Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

47

[ 7:3 ]

jungkook.

El día en el que, milagrosamente, conseguí que Taehyung me visitara es un caos desde el inicio. En primer lugar, porque estoy solo en casa. Cualquiera pensaría que eso es algo positivo, porque no tendré que preocuparme por intrusos cuando Taehyung llegue, pero el principal problema es que no funciono estando solo. Necesito refuerzos, necesito saber que Minji llenará los silencios incómodos o que Beomgyu estará en la cocina si necesito apoyo emocional. Necesito saber que mamá estará durmiendo en su habitación y Yoongi responderá si lo llamo.

Beomgyu está viajando con su banda a una presentación que tienen hoy fuera de la ciudad. Minji está cubriendo un turno en la oficina, así que estará casi toda la noche ahí encerrada después de traer a Taehyung (casi me mata cuando se lo pedí, pero prometí que el helado de vainilla en la refrigeradora sería de ella si me hacía este favor y accedió). Mamá salió con sus amigas a tomar el té y eso solo significa que se desvelarán hablando mal de sus esposos (mamá no participa en la conversación, pero le gusta escuchar), y Yoongi tiene clases hasta la noche. Estoy solo en esto, y no sé si podré manejarlo.

-Está bien, está completamente bien -digo, caminando en círculos en la sala. Bam me sigue con la mirada mientras jadea desde el sofá. Mamá me mataría por dejar que se suba al sofá, pero me estoy permitiendo ciertas libertades para no entrar en pánico-. Compré comida, hay helado de tres sabores diferentes en la refrigeradora. Olvidé la leche de chocolate, pero compré dos kilos de fresas. Por si acaso, puede que ahora odie las fresas -hablo solo como un maníaco, mirando a Bam de vez en cuando en busca de alguna clase de consuelo. El perro gimotea y dejo de caminar-. Estará bien, ¿verdad? Solo es Taehyung -Bam ladea la cabeza y suspiro.

Adoro a este perro, pero no me ayudará en absoluto. El único que puede hacer que esto salga bien soy yo. No lo voy a arruinar. Es mi oportunidad de volver a recibir, aunque sea por un momento, toda la atención de Taehyung. Me mirará a los ojos, tal vez sonría cuando le de los apuntes. Reirá con Bam, comeremos helado, y entonces dirá algo como que el helado de chocolate es una bazofia en comparación al de fresa. Me contará sobre Hankuk, y lo escucharé.

Lo peor que podría pasar es que me diga que está ocupado y que tiene que irse enseguida.

O que no venga.

O que sí venga y yo lo arruine.

Tomo aire y lo suelto, mirando el reloj compulsivamente. El Saint Clair no está tan lejos de casa, pero están por ser las cinco de la tarde. No debe ser nada, por supuesto que el peor escenario no está pasando como flashes de imágenes en mi cabeza.

Mi corazón late como un loco descontrolado que se detiene de golpe cuando escucho que abren la puerta principal. El traqueteo de las llaves de Minji y el click del pomo de metal, y una serie de pasos que entran en la casa. Salgo con pasos torpes de la sala, casi tropezando con Bam cuando él también corre al encuentro con Taehyung. Espero verlo con mi hermana, riendo y conversando. No es la imagen que nos espera frente a la puerta.

-Bueno, los dejo solos -dice Minji, con la sonrisa más incómoda del universo entero. Ya está saliendo por la puerta de nuevo, pero me hace una señal extraña antes de salir. Pasa su mano por su cuello muchas veces y mueve sus labios hasta que distingo la palabra es malo, es muy malo. Vuelve a sonreír cuando Taehyung se voltea para mirarla-. ¡Que se diviertan!

Mi hermana cierra la puerta con fuerza y en solo dos segundos ya enciende el auto y huye despavorida. ¿Qué tan malo tuvo que ser el viaje a casa desde el Saint Clair para que escape así? Taehyung lleva el uniforme escolar que no lo he visto usar desde hace varios meses, tiene el cabello hecho un verdadero desastre, no lleva puestos sus lentes y tiene los ojos hinchados. Parece un niño asustado, uno que reavivará el llanto en cualquier segundo ante el mínimo estímulo. Su mochila se desliza por su hombro hasta caer al suelo, pero él apenas se inmuta. No acaricia a Bam cuando el perro se le acerca y empieza a gimotear a sus pies. No me mira cuando me saluda, pero me da una sonrisa rota.

