
Capítulo 7: como pasó
(Louis pov: la noche del "incidente".)
Louis despierta con los gruñidos de sus hermanas menores resonando en el pasillo, ruidos de pisadas y roces sobre la madera de la cabaña se escuchan y él simplemente gruñe. Genial, su increíble sueño con el estúpido capitán del equipo se arruinó por las revoltosas de sus hermanas. Otro gran gruñido se escucha y Louis no tiene que adivinar quién es, su hermana mayor intentando calmar a las cachorras, en su intento fallido el ruido absurdo de roces, gruñidos y golpes se vuelven a escuchar.
— ¡Ya cállense por el amor a la Diosa Luna! — grita molesto entre medio de un gruñido y para hacer énfasis en sus palabras tira una de sus almohadas a su puerta donde detrás de esta sus hermanas parecen tener una revolución francesa.
Un gran silencio recorre el lugar por unos segundos y da un gran suspiro, relaja su cuerpo y vuelve a cerrar sus ojos, su alarma aún no suena así que debe tener al menos unos veinte minutos más para retomar su extraño sueño con el estúpido capitán de fútbol que lo besaba en medio de la cancha y le susurraba algo a lo lejos...
— ¡Levántate! ¡levántate! ¡levántate! — un golpeteo constante se escucha en la puerta de su habitación y las voces de sus cuatro hermanas. Louis sabe que están golpeando con sus palmas abiertas y suelta un grito que quiere sonar como uno de guerra.
— ¡La pagarán perros pulgosos! — se saca su ropa rápidamente mientras intenta desenredar sus pies de sus sábanas.
Toma la manija de la puerta y las tres niñas, incluso su hermana mayor lo miran con terror y levantan sus brazos, dedos en el aire se señalan unas a las otras y Louis da un gran gruñido antes de comenzar a transformarse. Todas chillan y gritan entre risas antes de comenzar a correr por todo el pasillo y correr hacia las escaleras.
Las dos cachorras menores se esconden detrás de su padre que está haciendo el desayuno y levanta sus cejas en sorpresa cuando las niñas tiran de sus ropas para que las tome entre sus brazos, Louis mordisquea un poco sus pies cuando su padre las levanta. La cachorra menor está escondida debajo de la mesa del comedor, el gran mantel afrutado no cubre hasta el suelo y sus piernas desnudas se pueden apreciar. Ella chilla entre risas y tapa su rostro con la manta que se está cubriendo cuando se asoma a gruñirle y golpearla con su cola peluda.
Su hermana mayor, Elizabeth, la futura alfa de la manada se ríe entre dientes y levanta sus manos en el aire. Louis no tendrá piedad con ella. La alfa hace el amago de abrir la puerta corrediza que da hacia el bosque, pero Louis gruñe y mueve su cola de forma juguetona, tira de la manta colorida con la que la alfa se está cubriendo y ella ríe mientras lo patea suavemente. Ser parte de una manada y el futuro segundo al mando de la misma es algo demasiado complicado en la mañana.
[...]
— Oh, vamos, Louis...— Zayn canturrea a su lado y casi parece colgarse de su brazo con un ridículo puchero en sus labios. — Nunca quieres ir a estas cosas, esta vez no tengo quien realmente me acompañe y tendrás una nueva y renovadora experiencia.
— ¿Ser parte del culto idiota del capitán de fútbol por una noche se puede catalogar como una renovadora experiencia? — pregunta con ironía, saca su libro de matemáticas y empuja sus lentes hacia atrás cuando siente que se resbalan por su nariz.
— No fingas que no te gusta. — él rueda sus ojos y lo golpea apenas en su brazo, Louis resopla.
— Por supuesto que lo hace, es el típico cliché y al terminar la secundaria este año, no volveremos a cruzar caminos si La Diosa Luna me lo permite. — se encoge de hombros y Zayn tira de sus pelos dramáticamente.
— Pero solo podemos estar allí una hora y volvernos, por favor, Lou. Un lindo alfa me invitó y si no voy perderé la oportunidad de mi vida. — Zayn se queja. Y Louis cree que esto es ridículo, el omega ni siquiera cree en los destinados.
