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Without you, late nights don't mean a thing, yeah

Sunsets don't mean a thing, yeah

Shining stars don't mean a thing too

 So let's go see the stars, BOYNEXTDOOR.

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Epílogo

Dos años después

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taehyung.

—¡Por un semestre más sin desaprobrar! —grita Jeonghan, levantando en alto su vaso de cerveza. Todos levantamos nuestras bebidas y gritamos al unísono.

—¡Salud!

La semana de exámenes en la universidad Hankuk es definitivamente el peor infierno, uno que no le desearía ni al peor ser humano, pero el último día siempre es el mejor. Salimos a celebrar nuestra victoria en el campo de batalla, y esta vez Momo sugirió este lugar de barbacoas que te permite recargar ilimitadamente la cerveza. Algo bastante inútil para Jungkook y yo, porque no bebemos, pero para Momo y su novio es el mejor regalo después de esta auténtica semana de mierda.

Siento que tengo pintura en partes del cuerpo en las que la pintura definitivamente no debería estar, pero ya me daré una buena ducha llegando a casa. Los exámenes en la Facultad de Artes de Hankuk no son para nada sencillos y (hábito que aún no he abandonado) lloré muchísimo esta semana. Pero sé bien que no habría podido sobrevivir en Medicina. En Bellas Artes, el sufrimiento proviene, por lo menos, de hacer algo que disfruto.

Aunque mis amigos (del colegio, no los de la facultad. Sorprendentemente, Sunghoon, Jake, Hanbin y yo fuimos un grupo que sobrevivió a la separación y al paso de los años —a diferencia del grupo de Chaewon—) repiten incesantemente que quieren regresar al Saint Clair porque detestan la universidad, yo estoy feliz con lo que hago aquí. ¿Por qué quisiera regresar a estudiar matemáticas por tardes enteras cuando puedo dibujar diez cuadros para una exposición y presentarla como exámen final?

No tengo amigos en Bellas Artes. Cada quien vive un poco atrapado en su mundo, y solo nos hablamos para los proyectos grupales. Los artistas son un enigma, debería entenderlo siendo yo un artista (aún me siento un poco como una farsa cuando uso esa palabra. Jungkook y yo trabajamos en eso), pero sí me deprimió un poco terminar mi primer semestre sin amigos.

Jungkook que conoció un par de chicos en su licenciatura. También se encontró con ese chico de su colegio, Heeseung, en el evento de inauguración, pero nunca fueron muy cercanos y no iban a empezar a serlo ahora. Aún así, los escritores también son chicos reservados, así que se alegra de que lo obligue a convivir con mis nuevos amigos. Él también me obliga a salir con Yoongi y Beomgyu, para estar a mano, aunque no me siento obligado en el fondo. Adoro a esos chicos.

La Facultad de Artes tiene muchísimos eventos en los cuales personas de diferentes carreras pueden conocerse. Ahí conocí a estos chicos. Eran los únicos que estaban en la cafetería desolada de la universidad mientras había un concierto en el patio. Cuando me vieron comiendo solo en una mesa, me llamaron para que me acercara (me adoptaron, algo que siempre les agradeceré).

Momo estudia danza y su novio, Jeonghan, música. Ella se especializa en ballet, aunque es muy difícil imaginarla usando un tutú dada la forma en la que se viste, con aros enormes colgando de sus orejas y estampados animales en toda su ropa. Difícil hasta que la vez bailar, con la elegancia de un cisne. Ese contraste diabólico también se aplica a Jeonghan, que tiene el cabello más largo que cualquier chica que hubiera visto y se lo agarra en una coleta que le llega a la cintura. Tiene mil perforaciones y conduce una motocicleta, pero ir a una de sus presentaciones y verlo interpretar alguna pieza clásica en el piano es majestuoso.

Sunoo estudia diseño gráfico, así que usa lentes con mucho más aumento que los míos porque desvelarse usando Photoshop le arruinó la vista. Creo que valió bastante la pena, dado que es el mejor estudiante de su carrera y es el autor de los posters que la universidad usa para casi todos sus eventos, dentro y fuera de la facultad. Más de una vez ha bromeado con Jungkook sobre diseñar la portada de su libro cuando lo publique, aunque empiezo a pensar que para Jungkook no es tanto una broma.

Dahyun estudia cine y es mi amiga más cercana en el grupo. Fue ella quien me dijo que me acerque en la cafetería, y siempre me ha cuidado desde entonces. Es horrible que también sea la mayor del grupo y ahora mismo esté haciendo una pasantía en una agencia. Apenas tiene tiempo de visitarnos en la universidad, y la extraño demasiado. La he visto más en sus cortometrajes cuando los pasan en los eventos de su carrera que en persona por los últimos dos meses.

Jungkook corta con gran agilidad un pedazo de carne, lo asa y luego lo agarra con unas pinzas para ponerlo en mi plato. Todos en la mesa aplauden y Momo se queja con Jeonghan (¿por qué no puedes ser un novio como Jungkook?). Lo beso en la mejilla y los aplausos se transforman en chillidos que me avergüenzan.

Jungkook y yo... No hay mucho que decir. Somos Jungkook y yo. Sobrevivimos a tantas cosas (la dudosa relación cuando era mi maestro, mis pequeños colapsos nerviosos, la desaprobación de mi padre, el pre-universitario y los simuladores, el CSAT y a un año y medio en la universidad Hankuk) que ahora mismo pensar que algo será capaz de separarnos parece ridículo. Tan ridículo como le hubiera parecido al pequeño Taehyung escuchar que Jeon Jungkook, el maestro de Literatura que odió en un inicio, ahora es su mejor amigo, su novio y su persona favorita.

