-

Se dirigieron hasta una mesa apartada de la muchedumbre donde convenientemente habían tres sillas para cada uno de ellos, Thor le ayudó a sentarse y ésta en agradecimiento le regaló una sonrisa, el pelinegro se sintió un poco desplazado por lo que pensaba retirarse pero ella le tomó de la mano algo fría, dirigió su vista a él pidiéndole con la mirada que se quedara, se sintió un idiota por estos cambios de humor tan repentinos teniendo en cuenta que ella lo necesita, por lo que se sentó a su lado al igual que el dios mayor, quedando la pelinegra en medio de ambos.

― ¿Qué te dijo Eir? ―preguntó el rubio

― ¿Qué indicaciones te dio? ―prosiguió el menor

―Pues...―dándose cuenta de que no podría evitar esta conversación, soltó un suspiro derrotada―me dijo que no usara mucha magia, solo lo necesario o sino que me abstuviera, tengo que mantener reposo un par de días más pero quería venir a apoyarte así que no me importó, de todas formas lo puedo reponer mañana―se encogió de hombros―debo comer a mis horas para reponer energía también y que no haga demasiado esfuerzo físico.

―Debiste decirnos eso desde un principio―aseguró Thor sintiéndose un poco mal por decirle que asistiera a la celebración y todo lo que ocurrió después

―No quería preocuparlos―les aseguró, en un intento de que no se sintieran culpables

―No Anna, ni lo intentes que eso no te va a funcionar esta vez―se cruzó de brazos el pelinegro

―No perdía nada con intentarlo―rió por lo bajo, suspirando después

―Deberías ir a descansar, lo más importante ya se suscitó―aconsejó el rubio

―Tiene razón, es más importante tu salud.

―Quiero quedarme un poco más...―murmuró, haciendo un gesto que pretendía ser

―Está bien―dijeron ambos resignados

El rubio se levantó y se dirigió con una ayudante de la cocina para pedir comida, ya que ahora que lo recordaba ella no había ingerido alimento desde el día anterior y en la celebración no la había visto comer ni un bocado, frunció el ceño y pidió un poco más para que su hermano también comiera, debían estar hambrientos; por otro lado, Loki se levantó para ir casi corriendo por una jarra con agua y vasos, sabiendo que ella no consumía nada de alcohol, lo cual le fue un tanto difícil ya que en todas partes lo único que encontraba era vino e hidromiel.

Tardaron un rato que ella aprovechó para pensar sobre el par de hermanos, esperando que lo que veía solo fuera una alucinación suya por parte de ambos o al menos del rubio porque si no eso ocasionaría demasiados problemas con el tiempo, y ciertamente no quería que los dos se separaran todavía más de lo que habían estado haciendo en los últimos años.

Se tomaron su tiempo para llegar, Thor llevaba dos platos de comida, que dejó uno delante de Anna y otro delante de su hermano, que apreció sorprendido por el gesto del rubio, tanto así que no supo que decir y solo asintió en reconocimiento con cierta torpeza, dejando su propia bandeja en la mesa y sirviendo agua para los tres, que luego de un momento, una vez el par se hubo sentado, Thor comenzó a hablar sobre tonterías que hizo reír al par de pelinegros mientras comía, aportando cosas de vez en cuando en un ambiente sumamente agradable y relajado.

El tiempo pasaba y con ello los invitados, que conforme la noche se afianzaba sobre ellos, se iban a sus hogares después de la gran celebración que si bien no tenía conformes a todos al menos habían comido más decentemente que en otras ocasiones, los Tres Guerreros entre otros más eran de los pocos que aún seguían celebrando, bebiendo y comiendo sin consideración después de lo ocurrido el día anterior y no era para menos ya que casi morían en ese viaje.

Incluso en un momento dado, los amigos de Thor se unieron a ellos cuando quedaron poco más de un puñado de personas, Loki no recordaba la última vez que había tenido una charla agradable con ellos, dejando de lado y por un tiempo, sus diferencias para pasar un rato ameno entre anécdotas divertidas sobre Thor (y luego sobre los guerreros) que el par de inseparables amigos no conocían y sin duda los hizo reír muchísimo.

Entre charla y charla, decidieron que ya era momento de retirarse pues debían seguir con su rutina diaria por la mañana, además de que Anna debía mantener reposo por su estado y todos en general necesitaban descanso, caminaron en silencio por el pasillo que los llevaba a sus respectivas habitaciones, los amigos de Thor habiéndose perdido un pasillo antes para retirarse a sus propias habitaciones que estaban en otra parte del castillo, lo único que sonaba eran las pisadas, suaves y delicadas, toscas y torpes, dóciles y elegantes, se despidieron con un ademán, dejando a la pelinegra en sus aposentos.

Cuando cerró la puerta, ellos se miraron de nueva cuenta y con un asentimiento de cabeza se fueron cada quien por su lado sin decirse nada más, ambos cansados porque no habían reposado lo suficiente en el día.

Las luces de las estrellas y nebulosas iluminaban su habitación lo suficiente como para ver por dónde iba aunque de todas formas ya conocía esa habitación de día y de noche, caminó hacia el baño, al entrar prendió las luces dirigiéndose hasta el espejo del recinto donde comenzó a quitarse la gran flor negra del cabello con sumo cuidado para no arrancarse alguno, se deshizo el peinado completamente dejando sus hebras negras esparcidas por toda su espalda y parte de sus hombros cayendo grácilmente por su pecho, su cabello llegaba por debajo de su pecho.

Abrió la llave del lavamanos, tomó un paño y comenzó a quitarse el maquillaje que remojaba de vez en vez en el agua tardando un par de minutos, cuando estuvo lista tomando entre sus manos el líquido vital y agachándose lo suficiente en el lavabo se la echó en la cara tallando suavemente todo su rostro para quitarse los vestigios que llegase a tener de maquillaje, cerró el agua y tomando un lienzo entre sus manos se secó con cuidado de no lastimarse, la dejó sobre puesta en la orilla para que se secara durante toda la noche, salió por la puerta apagando las luces y cerrando tras de sí.

Se despojó de sus ropas tirándolas a cada paso que daba hacia su cama quedando al final en ropa interior, no le importaba dormir así ya que solía hacerlo en esos tiempos, era una noche calurosa a pesar de la estación del año, sin nada que temer corrió las cobijas dejando el espacio para acostarse lo cual hizo y al estar totalmente dentro se cobijó hasta el cuello respirando hondamente en su lugar mirando por unos segundos la oscuridad del techo.

Se giró en la cama con la mirada puesta sobre el balcón abierto donde las cortinas se mecían sutilmente con las ráfagas de viento, no tenía intención alguna de cerrarlo de todas formas, la luz se filtraba enfocando el pequeño diván que poseía donde solía recostarse después de un largo día de asistenta, después de haber terminado sus deberes, cuando Loki entrenaba sólo algunos hechizos solo que ahora se hallaban sus ropas ensangrentadas y rotas por lo suscitado el día anterior, dio un suspiro cerrando los ojos lentamente, el sueño por fin se hacía presente después de horas, tardó poco en caer rendida ante el cansancio...