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jungkook.

—Extraño a mi novio.

—Todos sabemos que extrañas a tu novio, todos. El mundo entero lo sabe, así que ya cállate —replica Yoongi, poniendo los ojos en blanco. Yo echo la cabeza hacia atrás y finjo estar llorando.

—Extraño a mi novio —repito en un sollozo fingido y alargo mucho cada sílaba. Yoongi apresura el paso para alejarse de nosotros mientras Beomgyu y mi hermana se limitan a reírse de mí. No entienden la agonía de ser el novio de Kim Taehyung. Me he sentido como un perrito abandonado por más veces de las que me gustaría aceptar.

Minji, Beomgyu, Yoongi y yo caminamos por los pasillos de una florería en el centro comercial. Me están ayudando a buscar un ramo apropiado para Taehyung. Hoy recibirá muchísimos, porque, al ser ya oficialmente el mejor graduado de esta promoción, le darán uno por parte del colegio Saint Clair. Sus padres también le darán uno, así que tengo que asegurarme de que mi ramo será el mejor de los tres, el primero que ponga en un florero con agua y el que dure más tiempo con vida.

Taehyung, mi novio, mi Taehyung es el mejor graduado de la promoción.

Creí que los exámenes finales eran lo único que me separaría de él, pero no pensé que prepararse para la graduación también requeriría tanto tiempo. Primero, desapareció por estudiar para sus finales. Después, para rendir sus exámenes finales. Finalmente, una semana extra de ensayos para la ceremonia de graduación en los que también se dedicó a escribir su discurso. Han sido tres semanas de auténtica miseria. Ni siquiera escribir El dilema de nuestro universo ha conseguido distraerme de la ausencia de Taehyung. Faltó al pre-universitario dos semanas por los exámenes y se retiró temprano la de los ensayos. Lo bueno fue verlo tan animado esa última semana, y que me dejara besarlo cuando teníamos recesos aún cuando todos los chicos del salón nos miraban con horror.

Fui el primero en enterarse que él era el mejor graduado (evidentemente si excluimos a todos sus compañeros, porque hicieron el anuncio durante uno de los ensayos). También le ayudé a corregir la mayor parte de su discurso, aunque la redacción de Taehyung es impecable sin mi ayuda. Eso le quitó un poco de sorpresa al discurso, pero sé que lloraré de todos modos. Ya lloré cuando practicamos en una llamada y cuando vino a mi casa a practicar otra vez conmigo, Minji y Beomgyu como audiencia. Todos lloramos. Es un discurso increíble.

Taehyung lo hará increíble. Trabajó muy duro para esto, hoy es su día. Estoy tan feliz por él, tan orgulloso. No me sentí tan emocionado en la graduación de mi hermana o en mi propia graduación. Taehyung es el único ser humano que me puede hacer sentir cosas tan intensas como esta.

Ya quiero verlo, ya quiero escucharlo.

—¿Qué te parece este? —dice Minji, alzando un ramo de rosas rojas con un pequeño osito blanco en el medio. Lo analizo con cuidado y termino por negar con mi cabeza.

—Muy simple, todo el mundo le dará rosas.

—¿Y este? —Beomgyu aparece con un ramo de girasoles. Son una buena opción, son un poco más originales que las rosas, pero también son enormes y no quiero incomodar a Taehyung cuando tenga que cargarlos. Vuelvo a negar. La pareja suspira con frustración y dejan ambos ramos en su lugar.

—Llévala a comer algo después, o cómprale un collar —dice Yoongi, mirando su celular. Entorno los ojos, obligándome a recordar que ellos no conocen a Taehyung tanto como yo.

—Lo llevaré a comer, y Taehyung odia usar joyería. Le incomoda y odia perderla —Yoongi, poco sorprendido, levanta la cabeza de la pantalla de su teléfono y alza ambas cejas—. Tengo que darle un ramo, ¿qué clase de novio sería si llego a su graduación sin flores?

—¡Jungkook! —gritan Minji y Beomgyu al mismo tiempo. Ambos corren hacia nosotros levantando un bouquet con varias flores diferentes. Hay flores amarillas, púrpuras y blancas. No es grande, pero tampoco es común. Beomgyu y Minji me lo extienden, hablando en perfecta sincronía— ¿Y este?

Lo agarro y observo cada flor. Cada una de ellas me recuerda a Taehyung, a una etapa diferente de sus altibajos en los últimos meses. Lo veo en todos lados, y no puedo evitar que una gran sonrisa se extienda por mi rostro. Beomgyu y Minji intercambian una mirada, emocionados por haber logrado impresionarme, y ella lo besa en la mejilla.

