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taehyung.

Hanbin, Chaewon, Yuqi y yo admiramos atónitos la escena frente a nosotros como si se tratara de la aparición de un fantasma. Los dos implicados sonríen con el rostro sonrojado, sin atreverse a enfrentarnos de frente. Estamos parados en la entrada de la universidad Hankuk, la única que he estado esperando visitar desde que este circo de visitas universitarias empezó.

Ayer no pude dormir por pensar en lo que pasará hoy. No cerré los ojos por más de cinco segundos. Escuchar la respiración de Jungkook no ayudó como las otras noches, y estoy considerando decirle que dejemos de hacerlo porque me aterra que accidentalmente haga ruido y Hyewon o mamá lo descubran. No es que crea que se enojará o me prohibirá hablar con él, pero... No lo sé, me estoy acostumbrando a guardarme las cosas para mí, así que, aunque mamá sabe de la existencia de Jeon Jungkook, me niego a entrar en detalles. Desde el incidente de la ficha, no he hablado mucho con mamá. Todos los días me pregunta qué me sucede, y todos los días le respondo lo mismo que le digo a Jungkook. Que son los exámenes.

Parezco un mapache. Hanbin también está preocupad por mí y le doy la misma excusa tonta y poco creíble. Estoy bien sin decirle las cosas a nadie. Ya pasarán. Solo tengo que dejar que el tiempo transcurra y todo estará bien.

Hankuk es mucho más grande que las otras universidades a las que hemos asistido. Hoy es la Feria Universitaria, por lo que todas las carreras tienen stands, hay varios eventos programados e incluso algunos estudiantes están haciendo tours por la universidad. Mis amigos ya tenían todo planeado para hoy, y asumo que el grupo de Chaewon también tenía su cronograma listo.

Pero Jake nunca lució convencido cuando conversábamos al respecto, parecía estar ocultando algo.

Todo tiene sentido ahora. Incluso siendo el desastre en el que me he convertido puedo decir que estoy sorprendido, genuinamente. No tanto como Chaewon o Hanbin, pero sí que tengo la boca tan abierta que pronto entrarán moscas, al igual que los ojos, que dentro de poco empezarán a lagrimear.

—Ustedes dos —dice Hanbin, sin encontrar las palabras. Jake y Yunjin asienten al mismo tiempo.

—Son... pareja —dice Sunghoon.

Sinceramente, esperé una reacción explosiva de su parte. Que se molestara y se lanzara encima de Jake para exigirle respuestas. ¿Por qué no nos lo dijo? ¿Por qué no se lo dijo a él? Jake y Sunghoon son mejores amigos, ¿por qué ocultar algo así? Sunghoon parece mucho menos animado ahora que de costumbre. A diferencia de todos, se mantiene con una expresión vacía, mirando las manos entrelazadas de Jake y Yunjin con ojos inexpresivos.

—Sí —dice Jake, riendo con nerviosismo.

—¿Desde hace cuánto? —pregunta Chaewon, sin poder creérselo.

—Desde hace algunos meses —dice Yunjin, riéndose en voz baja. Siempre me agradó. Las tres, Chaewon, Yuqi y Yunjin siempre me han parecido chicas amables. Amigas. Somos amigos. Siempre creí que nuestros grupos congeniaban, a diferencia del caso con Xiaoting o Chaehyun, pero ahora mismo, por alguna razón que desconozco, su risa me resulta un poco molesta.

Sunghoon piensa exactamente lo mismo que yo, porque noto la contracción de su ceja ante el gesto de Yunjin. Chaewon y Yuqi salen rápido del trance para acercarse a felicitar a su amiga. Yunjin y Jake sueltan sus manos para recibir las rondas de felicitaciones de sus respectivos grupos. Hanbin y yo nos acercamos a Jake, dudosos, y le damos unas palmadas incómodas en la espalda.

—Bien hecho, chico. Creí que nunca tendrías novia —intenta bromear Hanbin, pero la tensión del ambiente podría cortarse con una tijera a este punto.

