Luego de ese apasionado beso aguardo distancia.

- Acompáñame- tomó mi mano y me guió hacia un gran balcón lejos del comedor. A través del balcón se podía ver toda Asgard junto a varias playas entre muchas ciudades infinitas, todo brillaba a pesar de que era de día.

- Woo- susurré. Thor me acercó hacia el lentamente, elevé la mirada en su dirección mientras el observaba distraídamente toda Asgard.

- Debo imaginar que algún día gobernarás todo esto ¿no es así?.

Me miró a los ojos sintiendo algo de tristeza en lo más profundo de su interior.

- ¿Te obligarán?- pregunté con preocupación. Se mostraba algo infeliz con cada pregunta que le hacía.

- Debo hacerlo, cuando no esté mi padre toda Asgard dependerá de mi, su único heredero- soltó sin algo de emoción.

- Pensé que querías que todo esto fuera tuyo, digo, serás un rey, tendrás el control de todo...

- Pero no podría separarme del trono - añadió secamente.

Guardé silencio por un tiempo sin saber que decir. Algo que no estaba a su voluntad debía de ser muy triste y más cuando éstas sólo. Apoyé los codos sobre la baranda con la cabeza baja.

- Di algo- exclamó algo preocupado.

Levanté la mirada con los labios firmes. Thor se había separado de mí a tan sola una pequeña distancia dirigiéndose de lado.

- ¿Jane?- suplicó tomando de mi mano para acercarme más hacia él.

- No se que decir, yo... Solo veo a un hombre triste que no quiere cumplir con su deber, vivirás infelizmente y eso es algo que no me gustaría ver, como mucho menos perderte.

- Jane... - susurró el.

- Es bastante triste Thor, pero sin duda salvarás a un pueblo que te necesita y eso es bueno- aseguré tratando de no ser egoísta.

Thor estaba a punto de decir algo pero enseguida la voz de una chica susurrando entre las cortinas nos hizo ver a nuestras espaldas. Puse los ojos en blanco al ver que la chica que se estaba ocultando era la misma que nos había llevado la ropa en el cesto. Ahogué un grito ocultando mi impresión al ver la chica podía ser una ratera de categoría cuando llevaba a la mano mis prendas.

- Thor...- susurré tratando de hacérselo saber.

- ¿Quién anda ahí? Soy el hijo de Odin y te ordeno que salgas seas quién seas. No pude contener una risita al escuchar semejante frase como si se tratase de un arma.

Rápidamente otra chica sigilosamente sacó la cabeza desde otro extremo para asegurarse de quién más estaba allí también.

- Las vi- aclaró- A las dos.

Ambas chicas por fin salieron con la cabeza baja sintiéndose culpables, ambas eran de aspecto más joven y de estatura más baja. Las dos llevaban el cabello suelto a excepción de que usaban diferentes prendas y tonos.

- Lo sentimos mi rey- exclamaron las dos al mismo tiempo.

- Muy bien, ahora ¿se puede saber que hacían las dos ocultándose detrás de las cortinas?- preguntó con un tono de furia nunca antes visto.

Las chicas se pusieron pálidas mostrándose atemorizadas.

- Saben que sus acciones no gratas las podrían conducir a un castigo ¿verdad?...

- ¡Espera!- le reclamé. Me observó confundido sin entender nada de nada. Me acerqué hacia aquellas chicas a tan sólo un paso.

- Esas son mis prendas- afirmé. La chica que las llevaba a la mano me observó inédita y enseguida me las tendió sin pensarlo.

- Las íbamos a lavar - exclamó la chica temerosa.

Tomé mis prendas y las envolví bajo mi brazo.

- ¿Y porque no lo dijeron antes?, ¿se puede saber que hacían cuchicheando tras las cortinas?, ¿acaso nos estaban espiando?- pregunté. Una tenía los ojos llorosos y la otra se mordía el labio, ya estaba claro que apenas eran unas niñas.

- No los estábamos espiando mi señora, estábamos jugando al escondite- respondió la más alta con toda la pena del mundo. ¡Me dijo mi señora! gritó mi subconsciente.

- Sentimos mucho haberlos molestado y ahora atenderemos nuestras consecuencias.

Puse los ojos en blanco nuevamente. ¿Consecuencias?. Pero no hicieron grave cosa y apenas son unas niñas.

