedra— Te necesitaba y me dejaste morir.

—No lo hice yo

—Entonces al menos te hubieras portado bien en la universidad. Pero solo eres una decepción.

—No... hermana lo siento, no quería ser una decepción.

—Jamás serás la hermana que quise. Te odio. — Eso me corto y comencé a llorar tirándome al suelo rogando perdón.

—Perdóname, hermana, no me odies, lo intenté, perdóname. — Pero cuando alcé la vista estaba papá.

—Papá— empecé a llorar más fuerte y lo fui a abrazar, pero cuando lo intenté se desvaneció nuevamente. Luego reapareció a un lado.

—Hija... quería que fueras un ejemplo de nuestra familia, un reflejo mío. Pero no, solo eres una rebelde que no sabe lo que hace.

—Papá, lo intenté. No pude, de verdad lo siento

—No me vengas con disculpas. No eres mi hija, no te considero mi hija. — Empecé a llorar, demasiado. Y me caí al suelo llorando. Cuando levante la mirada no estaba él, estaba mamá.

—Tú si me quieres ¿Verdad?, estabas orgullosa de mí. — Dije con la voz quebrada.

—Me abandonaste Rai. Me mataste. Dejaste que me asesinaran y ni cuenta te diste. — Empezó la culpa y me sentí culpable por lo que hice. Ni siquiera intente pedirle perdón, sabía que no me amaba. No caía en cuenta de la ilusión en la que estaba. Luego estaba Amara.

—Ahórrate las palabras, sé que te mate por mi estúpida revolución. — Dije, sabiendo lo que se venía, me empujo y caí al suelo entre lágrimas.

—Que bueno que me ahorraste las palabras. — Y Kiara guardó lo mejor para el final, él no había muerto, pero ahí estaba.

—Ya no te amo, te amaba, pero me dijiste mentiroso, me hiciste una revolución y te olvidaste de lo nuestro. — Dijo "Jay" Y creo que ese fue el corte más profundo.

—JAY TE AMO— Y vi como se desvanecía. Empecé a gritar. Sentía dolor de cabeza, culpa, tristeza, dolor al mismo tiempo. Y luego todos los mencionados me rodearon y empezaron a hablar mientras yo trataba de taparme los oídos para no escucharlos.

—Eres una decepción.

—Eres ridícula

—Eres un asco

—Eres la peor hija

—La peor hermana

—La peor amiga

—La peor novia

—Te amaba

—Te quería

—Pero lo echaste a perder.

Y luego todos al tiempo dijeron las palabras más dolorosas

—Nos mataste. — Me tiré al suelo sintiendo el dolor más grande, lloraba como nunca, gritaba y sentí como los rayos empezaban a salir de mí. Kiara lo estaba logrando. No podía dejarla ganar. Así que recordé un día cuando era pequeña.

—¡Mami! - Dije con unos 7 años de edad.

—Rayito ¿Por qué lloras?

—Me dijeron en el colegio que soy fea y mala. —

—Bebé... tú no lo eres. Ven, siéntate— Me senté en sus piernas y la abracé

—Cuando alguien diga esas palabras hirientes debes decir lo siguiente, repite después de mí. Soy fuerte.

—Soy fuerte— Repetí

—Soy increíble

—Soy increíble

—No soy una decepción ni un problema— Repetí— No soy la peor ni soy un asco— Repetí nuevamente— Valgo, y valgo mucho

—Valgo y valgo mucho— dije terminando de repetir.

—Esas palabras serán tu fuerte cuando alguien te hiera. No dejes que nadie te haga daño ¿Ok?

—Ok mami— Nos abrazamos.

—No lo hice yo— Empecé a calmarme— No fui la culpable— Y empecé a decir las palabras de fuerza que me enseño mi mamá.

—Soy fuerte, soy increíble, no soy una decepción, no soy un problema, no soy la peor, no soy un asco, valgo, y valgo mucho, no mate a nadie— Vi la cara de susto de Kiara, al verme enojada y más fuerte que nunca. Mis ojos brillaban y mi pelo se puso blanco con rayos azules.

—Kiara, no vuelvas a meterte conmigo, con mi familia o con mis amigos. Porque soy INVENCIBLE— Con esa palabra saqué todo mi poder y la lancé lejos, al caer murió (en su mundo) Y sentí como salí da ahí.

Ya de vuelta en la biblioteca le lancé un rayo muy potente hacia ella haciendo que se desmaye por una recarga eléctrica. Luego con mis ojos brillando llena de rabia miré a la directora.

—Mentirosa— susurre— MENTIROSA— Grite y le lance un rayo desmayándola también. Luego la burbuja desapareció. Y fui corriendo a abrazar a Jay.

—Lo hiciste— Me dijo Jay

—Lo hicimos— Empecé a llorar de la alegría— Te amo mucho

—Yo a ti— Lo besé sin importar nada. Ni quien me mirara. Kiara Y La Directora estaban desmayadas en el piso. Fénix las amarro y con ayuda de Emma y sus clones las llevaron a la prisión con más seguridad del mundo, en la antártica, debajo del hielo. Básicamente, no hay forma de que salgan de ahí. Dayana se volvió la nueva directora, ella si era buena. Y al leer las mentes, sabía quien le mentía. Nadie nunca hizo trampa en los exámenes.

Yo terminé mis estudios y me volví oficialmente superhéroe. Mi nombre de superhéroe sería... Thunder-Girl