—Sí, eh, felicidades —digo yo, inseguro de mis propias palabras. Jake, completamente cegado por el amor, sonríe con sincera felicidad, ajeno a nuestra incomodidad palpable. Nos abraza por los hombros con fuerza.

Gracias. Creí que no lo aprobarían, por eso lo mantuvimos en secreto por tanto tiempo —dice, soltando un suspiro de alivio—. No sé por qué dudé de ustedes.

Sunghoon no se acerca. Observa todo sin reaccionar realmente y estoy por preocuparme ante la posibilidad de que se eche a llorar, pero no lo hace. Da media vuelta y entra la universidad Hankuk sin esperar por nosotros. Hanbin se libera del abrazo de Jake.

—Iré a ver cómo está Sunghoon. Encontrémonos en la cafetería en unos cuarenta minutos, ¿les parece? —también me libero del abrazo de Jake y ambos asentimos.

Hanbin corre en dirección a Sunghoon y no tarda en alcanzarlo. Ahora solo quedamos Jake y yo. No es que pretenda ser grosero, pero si me apuntaran con una pistola en la cabeza y me obligaran a salvar a uno solo de mis amigos, elegiría a Hanbin, que es el único ser humano (hasta que Jungkook llegó) en el que confíaba plenamente. Después iría Sunghoon que, incluso con su comportamiento impulsivo y las varias veces que ha llegado a lastimarme, sé que no tiene malas intenciones y lo quiero. Jake... nunca fui el más cercano con él. Nos conocimos gracias a Sunghoon, somos amigos por necesidad, así que estar solo con él no es mi actividad favorita.

Estoy por decirle que disfrute del día con su novia, que yo iré al baño y ya nos encontraremos después, pero el señor Lee (maldito señor Lee, creí que teníamos una relación especial hasta que me traicionó) se acerca a nosotros antes de que tenga que escapar con mi triste mentira.

—Taehyung, te estuve buscando —me dice sonriendo. Me reservo la sonrisa amable de niño perfecto que uso con todos los maestros, porque mis calificaciones en Química y Biología (las clases que imparte el maestro Lee) son excelentes y no tengo ánimos para fingir ser un buen niño frente a él.

No sonrío, no respondo, solo lo miro esperando a que continúe. Jake nota la tensión y se aleja disimuladamente, uniéndose a la conversación animada de Chaewon y agarrando la mano de su novia. Ese pequeño gesto hace que piense irremediablemente en Jungkook. El estrés me comió la cabeza al punto en el que ni siquiera Jungkook ha podido sacarme del abismo. Estoy mal y no hay punto de retorno.

Bueno, quizás él que podría arreglarme, aunque sea un poco.

Quiero abrazarlo.

—¿Podríamos hablar un momento? —asiento con la cabeza y sigo al maestro Lee a una parte alejada del resto. Él se aclara la garganta—. Ha habido un pequeño error. Los turnos de los maestros encargados de las reuniones de orientación vocacional se mezclaron, fue un desastre y tardamos mucho en notar que no te asignamos a nadie, Taehyung —así que esa es la razón por la que llamaban a alumnos al azar a la mitad de las clases. ¿Mis amigos mencionaron esto? No lo sé, apenas escucho la palabra universidad saliendo de sus bocas entro en piloto automático—. Quería disculparme contigo en nombre de todos los maestros, y quizás... hablar contigo un momento sobre eso.

—¿En medio de la visita a la universidad Hankuk? —digo, haciendo un esfuerzo monumental por soltarlo como un comentario más y sin sarcasmo. Porque, maldición, es mi maestro. El señor Lee que es un adulto y que merece respeto. No puedo ser grosero solo porque estoy pasando un mal momento.

—Me preocupas, Taehyung. Tus calificaciones siguen siendo excelentes. En realidad, has mejorado en el último mes, pero anímicamente... hemos conversado con otros maestros y todos concuerdan con que no pareces estar bien. ¿Sucede algo en casa?

—No, todo está en orden —sucedió algo en casa, pero ya está arreglado. No le voy a decir que el hecho de que mamá haya regresado a la normalidad empeoró todo. Tampoco sobre la presión que tengo en los hombros gracias a mamá, porque es un tema que aún no estoy listo para discutir, mucho menos con un maestro—. Todo bien —intento sonreír. Lee tuerce los labios hacia abajo.

