Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

19

▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄

I wanna tell you how much I do miss you

I wanna tell you everything but I do miss you

'Cause you have heard enough of this

— i wanna tell u, Lexie Liu.

▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄▄

[ 🌌 ]

Tercera parte:

Float endlessly

[ 🌌 ]

[ 3:1 ]

taehyung.

Chaehyun gira la botella de jugo de naranja vacía que está justo en el centro del círculo. La doctora Han no ha llegado aún para las maravillosas dos horas seguidas de Anatomía que tenemos los miércoles a las diez, así que nos hemos reunido al fondo de la clase a perder el tiempo como los adolescentes idiotas de nuestra edad suelen hacer: jugar juegos tontos con una botella para destapar secretos vergonzosos u obligar a otros a hacer cosas vergonzosas.

Llevamos cinco rondas y, afortunadamente, aún no ha sido mi turno. Esta vez no es la excepción. La punta de la botella se detiene frente a Sunghoon, que resopla y se cruza de brazos. Mira a Chaehyun y alza las cejas.

—Apresúrate, Chaehyun. Dispara, no tenemos toda la hora.

—¿Verdad o reto? —pregunta Chaehyun. El delineado grueso y las pestañas postizas le dan un aire amenazador, que se acentúa cuando sonríe de forma macabra y también levanta las cejas. Sunghoon entorna los ojos.

—Verdad.

—¡Qué aburrido! —exclama Chaewon desde el otro lado del círculo. Está recostada sobre las piernas de Yunjin, quien ha actuado igual que yo desde que el juego empezó: como una espectadora silenciosa que solo se ríe y evita miradas. Sunghoon la ignora, expectante a la pregunta de Chaehyun.

Chaehyun y Xiaoting murmuran cosas, acercándose al oído de la otra y riendo en tono bajo mientras piensan en una buena pregunta para atacar a Sunghoon. Es obvio lo que le preguntarán, y agradezco mentalmente que Jake haya preferido quedarse durmiendo en su escritorio en lugar de jugar esto.

—¿Estás enamorado de Jake?

La pregunta toma por sorpresa a Sunghoon, que abre muchísimo los ojos y se atraganta con su propia saliva. Empieza a toser y a darse golpecitos en el pecho, mientras todo el resto se ríe y aúlla como lobos salvajes. Hanbin y yo también reímos disimuladamente, sobándole la espalda para que se tranquilice.

—¡Qué pregunta de mierda, de verdad! —lanza Sunghoon cuando deja de toser, señalando a Chaehyun con aire acusatorio. Ésta solo se ríe con más ganas y levanta ambas manos en un gesto de fingida inocencia— Jake y yo somos mejores amigos. Nada más, nada menos —arruga la nariz y tuerce la boca, asqueado—. Lo veo como mi hermano, no podría verlo como... —se queda callado y finge dar arcadas—. Eres una enferma, Kim Chaehyun.

—Bien, bien. Finjamos que creemos lo que dices —responde Chaehyun, aún con los restos de una risotada en sus labios. Antes de volver a girar la botella, mira de reojo a Sunghoon de nuevo— ¿Y crees que él guste de ti?

—Mala suerte, Chaehyun. Es una pregunta por ronda, boohoo —dice Sunghoon y le arrebata la botella. Chaehyun solo bufa, sonriendo, y lo deja hacerlo. Sunghoon la coloca sin cuidado sobre el suelo y la gira tan rápido que casi sale volando. Todos la observamos girar expectantes. La punta se detiene en dirección a Yuqi. Ella traga saliva, luciendo como un pequeño animal asustado. Sunghoon sonríe con maldad— ¿Verdad o reto, Yuqi?

—Verdad —responde, su voz tan suave que apenas la escuchamos. Todo el mundo suspira con decepción. Quieren ver un juego emocionante y nadie está dispuesto a ceder.

—Bien —dice Sunghoon con tono inquisitivo, sosteniendo su quijada mientras piensa. Los ojos se le iluminan de un momento a otro. Estoy por preguntarle disimuladamente lo que dirá, porque Sunghoon es impulsivo y no me gustaría que creara malos entendidos con Yuqi, pero es demasiado tarde— ¿Por qué tú y Minho terminaron? Es algo que todos se mueren por saber, ¿no?

Reprimo las ganas de cubrirme la cara con vergüenza, y en cambio analizo las reacciones de todo el mundo. Las chicas del grupo de amigas de Yuqi, incluyéndola a ella, se tensan. El resto permanece en un silencio lleno de suspenso. Yuqi inhala una gran cantidad de aire y exhala con los ojos cerrados.