Zayn es su amigo probablemente desde la primaria y aunque él pertenezca a una manada distinta y todos tengan las mismas creencias y educación en sus manadas, Louis considera a Zayn del tipo pesimista en muchos aspectos en la vida, básicamente suele ver el vaso medio vacío en lugar de medio lleno y cree que los destinados son un simple mito de las manadas antiguas.
— Sabes perfectamente lo que mi padre opina de los Styles, si se entera que estoy cruzando camino con ellos, me matará. — bueno no realmente, más bien lo obligará a hacer los quehaceres de todos en la casa.
— Entonces dile que te quedaras en mi casa, lo cuál sí haremos luego de volver de la fiesta. — él pone estos ridículos ojos de cachorro.
Y no puede creer que haya caído en la trampa, ¿realmente algo malo puede suceder?
— Bien, iremos, pero si te pierdo en la fiesta te cortaré la cola y serás un lobo sin rabo. — Zayn ríe y lo sacude de la emoción provocando que sus gafas se sacudan en su rostro.
[...]
Louis tira su mochila en el sofá y corre a la cocina a saludar a su hermana mayor quien se encuentra pelando una manzana para las más pequeñas. Ella lo abraza y lo acurruca en su pecho, deja un suave beso en su cabello y luego le saca la lengua. Ama a sus hermanas cuando no se están peleando en la mañana por alguna idiotez.
— Hola, cachorro, ¿cómo estuvo tu día? — su padre pregunta y deja un suave beso en su cabeza cuando pasa a su lado. — Por cierto, no llegué a comprar los supresores, lo olvidé completamente y si vuelvo a ir la farmacia estará cerrada. — él le hace una mueca en forma de disculpa y soba su espalda en forma de reconfortarlo.
— Pero papá...— se queja y hace un gran puchero, hoy tomó su último supresor y en menos de unas horas dejaran de hacer efecto. — Hoy quedé en dormir en casa de Zayn y...
— ¿Y? Solo es Zayn, todos en su familia adoran tu aroma y a tu lobo. — su padre se encoge de hombros y muerde una manzana con descuido.
— No deberías enojarte con papá, después de todo es tu responsabilidad. — Liz dice en su oído cuando pasa a su costado. — Tu siempre olvidas comprarlas también, Louis, no crucifiques a nuestro padre que mañana por la mañana tenemos una reunión muy importante.
Louis se desinfla con desánimo y su padre se encoge de hombros con una sonrisa de disculpa mientras roba una rodaja de naranja del plato de frutas que su hermana está cortando. Sí, Elizabeth tiene razón, pero su padre prometió comprarlos y definitivamente no quiere que toda la escuela huela su aroma, siente que eso es demasiado privado y en ocasiones revela su propia naturaleza. Sus feromonas son más fuertes al estar conectado con su lobo y eso podría despertar sospechas.
— Saluda a los de la manada McCall por mí y mándale saludos especiales de nuestra parte a la familia de Zayn. — su padre dice una vez que armó su mochila con las cosas que necesitará para esta noche. Está en la puerta de entrada y ya se despidió de todos con muchos besos y abrazos. — Y no olvides volver temprano por la mañana, daré una charla importante con respecto a la compañía Styles, cariño. — su padre vuelve a besar su cabello y saluda a Zayn que lo espera en su camioneta.
— Adiós, los amo a todos. No incendien la casa sin mi y estaré sin falta mañana, pa. — sonríe y abraza a su padre por la cintura antes de salir corriendo hacia la camioneta de su amigo y subirse a ella.
[...]
— Iré a buscar algo decente para beber. — Louis dice por sobre la música cerca de su amigo que parece estar coqueteando con un alfa de ojos azules y lo que parece ser algo de cabello rizado. Él asiente sin cuidado y Louis rueda sus ojos.
Si no amara a Zayn como a un hermano de otra madre probablemente ahora mismo le estaría arrancando las tripas y aunque el pensamiento sea tenebroso y de un típico psicópata, es algo que naturalmente se le da cuando sale a cazar en su forma de lobo para la manada y debe asegurarse que la caza sea buena y llegue bien cuidada. Con cuidada se refiere a muerta y que no se escape, en ocasiones llega a pensar en que probablemente si sea una amenaza.