—Este es perfecto.

La ceremonia de gradiación del Saint Clair empezará en dos horas. Las puertas serán abiertas a invitados externos en una, porque ahora mismo están ocupados tomando fotografías de los alumnos con sus padres. Perdemos el tiempo un rato en el centro comercial. Compramos unos batidos y tonteamos en las tiendas de ropa. Pasamos por la misma tienda de trajes elegantes a la que Minji me llevó hace meses, y ella y su novio bromean con que deberían empezar a buscar qué usarán en su boda.

Ahora que lo pienso, ¿Minji no me dijo ese día que no tenía novio? Y para ese entonces ya debería haber empezado a conocerse con Beomgyu. Qué descarada...

—Deberías haberte declarado hoy —dice Beomgyu, ya en el auto de Minji, dándole el último sorbo a su batido de mora—. Habría sido legendario.

—Las cosas se dieron como se dieron, ya es muy tarde —digo, desde el asiento trasero. Sonrío antes de darme cuenta—. Además, estoy muy feliz con cómo se dieron las cosas. Una confesión en la graduación no podría superar la realidad.

—Pero, solo imagínalo —Beomgyu deja el vaso vacío de su batido en uno de los compartimientos del auto y Minji le dice con tono mordaz que no olvide tirarlo después—. Taehyung da su gran discurso, todos aplauden y lloran, los graduados están en el podio recibiendo sus diplomas, tiran sus birretes y luego Kim Taehyung corre hacia ti, salta a tus brazos y te besa. En cámara lenta y con... —piensa un momento, pero no se le ocurre nada— no lo sé, ¿cuál sería una buena canción para un momento como ese?

—Definitivamente Can't Take My Eyes Off You —responde Minji, también disfrutando de la imagen mental que su novio está creando. Los dos parecen satisfechos con lo que imaginan y Beomgyu incluso apaga la radio del auto para poner la canción en su celular. Los dos empiezan a cantar mirándose con ojos acaramelados— You're just too good to be true...

Can't take my eyes off of you...

Comparten un beso ruidoso cuando Minji se detiene frente a un semáforo en rojo, y lo único que puedo hacer es poner los ojos en blanco y reírme (de ellos y con ellos). Es un gran alivio que Taehyung y yo no nos comportamos así. Es decir, podemos ser un poco ridículos a veces, pero solo cuando estamos solos. Kim Taehyung nunca va a ser ridículo a los ojos del público, porque es Kim Taehyung, el hombre más increíble que vas a conocer. Y no lo digo solo porque sea mi novio...

Es algo que he pensado desde el inicio, es algo que nunca dejaré de pensar sobre él.

Mi corazón late con nerviosismo cuando Minji estaciona el auto fuera del colegio Saint Clair. Ya hay varias personas cargando ramos y vestidas con formalidad que se encaminan al auditorio. Nosotros tampoco estamos tan mal. Minji se recogió el cabello y lleva un vestido pegado al cuerpo de color turquesa, con un saco negro encima y un collar blanco que Beomgyu le regaló hace poco. Tanto Beomgyu como Yoongi llevan puesta una camiseta blanca y unos jeans, pero Beomgyu lleva encima una camisa azul cielo abierta y Yoongi un abrigo café. Yo, contra todo pronóstico, tengo la infame camisa blanca arremangada junto a unos jeans azules.

Si de verdad llego a interactuar frente a todo el mundo con Taehyung, espero que todos ya hayan olvidado al maestro Jeon.

Con cada paso que damos hacia el auditorio, me siento más intranquilo. Agarro con tanta fuerza el bouquet de flores que mis manos empiezan a temblar. Si yo estoy tan ansioso, ¿cómo debe sentirse Taehyung? Mi graduación no fue la gran cosa. El Chadburn también es un colegio de alto nivel, como el Saint Clair, así que mi graduación probablemente fue muy parecida. Para los chicos que (afortunadamente) no dimos el discurso, tampoco es un día tan trascendental. Bueno, al menos no lo fue para mí. Sí que recuerdo el rostro lleno de lágrimas y mocos de Beomgyu, y hasta Yoongi se mostró un poco más emocional. Yo estaba con la cabeza perdida en el alivio de no ser Lee Heeseung leyendo su magnífico discurso en el podio y en el CSAT.

La de Minji que va a ser mucho más parecida a lo que será la de Taehyung. Es el mismo colegio, después de todo, aunque hayan un par de años de diferencia.