-Hola, Jungkook.

Trago en seco. ¿Qué le hicieron? ¿Qué le hicieron a mi Taehyung?

-Hola, Taehyung -hago lo posible por sonreír con sinceridad y recojo su mochila del suelo, dejándola en la sala. Al regresar, lo encuentro exactamente igual. No me sorprendería si incluso me dijeran que ha dejado de parpadear-. Puedes... esperarme en mi habitación. Es la primera puerta, justo frente a las escaleras -asiente con la cabeza y camina como un muerto viviente, subiéndolas en cámara lenta.

Bien, Taehyung está peor de lo que imaginé. Sus mensajes en la mañana me hicieron pensar que algo bueno pasó en Hankuk, que poco a poco iría regresando a ser el Taehyung que adoro. Es completamente lo contrario. Me dirijo a la cocina, entrando un poco en pánico. Saco un tazón de plástico con el patrón de unos pececitos y lo lleno hasta el tope de fresas. Considero sacar el helado también (el helado puede mejorar cualquier situación, ¿verdad?) pero me aterra tropezar en las escaleras si llevo demasiadas cosas en las manos.

Respiro profundamente. Bam, como el perro inteligente que es, se queda esperando al pie de las escaleras. No puedo creer que él sea más racional respecto a darle a la gente su espacio. Subo cada escalera con el corazón en la garganta, pensando seriamente si fue una buena idea llamar a Taehyung hoy. Debería estar en casa, durmiendo. Debería descansar. Me aseguraré de que no está enfermo y le preguntaré si no quiere dormir en mi cama. Yo prepararé solo la comida y se la llevaré a mi cuarto después. Le daré su espacio.

Entro en mi habitación, y lo que menos necesita Taehyung ahora es estar solo. Está sentado en el suelo, con la espalda apoyada contra la cama, llorando. Este llanto no se compara en absoluto al llanto de su cumpleaños, ni siquiera al mío esa primera vez en el club de arte cuando me rompi frente a él. Este llanto es crudo. Hace lo posible por esconderlo, encogiéndose y cubriéndose con sus manos, pero no puede contenerlo. Saca todo, se desborda. Es un tsunami contra una represa débil. Está causando una inundación, justo frente a mí.

Dejo el tazón de fresas sobre mi escritorio y me desplomo a su lado. No sé qué decir, así que no decir nada podría ser la mejor opción. Lo abrazo y lo atraigo a mí. Taehyung se esconde entre mis brazos, se aferra a mi camiseta y la moja con sus lágrimas. Acaricio su cabello mientras me pregunto cuándo las cosas se pusieron tan mal.

-No quiero... estudiar... Medicina -dice, y casi no lo entiendo entre los sollozos. Se sorbe la nariz con fuerza-. No quiero, tengo demasiado miedo. Tampoco quiero estudiar... Derecho. ¿Yo, abogado? ¿Médico? -se ríe, y es un sonido tan desgarrador que lo siento como una punzada directo en mi corazón- No quiero, no lo haré. Todos quieren que... lo haga, pero no lo haré.

-No tienes por qué, Taehyung -susurro en su oído. Deja de temblar, pero continúa llorando.

-Creí que... nada era para mí -vuelve a sorberse la nariz y se limpia con el dorso de su mano-. Todos sabían lo que querían hacer. Incluso tú -las caricias en su cabello, que habían adquirido un ritmo se detienen. Las reanudó enseguida, aunque con un sabor amargo en la lengua. Me mata creer que yo fui uno de los causantes del estado actual de Taehyung. Él vuelve a reír-. Pero sí hay algo que me gusta. Nadie me va a apoyar, mamá dirá que moriré de hambre. Ella estaba tan feliz con Medicina, dirá que es un desperdicio de mi potencial.