Entra en la pequeña cocina donde hay un pequeño grupo de personas esparcidas, cuenta siete al menos en el lugar y no define si son betas, alfas u omegas pero algunos le dan una pequeña mirada de reojo cuando pasa a sus lados, su aroma está siendo más notable ahora y lo puede adivinar. Por lo menos no tiene sus molestos anteojos en su nariz que en esta ocasión lo irritarian más de lo que está porque le crea una comezón en sus orejas, eso se debe a que su vista se cansa mucho al leer y estudiar todo el día, si no lo hiciera no los necesitaría.
Piensa que los lentes son gran parte del problema social que tiene en la secundaria, solo porque los usa y estudia un poco de más para tener un buen futuro los demás lo catalogan automáticamente como un nerd, lo que es ridículo en opinión de Louis por muchas razones, pero principalmente porque cree que su reputación cambiaría drasticamente si se enteraran que tiene una conexión con su omega. La gente suele llamarlos puros por el simple hecho de haber mantenido la tradición de conectar con sus lobos, si todos siguieran practicando la educación adecuada para conectar con sus lobos no habría diferencia entre ninguno.
Resopla ante sus pensamientos y ruega para que no noten su nerviosismo, calma a su omega, intenta convencerlo de que todo estará bien y no está en peligro. Rebusca en los muebles algún indicio de una bebida sin alcohol, jugos, agua, lo que sea realmente. Una canción suena a todo volumen de fondo y las personas que están dentro de la pequeña cocina cerrada corren hacia afuera entre gritos emocionados, Louis rueda sus ojos y rebusca en los lugares donde antes no pudo porque estaban siendo obstruidos por los demás.
Cuando encuentra un pack de botellas de agua mineral siente que encontra la fuente de la juventud, se arrodilla y toma un cuchillo de la encimera que parece tener pulpa y jugo de limón, en el instante en que el cuchillo comienza a cortar el plástico del pack la puerta de la cocina se abre y Louis no presta mucha atención cuando consigue su botella de agua y se levanta del suelo, aún a espaldas de quien sea que haya entrado. Bebe un poco de agua y siente la presencia de un cuerpo caliente a unos centímetros suyo.
— Omega. — una voz profunda dice detrás suyo y Louis suelta su botella sin cuidado, el agua se chorrea por todo el suelo.
Un fuerte tirón se presenta en su pecho y parece empujarlo hacia la persona que se encuentra detrás suyo. Louis toma su pecho con fuerza y su omega se sobre salta en su pecho, aúlla y salta de emoción y no puede estar pasando. Esto no puede estar pasando.
— Tu aroma, omega. Te encontré. — la voz dice y Louis no puede diferenciar las tonalidades de la misma entre la música y el hecho de que se siente aturdido.
Respira de forma agitada y niega con su cabeza, teme volverse y mirar al alfa detrás suyo, debería saber perfectamente quién es. Por el amor a la Diosa Luna, conoce a todos en esta ridícula fiesta y si fuera así, si este es su destinado lo hubiera sabido mucho antes. Aspira, intentando salir de su aturdimiento, pero todo empeora cuando siente el aroma a eucalipto. Fresco y fuerte quemando en sus fosas nasales, un jadeo de horror y sorpresa escapa de sus labios.
— Omega...— la voz se escucha extraña, el alfa parece estar luchando por salir a la luz. Lunas, Louis lo sabe. Es imposible que sea él, lo hubiera sabido mucho antes. — Ayúdame, omega...
Cuando finalmente está decidido a voltearse un fuerte pecho se pega en su espalda y unas manos firmes y cálidas envuelven su cintura desde atrás, las grandes manos casi cubren todo su abdomen y Louis no se permite dejarse llevar por la sensación, mucho menos cuando él se clava en su fuente de aroma y toma una gran bocanada de él. Gira entre los brazos y nada en su vida lo preparó para este momento, para la vista que lo recibe.