—¿Quieres venir a la residencia después? —me pregunta en voz baja.

—¿Qué ofreces? —le susurro de vuelta, desafiante. Jungkook sonríe, fingiendo pensar.

—¿Lo mismo de siempre?

—Me estoy cansando del helado de fresa —alza ambas cejas—. Siento que lo compras solo para mí. Pasemos por el supermercado antes y compremos algo que te guste a ti.

—¿Y si te digo que me gusta el helado de chocolate?

—Te diré que tiene un gusto terrible.

—Pero también me gustas tú —se acerca demasiado y me besa la punta de la nariz. Le doy un golpe sin fuerza en el hombro y él se empieza a reír.

—Oigan, oigan, tortolos —dice Momo, ya un poco mareada y con el vaso de cerveza en la mano. Su sonrisa de labios rojos como la sangre se curva hacia arriba—. Tengo una pregunta para ustedes —Jungkook y yo la vemos con atención, intentando no reír. Momo es muy entrometida cuando está ebria y suele preguntar cosas indecentes. Jungkook y yo siempre exageramos las respuestas, porque de todas formas no recuerda nada al día siguiente—. ¿Cómo se conocieron?

Jungkook y yo nos miramos. No es una pregunta indecente, precisamente, pero nuestro caso es... especial. Me pregunta si deberíamos decir la verdad, y termino por decir que sí. En el peor de los casos, no nos creerán, en el mejor (¿o peor también?) solo tendremos que dar la explicación a la que estamos ya tan acostumbrados. No fue ilegal, solo es un año de diferencia y empezamos a salir cuando ambos éramos mayores de edad. Ahora nos parece un poco absurdo habernos acomplejado tanto por eso en el pasado, pero también tiene un poco de sentido alarmarse cuando escuchan nuestra historia.

—Él era mi maestro —digo, dándole un trago al té helado que pedí en lugar de alcohol.

—Él era mi alumno —completa Jungkook, cortando ya otro pedazo de carne para asar. La mesa se queda en silencio.

—¿Es... Es una broma? —dice Sunoo, sacándose los lentes y parpadeando para limpiarlos— ¿Jungkook no es un solo año mayor a ti?

—¿Salir con un alumno no es ilegal? —pregunta Jeonghan, con una ceja enarcada. Se levanta para ir por más cerveza y se lleva consigo el vaso de su novia— Mi hermano es maestro, y estoy muy seguro de que es ilegal.

—Deberías estar en la cárcel, chico —dice Momo, soltando una risa ebria y besando sonoramente a su novio en la mejilla cuando él regresa con dos vasos de cerveza. Él la besa en los labios, y ahora tiene dos marcas de labial rojo en el rostro. Deberíamos tomarles una fotografía.

Jungkook y yo estamos por dar la explicación que todo el mundo espera, pero Momo cae sobre la mesa, noqueada por el alcohol, y Jeonghan hipa. Sunoo sigue confundido, así que solo le aseguro que no hay nada de ilegal en mi relación con Jungkook y cerramos el tema ahí.

—Por lo menos sabemos que tendremos una historia muy original que contarles a nuestros hijos cuando nos hagan la misma pregunta —me dice Jungkook, robándose mi té helado y dándole un largo trago.

Siento el calor subiendo hasta mis orejas y no es por la barbacoa. Jungkook cada vez hace este tipo de comentarios más seguido, bromas inocentes sobre casarnos y tener hijos, o vivir juntos (algo que casi hacemos, pues paso más tiempo en su residencia universitaria que en mi casa). ¿Me avergüenza? Por supuesto que me avergüenza. Siento que soy un novio terrible a veces, ¿y él espera que sea un buen esposo? Mucho peor, ¿un buen padre? Él es el mejor novio del mundo, por supuesto que masterizará el papel de esposo y padre.

Pero la idea (aún con lo aterradora que suena) otra vez me da esperanzas por el futuro.

—No nos creerán —le respondo.

—Por supuesto que sí. Los hijos de un artista y un escritor, ¿sabes la creatividad que tendrán esos niños?

—O quizás tengamos unos niños aburridos que adoren las matemáticas. O la ciencia.

—Entonces le encargaremos al tío Hanbin y al tío Yoongi que los cuiden y les enseñen sobre plantas —se encoge de hombros—. El tío Sunghoon y el tío Jake les enseñarán sobre música, y la tía Minji y el tío Beomgyu...

—Les darán comida chatarra y los engordarán —ambos reímos y él vuelve a dejar el pedazo que carne que asó en mi plato.

He aprendido que un Sistema Solar que puede funcionar con más de un sol, o por lo menos el mío y el de Jungkook pueden. Jungkook es mi sol, pero también sé que hay otras cosas en mi universo además de él. No puedo orbitar a su alrededor, o viceversa. Tenemos nuestras propias vidas, nuestros sueños, y sabemos que no podemos interferir en las decisiones del otro. Lo único que podemos hacer es apoyarnos, saber que siempre estaremos ahí cuando lo necesitemos.

Eso es más que suficiente.

Ya no soy un planeta ingenuo frente a dos soles. Soy un planeta frente a cientos de soles, ansioso por descubrir todo el universo.

Jungkook es mi sol.

Y es uno que nunca cambiaría. 

Y podría terminar aquí, pero...

¿No quieren saber lo que pasa con estos tortolitos aún más años después? ;)

¡Nos leemos luego (en el extra)!! ♡♡

[ Noduru, 2024 ]

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