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C14: "Un nuevo comienzo" (Parte 2)

Septiembre

Gemelas Kaminari: 3 meses

1 mes con Anvorguesa de vuelta

El sol entraba por la ventana de la habitación del cuarto de las bebés. Las cortinas transparentes de color lila dejaba pasar la cálida luz del sol, despertando lentamente a las gemelas, al igual que Anvorguesa. 

El minino se levantó,  intentando despertar a base de bostezos y estiramientos. El gato anaranjado se levantó de su cama en la ventana, para trepar a la cuna de Aileen, quien movía sus piecitos con vigor. 

¡Iigah~! ¡Buuh~! 

Anvorguesa olisqueó el rostro de la rubia, y con los bigotes la hizo estornudar. Aileen luego del asombro por estornudar, y ver cómo el gato se sorprendió sonrió risueña. 

"Bien, ya necesita la atención de papá" 

El gato salió de la cuna, hacia la habitación matrimonial. Subió a la cama donde ya dormían Marie y Berlioz y se dispuso a despertar a uno de los papás. Juguetonamente, colocó su cola frente a la cara de Denki, mientras con sus bigotes se encontraba despertando a Hitoshi. 

—Mmm... Anvorguesa.— el minino empezó a maullar en su oreja, ya colocando algunas patas en su cara. —De acuerdo, ya entendí, me voy a levantar. 

El rubio se levantó para ir a despertar a las gemelas, alimentándolas y vistiéndolas. Mientras tanto, Hitoshi se levantó para preparar el desayuno. Esa era su rutina, Anvorguesa despertaba por las niñas, Denki despertaba por Anvorguesa, Hitoshi por Denki. Todo era perfecto. 

* * *

—¡Gu~Aah~!— Aileen balbuceó, cuando terminó de comer. Darcy se encontraba en los brazos de su papá, aún no acabando su mamadera. 

—¿¡Hoy día es la cena por el premio de Eri!? No le compramos un regalo.— el rubio exclamó, preocupado. 

—Deberíamos, no todos los días una niña de 15 años gana el premio de bioquímica de su escuela, ¿Eh?— Alardeó a su hermanita, quitándole la botella ya vacía a su hija. 

El rubio hizo una mueca, sabía que Eri era muy buena en el ámbito de la ciencia. Estaba muy orgulloso de su cuñada, pero tenía el pase al ser un tipo de hermano mayor cool.

Y si Denki y Eri pelean por la atención del pelimorado, las gemelas les esperan un gran camino.

—Yo gané un premio por la feria de ciencias cuando tenía 10 años.

—Ah, sí, al prender una ampolleta con un estornudo— Hitoshi recordó cuando el rubio le contó esa historia, añadiendo una foto de un Denki chiquito con frenillos emocionado por su diploma de participación.  Al ver la cara de orgullo del menor,  solo sonrío y asintió:— Eri nunca superará eso. 

Anvorguesa se acurrucó al lado de Hitoshi, quien tenía a las dos gemelas dormitando en sus brazos. La conversación disminuyó hasta el punto en donde solo se escuchaban los ronroneos y las respiraciones de las nenas. 

* * *

Hitoshi levantó la mirada de su celular al ver cómo el rubio salía de la habitación de las pequeñas. 

—Dormiditas, dormiditas.— susurró. Agarró a Marie para luego acurrucarse en el sillón junto al pelimorado. Una pequeña siesta, irían a por el regalo, la cena donde los Aizawa quedándose ahí el fin de semana. 

*TOC* *TOC* *TOC~* 

La pareja se quedó callada. Por alguna razón una visita no inesperada lo estaba alertando. Podía ser el cartero, o un nuevo vecino, o...

—Sostén a Marie, yo abro... 

Hitoshi se levantó del sillón y abrió la puerta lentamente del departamento. 

—Oh, ah, hola.— Un señor junto a una pequeña niña se encontraban en la puerta. —Disculpen la molestia, pero vivimos en los departamentos nuevos del sector este y...

Antes de que terminara de hablar, la pequeña niña miró al gato calicó quien asomó la cabeza la puerta. 

¡Mr. Whiskers!— la pelirroja exclamó emocionada y entró al departamento, agarrando al gato gordo en sus brazos— Where have you been?

Y ahí es donde la pareja tuvo un clic en su cerebro

—¡Honey! Lamento que haya entrado así.

—No importa— la voz de Hitoshi sonaba apagada, desanimada. —, ¿Ese gato... lo cuidaron?

—Lo rescatamos hace meses, señor. —La pequeña niña comentó, aun cargando al minino. 

Al fin Hitoshi y Denki supieron toda la historia de que había pasado con Anvorguesa... bueno, el Señor Whiskers: 

"Thomas y su pequeña hija vienen de la Isla I por un viaje de negocios. Honey, la pequeña niña se sentía muy sola al no lograr hacer amigos por su poco conocimiento del japonés."

—Y un día, Mr. Whiskers llegó a mi ventana. 

"Y un día, Mr. Whiskers llegó a la ventana de Honey. Estuvo toda la noche maullando, pero a la mañana siguiente ya no estaba. Días después, fueron al Neko café  del barrio y se encontraron con él". 

—Dijeron que lo encontraron en la noche bastante asustado. Como Honey y el gato se llevaron muy bien y la chica dijo de que si en unos días no encuentran al dueño, podríamos adoptarlo. Y bueno, eso hicimos...