—Porque Lee Minho es un imbécil, ¿tiene que haber más razones? —dice ella, abrazando su propio cuerpo, cabizbaja. Suena molesta, y siento lástima por ella. Yuqi y Minho terminaron hace unos tres días (todos decían que eran la pareja perfecta, y eran la esperanza de todos. El Saint Clair es bastante estricto y anticuado en su política respecto a estudiantes que salen entre sí, y la valentía de ellos dos al tomarse las manos en público era básicamente un grito revolucionario), y los rumores maliciosos que tachan a Yuqi como la mala de la historia abundan—. Y lo que él está diciendo es mentira. No fue un acuerdo mutuo, yo terminé con él.

Sunghoon carraspea para romper la tensión que nos envuelve después de tal declaración, y deja la botella nuevamente en el suelo. Yuqi no la va a girar, lo más probable es que ya no quiera jugar, así que Xiaoting se adelante y lo hace en su lugar. La botella da un par de vueltas antes de ralentizarse y detenerse. La mirada de todos en el círculo recae sobre mí. Maldición.

—Muy bien, Kim Taehyung. Hora de revelar los oscuros secretos que se esconden en tu cabecita —dice Xiaoting, ladeando la cabeza, y yo solo me río con incomodidad y me encojo con una mueca apretada—, ¿verdad o reto?

—Verdad —respondo enseguida. Prefiero humillarme compartiendo algún dato vergonzoso a que me pidan que bese a Chaehyun o algo parecido. La multitud ya ni se molesta en mostrarse decepcionada. A este punto, será ronda tras ronda de verdades hasta que llegue el maestro de la siguiente clase. Básicamente el juego se ha convertido en un conversatorio.

A Xiaoting y a Chaehyun les cuesta pensar en algo para mí, porque, a diferencia de Sunghoon o Yuqi, yo no tengo antecedentes amorosos en los que rebuscar. Le doy una mirada a Hanbin y él me la devuelve, encogiéndose de hombros.

—¡Ya sé! ¿Te acostarías con algún maestro? —suelta Chaehyun, sin más. Una bomba que hace que todos exploten en risas y que el calor me invada hasta teñirme la punta de las orejas de rojo— ¡Mírenlo, está completamente sonrojado!

—¡Por supuesto que no! —me apresuro a responder— Por Dios, Chaehyun. Son maestros, la mayoría están casados o tienen más de cuarenta. No es ético, y es asqueroso.

—Bien, entonces déjame cambiar un poco la pregunta —se inclina hacia adelante, como para darme la impresión de que hay intimidad y confianza entre nosotros cuando aún todo el mundo está escuchando con atención—. ¿Lo harías con... el maestro Jeon?

Mi reacción no mejora esta vez, y eso me queda bastante claro cuando, incluso Hanbin y Yunjin estallan en carcajadas. Me encojo con vergüenza y oculto mi rostro entre mis manos. ¿Por qué tienen que meter a Jeon Jungkook en la conversación? Estoy cansado de escuchar su nombre en todos lados. Si no lo mencionan mis amigos, suena como un bucle infinito en mi cabeza. Jungkook, Jungkook, Jungkook. Lo vemos todos los días, por lo menos una vez. Nos envía tareas estúpidamente largas (que me encanta hacer, porque cada vez se le ocurren temáticas mejores) y, para rematar, sus clases son buenas.

Esta semana da la impresión de estar cansado. Tiene los rastros de un mal sueño oscureciéndole el borde inferior de sus ojos, y luce un poco como un maniaco con su cabello revuelto y ese tono de voz ronco, pero sigue dando todo de sí en cada clase aunque se nota que muere por una taza de café. Y eso tengo que reconocerlo.

Estoy haciendo todo lo posible por eliminar la imagen casual que tengo de él en mi cabeza, por cambiar el título de Jeon Jungkook a maestro Jeon... pero sigo sin poder lograrlo, y eso está jugando con mi cabeza. Me está volviendo loco.

En especial en situaciones como esta.

—¡Sigue siendo un maestro! No voy a responder, eres una enferma —le digo a Chaehyun, pero es difícil tomarme en serio con la voz entrecortada y el rostro rojo a explotar.

