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7 meses/ 28 semanas
—Bueno, ¿Cómo se encuentran?— la pareja preguntó, nerviosamente.
—¿Cómo se sentirían si te llega una llamada a las siete de la mañana contándote de que tu familia está pasando por un momento muy difícil como perder a Anvorguesa, tan difícil que mis nietas tuvieron un casi aborto y recién lo sé después de una semana? ¿... Cómo se sentirían?
—No queríamos preocuparte... los.— Hizashi y Eri los miraron preocupados.
Pero Hitoshi y Denki se encontraban cansados. Lo único que han hecho es buscar cosas para sus hijas. Denki estaba exhausto. Solo fue un día a comprar presencialmente y ya no daban más sus piernas. Su panza estaba pesando cada vez más y su cansancio aumentaba. Extrañaba su energía y su cuerpo.
—Oigan, ah... ¿Nos podrían ayudar con algo?— el rubio preguntó suavemente, llevándose una fruta a la boca.
—Obvio, para eso estamos.— la familia asintió.
—Queremos decorar la habitación de las niñas. Llegaron las pinturas y, queremos ya tenerlo listo.— los ojitos de Eri brillaron, amaba pintar.
Luego del desayuno empezaron a ordenar es habitación, ocupada como un armario lleno de recuerdos y cosas obsoletas.
—Bueno, hay que empezar de alguna manera.
Denki había comprado pintura lavanda, un hermoso y suave color lavanda, quedaba perfecto con los muebles de color negro. El rubio abrochó su overol para no manchar la mayoría de su chaleco blanco. El mono formaba su pancita, redonda y gran pancita, se amarró el cabello en una media coleta y sumergió la brocha en la pintura, iniciando con la pared de la izquierda
Hitoshi y Aizawa, a diferencia de la peliblanca y los rubios, se encontraban organizando la ropa de las gemelas. Tenían que encontrar los pares de los conjuntos y ordenarlos. Bueno,, se sabe que Hitoshi y Shota no son... los mayores conversadores, pero ordenaban la ropa en un total silencio que se podía escuchar perfectamente como los gatos ronroneaban.
—Es...— Oh, Aizawa rompió el silencio— bastante diferente a como todos pensábamos.
—¿Hablas de la ropa? Bueno, Denki y yo sabíamos exactamente lo que queríamos. Así que la ropa no fue ningún problema a elegir, a diferencia de la habitación— esto último lo dijo a regañadientes, fue un problema elegir los colores y la decoración.
—¿Cómo está tu suegra?— el pelinegro preguntó serio. Pero en su interior, se estaba muriendo de amor por dos mamelucos de gatito.
—Denki ha estado mucho más apegada hacia ella, digo, desde que lo conozco ha tenido un apego muy grande a la Sra. Kaminari, pero no hay ni un día que no hablen.
La madre de Denki hace un año ha estado en un viaje de negocios, trabajando como héroe por toda Latinoamérica. Sin embargo, cuando nazcan las gemelas va a tomar el primer vuelo e ir directamente a acompañar a su hijo. Y Denki lo espera, en verdad extraña a su madre.
—Toshi, ya me cansé. —El rubio caminó hacia el pelimorado, sentándose en el suelo frente a él lentamente.
—Descansa un ratito, mi amor. Ten, juega un ratito Animal Crossing.— el pelimorado se quedó acariciando la abultada panza de su pareja, mientras él empezaba a prender su Nintendo Switch. Sabía de que no duraría tanto, quedándose dormido muy pronto.
—Denki, Kitty... Despierta, cariño— el rubio abría sus ojos lentamente. Se encontraba en el suelo, despertándose de una gran siesta. Hitoshi le hacía cariño en la frente mientras lo despertaba entre murmullos.
—¿Qué hora es?
—Las siete de la tarde, dormiste bastante— río cariñoso. — Incluso Berlioz y Marie se quedaron tomando una siesta contigo.
Denki se intentó levantar, pero el peso de su vientre lo botó de nuevo. Hitoshi lo ayudó a levantarse guiándolo hacia la mesa. Eri lo saludó, indicándole su lugar en la mesa.
—Perdón por... quedarme dormido.
—No te disculpes, no tienes por qué.— Hizashi le respondió, llevándose una gyoza a la boca.
Empezaron a cenar, mientras el rubio comía dormitando.
—Denki, hay algo que la doctora te ha pedido y no lo has hecho.— Hitoshi dijo sutilmente. Pero el rubio intentaba no hacer contacto visual. —Denki... Tienes que empezar a hacer ejercicio.
Bien, pensemos claro: ¿Por qué Denki Kaminari no quiere hacer ejercicio? Bien, es claro: vergüenza. Vergüenza de, al estar en su estado tan débil, estar saltando en esa pelota de pilates. Tanta vergüenza tenía que esa pelota la tiene desde las primeras semanas y no la ha ocupado. Ninguna sola vez.
—¡Es que qué vergüenza, Hitoshi! Saltando por ahí— exclamó haciendo un puchero.
—Te ayudará a mantenerte activo, a tener más energía. Y además te preparará para el parto.— El rubio dio un quejido sonoro. — Así que mañana en la mañana vas a inflar esa pelota.
—¡Deshonra para ti, Hitoshi Shinso! ¡Qué puta hueva!
—¡Denki!
—Me siento humillado.
Denki se encontraba saltando en la pelota. Y a Hitoshi le hacía tanta gracia como el rubio se encontraba tan enojado.
Hoy día terminaban de ordenar toda la habitación. Eri se encontraba ordenando todos los estantes -como se lo pidió Denki-; Aizawa y Hizashi se encontraban moviendo el armario y las cómodas -como se lo pidió Denki- y Hitoshi preparaba un chocomilk -como se lo pidió Denki-.
En tan poco tiempo, se veían ya tan familiar esa habitación. Amaba como estaba quedando. Había algo que no estaba planeado, pero en verdad lo amaba demasiado.
—Eri, ¿Tú hiciste eso?
—Sí... ¿Está bien?
—Sí, me encanta. Quedó muy lindo. —le respondió muriéndose de amor.
En una de las paredes, a mitad de las dos cunas, se encontraba pintado a mano por la albina una "D" y una "A".
Muy dentro se sentía algo mal por no ayudar, le hubiera gustado pintar mucho más o ayudar a armar cosas. Pero amaba que su habitación de ensueño se hizo realidad.
La habitación quedó hermosísima. El color lavanda resaltaba con las cunas, el cambiador, un armario, los sillones de lactancia y la mesa auxiliar de color negro, acolchado de color blanco. Las cunas negras tenían un dosel transparente negro, con brillos y estrellitas. Cada cuna tenía un peluche de gatito de color blanco. En el suelo, la alfombra eran dos gatos que asimilaban el Ying y Yang. El armario estaba ya organizado gracias a Hitoshi y Shota. E incluso tenían unas camas de gatos en la ventana de la habitación.
—¿Esto era lo que esperabas, gatito?
—Sí, Hitoshi. Esto y mucho más.
¡Hola, hola!
Que. Capítulo. Más. Fome.
Pensé que iba a ser mejor, pero estoy pasando por... varios pedillos.
Próximo capítulo sería su Baby Shower y me gustaría saber qué les gustaría. Personas, objetos, juegos, regalos. Cualquier cosita es bienvenida.
Si hay algún error, duda o idea no duden en escribirla,
Instagram: te.de.arandano
¡Y eso!
Adieu!
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