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taehyung.

—Tiene veinte años —un silencio mortal se asienta al otro lado de la línea, y me obliga a chequear un par de veces si no colgué la llamada por accidente— ¿Hanbin? ¿Sigues ahí?

—¿Qué fue lo que dijiste?

—Jeon Jungkook. Tiene veinte años.

—Así que Chaehyun dijo la verdad —lo escucho resoplar con diversión. Ya lo puedo imaginar, sentado con las piernas cruzadas sobre su cama, con la laptop abierta de par en par frente a él mostrando una carrera de F1 y al lado un bol lleno de fruta picada. Seguro tiene el cabello agarrado en una minúscula cola de caballo, luce como una piña y y usa un pijama negro—. Entonces es mayor a nosotros por... Uhm, ¿sabes cuándo es su cumpleaños?

—¿Por qué debería saber su cumpleaños?

—Olvídalo —vuele a resoplar. Me remuevo incómodo sobre la silla. Pongo la llamada en altavoz y dejo el celular en mi escritorio. Saco mi cuaderno de bocetos de mi mochila mientras él hace cálculos mentales—. Muy bien, si cumple años en enero... es solo un año mayor. Pero, si cumplió veinte el año pasado... serían dos años... De cualquier modo, es una diferencia minúscula, ¿cómo es que le dieron el empleo?

—Sabes como es el Saint Clair. Solo están esperando a que llegue alguien mejor para echarlo —él hace un sonidito de estar de acuerdo y lo escucho masticar fruta—. Pero enseña bastante bien para ser tan joven, ¿no crees?

—Sí, es bastante bueno —responde con la boca llena, y lo escucho tragar. Arrugo la nariz e intento no prestarle mucha atención. En su lugar, saco unos lápices y abro mi cuaderno en el dibujo de Jungkook—. Aunque debería estar estudiando en la universidad, ¿no? ¿Cómo le alcanza el tiempo para hacer eso y enseñar en un colegio? Su horario debe ser un infierno.

—Tal vez no está en la universidad —digo, mientras esa posibilidad se va abriendo en mi mente—. Puede que no haya dado el examen y esta sea su forma productiva de gasta su año sabático.

—O puede que no haya pasado el examen.

Arrugo aún más la nariz, mirando con atención el dibujo. Hoy de verdad lucía cansado. Y, si recuerdo con atención el resto de clases de la semana, parecía abatido. Como si hiciera lo que pudiera por acoplarse y mostrarse animado, pero en el fondo solo deseara regresar a casa. Le doy vueltas al asunto. La universidad es un tema delicado. Hace poco escuché a mamá discutiendo con mi padre sobre a qué pre-universitario meterme. A papá no le interesa lo que haré, solo estaba involucrado en esa conversación porque mamá decía que él debía pagarme la inscripción. Si, aún con toda la preparación, yo no entrara a una buena universidad...

No sé lo que haría. Encerrarme en casa a llorar a diario, por semanas. No sé si podría con esa presión. Haber estudiado toda tu vida para dar un examen, y fallar...

Aún quedan unos ocho meses para el examen. Tengo tiempo, para prepararme y para decidir por fin qué carrera estudiar (tengo demasiadas opciones). Tengo tiempo, y ya estoy empezando a sentir la presión de fallar. Imagino esa carga pesada en la espalda de Jungkook...

Y de repente me siento horriblemente mal por él.

—No lo creo, parece un tipo preparado —le respondo a Hanbin—. Seguramente está preparándose para dar con nosotros el examen en octubre.

—Pero, ¿te lo imaginas? Si es verdad, debió dar el examen —lo puedo imaginar haciendo cuentas con los dedos— hace solo cuatro meses. Anunciaron los resultados en noviembre... Wow, qué deprimente.

—Deja de decir eso —intento reír, aunque termino por soltar un sonido sin gracia—. Ese no era mi punto.

—Ajá, entonces ¿cuál era tu punto? ¿Cómo te enteraste que tiene veinte?

—Me lo dijo él. Resulta que también será el reemplazo de la señora Im, del club de arte, y me pidió que sea su ayudante por el resto del mes —hace un ruido chillón, similar a un aullido para molestarme. Pongo los ojos en blanco—. Se lo pregunté ahí.

—¿Así? ¿Sin más?

—Sí, ¿qué más tenía que decirle?

¿Maestro Jeon, cuántos años tiene? ¿Eso fue lo que le dijiste?

—Me disculpé antes, y le dije que no tenía que responder si le parecía inapropiado —parpadeo muy rápido, empezando a tropezarme con mis propias palabras— ¿Por qué? ¿Estuvo mal?

—No —se queda callado un buen rato. Incluso puedo escuchar lo que dice el comentarista de la carrera en el fondo. Tomo aire, agarrando un lápiz y continuando con el dibujo, cuando él vuelve a hablar—. Ya no puedo ver a Jeon Jungkook como un maestro, ¿sabes? Todo esto es demasiado extraño.

—Yo tampoco —le digo, repasando las líneas del cabello. Nunca lo he visto como un maestro—. Quiero que ya encuentren a otro que nos enseñe Literatura. Uno que tenga más de treinta, preferiblemente —él se ríe, y yo lo sigo débilmente. Este día ha sido una montaña rusa de emociones. No, no solo hoy. Toda la semana, todo el mes.

—Oye, Taehyung —dice Hanbin, después de unos minutos de silencio.

—¿Sí?

—Nunca respondiste la pregunta de Chaehyun —escucho como se le forma una sonrisa en la cara—. Ahora que confirmamos la edad de Jungkook, puedes considerarlo, ¿verdad?

Bufo una carcajada y agarro mi celular.

—Vete a ver tus carreritas de cochecitos, Hanbin. Voy a dormir.

—¡Respóndeme! Me carcome la curiosidad —dice con tono rogón—. Yo sí lo haría, por ejemplo. Lo dije desde un inicio. Tiene cara de modelo, y no parece que tenga novia. Además...

—¡Cállate, Hanbin! —le grito, con el rostro rojo y a media carcajada— ¡Sigue siendo ilegal!

—Ilegal para mí. Tú, señorito, serás un adulto en ¿qué? ¿Poco más de un mes? —dice Hanbin en tono burlesco— Tienes todas las horas del club para enamorarlo. Oh, pero creo que él ya está enamorado de lo que escribes... Muy buen trabajo, Taehyung. Ha sido un cuento maravilloso. ¡Qué buen poema, Taehyung! —dice él, con una voz grave en la imitación más pobre de Jeon Jungkook que me podría imaginar. Estallo en carcajadas.

—¡Jungkook no suena así!

—Ay, lo siento. Yo no le doy tanta atención a esos pequeños detalles del maestro... como otras personas.

—Voy a colgar, Hanbin.

—Bien, bien. Lo siento —escucho en el silencio que se está aguantando una risa explosiva—, ¡asistente del maestro Jeon! —termina por gritar.

—¡Voy a colgar, en serio! —lo amenazo en broma. Él no deja de reírse—. Buenas noches, Hanbin.

—Hasta mañana, Taehyung. Descansa. 

¡Nos leemos luego!

[ Noduru, 2024 ]

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