—¡Al menos acepta que es atractivo! Y, antes de que digas que es inmoral ver a un maestro de esa forma —me imita de una forma pobre con voz aguda. Su impresión es tan mala que inclusive yo contengo una risa y pongo los ojos en blanco— mi hermana me contó que es joven. Como, muy joven. No fue específica, pero dijo que tiene casi nuestra edad. No es anti-ético. Así que responde, Kim Taehyung.

Todos sabíamos que Jungkook es uno de los maestros más jóvenes que ha tenido el Saint Clair, pero ninguno imaginó que sería tan joven. Quizás es sus veintes, casi treintas. Que la información haya venido de la hermana de Chaehyun es sinónimo de que es información fidedigna. Su hermana le enseña Ciencias Naturales a los más pequeños, y es conocida por llevarse bien con todos los maestros y contarle cada dato jugoso que se discute en la sala de maestros a su hermana menor, que resulta ser la primera en contarnos a nosotros todo lo que descubre.

Jeon Jungkook tiene casi nuestra edad.

Eso no ayuda para nada a tenerle más respeto dentro de mi cabeza. ¿Cómo diablos quieren que no lo vea como un universitario? Soy incapaz, me rindo.

—Yo... supongo que... —empiezo a decir, bajo la expectativa de todos, aunque no estoy seguro de a dónde quiero llegar. Imaginar escenarios de ese tipo no está bien, independientemente de quién sea la persona. Para mi cerebro, es aún peor si se trata de este chico que me hace sudar como cerdo cada vez que cruzamos miradas. Quizás si bajo la intensidad de los escenarios... Tal vez podría... Quiero decir, acostarse es demasiado, pero un beso no suena tan...

Todos damos un salto cuando escuchamos la puerta abrirse. Los chicos que estaban reunidos en pequeños ruedos, distribuidos por todo el salón (incluyéndonos) salen despavoridos y regresan a sus asientos en un instante. Me acomodo el pantalón y carraspeo una vez estoy de pie en mi pupitre. Le echo una mirada rápida al reloj colgado sobre el pizarrón. La hora de Anatomía terminó hace cinco minutos, lo que quiere decir que el maestro que acaba de llegar es...

Maldición.

—¡Saluden todos! —exclamo, y hago contacto visual con Jeon Jungkook mientras el buenos días de todo el salón resuena contra las cuatro paredes. Él me sonríe antes de hacer una pequeña reverencia y cerrar la puerta.

—Buenos días, chicos, ¿qué tal todo? —pregunta. Uno que otro alumno le responde y Jungkook los escucha entre risas.

Se lleva bien con todos, porque es un buen maestro con una buena personalidad. Su actitud hacia nosotros se ha ido suavizando esta semana. Los chicos bromean con él cada que pueden, y las chicas... creo que les basta con poder verle la cara por cuarenta minutos diarios. Sunghoon sigue algo cabreado por lo de la feria, pero a Jake y a Hanbin ya les da igual. No hay muchos maestros decentes en el Saint Clair, así que prospectos como Jeon Jungkook son algo digno de agradecer.

Mi opinión sobre él sigue en constantes cambios.

Deja su mochila sobre el escritorio y saca una carpeta con nuestros proyectos de escritura, probablemente calificados, mientras nos cuenta que la doctora no pudo venir a darnos clases porque un niño de quinto grado se tropezó jugando fútbol y tuvo que encargarse de él. El corazón se me acelera cuando le da una ojeada rápida a los trabajos y nos dice con una sonrisa que nos los va a devolver con la calificación. Cuando noto que me mira de reojo.

Muevo los pies debajo del escritorio, esforzándome por calmarme. Este es el corto momento por el cual me esfuerzo al hacer cada trabajo. Por ese subidón de energía cuando veo el cien sobre el papel.

Esa sensación que dura unos cinco segundos.

Pero la prefiero mil veces en lugar de la semana de llanto y tormento mental que me espera si saco una calificación inferior.

(Ridículo, ridículo. Pero no puedo volver atrás. Reaccionar así ya es una parte de mí, lastimosamente).

—Kim Taehyung y Park Sunghoon —mi imaginación distorsionada me dice que ha pronunciado mi nombre de forma diferente (más suave), pero decido ignorarla.

Sunghoon me mira y está por levantarse, pero le indico con un ademán que no es necesario, que ya iré yo, y se vuelve a sentar. Tomo aire y me preparo mentalmente. Me levanto, poniendo mi mejor cara de esto no me afecta, es solo un papel y camino hacia Jungkook con las piernas temblándome como gelatina.