—Sé que deberíamos tener una renunión apropiada en una oficina, de vuelta en el colegio, pero —toma aire—. Taehyung, he notado que, en todas las visitas universitarias, muestras curiosidad por tus primeras dos opciones en la ficha vocacional. Y creemos que es extraño que tus tres opciones de carrera no tengan ninguna correlación entre sí —trago saliva y bajo la mirada. No, no, no. Deje de hablar, por favor—. Medicina es tu primera opción, pero siempre que entramos en la facultad luces como si murieras por salir de ahí. En la Facultad de Derecho te sucede algo parecido, lo he notado. Pero nunca te has acercado a la última facultad. Me preguntaba por qué, ¿es acaso por tus padres?

—No —me apresuro a responder, aunque miento descaradamente. Obviamente es por mamá—. Cuando... cuando llamó a mi mamá —me atrevo a mirarlo a los ojos. Me arden y tengo ganas de llorar—, ¿le mencionó mi tercera opción?

El señor Lee sonríe, una sonrisa paternal que aumenta de sobremanera el ardor de mis ojos.

—No lo hice, Taehyung —siento un enorme peso desapareciendo de mi espalda. Es tan liberador que incluso suspiro, y Lee ríe en voz baja—. Me gustaría que centraras esta visita en esa tercera opción —estoy por rechistar, pero Lee continúa, interrumpiéndome—. Estaremos toda la mañana aquí, y gran parte de la tarde. Tenemos mucho tiempo, Taehyung. Ve primero ahí. Pasea, pregunta cosas, aprende y piensa si no deberías cambiar el orden de tus opciones —me pone una mano en el hombro cuando empiezo a llorar silenciosamente. Esto es más que humillante. Solo ruego que no se lo cuenta a mamá—. Recuerda que todos los maestros estamos para ti, Taehyung. No nos gusta ver así a nuestro niño de oro —me acaricia la cabeza, algo que otra vez hace que piense en Jungkook, y me dice que pase por el baño y me lave la cara antes de ir a la dichosa facultad.

El maestro Lee desaparece. Estoy justo en la entrada de la universidad Hankuk, la universidad de mis sueños, junto a un enorme árbol que me oculta en su sombra del sol. A la derecha está un chico disfrazado de un león (la mascota universitaria) regalando globos con el logo de Hankuk y a la izquierda están los baños. Ahí es adónde me dirijo. No hay alumnos del Saint Clair a la vista, así que me encierro en un cubículo a llorar con libertad unos cinco minutos. No es difícil, he llorado tanto el último mes que ya es un poco natural, pero sí que es humillante estar haciéndolo en un lugar público.

Cuando mi vista deja de ser borrosa por las lágrimas, saco mi celular y reviso la hora. Tengo veinte minutos antes de encontrarme con mis amigos en la cafetería, pero no me siento precisamente desesperado por verlos ahora mismo, así que envío un mensaje a nuestro chat grupal avisándoles que tardaré porque el señor Lee me encomendó algo (que, técnicamente, no es mentira).

Me deslizo por mi bandeja de entrada (que tampoco es una maravilla. Están mamá, mi hermana, mis amigos, el chat grupal que tengo con ellos, el chat del salón y el del pre-universitario, en el que solo mandan información y ejercicios de práctica) hasta llegar a mi chat con Jungkook. La última conversación que tuvimos fue hace tres semanas. Creí que no sería necesario enviar mensajes teniendo en cuenta que pasamos noches enteras en llamada, pero sigue pareciéndome triste lo vacío que está.

La verdad, desde que mamá regresó, ya no tengo tanta libertad como antes. Ya no puedo desvelarme en la cocina, así que llamo a Jungkook desde mi habitación. Normalmente uso audífonos y digo que estoy hablando con Hanbin, y los desconecto cuando Hyewon tiene que dormir. Ninguno cuelga y lo primero que veo al despertar es el nombre de Jungkook en mi celular sobre la duración de la llamada (siempre supera las siete horas). Entoces me encierro en el baño y le digo buenos días. Él se despierta y me devuelve el saludo con un tono rasposo y ronco y me acompaña mientras me alisto para el colegio, para luego volverse a dormir y finalmente colgar.

