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Torpezas

Se soltó de ambos y dio un paso hacia atrás dándole un ligero empujoncito a Loki para que fuera delante de ellos, el menor se sintió nervioso pues nunca le había tocado ser el centro de atención, pero sacando fuerza de quien sabe dónde (tal vez del hecho de que Anna y su Madre estaban ahí, apoyándolo) caminó mirando de reojo a la pelinegra, diciéndole algo con la mirada que ella supo interpretar y que la ruborizó sutilmente, se colocó a su lado y la tomó del brazo entrelazando ambos, el rubio se le notó cierta molestia que no pasó desapercibida por Sif quien soltó un suspiro, mirando desde su posición a un lado de la puerta como una tipo escolta personal, el rubio se encaminó a un lado de sus amigos para serenarse un poco, después los Tres Guerreros y Lady Sif comenzaron a aplaudir, los demás le siguieron por inercia, Frigga estaba delante de ellos mirándolos con una gran sonrisa de satisfacción.

Los amigos de Thor habían optado por una ropa menos formal a la de su rango como guerreros de élite, la más sobresaliente entre los guerreros fue Sif al estar usando un vestido de dos tonos color azul, de manga larga con un pequeño escote en forma de V, que se amarraba con unas cintas, un cinturón negro delgado y sandalias oscuras.

La reina dio unas cuantas palabras de felicitación hacia su hijo menor, resaltando sus cualidades y habilidades como lo haría una madre orgullosa de su hijo, luego de una nueva ronda de aplausos, la celebración empezó, vino, hidromiel, comida por montones, Volstagg era el más feliz de los amigos del rubio, especialmente por la deliciosa comida, Fandral estaba con varias mujeres narrando la historia haciéndose más sobresaliente pero sin olvidar decir la verdad (lo último en realidad), Hogun bebía tranquilamente sentado frente a la mesa que compartía con sus amigos, Lady Sif estaba sentada al lado del dios rubio mirándolo de reojo de vez en vez, este veía con una copa de hidromiel en la mano como su hermano y Anna platicaban amenamente desde el balcón, se sonreían, demasiado para su gusto, bufó por enésima ocasión, frustrado y molesto siendo percibido perfectamente por sus amigos, que no les gustaba verlo de esa forma así que Fandral alejó a un par de señoritas y las mandó con el rubio, estaba bebiendo demasiado para tratar de ignorarlos e intentando concentrarse en las damas a sus costados. Por otra parte, los dos pelinegros hablaban sin prestarle atención a su entorno muy concentrados en su charla.

―En un par de semanas será tu cumpleaños, Anna.

―Lo sé, tal vez ese día si me lo permiten, claro está... vaya a Alfheim o quizá a Vanaheim―sonrió ante lo dicho

― ¿Y para que quieres ir ahí? Son lugares feos―dijo con desdén

―No lo sé, aunque Midgard también entra como opción―expresó pensativa

―Ese lugar es peor, solo hay mortales poco avanzados―inquirió en un tono exagerado, ella soltó una queda risa

―Si quieres que me quedé a tu lado contigo solo dímelo―lo miró con una sonrisa

― ¡Eh! ¡No! ―negó repetidamente con la cabeza y un sutil carmín cubriendo sus mejillas

― ¿No? ―alzó una ceja

―Bueno no me refiero a eso, sino que... es complicado―concluyo mirando a otro lado

―Puedo esperar por la explicación―aseguró ladeando la cabeza

―Solo es... ese día planeo consentirte, te trataré como una reina―afirmó con una sonrisa

―No es necesario―dijo un poco sonrojada―con solo tener un día libre está bien para mí.

―Tonterías... y si no te parece buena idea, entonces déjame sorprenderte―la miró esperanzado

―Bueno, bueno... está bien―suspiró derrotada

―Excelente―hizo un gesto triunfal con sus manos, su acompañante rió divertida por lo infantil del gesto

Después de eso se escuchó el fuerte sonido de las trompetas al ser tocadas, que anunciaban la llegada del viejo Odín al castillo, quien entró por la puerta con su elegante y aun joven figura, Frigga se dirigió hasta él para darle un cálido abrazo que fue correspondido de igual forma, le habló a su pueblo de las buenas nuevas que traía desde Jötunheim, hubieron aplausos entre otras cosas por parte de todos hasta que al terminar mandó a llamar a su hijo menor a su despacho para hablar sobre lo sucedido, dejando de mala gana a Anna sola en el balcón ya que no quería irse, no después de lo que había dicho, pero ya tendría tiempo después para seguir con sus planes.

El rubio se dio cuenta de que su hermano se marchaba a pesar de su estado semi ebrio y con prisa se apresuró a llegar con ella, tropezando con las dos damas que se habían molestado por no tener la atención del rubio y su torpeza en sí, los guerreros supiraron y negaron con la cabeza ante la insistencia por parte del mayor de los príncipes ante algo que simplemente no se daría, Sif por su parte no pudo hacer más que suspirar a modo de rendición por la terquedad del rubio.

La ojiverde admiraba tranquilamente el hermoso cielo nocturno que Asgard podía ofrecerle recargada en el barandal de piedra sintiendo la brisa fresca en su rostro, esbozando una ligera sonrisa y cerrando los ojos para disfrutar de la tranquilidad, pero pronto su tranquilidad se vio interrumpida por los pasos torpes de una persona acercándose, frunciendo el ceño al poder reconocer por las pisadas que la persona estaba en estado etílico, escuchándolas cada vez más cerca abrió los ojos y giró la cabeza para mirar al dueño, suspirando con desgano al reconocerlo.

―Anna que hermosa estás hoy―dijo el rubio arrastrando las palabras

―Thor, que borracho estás hoy―bromeó dejando escapar una risa divertida

―Solo tomé un poco―aseguró colocándose a su lado

― ¿Enserio? Entonces solo estoy un poco hermosa―aseguró volviendo su vista hacia donde la cúpula dorada del observatorio del guardián del Bifröst sobresalía

―Bien, bien, tomé varias... algunas copas más de lo usual, pero no estoy borracho―rió estruendosamente

―Thor... tuve un padre demasiado alcohólico como para no reconocer cuando una persona está borracha, o lo suficientemente borracha como para hablar arrastrando las palabras―explicó con desprecio

― ¿En verdad? Por cierto, ¿Por qué nunca hablas de tu pasado? ―se recargó en el barandal con sus manos, mirando hacia el observatorio también

―No es algo que importe―se encogió de hombros restándole importancia un tanto incómoda―o algo que quiera compartir con las personas, el pasado debe quedarse ahí.

―Pero es para conocerte mejor―aseguró volteando a verla, en tono infantil, ella sonrió levemente por un momento

―Es suficiente con lo que me conocen desde el día en que Loki se tropezó conmigo―aseguró con cierta frialdad para ver si dejaba el tema en paz― ¿para qué quieres saber más? Es irrelevante.

―Oh vamos, Anna―insistió de nuevo

―Thor, en verdad... si quieres mantener tus dientes en su lugar no continúes por ese camino―su cabello se elevó en el aire apenas unos centímetros de forma amenazante debido a la ligera furia que descontrolaba su magia

―No...No te enojes, Anna―aquel desplante mágico hizo que volviera en sus cinco sentidos―lo siento.

―Que no se vuelva a repetir, que no me importara si te tiro por una ventana la próxima vez que se te ocurra preguntar sobre eso―su cabello volvió a su posición mientras cerraba los ojos para serenarse, sin embargo un dolor de cabeza la asaltó e hizo una mueca

― ¿Te sientes bien? ―preguntó tragando grueso aun con cierto temor

―Solo un pequeño dolor de cabeza―suspiró dejándose caer un poco hacia el frente

―Lo siento en verdad―se disculpó de nueva cuenta posicionándose detrás de ella para tomarla por los hombros y evitar cualquier posible accidente

―No hay problema...―trató de sonreír sin lograrlo, cerrando los ojos

― ¿Qué sucede aquí? ―llegó de improviso el pelinegro con una mueca molesta mirando al rubio

―Al parecer no se siente bien―expresó con un deje de preocupación

―Oh Anna, ¿Qué te hizo este tonto troglodita? ―sus facciones duras pasaron a unas preocupadas y se acercó más hasta estar a su lado

―No me hizo nada, sólo que intenté hacer un hechizo más, pero creo que fue demasiado... Eir me dijo que no debía usar la magia mucho estos días―alzó el rostro para mirarle con una sonrisa cansada―pero no es nada, solo necesito sentarme.

―Vamos, te ayudaré―afirmó el rubio

Se colocó al lado contrario de Loki, luego de haber sido soltada por el rubio, pero cuando se dio la vuelta para caminar un mareó la atacó provocando su casi caída, el rubio la sostuvo, tomándole de la mano y la cadera con su mano libre, apegándola un poco a él para ayudarla a concretar la tarea, Loki se tragó una maldición ya que quería ser el quien la ayudara, pero se abstuvo solo por las circunstancias.

La salud de su amiga estaba primero antes que nada.

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