Denki tomó la mano del pelimorado. Tiritaba. En verdad no quería perder nuevamente a Anvorguesa. 

—Bueno— Hitoshi explicó —, Anvorguesa es nuestro gato desde que estamos en la escuela. Cuando mi pareja estaba encinta, Anvorguesa se escapó. No sabíamos cuando, pero llegamos a casa y... 

—Ya no estaba. 

—Sí, y no pudimos ir a buscarlo porque Denki tuvo un accidente y su salud estaba crítica. 

Hubo un pequeño silencio incómoda. Denki se acurrucó en el hombro de la pareja.

¿Qué va a pasar con Mr. Whis... Anvor... el michi?

* * *

—Y bueno, aquí estamos...

Hitoshi y Denki se quedaron en silencio, en otro silencio incomoda. Ahora en frente de los Aizawa. 

Que complicado.— Lo único que pudo decir Shota quien cargaba con ternura a la pequeña Darcy. 

—¿Y qué van a hacer? Tampoco hay muchas opciones...

—¿Por qué no le dan un gato de madera y se lo dejan en la puerta?— Eri comentó. 

—Esto no es Troya, Eri. 

—No, no, ella tiene un punto. 

El que tomará la decisión de Anvorguesa será el mismísimo Denki Kaminari. Y él estaba cagado de miedo. Y de tristeza. No recordaba nada de la cena, su pequeño rayo de sol que siempre irradiaba se encontraba apagado, incluso la pequeña Aileen sentía a su papá diferente. ¿Qué elegirá Denki?

* * *

El pelimorado observaba como las gemelas dormían en sus cunas nidos, agarrando dormidas  un mordedor de gato. Hitoshi no se podía dormir aun al ver cómo su pareja seguía despierto. Denki estaba en el balcón, y el otoño ya se hacía notar con la fría brisa de afuera.

—Ten, Kitty... —Hitoshi abrigó a su pareja con una manta. 

—Si nos quedamos con Anvorguesa, Thomas y Honey estarán en un país extraño los dos solos.— el rubio comentó, lentamente acurrucándose en el pecho de su pareja.

Hitoshi no dijo nada, si para Denki le estaba costando la idea de dejar a su minino. Imaginar a Hitoshi sin uno de sus mininos era algo devastador. 

—Hitoshi...

—¿Mhmm?— el de orbes morados acunó el cuerpo del rubio. 

¿Y si... ellos se quedan con Anvorguesa?— Hitoshi no respondió.— Es que, tú sabes que amamos y extrañamos a Anvorguesa demasiado cuando se fue, pero ellos la tuvieron 7 meses. Y quizás, Anvorguesa tiene que cuidar a la pequeña Honey, ¿No?

—¿Cómo nos cuidó a nosotros?— Denki siguió siendo acunado, sintiendo ahora como bajaban finas lágrimas. —¿Recuerdas cuando era un bebé y se escondía en tu mochila para que no nos vayamos al colegio?— Esto hizo a la pareja reír. 

Era tan pequeño y no gordo. Oh, ¿Y cuándo le pusimos por primera vez el arnés y estaba todo tieso?— rieron de nuevo al recordar al pequeño minino. —Honey tiene que crecer con Anvorguesa, solo estoy muy feliz de que... fue parte de... las niñas. 

Alzó la mirada para ver la mirada cansada y triste de su pareja. Denki dio un beso lentamente, para tomarlo de la mano y entrar a la habitación. Detrás suyo, a sus pies, se acurrucó el gran gato gordo. Como hace nueve años atrás. 

* * *

Las hojas rojas y naranjas abundaban en Japón. El clima solo daban ganas de acurrucarse en el nuevo Tatami de la sala, mientras Hitoshi le servía su segundo chocolate caliente.

La puerta fue golpeada suavemente, alertando a las gemelas que miraron en dirección a la puerta. Los padres solo abrieron un ojo, y volvieron a acurrucarse. Hasta que fue golpeada de nuevo. 

—Yo abro, Toshi— el rubio gruñó, levantándose del tatami a pasos torpes.—¿Sí? Oh.

En una caja de cartón, forrada con una manta de color violeta se encontraban dos pequeños mininos color crema con su cara, orejas, patitas y la punta de la cola de color marrón. Dos gatitos siameses de menos de 2 meses de edad. 

Denki sacó con cuidado la pareja de siameses, un gatito se había sentado en el post-it. Era una pequeña nota con un japonés bastante tembloroso, pero para Denki era la nota más perfecta del mundo: 

Si Hitoshi-San creció junto con Marie y Berlioz, su relación estuvo acompañada del Señor Anvorguesa, y yo tengo la oportunidad de estar ahora junto a él; Darcy y Aileen se merecen lo mismo.

Saluden a Si y Am,

-Honey.

* * *

¡Hola, hola!

Esa es la historia de Anvorguesa, ¿Estuvo bien? Bueno, ¡Bienvenidas a la familia Si y Am!

Ah, me gustaría crear un grupo de WhatsApp para hablar más con ustedes y así que ustedes también se conozcan, o algo así...

En fin, 

Si hay algún error, duda o sugerencia; no duden en escribirme, 

¡Y eso!

Adieu!

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