- Más les vale y ahora...- reprendió furioso Thor. Puse una mano en su estómago haciéndolo callar.

- Recibirán un Cortés regalo por parte de su rey en el que estarán libres de penitencia por esta vez- solté de manera rápida sin poder creerme a mi misma .

Las chicas soltaron aire de manera liberatoria estando cerca. Ambas sonrieron amistosamente en forma de agradecimiento.

- Muchas gracias alteza- respondió la mayor agradecida.

- Y a usted mi señora- añadió la otra. Sentí como mis mejillas se ruborizaban. Estaba a punto de gritar como una niña sin poder creer lo había escuchado. "¡me dijo mi señora!, ¡me dijo mi señora!..."

- No fue nada, que les sirva de lección lo que les dijo Jane - reprendió Thor apoyando su mano sobre mi hombro .

Las chicas asintieron y se marcharon corriendo profundizadas en sus juegos. Me volví hacia Thor de manera reprobatoria fulminandole con la mirada.

- ¿Acaso tienes a niñas trabajando para ti?, ¿Ellas te lavan la ropa y ordenan tu habitación?- reprendí confusa.

- Sólo Mireya, que es la hija de una sirvienta pero últimamente le tuvimos tanto cariño que la dejamos trabajar sólo en el día y únicamente se ocupa de lavar y arreglar mis aposentos.

- Mmm ya entiendo.

- Y recapitulando, ¿Cortés regalo?, ¿no se te pudo ocurrir algo mejor? - aclaró Thor no muy contento.

- Se que eres el que tiene el control de todo pero cuando escuché la palabra castigo me entraron los nervios, solo por curiosidad ¿Como las ibas a castigar?- pregunté.

El se rió maliciosamente como un niño infantil.

- Tan solo pensé en obligarlas a hacerme un buen masaje siendo muy generoso por mi parte.

No hablarás en serio.

- Mireya tiene buenas manos para el masaje- Exclamó entre risas. Le di un codazo justo en el estómago pero sólo gimió más no le dolió por lo visto aunque no llevase su armadura si no una camisa súper cómoda que se había puesto mientras me esperaba.

- ¿Y eso?- reprendió con una media sonrisa.

- Por aprovecharte de la confianza de una niña- le di otro golpe suave- Y este porque quería uno de todas formas- solté entre risas.

- No sabía que la violencia era tu clave para todo.

Lo miré con incredulidad- yo no soy violenta.

- y temperamental..- susurró.

- ¡Tampoco!- me puse de manera que quedásemos de cara a cara sin importar el tamaño. Tenía los brazos cruzados con una mirada fulminante mientras el me veía con una ternura.

- ¿Y ahora te has vuelto a enfadar?.

Puse los ojos en blanco y suavicé mi expresión. Como odiaba mis cambios de expresión que sin duda a el le causaban gracia. Miré hacia el suelo sin saber que decir sintiéndome algo frustrada y apenada. Me sujetó por ambos hombros y me atrajo hacia él con suavidad.

- ¿Y ahora por que tan callada?- preguntó con tono de reproche.- Cuando te enojas eres muy adorable, pero cuando éstas...- elevó mi rostro desde la barbilla- De esa forma, siento que he echo algo mal.

Negué con la cabeza rotundamente y me volví a recostar del balcón.

- Tu nunca haces nada mal, es solo que... algunas veces tiendo a llegar a ser amargada más de lo normal. Me enfado por estupideces que no...- su mano se posó en mi mejilla mientras acariciaba con el dedo sutilmente mis pómulos.

- Déjalo, te avergüenzas por nada cuando no deberías hacerlo- tiernamente me volvió a plantar otro beso, pero esta vez fue más delicado de lo previsto.

- Adoro cuando te enojas- susurró entre narices. Los dos reímos con complicidad. Enseguida se distanció un poco y me abrazó estrechándome con firmeza hacia su cuerpo con un brazo. Tenia ganas de preguntar a que se debía todo esto pero enseguida enmudecí al notar que el martillo se encontraba en su otra mano.

- Sujétate bien- aseguró.

- ¿A donde vamos?.

-  Es una sorpresa- guiñó un ojo y enseguida me aferré a el con más firmeza.

AriCarter_ , angelitta170 TessaInfinity y DaniThane05