Harry está con sus grandes ojos abiertos y una gran sonrisa de hoyuelos. Da pestañeos fuertes y sus iris nadan entre unos completamente negros y los estúpidos jade de los que definitivamente Louis no debería estar enamorado. Está prohibido, no es debido, no debe enamorarse del hijo del alfa que intenta quitarle sus terrenos y construir un lujoso lugar vacacional y mucho menos debe ser su destinado.
Louis las conoce, se las sabe de memoria a cada una de las señales, las estudió por años y ahora se las enseña a los más pequeños en sus días de reuniones con las demás manadas. La presión inexplicable en el pecho que parece no dejarte respirar, el mareo instantáneo, su lobo interior intentando conectar con el otro lobo y todo lo demás. Las necesidades primitivas de enlazarse y aparearse.
— Harry. — dice, su voz suena distorsionada y tiene que aclarar su garganta y tomar entre sus manos el rostro del alfa que parece estar poseído por su alfa. — Harry, ¿dónde está tu habitación? Cualquier lugar donde te puedas calmar.
Sabe que no será fácil, Harry jamás conectó con su lobo por lo que parece ver ahora mismo y el lobo simplemente tomó el mando completo, tomando casi completamente el control sobre el humano. Harry no creció en una manada y Louis lo sabe, lo sabe porque siempre lo vio desde lejos en el auto de su padre cuando iba a convencerlos de vender sus tierras cuando aún eran cachorros. Harry no sabe controlar a su lobo y todo esto es una mierda.
— La última... la última...— él susurra, sacudiendo su cabeza y negando entre pestañeos fuertes.
Louis asiente y tira de su brazo, abre la puerta con apuro e ignora al alfa castaño que le dice algo a Harry y las miradas curiosas, Lunas, su aroma de desesperación debe ser tan fuerte, su omega está preocupado en su pecho y cada segundo lo altera más y más. Cuando llega al final del pasillo una puerta blanca lo recibe y tira de Harry dentro.
Ni siquiera sabe qué demonios hará con el alfa, ¿qué se supone que debe hacer? ¿noquearlo y dejarlo inconsciente? ¿escapar y fingir demencia? ¿o quedarse a cumplir su trabajo como omega y calmar a su alfa?
Lunas, la palabra hace que un escalofrío le recorra el cuerpo. Harry está acostado en la cama aullando de forma desesperada, sus ojos están oscuros y perdidos, y parece murmurar entre gruñidos y aullidos su nombre. Omega. Da un gran suspiro y se prepara mentalmente para hacer lo único que sabe hacer para calmar a los demás, siempre funciona con sus hermanas los días de tormentas, así que probablemente también lo haga con él. Se quita los zapatos con descuido y sube a la cómoda cama.
— Escúchame Harry, debes calmarte, ¿si? — dice con cuidado, presa del pánico y la necesidad constante de su omega que preciona en su pecho por calmar a su alfa y ayudarlo. — No te asustes, confía en mi. No temas, no te haré daño.
Habla de forma rápida, Harry pestañea debajo suyo y se retuerce entre las sábanas, parece estar luchando con su lobo y Louis se dedica a sacarse cada prenda con descuido. Cuando está completamente desnudo Harry parece estar casi inconsciente, Louis no se permite entrar en pánico e hiperventilar.
En su lugar camina hacia los pies de la cama y sin bajarse de ella se pone de espaldas a la cabecera y cierra sus ojos fuertemente antes de tirarse hacia atrás, su omega se agita en su pecho y Louis siente sus huesos crujir, la transformación ya no duele al estar tan conectado con su lobo. Cae sobre el colchón como un gran y esponjoso lobo, se pone de espalda al alfa y espera a que su lobo haga el trabajo por el estúpido humano.
Luego de un rato una mano lo envuelve desde su cintura y un rostro se hunde en su pelaje. Louis suspira de alivio, al menos el imbécil de Harry no se murió, suelta sus feromonas y su aroma para calmar al alfa y hacer que duerma, sabe que durante su transformación su aroma es más fuerte y hará que el alfa de Harry se calme más rápido y con mucha suerte vuelva a dormitar y no domine nuevamente a su humano.
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