Recuerdo un poco cómo es el auditorio del Saint Clair de la graduación de mi hermana (nunca pisé este lugar como maestro). Habían globos por todos lados, y todas las sillas tenían listones azules pegados al respaldar. Había un enorme cartel en una pared con el año de la promoción, y pasaban vídeos de los graduados en un enorme televisor hasta que empezara la ceremonia. El discurso de Minji fue uno de los primeros puntos del programa, así que me pregunto si Taehyung también saldrá a hablar poco después de que den inicio.

No es muy diferente a lo que vemos cuando entramos al auditorio. Sí que hay pequeñas variaciones, como por ejemplo que los listones este año son dorados y que casi todas las sillas están reservadas con apellidos de los estudiantes. Los cuatro nos paramos en seco al ver todas las sillas libres ocupadas. Minji y Beomgyu se dirigen a la parte de enfrente para buscar asientos libres mientras Yoongi y yo nos quedamos paralizados en la entrada. Yoongi porque de plano no le interesa lo que sucede, yo porque estoy a punto de entrar en pánico.

No llegamos tarde, llegamos muy, muy temprano. Las puertas se abrían a las diez y son las diez con tres minutos. O las familias y amigos de los estudiantes de este colegio son estúpidamente puntuales o yo vi mal la hora en la invitación que me envió Taehyung.

Busco entre la multitud y diviso a la madre y a la hermana de Taehyung. El hombre a su lado con cara de pocos amigos debe ser su padre. Si cierta persona ya me hubiera presentado formalmente, me acercaría a saludar como se debe, le daría un apretón de manos al señor Kim, un beso en la mejilla a la señora Kim y le revolvería el cabello a Hyewon. Lastimosamente, en lugar de ser su novio, frente a la familia de Taehyung soy su compañero del pre-universitario. Triste, pero prometió que nos presentaría formalmente después de la graduación.

La madre de Taehyung, que habla animadamente con su hija, se voltea para mirar a los que van entrando al auditorio. Me reconoce. Me saluda con una gran sonrisa y levanta la mano, así que le devuelvo el saludo desde lejos. Taehyung me contó que más de una vez lo ha molestado conmigo, así que la noticia de que somos pareja la hará la mujer más feliz del mundo. De su padre... tampoco es que me importe demasiado su aprobación.

Beomgyu se acerca a nosotros mientras Minji sigue dando vueltas en la parte de adelante, justo debajo del podio. Mata todas mis esperanzas cruzándose de brazos y negando con la cabeza.

—Todo está cubierto. Hay unas graderías en la parte de arriba que poco a poco se van llenando. Aún encontraremos un buen lugar ahí arriba si subimos ahora.

—Pero Taehyung no me encontrará entre el público —respondo yo. Al practicar, me dijo que yo sería su lugar seguro. Que quería verme cuando se pusiera nervioso, que se calmaría si yo le sonreía. No puedo estar en las gradas, no me encontrará—. Le prometí estar en un lugar visible.

—El único lugar que se ve claro desde ahí —señala el podio— es la entrada, Jungkook. La ceremonia durará dos horas, no creo que quieras estar aquí parado todo el tiempo.

En realidad, no es una mala opción. Mis zapatos no son incómodos y, contrario a lo que cualquiera pensaría, la vista desde aquí no es tan mala. El único contra que se me ocurre es el ruido, pero cerrarán las puertas apenas empiece la ceremonia. Taehyung me notará enseguida desde aquí. Beomgyu, aterrado ante la consideración que estoy haciendo, hace una mueca.

—Oye, Jungkook, no me digas que...

—Vayan arriba —le ofrezco mi mejor sonrisa y le pongo una mano en el hombro. Beomgyu enarca una ceja—. Yo me quedaré aquí, no te preocupes por mí.

Sabe bien que no me hará cambiar de opinión por mucho que trate, así que suelta un gran suspiro y me da unas palmadas en la espalda.

—El amor, el amor. Hace que los jóvenes de hoy en día tomen decisiones ridículas —le doy un golpe amistoso en el hombro—. No te escapes con Kim Taehyung, ¿me escuchaste? Quiero felicitarlo también antes de que se vaya.

—Dudo mucho que pueda acercarme, va a estar con su familia —señalo a la gran cantidad de sillas reservadas con el apellido KIM en mayúsculas—. Esperaré un poco alejado a que todo el mundo termine de felicitarlo y luego le daré esto —alzo un poco el ramo de flores—. Acordamos una señal. Una para acercarme a su familia —hago un ademán con la mano que significa ven— y uno para que no me acerque bajo ninguna circunstancia —hago otro que significa alto. Beomgyu no parece convencido, pero tampoco me detiene.

