Aclaración: No es como tal toda la historia de Mulan, elegí un fragmento significativo para mi, en mi opinión quedaría super bien con mis mericcup. Otro dato: Mer està fingiendo ser un vikingo.

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Al llegar al lugar del enfrentamiento, la armada vikinga presenció con horror los restos de lo que había sido una aldea de los suyos.

— ¡Busquen sobrevivientes! —ordenó el joven líder mientras se apresuraba a buscar junto a su dragón alguna señal de vida.

Merida y sus nuevos amigos se dividieron para seguir las órdenes de Hipo.

La pelirroja parecía haber encontrado los restos de una casa. En el suelo yacía un caballo y un dragón de madera, algo maltratados por los golpes y el fuego.

No pudo evitar sentir una punzada de dolor y recogió ambas piezas con una mezcla de rabia y tristeza. El solo hecho de pensar en que las vidas de sus hermanos podrían correr riesgo si no vencían al ejército de Drago le preocupaba de sobremanera.

A su lado llegó Hipo, quien contempló los juguetes un poco confundido. Todo eso le parecía extraño.

—No-no lo entiendo mi padre debería estar aquí con el resto...

— ¡Hipo! —interrumpió Bocòn señalando hacia abajo del lugar.

Todos los jóvenes vikingos se acercaron sólo para contemplar con horror la masacre que había ocurrido horas o quizá días antes.

El castaño no podía creerlo, estaba anonadado. Eso significaba que...

Patapez llegó con el semblante triste sólo para confirmar las sospechas de Hipo.

—El jefe —extendió ante él el casco de Estoico el Vasto.

Hipo intentó contenerse y lo tomó entre sus manos, pero era claro que su rostro reflejaba una fuerte aflicción en ese momento.  Chimuelo se acercó a él, recargando su cabeza como señal de apoyo.

Poco a poco el joven de ojos verdes se alejó del grupo, quienes seguían observando los restos de la batalla que había ocurrido momentos antes.

Sólo Merida mantenía su mirada fija en él. De algún modo podía entender lo que pasaba por la mente del joven en ese momento. Era por esa razón que ella se había inmiscuido en esa guerra.

Además, no podía evitar preocuparse por Hipo, sobretodo por el gran respeto y afecto que comenzaba a sentir hacia él desde hace poco.

Deseaba mucho el poder acercarse y envolverlo en sus brazos, mostrarse como tal era ante él y brindarle lo que necesitara en ese momento. Comenzaba a sentir algo màs.

Hipo enterró su espada "Inferno" en la nieve para después arrodillarse ante ella y colocar el casco de su padre. Susurrò algunas palabras como de despedida.

Poco a poco la pelirroja se acercó al joven líder.

—Lo lamento —susurró la chica mientras colocaba una mano sobre su hombro.

Hipo se levantó en seguida y aunque sus ojos lucían algo vidriosos le sonrió tenuemente como muestra de agradecimiento.

Merida le observò con pesar mientras el chico caminaba hacia su dragón. El castaño se aclarò la garganta.

—El ejercito de Drago ha cruzado la frontera norte del país, si nos movemos con rapidez podremos atacarlos desde el cielo. Somos la única esperanza de Berk... —añadió esto ultimo con un tono de suplica—. Vámonos.

Todos los jóvenes comenzaron a movilizarse, Merida se quedò atrás. Depositò con sumo cuidado los juguetes a lado de la espada. La hora de partir había llegado.