C6: San Valentín (20 semanas)
Al final, Denki sí se enfermó ese día... pero luego se recuperó... y luego se enfermó otra vez. Así que ahora el rubio estaba embarazado y en cama por una gripe.
Y todo por no ponerse gorrito...
Así que este día lo van a pasar entre fiebre, sopa y medicamentos.
— Hitoshi... me siento mal — el rubio habló gangosamente, entrando en su departamento. Aunque el rubio se encontraba muy resfriado, tenían que ir al obstetra para la revisión de las 20 semanas. — Quiero sopita.
— Sí, Kitty, yo te traeré sopita. Ve a acostarte, cielo — el rubio fue en dirección hacia su habitación, pero antes de eso el pelimorado lo tomó de la cintura parándolo. Levantó el holgado suéter -antes de su propiedad- que ya no podía esconder el notorio vientre del de orbes ámbar y besó su suave piel —... Ahora, sí, ve a la camita.
—¿Necesitas algo más, mi amor? — El pelimorado le preguntó al rubio, cambiándole la compresa por una más fría para bajar su fiebre.
— Do. — el rubio negó, acariciando al gato que se encontraba refregándose en su vientre. Un lugar calentito y cómodo para el felino. — O sí... quédate un ratito conmigo.
Hitoshi solo le sonrió al de orbes ámbar, quién lo miraba con los brazos abiertos. <<"Una pequeña siesta junto a ustedes no me vendría mal">>. Se sacó los zapatos rápidamente, sin importancia en desatarle los cordones y entró a la calentita y cómoda cama. Al poco tiempo, Hitoshi se rindió en los brazos de Morfeo.
El rubio intentaba conciliar el sueño, abrazando a su pareja que, con su sueño ligero, murmuraba algunas cosas medio dormido. Pero su congestión nasal y la incapacidad de mantenerse quieto hacían que su cuerpo empezará a sentirse muy caliente e incómodo, levantándose de la cama.
Se colocó su bata para ir hacia la cocina a buscar un jugo de naranja del refrigerador. Anvorguesa lo empezó a seguir con su cola en alta, frotando su cuerpo en las piernas del de ojos ámbar.
— Mm... ¿14 de febrero? — se preguntó a sí mismo cuando vio el calendario en la cocina, el cual marcaba la fecha de ese día con un corazón rojo. Sus ojos se abrieron al recordar la tan popular e inolvidable fecha si tienes pareja: San Valentín. — ¿¡Anvorgesa, yo qué iba a preparar para San Valentín!
— Miau~
— ¿¡Pero cómo no vas a saber!? — le preguntó a su gato que lo miraba con sus ojos curiosos. En un momento de preocupación, pensó: — Quizás le pueda comprar algo ahora, no despertará tan pronto... — Miró el reloj de la sala de estar: 16:30. — ¡Debería de ir ahora, adiós mi niño!
El pelimorado abrió los ojos al sentir como la puerta principal se había cerrado. Se quedó mirando algo adormilado al lado de la cama del rubio: vacío. Luego miró a sus tres gatos que levantaron la cabeza al igual que a él.
— ¿Denki? — se levantó para revisar en el baño — ¿Denki? — En la sala de estar — ¿¡Denki!? — En la próxima habitación de los bebés. — ¿¡DENKI!?
Giró su cabeza lentamente hacia el colgador. Sí, el abrigo de Denki y sus llaves no se encontraban. Pero su gorro seguía ahí.
— ¡¿DÓNDE ESTÁN MI BEBÉS?!
—¡Papi, papi! ¡El héroe Chargebolt!
El rubio se encontraba en un kigurumi de pikachu, encima llevaba su abrigo de color negro. Además de una mascarilla negra y gafas de sol.
— Sí, eso es todo. ¡Muchas gracias! — Se llevó en una bolsita de tela su compra y salió de la tienda como un niño feliz, bajándose la mascarilla para comer el dulce que se había comprado como antojo.
Abrió la puerta lentamente y, con mucho sigilo, el rubio entró a su casa.
— ¿Dónde estabas?
— ¡AH, HITOSHI! — El pelimorado se encontraba de brazos cruzados en el sillón, acariciando a Marie. Se levantó y se dirigió al rubio y con su mano tocó la frente de éste.
— ¡Estás hirviendo, Denki Kaminari! — Exclamó, en su tono se sentía la molestia haciendo que al rubio se cohíbiera un poco.
— P-pero... es San Valentín...
— ¿Y eso qué? Te encuentras enfermo — tomó la bolsa de tela y dijo en un tono serio — Ya, a la camita.
El rubio resopló y con un puchero fue en dirección hacia su pieza.