Mi pequeño colapso que ya está durando demasiado hizo que me distanciara un poco de él. En mi defensa, me he distanciado de todo el mundo. Cuando cualquier ser humano me habla, es como intentar conversar con una pared. Jungkook, aunque me duela el alma admitirlo, no es la excepción.

Me armo de valor y le envío un mensaje.

Taehyung: Lo siento.

Taehyung: He sido un auténtico imbécil, perdón por comportarme como un zombie todo el tiempo.

Taehyung: Intentaré mejorar.

Él tarda mucho menos de lo que esperaba en responder. Recuerdo que me contó que pasa casi todo el día en casa, comiendo o estudiando. Volvió a aislarse un poco del mundo, pero no de una forma negativa. No es como la crisis del CSAT. Esta vez se queda en casa haciendo cosas que lo motivan. Porque él que tiene una razón por la cual luchar.

Jungkook: No te preocupes, Taehyung.

Jungkook: No me debes ninguna explicación (aunque adoraría que me la dieras, solo porque quiero escucharte y que te quites eso de encima).

Jungkook: ¿Estás bien?

No.

Taehyung: Sí, solo tengo una visita a Hankuk hoy y me puse un poco emocional, jaja

Taehyung: Creo que se alargará y no llegaré al pre-universitario hoy, ¿puedes pasarme tus apuntes en la noche?

Jungkook: Por supuesto, no te preocupes por eso.

Jungkook: Suerte en la universidad! :)

Sonrío inconscientemente entre lágrimas secas y me sorbo la nariz. En serio quisiera abrazarlo. Ocultarme en él del mundo y nunca, nunca soltarlo. Jungkook es mi lugar feliz, ¿cómo pude permitir que me quitaran eso? No puedo, no lo haré. Estoy por guardar mi celular y salir del baño cuando otro mensaje hace que mi celular vibre.

Jungkook: ¿Cuándo termina la visita?

Taehyung: A las cuatro. Una buseta nos dejará en el Saint Clair y después iré a casa.

Jungkook: ¿Tienes algo que hacer en casa?

Taehyung: No, no tengo tareas pendientes.

Jungkook: ¿Quieres que vaya por ti? (Bueno, que Minji vaya por ti)

Jungkook: Puedes venir a mi casa y tomar prestados mis apuntes.

Jungkook: Y podríamos cocinar juntos, o pedir comida.

Jungkook: Solo si quieres.

Iré. Oh, por supuesto que iré. ¿La universidad planea arruinarme la vida? ¿Mamá o el señor Lee? Ya soy experto en arruinármela por mi cuenta, no necesito ayuda de terceros. He tenido demasiado los últimos meses, me merezco un descanso. Llamo a mamá antes de salir del cubículo y me encuentro diciéndole la verdad, que el chico del pre-universitario con el que a veces intenta molestarme para subirme el ánimo me invitó a su casa a estudiar y a prestarme sus apuntes.

Mamá pregunta si es algo que quiero hacer, que me hará sentir mejor, y acepta de inmediato cuando le respondo que sí. Me disculpo con ella también por ser un robot últimamente y ella me dice que está bien, que comprende que todos tenemos malas épocas y que siempre estará para mí. Es mi mamá, quizás olvidé eso.

Salgo del baño, me lavo el rostro tres veces y me miro frente al espejo. Me veo como un panda, círculos negros gruesos bordeando mis dos ojos, pero por primera vez no lucen apagados. Por primera vez siento un poco de esperanza. Espero que Jungkook me deje abrazarlo esta noche. No, lo haré, incluso si no lo quiere. Lo obligaré a abrazarme y, en el mejor de los casos, lo besaré.

Salgo del baño y, esforzándome por no dar media vuelta, me dirijo a la Facultad de Artes antes de convencerme de que es la peor idea que se me pudo haber ocurrido.

¡Nos leemos luego!

[ Noduru, 2024 ]

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