—Está bien, conquistador. Envía un mensaje si sucede algo —me da otra serie de palmadas como despedida y toma a Yoongi del brazo para ir juntos al graderío. Minji los ve y me muestra dos pulgares arriba antes de correr tras ellos (¿cómo puede correr usando tacones?).

No funciono solo, así que estar parado justo en la entrada por los siguientes veinte minutos es una completa tortura. Me distraigo mirando los videos que pasan por el gran televisor, concentrado en encontrar en ellos a Taehyung. Todas las familias que van llegando pasan junto a mí, y más de un padre me hace una pregunta y tengo que responder con un incómodo Lo siento, no trabajo ahí. Lo peor es que también es más de uno el que me reconoce a medias y suelta algo en voz baja como Pero yo recuerdo haberte visto aquí...

—¿Jeon Jungkook? —una voz familiar se hace presente y busco entre la multitud hasta dar con Seokmin. Lleva un elegante traje azul marino—. No creí que fueras a venir —se me acerca y me ofrece su mano. Le doy un suave apretón, algo incómodo.

—Sí, es bueno verte otra vez —dijo, con mi mejor tono amable.

—Fue una pena escuchar que dejarías de enseñar. Muchos chicos se quejaron conmigo porque extrañaban al maestro Jeon —me da un codazo amistoso y me siento avergonzado. ¿En serio sucedió eso? Lo dudo—. Ese de ahí, Kim Taerae —señala a un hombre en traje negro que usa gafas de sol aún estando en un espacio cerrado y tiene el cabello teñido de verde peinado hacia atrás—, es bueno, pero no se toma las cosas tan en serio como tú.

—Gracias por... decirlo. Nunca pensé haber sido un buen maestro —admito en voz alta. Di todo de mí, pero es verdad que no estaba capacitado para el puesto y el que las cosas hayan salido relativamente bien fue un auténtico milagro.

—No seas modesto, tienes madera de educador —se acomoda los lentes sobre el puente de la nariz—. ¿No has pensado en buscar otro puesto como maestro?

—No me lo darán, de todos modos. Fue una gran sorpresa que me aceptaran aquí, ni siquiera tengo un título universitario —eso lo sorprende de sobremanera y me apresuro en explicarme. ¿Alguna vez le conté mi historia a Seokmin? Es lo más cercano que tuve aquí a un amigo, incluso me mostró los videos de su hijo tocando en una banda, pero ¿yo le conté algo sobre mí?—. Mi hermana me ayudó a conseguir el empleo mientras me preparaba para el examen de ingreso de este año. Lo presentaré con los chicos que se gradúan hoy en octubre.

—Wow, wow, nunca me lo habría imaginado. Aunque era bastante difícil imaginarte habiendo cursado una carrera entera con tu edad —se ríe un poco y niega con la cabeza—. Eres un muchacho profesional, Jeon Jungkook. Te espera un futuro brillante.

Es la primera vez que alguien me dice algo así. He escuchado muchas veces que el futuro traerá cosas mejores, pero ¿un futuro brillante? ¿Yo? Lee Seokmin es el verdadero maestro de verdad, preparado para enseñar y con una genuina preocupación por sus estudiantes. No me sorprende que, después de la señorita Im (a quien ya reconozco cargando un pequeño bebé, parada junto a otros maestros. Es lindo que haya venido aunque ya no trabaja aquí), Lee sea el maestro favorito de Taehyung. Incluso consideró mencionarlo en su discurso, pero prefirió ahorrarse las malas miradas de otros maestros.

—Gracias —le respondo, con la primera sonrisa sincera del día. Seokmin me la devuelve y se aleja en dirección al resto de maestros.

Otra profesora a la que reconozco como la hermana de una de las compañeras de Taehyung se acerca para cerrar las puertas y la ceremonia finalmente da inicio. Me pregunta si no quiero ir al gradería antes de irse, pero le respondo cortésmente que estoy bien aquí.

No puedo evitar zapatear con nervios cuando la directora y la vicerrectora suben al podio y se paran frente a un atril, dando la bienvenida e inaugurando la ceremonia de graduación. Cada ronda de aplausos del público aviva mis nervios y tengo que respirar profundamente para no empezar a hiperventilar. Mientras la ceremonia va avanzando, el revoltijo desagradable en mi estómago se va convirtiendo una maraña de ansias positivas, expectantes.