—Buen trabajo, Taehyung. Es un... —se queda callado, como si realmente lo que está escrito en las hojas que sostengo con fuerza lo dejó sin palabras—. Disfruté mucho leyéndolo —termina por decir, y me lo entrega con una sonrisa orgullosa que me llena el corazón de serotonina. Le devuelvo la sonrisa, de forma completamente honesta. Él me hace un gesto para que me acerque más. Lo hago, completamente dopado con la felicitación—. Intenta que Sunghoon escriba un poco más la próxima vez, ¿sí? —susurra con tono medio burlón, y un escalofrío me recorre todo el cuerpo cuando noto lo cerca que estoy de él, lo extrañamente grave que suena su voz cuando susurra, justo a centímetros de mi oído. Entonces la pregunta de Chaehyun regresa a mí como una bofetada.

¿Lo harías con... el maestro Jeon?

Y mis pensamientos posteriores son como un balde de agua fría.

Un beso no suena tan mal.

Me alejo de él, el gesto sincero tornándose, una vez más, en una sonrisa falsa y nerviosa y con el sudor empezando a perlarme la frente. Empieza a hacer calor. Siento la desesperante necesidad de sacarme el abrigo, de correr al baño a echarme desodorante porque dentro de poco el sudor hará que me apesten las axilas. Dios, esto es lo más ridículo que me ha pasado. Llevo dos semanas enloqueciendo por este chico, no puedo dejar de pensar en él. Y no me gusta, no me sucede esto porque me guste. Es porque la imagen del chico agradable del baño de la feria sigue plasmada en mi cerebro, y no puedo alinearla con la del maestro de Literatura. Es porque no sé cómo actuar alrededor de él, ahora que parece que me ha echado el ojo y el universo conspira para que orbite a mi alrededor. No me gusta, pero mi cerebro estúpido empieza a entrelazar cables que no debería.

Un beso...

En un impulso, miro sus labios de reojo, pero regreso a sus ojos en cuestión de medio segundo.

—Muchas gracias, maestro Jeon —le respondo, intentando recuperar el aliento, y regreso a mi pupitre con pasos más acelerados de lo que me gustaría.

Esto no está bien, no está bien.

—Mi hermana me contó que es joven. Como, muy joven. No me fue específica, pero dijo que tiene casi nuestra edad. No es anti-ético. Así que responde, Kim Taehyung.

Sigue siendo anti-ético. Porque es Jeon Jungkook, maldición.

Porque es él.

Las cosas no mejoran cuando llego a mi pupitre y puedo respirar otra vez, pero noto el mensaje escrito en una esquina de mi (nuestro) trabajo. La calificación está escrita con rojo, pero seguramente se dio cuenta que escribir todo con ese color sería de mal gusto y cambió a azul. Lo leo con detenimiento, parando cada tanto y mirándolo de reojo. Imaginándolo escribiéndolo, probablemente en su casa ayer por la noche. Pensando en mí cuando lo escribió. Pienso en ese día en el que irrumpí en su oficina para preguntarle sobre mis calificaciones, y en las palabras que me dijo. En la forma preocupada con la que palmeó mi hombro.

—No te atormentes con esto, Taehyung. Estás haciendo mucho más de lo que deberías, así que siéntete orgulloso de ti mismo.

Guardo el trabajo en una carpeta con el corazón latiéndome en la garganta y pintando todo mi rostro de un poco-sutil tono carmesí. Lo saco y releo la nota volviendo a casa y, si no fuera porque comparto habitación con mi hermana y por la mala costumbre de mamá de entrar a mi cuarto sin avisar, lo pegaría en la pared.

Este trabajo es uno de los mejores que me has entregado, y no lo pienso decir para alimentar tu ego o presionarte de alguna forma, no. Quiero que sepas tu esfuerzo es valorado y apreciado. Porque sé que estabas preocupado por el tiempo de entrega, pero aún así excediste el límite de palabras y escribiste dos planas de más.

Porque, aún exhausto, puedo notar que das el doscientos por ciento. Y, aunque esa es una cualidad maravillosa, no desearía que te sobreexigas. Si nadie te ha dicho esto antes, Taehyung, déjame ser el primero: Eres suficiente, estás haciendo lo suficiente, y no necesitas un 100 para probar lo que vales.

Ya te lo dije antes, pero, si necesitas hablar con alguien, mi oficina estará siempre abierta :)

(Preferiría que esta vez tocaras la puerta ^^)

ajksjkaj

¡Nos leemos luego!

[ Noduru, 2024 ]

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro