~En los sueños de Anna~

Corría por el bosque huyendo de algo que no estaba segura de lo que se trataba, tenía la misma ropa que cuando era niña y estaba en manos de ese gigante, le quedaba algo corta y apretada por lo que al pasar por las ramas de los arbustos, estos le lastimaban y la tela se rasgaba pero no importaba, prefería seguir corriendo hasta que llegó a un precipicio, se detuvo justo a tiempo antes de caer quedando a escasos centímetros de la orilla, su respiración estaba agitada, su pulso acelerado, miró hacia atrás esperando haber perdido de vista a esa horrible bestia pero podía escuchar sus pesadas pisadas, en poco tiempo estuvo frente a ella.

El lobo era enorme, el doble de su altura y de complexión robusta, sus ojos rojos la miraban atentamente con el hocico entreabierto mostrando sus filosos colmillos, lo miró fijamente esperando con ello que no se le acercara más, dio una pisada al frente, supo que no tenía muchas opciones, o saltaba o se dejaba devorar, no tuvo mucho tiempo para pensarlo puesto que la bestia le saltó encima encajando sus garras en sus hombros, ambos cayeron por el precipicio, cerró los ojos esperando su inminente fin pero nunca llegó, abrió lentamente sus ojos y se vio rodeada de oscuridad, movió sus manos buscando alguna superficie dura pero no la halló, supuso que se encontraba flotando, entrecerró los ojos pero los abrió al ver una luz sobre ella.

Extrañada se puso erguida con la mirada sobre la luz, en un impulso se elevó para tratar de alcanzarla lo cual le resultó un tanto difícil pues parecía que mientras más se acercaba, la luz más se alejaba, se detuvo un momento para mirar de frente a ella sin encontrar nada más que la oscuridad, extendió sus manos al cielo y se impulsó con fuerza de nueva cuenta, logrando atraparla por fin, se trataba de una esfera muy brillante que le proporcionaba gran calidez, la sostuvo en sus manos con delicadeza como si no quisiera romperla, la acercó a su pecho y la estrechó como en un tipo abrazo cerrando los ojos, la luz se hizo más intensa rodeando por completo su cuerpo, cuando se disipó volvió a abrir sus ojos encontrándose viendo un sinfín de imágenes sin aparente sentido, aquello la mareó por la rapidez en que se movían pero trató de hallarle sentido, pasó en una tipo cinta de cámara todo, era ella junto con Thor y Loki y los amigos del rubio abriéndose paso entre varios enemigos en una cortina de humo, su pierna estaba herida y no podía caminar muy bien por lo que en un impulso por parte del pelinegro la cargó en brazos mientras ella abría un portal por el cual entraron logrando huir de ahí vivos.

Sus ojos se abrieron de sobremanera invadida por la sorpresa, no sabía que es exactamente lo que había sucedido dentro de su sueño pero le pareció de cierta forma escalofriante, su respiración estaba agitada por lo que empezó a regular su respiración, llevó su verde mirada al gran ventanal de su alcoba notando los rayos de Sol apenas colarse hasta las patas de su cama, por la posición, suponía apenas estaba amaneciendo.

Dio un suave suspiro cansada mirando hacia el techo de la habitación ya más calmada, su ritmo cardiaco había disminuido hasta estar normal de nuevo, todo volvía a la normalidad, le asaltaban los recuerdos de lo soñado para intentar descifrar de que se trataba sin tener el éxito deseado, nunca antes había experimentado un suceso de esa magnitud, llevó una de sus manos hacia su hombro sintiendo cierto dolor, al apretarlo un poco sintió más el dolor por lo que alejó su mano colocándola sobre las sabanas donde debería estar su vientre cubierto, su cabello estaba esparcido en toda la almohada enmarcando su rostro.

― ¿Qué diablos habrá sido eso? ―hizo una mueca―nunca antes me había paso algo así... que extraño... pero no creo que sea nada―se convenció sí misma de eso y se quedó recostada en la cama un rato más―al menos no nada malo... o eso espero―rió ante su propio comentario quedamente con una media sonrisa en sus labios que desapareció lentamente sin lograr convencerse demasiado de su comentario anterior

Agradecía no tener que realizar su trabajo de asistenta al menos por unos días, el dolor en su hombro poco a poco se fue disipando, suponía que se debía a una mala posición al dormir, olvidando el incidente en sus sueños con aquel lobo, su mirada estaba puesta sobre el techo admirando el lugar como si fuera lo más interesante de su habitación, estaba confundida no solo por lo que había visto en su sueño sino también por las cosas de las que se había dado cuenta, bufó cerrando los ojos por unos segundos para ignorar todas esas cosas de su mente antes de que le diera un fuerte dolor de cabeza del cual comenzaba a sentir unas pequeñas punzadas, los abrió después con la firme intención de levantarse e ir por unos bocadillos, salió de la cama estirándose cual felino, dio un bostezo colocándose de pie frente a la cama mirándola con una mueca de fastidio, no quería tenderla ahora mismo, caminó hasta su armario decidida a tenderla más tarde.

Corrió las puertas a un lado admirando la ropa que tenía colgada en ganchos, pasó un largo rato decidiendo que ponerse hasta que optó por un vestido azul marino con la tela pasando diagonalmente por su hombro derecho dejando su hombro izquierdo al desnudo, entallado de la cintura enmarcando su esbelta figura y largo hasta los tobillos, colocándose unas sandalias color beige de esas que solo metes el pie, se dirigió hasta el espejo que tenía en su habitación cerca del balcón, miró su reflejo mientras acomodaba su cabello dejándolo suelto colocándose solo una diadema para evitar que el pequeño flequillo que comenzaba a crecer cayera por su frente disparejamente.

Ya lista salió de la habitación para dirigirse a la cocina, mientras eso pasaba Loki terminaba de arreglarse con una mueca molesta, no es que necesitara de Anna para hacer ese tipo de cosas ni nada por el estilo, simplemente extrañaba su compañía por las mañanas, agradecía que Madre no le haya impuesto otra asistenta para cubrir la ausencia de la pelinegra, odiaba a las otras mujeres porque solían desesperarse fácilmente o quejarse entre murmullos de no tener la suerte de estar ayudando al dios rubio, soltó un bufido cuando estuvo listo completamente, se miró en el espejo del baño sonriéndose y regalándose un guiño para sí mismo.

―Que guapo me veo hoy, debería ser un delito―comentó en tono egocéntrico, riendo quedamente ante su comentario

Solía hablar consigo mismo cuando estaba solo o cuando Anna se ocupaba de otras cosas en su habitación en tanto él terminaba de arreglarse al interior del cuarto de aseo de su habitación, era divertido o al menos eso pensaba él, salió de la habitación con dirección de al Jardín Real como todas las mañanas de su corta existencia, se encontró a Thor en su caminata, iba un poco más delante de él, muy bien pudo alcanzarlo pero no quiso estropear su arreglada figura solo por su estúpido hermano así que no hizo nada más que caminar detrás suyo.