Hitoshi rodó los ojos y dejó la bolsa encima del mesón, abriéndola para inspeccionar que había en ella.
— Está rotundamente loco — Hitoshi sacó de la bolsa las cosas comestibles que se encontraban ahí y las dejó en su respectiva alacena. —... le voy a hacer una sopita de pollo.
El pelimorado se encontraba trabajando en su computadora con un gato en su espalda y un rubio enfermo bastante cargante.
— Toshi, Toshi, ¿Qué te gustaría hacer? Hagamos algo alocado~
La fiebre del rubio calentaba su cabeza... con doble sentido y todo. Hitoshi ya sabía eso, pero en San Valentín era difícil ignorarlo.
— ¡ACHUUU!
... Se podía resistir.
— ¡Yo sé! Descansemos y tomemos harto líquido — le dijo, señalándole su caldo de pollo.
— De acuerdo, descansaré. Pero sabes... si yo voy a la cama — el rubio tosió y siguió hablando —, vienes conmigo. — sorbetió su nariz.
— Kitty, tú sabes que hubiera sido muy difícil resistirse si no estuvieras tan... — le acercó la caja de pañuelos — congestionado.
— ¿Me estás diciendo que no quieres un poco de esto? — se señaló intentando ser... ¿sexy? Pero el pelimorado solo se concentró en su voz gangosa y su sensual pijama de pikachu.
Hitoshi tocó sus muslos dándole la dirección a qué se siente ahí.
— Denki, estás muerto de cansancio, se nota en tu cara. Ve a dormir en un rato y quizás habrá algo en la noche.
— ¡¿En serio?! — El rubio exclamó emocionado.
— No. — besó su frente, sintiéndola aún tibia — Ya ve, ¡Y esta vez en verdad duerme!
El rubio tomó al gato de la mesa y se lo llevó consigo, de paso le sacó la lengua al de orbes morados cuando se dio la vuelta.
— ¡Te vi!
Denki hizo un puchero y cerró la puerta de su pieza con llave.
— Hitoshi~
El rubio llamaba lascivamente a su pareja que se encontraba en la cocina.
— ¿Qué pasa, cielo? ¿Necesitas té? ¿Sopita? ¿Algún anto...jo? — Era casi... indescriptible la cara de decepción y nerviosismo del mayor — Ponte la ropa, Cariño... creí que estabas dormido.
— ¿Cómo podría estar durmiendo... sabiendo que tú~ estabas a unos pasos de mí.
Chasqueó la lengua al ver la lencería que mostraba orgulloso el rubio.
— Denki, ¿Sabes lo qué es sexy? Capas. Capas de ropa, ufff, super sexy. Mantas son sexy, las frazadas son sexy.
— Hitoshi, ya te dije. No estoy enfermo. Ahora me gustaría hacerte sentir tan bien como... estornudó, seguido de una tos seca —... como yo me siento.
—... No puedo esperar. — respondió, sarcásticamente.
Denki caminó arrastrando sus pies hacia el pelimorado que sacaba las galletas que había hecho hace algunas horas.
— Denki, por favor no me pidas nada porque no lo voy a hacer.
El ojiamarillo negó con sus ojitos rojos y a punto de llorar.
— Me siento mal. Quiero a mi mamá...
— Awww, bebé.
El pelimorado dejó la bandeja en la isla, y se giró para abrazar al rubio. Denki estaba con su pijama de pikachu y su mantita en los hombros. Rodeó su cintura con una mano, y la otra la apoyó en la cabeza de su novio resfriado, consolándolo.
— Hice galletitas para ti, ¿Quieres, gatito? — Denki asintió, aún apoyado en el pecho de Hitoshi.
— Hitoshi... Pónme vaporub en el pechito, porfiiis— le pidió con ojos de cachorrito y trompita afuera.
¿Cómo le iba a decir que no a eso? ¡Eso no es una trampa, su novio si lo necesitaba en ese momento!
— Claro que sí, mi niño. — el rubio sonrió cansado, y de un impulso se agarró con sus piernas a la cintura del pelimorado. Este lo llevó hacia la habitación.
Hitoshi Shinso...
¿Cómo no pudiste resistir un poco más?
Observó al rubio que se encontraba abrazándolo, semi desnudo, intentando ya calmar su respiración.
— Toshi... — el pelimorado lo miró con una cara de culpa y arrepentimiento —... eres muy débil. ¡Feliz San Valentín!
El pelimorado negó por el comentario del rubio y se abalanzó hacia él.
¡Feliz Día de San Valentín!
¡Hola, hola!
Subí este capítulo hoy porque mañana no tendré Internet.
Siganme en mi Instagram @te.de.arandano.
¡Y eso!
Adieu!
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