La "sorpresa" de Thor
Habían caminado por los pasillos en un cómodo silencio hasta llegar a los establos del Palacio Real donde pudieron al encargado sus corceles, Anna tenía una hermosa yegua de pelaje gris con negro y ojos oscuros, ese caballo había sido un regalo por parte de Odin y Friega hacia apenas un siglo, fácilmente se habían acoplado por lo que no tenían ningún problema, el caballo de Loki era un corcel negro de ojos igual de oscuros que le recordaban al vacío del espacio, sin duda hermoso, una vez los caballos fueron preparados ambos montaron el respectivo y cabalgaron a pasó normal en dirección del Puente Arco Iris.
Caminaban por las calles de la ciudadela que circundaba el castillo de los dioses, varias personas los observaban, algunas con respeto tal que se inclinaba y saludaban respetuosamente al segundo hijo del rey y por consiguiente, a su persona mientras otros más, la mayoría, cuchicheaban cosas del menor de los hijos, comparándolo con su hermano no solo por las habilidades tan distintas, por el color de su piel o su cabello sino incluso por el corcel que montaban, lo cual hacía a ambos poner los ojos en blanco por tremenda estupidez, sí el corcel de su hermano era café claro y el suyo negro, ¿qué? ¡Eso solo significaba una gran estupidez de su parte! Los colores no definen a las personas.
Realmente a veces odiaba al pueblo de Asgard; por otra parte, varios comerciantes o mejor dicho, los hijos de estos les ofrecían, especialmente a su amiga, hermosas joyas, aretes y pulseras de oro incrustadas con esmeraldas que decían destacaban perfectamente sus verdes ojos, anillos con rubíes incrustados, bellos plumajes que formaban collares de aves de colores extravagantes, en fin, todo tipo de objetos para resaltar su belleza pero lo hacían siempre esperando obtener algo un más que un simple "No, gracias", por supuesto, Loki lo sabía, sabía que su asistenta era hermosa y mucho más ahora que comenzaba a entrar en una nueva etapa de su vida pero no podía evitar sentir alteraciones nerviosas que destacaban cierto sentimiento que se supone no debería sentir ¡solo eran amigos! ¡y cuánto le molestaba eso!
Se serenó lo suficiente y empezaron una pequeña conversación, entre trivialidades, coqueteos imperceptibles y bromas llegaron al Puente y cabalgaron un poco más rápido, a lo lejos veían a Thor y sus amigos, el primero haciéndoles una seña para apresurarlos así que eso hicieron y una vez estuvieron en la entrada del observatorio del Guardián, bajaron ágilmente dejando sus caballos atados junto a los demás pues al ser los más finos que Asgard criaba sería algo obvio saber a quienes pertenecían a pesar de todo.
Lady Sif y los Tres Guerreros los miraban no muy contentos pero aceptaron tratando de no ser muy obvios aunque a Sif no le importaba disimular, era como si no conociera la palabra y por ende mucho menos el significado, después de todo, no aceptaba que Thor, su amor platónico desde hace años tuviera sentimientos que fueran más allá de una simple amistad con la pelinegra aunque sabía que no eran correspondidos pues a leguas podía notar que su atención amorosa estaba ligada a cierto hechicero de ojos verdes, pero así era el amor, una jodida perra cuando se lo proponía, no sabía cuando los papeles cambiaron y Thor dejó de cortejala pero dolía pensarlo. Usaba un vestido hasta las rodillas y de manga corta azul claro con bordados en el cuello en forma de "v"de color gris con una tipo estola de tela transparente de tintes rosas pasando en diagonal por su hombro derecho hacia su costado izquierdo y zapatillas bajas de color melón, su cabello recogido en una larga trenza floja hasta la cintura.
Los varones solo se habían deshecho de las prendas llamativas de oro y bronce como Loki al igual que las capas y las armas, aunque Thor tenía parte de su cabello recogido en dos trenzas que se unían, aunque muchos dijeran que era el peinado de una fémina, al tener el cabello largo y a pesar de todo, lucía muy bien, se veía atractivo con Mjölnir oculto entre la tipo capucha que colgaba en su cintura, con los brazos al descubierto.
-Pensé que nunca llegarían-habló primeramente el rubio con una sonrisa
-Los comerciantes nos entretuvieron-afirmó saludando a los demás con un ademán de su mano, recibiendo por parte de los presentes un asentimiento de cabeza
-Traducción: sus hijos coqueteaban con Ann-aclaró el azabache
-Hmp-hizo una mueca de desagrado-al menos están aquí-concluyó caminando hacia el poderoso Heimdall que veía imperturbable la escena-llévanos a Norheim-ordenó tranquilo, después de todo, eran amigos
-Lo haré, pero deben tener cuidado-advirtió como si supiera algo que los demás no, seguramente así era
Sim más preámbulos se acercaron un par de pasos al "portal" mientras el moreno activaba el Bifröst con su espada, siendo absorbidos por el remolino de colores brillantes sintiendo la familiar sensación de ser transportados, al final llegaron un lugar algo desierto, aunque era más que obvio se darían cuenta de su presencia ya que el viaje por el puente Arco Iris normalmente traía consigo las nubes formando un remolino y dejando una marca con runas ancestrales que demostraban donde se había ocupado.
Loki no estaba muy feliz, tenía pensado darle un regalo especial a su buena amiga pero sería en la noche, la llevaría al Jardín Real a una parte que solía ser bastante solitario y donde madre a veces le llevaba a caminar para hablar cuando se metía en problemas, para entenderlo y hacerlo entender sobre lo mal que estaba hacer travesuras pero era ella quien no entendía, sus bromas desde siempre habían tenido una razón de ser pero parecía ser que ninguno de sus progenitores quería verlo, por que vamos, ¿quién era él?
Solo era Loki, el segundo y menor de los hijos de Odin, no era nada.
En fin, dio un suspiro por lo bajo, no se había dado cuenta de cuando comenzaron a caminar pero ya estando lo suficientemente cerca de llegar a la entrada, se veían a varios metros personas ir y venir en un tipo mercado que recorría la calle principal antes de llegar a un fuerte donde yacían los regidores del reino. De cierta forma le recordaba a Asgard en respecto al mercado pero en realidad la mayoría de los reinos tenían un lugar así, incluso Jötunheim en algún momento de su historia varios siglos atrás, todos dándole diferente importancia, como en este caso, parecía tener un gran impacto en la economía del lugar.
—Hermosas damas—una voz se escuchó, captando la atención de las mencionadas que venían en el grupo, cada una al lado derecho de los príncipes—un anillo de oro con incrustaionrs de diamante harían bonito juego con ustedes—un hombre de no más de cuarenta años les mostraba una variedad de anillos
—O quizá quieran gargantillas hechas de de plata con plumas preciosas—dijo otra voz enseñándoles diversas gargantillas de muchas formas
—No estamos interesados, gracias—exclamó desdeñoso el pelinegro haciendo que su compañera se acercara más a él
—Loki no te pongas celoso, sabes que solo te quiero a ti—exclamó sonriendo y tomándolo del brazo, así uno de los mercaderes se fue refunfuñando—puff casi me la creo, gracias—le murmuró sonriendo con cierta tristeza
—No hay problema....—respondió de igual manera
Estos chicos y su ingenuidad.
Thor los miraba por el rabillo del ojo con molestia, tomando de igual forma a Sif que quería creer que en verdad le quería aunque fuera un poco, se dirigían a un establecimiento concurrido y cuando los ojos de ambos leyeron el lugar hacia donde se dirigían, ambos hablaron a la par, en el mismo tono sorprendido y de reproche.
— ¡No puedes estar hablando enserio Thor! —
Sí....
La Taberna de Norheim.
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