Estoy seguro que nadie apluadió tan fuerte como yo cuando anunciaron que venía la condecoración al mejor graduado.

A Taehyung le pusieron una medalla, una banda y le dieron un diploma especial. Con la toga y el birrete, con su cabello peinado cuidadosamente y sin sus lentes, está hermoso. Nunca había estado tan hermoso como ahora mismo.

Sonríe para las fotos y lo veo tomando una gran bocanada de aire cuando anuncian que el siguiente punto es el discurso del mejor graduado. Se acercó al atril después de recibir un fuerte abrazo de la vicerrectora y acomodó el micrófono a su altura.

No me avergüenza en absoluto admitir que ya estoy llorando y él solo ha llegado a la tercera línea.

Agradece a su madre, a su hermana, a sus amigos, a sus maestros y a cada persona que lo ha ayudado a ser quien es hoy en día. Habla de lo difícil que fue el camino hasta este momento, de los sacrificios que ha hecho, de las lágrimas derramadas, pero de lo gratificante que ha sido finalmente alcanzar la meta. Agradece al colegio porque, aún con todo lo malo que tiene el Saint Clair, es una parte importante de su vida que no quiere olvidar.

—Sé que muchos piensan que no volveremos a vernos una vez este día termine, pero me gustaría ver esto como un nuevo comienzo en lugar de un final. Un hasta luego en lugar de una despedida —su voz resuena por todo el auditorio, fuerte y decidida. Puedo ver en él reflejada toda su preparación, todas las veces que practicamos juntos y solo puedo pensar en una cosa. Todo valió la pena—. Quizás estemos poniéndole un fin a la historia que fueron nuestros años de colegio, pero este es solo un capítulo de muchos que nos esperan. Estoy ansiosa porque pasen los años y nos volvamos a reunir en un futuro, recordando con nostalgia memorias pasadas y compartiendo con alegría nuestros éxitos actuales. No puedo esperar a ver todo lo que han conseguido las personas con las que compartí un aula por tantos años.

Veo su mirada vagar por un segundo en la multitud, y levanto la mano para que me encuentre. No tarda nada en hacerlo, y la forma en la que me sonríe (con todo su rostro, ojos y boca y pestañas largas. Todo en una perfecta armonía que destruye y reconstruye todo lo que conozco) es suficiente para confirmar, una vez más, que amo a Kim Taehyung con todo mi corazón.

—Porque estoy seguro de que lograremos cosas maravillosas. Estar parados aquí ya es un enorme paso que nos llevará muy lejos. Lo hicimos, lo hicieron, lo logramos. No subestimen su esfuerzo. Han dado lo mejor de sí, y eso es más que suficiente. Nunca dejen que las palabras de otro los hagan retroceder —siento que esta parte se la está diciendo a sí mismo, pero hacemos contacto visual mientras la pronuncia y escucho como se le rompe la voz—. Ustedes son capaces de todo lo que se propongan. Esta es una victoria que todos compartimos como una gran familia. Hoy cerramos una fase, pero nunca olviden que tenemos cientos de puertas abiertas frente a nosotros, infinitas oportunidades para convertirnos, con esfuerzo y dedicación, en la mejor versión de nosotros mismos —se aleja un poco del micrófono y se ríe para contener las lágrimas. La gente en el auditorio aplaude para que continúe—. Un día a la vez. Muchísimas gracias.

Sigue mirándome cuando baja del escenario, y ambos somos un desastre de lágrimas y sonrisas húmedas. La ceremonia continúa con normalidad, hay más discursos y dentro de poco empiezan a llamar a cada alumno para entregar los diplomas de graduados. Yo no dejo de llorar. Reconozco a algunos, veo a los amigos de Taehyung y me siento como un padre orgulloso viendo a sus crías volar por primera vez. Aplaudo con fuerza y puedo reconocer en los aullidos de los graderíos la voz de Beomgyu y de mi hermana. Me parece ridículo hasta que llaman a Taehyung y me encuentro a mí mismo haciendo exactamente eso.

Taehyung se encuentra en el último grupo que recibe el diploma, así que la directora del Saint Clair da unas pequeñas palabras de despedida, deseándoles éxitos a los recién graduados, y luego todos los compañeros de Taehyung suben al podio. Jake cuenta hacia atrás desde el tres. Todos lanzan hacia arriba sus birretes y el auditorio entero se deshace en otra serie de chillidos, aplausos y aullidos.

Veo desde mi puesto de espectador en la entrada como todo el salón se toma fotografías y poco a poco se separan para empezar con las fotos grupales. Taehyung, Jake, Hanbin y Sunghoon se alejan de la multitud y hacen poses graciosas para la madre de Taehyung y su cámara, pero me extraña que Sunghoon y Jake estén a los extremos cuando siempre suelen estar juntos. La madre de Taehyung les hace gestos para que Hanbin y Taehyung se tomen una foto los dos solos, y los otros dos salen del recuadro con la incomodidad latente entre ellos.

Jake abre la boca para decir algo, pero Sunghoon se cruza de brazos y no lo mira. Mueve mucho las manos, como intentando explicar algo, señalando a otro grupo de cuatro chicas que se toman fotografías a su izquierda. Una de ellas, según me contó Taehyung, es (¿o era?) la novia de Jake. Relación que nadie esperaba y que, aunque parecía perfecta desde afuera, aparentemente guardaba muchos problemas que se intensificaron cuando volvieron público que salían juntos. Sunghoon deja de tener los brazos cruzados para señalar a Jake, y sus movimientos erráticos me hacen pensar que ha empezado a llorar. Ya no soy el único testigo, porque Hanbin, Taehyung y su madre ven todo sin interferir.

Algo inesperado tiene lugar después. Jake besa a Sunghoon. Él no corresponde al inicio, con los ojos muy abiertos y el ceño fruncido, pero poco a poco empieza a ablandarse y los tres espectadores empiezan a aplaudir. Con la reciente pareja ya reconciliada, reanudan la sesión fotográfica, esta vez con Jake y Sunghoon juntos otra vez.

Los flashes y clicks de las cámaras poco a poco se van desvaneciendo y algunas familias ya empiezan a abandonar el auditorio. Muchísimas personas (padres, compañeros, profesores) felicitan a Taehyung, y ya tiene las manos llenas con dos ramos de flores como sospeché. Advierto a mis amigos y a Minji bajando las escaleras que llevaban a las graderías, así que considero ir con ellos hasta que Taehyung se libere un poco. Lo miro esperando a que me mire y me de una de las dos señales.

Él finalmente vuelve a buscarme hasta dar conmigo en la entrada. Le dice algo a su madre y le da ambos ramos. Destruye por completo el plan que habíamos acordado y corre entre las sillas vacías hacia mí. Taehyung está viniendo hacia mí. La historia ridícula que Beomgyu imaginó en el auto empieza a tener mucho sentido ahora, porque realmente tengo la impresión de que el mundo se ralentiza a mi alrededor.

Taehyung se las arregla para no tropezar con la toga, y se lanza sobre mí con los brazos abiertos. Maniobro para agarrarlo con el bouquet aún en las manos y él me abraza con fuerza. Todos los que aún estaban en el auditorio nos observan con una curiosidad morbosa, incluida la familia de Taehyung y sus amigos.

Taehyung se aleja un poco para mirarme a los ojos, y pienso en todas las cosas que quiero decirle. Felicitarlo, que es lo mejor que me ha sucedido en la vida, que el discurso fue espectacular (él lo es), o que todo el mundo nos está mirando. No me deja hacerlo. Agarra mi rostro con sus dos manos heladas por las lágrimas y me besa como nunca antes lo ha hecho, con el mismo entusiasmo de esa primera vez en mi habitación, y una vez más solo somos él y yo. Kim Taehyung y Jeon Jungkook. El auditorio entero desaparece y siento que flotamos en el aire.

Minji mintió. No escucho Can't Take My Eyes Off You mientras beso a Taehyung. Es algo más como... Yellow de Coldplay.

—Todos están mirando —le susurro, aunque sigo sintiendo que solo existimos él y yo. Taehyung se ríe contra mis labios.

—No importa, ya les explicaré después —mira el bouquet que quedó atrapado entre él y yo y suelta una risa húmeda—. Arruiné las flores. Perdón.

—No, no importa. Son para ti, de todas maneras.

Parpadea y otra lágrima atrapada entre sus pestañas cae por su mejilla. Es la segunda vez que veo a Kim Taehyung llorar de felicidad.

—Jungkook —la forma en la que pronuncia mi nombre, como si fuera algo sagrado que quiere proteger, nunca me abandonará.

—¿Sí?

—¿Quieres saber lo que quiero estudiar?

Este capítulo es estúpidamente largo, lo sé, pero el capítulo final debía ser largo, ¿verdad? ;)

¡Nos leemos luego!

[ Noduru, 2024 ]

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