-Tu mamá no puede tomar decisiones por ti, Taehyung.

-Lo sé, lo sé. Es mi vida -apoya su cabeza contra mi pecho-. Saber eso no lo hace más fácil, siento que decepcionaré a todos.

-¿Y qué? -sigo susurrando, pero escucho un tinte de molestia en mi voz que me sorprende. No estoy molesto con él, estoy molesto con el mundo a su alrededor-. No sabes la cantidad de veces que he decepcionado a mamá, pero no importa, Taehyung. Eso no me hará renunciar a hacer lo que amo -levanta la cabeza y me mira a los ojos. Los suyos brillan, aún con los restos del reciente llanto. Tiene lágrimas pegadas a las pestañas. Limpio los rastros húmedos de sus mejillas con el pulgar y entonces hago lo mejor y lo peor que pude haber hecho y beso su frente.

-¿En serio crees que estará bien? -pregunta, con la voz rota.

-Sí y, pase lo que pase, me tendrás a mí. No creo ser suficiente, pero algo es algo, ¿verdad? -intenta sonreír y asiente, volviendo a apoyarse contra mi pecho-. El gran misterio salió a la luz. Medicina y Derecho... Nunca las habría imaginado, sinceramente -se encoge entre mis brazos y acaricio su espalda-. ¿Me dirás cuál es la tercera opción?

Taehyung, por primera vez en meses, suelta una risa que parece sincera. No me responde, pero siento como niega con su cabeza y se aferra más a mí. Realmente es un pequeño asustado, y me alegra tanto que pueda encontrar un refugio seguro del mundo entre mis brazos. Permanecemos así, en la misma posición, por lo que parecen horas. No me quejo, podría estar así por años si me lo permitiera. Su cabello, aunque lucía desastroso, se siente tan suave entre mis dedos como siempre. Sigue siendo mi Taehyung, solo había construido un caparazón que lo protegía del mundo. No puedo evitarlo, y beso su cabeza.

-Hazlo otra vez -dice, su voz muy baja. Lo hago, porque haré lo que él me pida.

-Creí que te molestaría -confieso, con los labios aún en su cabello.

No tiene un aspecto desaliñado por haber descuidado su higiene precisamente, porque huele a shampoo de lavanda. Seguramente compartimos el mal hábito de jalar nuestro propio cabello cuando nos desesperamos. Hago el intento de peinarlo con mis dedos. Debería buscar un peine en la habitación de Minji.

-No me molesta -responde Taehyung. Se remueve sobre mí y rodea mi cintura con sus brazos. Nuestros cuerpos están completamente en contacto ahora-, me agrada.

-¿De verdad? -pregunto, sonando tan esperanzado que resulta patético.

-Sí, me gusta -alza la cabeza para mirarme a los ojos. Frunce un poco el ceño-. Esto es incómodo...

-Sí, lo siento. No debí -estoy por disculparme por haberlo besado tantas veces, creyendo ingenuamente que eso es lo que Taehyung encuentra incómodo, pero él me interrumpe.

-No -se ríe, y ver esa sonrisa dibujándose en sus labios llena un espacio en mi corazón que no sabía que estaba vacío. Le devuelvo la sonrisa-, hablo de esta posición. Puedo sentir que estás incómodo.

-No es verdad -miento, aunque ya siento las piernas entumencidas.

Taehyung se levanta, y siento un frío repentino tan intenso cuando pierdo el contacto de su cuerpo. Es similar a la sensación que experimenté en el salón de arte, cuando dijo mi nombre por primera vez. Quería desesperadamente que lo volviera a decir, tal y como deseo de forma irracional que ahora me vuelva a abrazar. Taehyung me ofrece su mano, aún húmeda con sus lágrimas, y la tomo sin dudar. Me jala hacia él para levantarme y, cumpliendo mi capricho como si hubiera leído mi mente, vuelve a abrazarme.

-Hoy fue un día espantoso, pero también me gustó. Me gustó tanto que me sentí culpable por disfrutarlo -dice, su cabeza recostada sobre mi pecho justo en donde se encuentra mi corazón, que late desbocado por él. Me avergüenza pensar que lo escucha también. Él se queda callado un momento-. Pensé en algo en la mañana.

-¿Qué pensaste?

Taehyung me mira con una expresión radiante. El chico que creí perdido, el niño que extravió su brillo interior y se rompió en mil pedazos se está reconstruyendo frente a mí. Los fragmentos se unen para formar al hombre más precioso que he visto en toda mi vida.

-Quería abrazarte, y que me abraces también -antes de darme cuenta, afianzo el agarre de mis brazos alrededor de su cuerpo, tan frágil que desearía que me permitiera protegerlo de todo lo que podría llegar a dañarlo. Él parece complacido-, pero sabía en el fondo que eso no era lo único que quería -lo suelto para tomar su rostro entre mis manos y acercarme hasta que nuestras narices se tocan. Ahora que implícitamente me ha permitido acercarme y sobrepasar límites, no puedo dejar de hacerlo.

-¿Qué querías? -digo. Nunca había tenido sus ojos tan cerca. Los ojos de Taehyung son de un marrón muy oscuro, pero eso no es impedimento para que resplandezcan como las estrellas más brillantes en el cielo. Quiero verlos por el resto de mi vida.

No responde con palabras. En su lugar, también toma mi rostro. Puedo ver todos sus pensamientos, todos sus miedos y todo lo que es Kim Taehyung. Sé que él también ve todo lo que soy en este momento. No bastan las palabras, no hay otra forma de confirmar eso que era evidente desde el segundo uno. ¿Cuándo me enamoré de él? ¿Cuándo se enamoró de mí?

La primera vez que hablamos y yo jugaba a ser adulto y él jugaba a ser el príncipe del reino Tiempos Verbales. Ese día, cuando me plantó su celular en la cara para exigirme un cambio de calificación, pero solo pude darle palabras vacías y un vaso de agua. La noche en la que creí que me engañaba la vista y nos encontramos en el Asian Bay.

La nota que dejé en uno de sus trabajos pudo ser un desencadenante, o ese día en el que él eligió quedarse y averiguar lo que pasaba en el club de arte en lugar irse a casa.

Sus manos limpiando mis lágrimas y sus labios moviéndose con lentitud mientras decía mi nombre. Las notas, los dibujos y los libros. Su cumpleaños, el beso indirecto, los días del pre-universitario. Todos esos momentos en los que agarré su muñeca cuando en realidad rogaba por tomar su mano, las llamadas, las mañanas en las que despertábamos juntos sin estarlo realmente. La falta que me hizo cuando desapareció, el alivio que siento ahora que lo tengo entre mis manos otra vez.

Taehyung me besa, y lo primero que puedo pensar es que no fui yo el de la iniciativa en nuestro primer beso. No importa, yo lo besaré en todos los siguientes. Lo besaré tanto hasta que no sintamos nuestros labios. Lo haré cada que él amenace con decir cosas negativas, con herirse a sí mismo con sus palabras. Lo haré todo el tiempo hasta que se canse de mis besos. Lo haré cuando necesite un recordatorio de que lo quiero con cada parte de mi alma, que se robó mi corazón y ahora es más suyo que mío. Se lo hubiera dado por voluntad propia mucho después, si no me lo hubiera arrebatado.

Para agradecerle por haberme dado una nueva perspectiva del mundo. Mi hermana fue quien me sacó de mi habitación, pero Taehyung es la razón por la que no he vuelto ahí.

Sus labios son salados por las lágrimas, pero el sabor se disipa a los pocos segundos. Son suaves, como imaginé en varias ocasiones, y se mueven con lentitud como queriendo extender este momento todo lo posible. Se separa, pero vuelvo a besarlo antes de que se aleje demasiado. Lo necesito, lo he necesitado por tanto tiempo, y espero que sienta en la intensidad de este beso lo mucho que sufrí cuando se fue.

No quiero que vuelva a desaparecer. No volveré a soltarlo.

Nunca más.

¡Nos leemos luego!

[ Noduru, 2024 ]

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro