Una vez que ya habíamos terminado de comer todos los guerreros comenzaron a levantarse de sus asientos para dirigirse hacia la salida a excepción de Sif que miraba a Thor como si fuera su admirador. Observaba a aquella chica con recelo de reojo pero sin duda no me había dado cuenta de que Thor lo había notado por lo que tomó de mi mano sutilmente y la acarició como si fuéramos recién casados. Mi expresión se había endulzado un poco y enseguida Sif me observó nada contenta de lo que veía. Me liberé de la mano de Thor ocultandola sobre mi rodilla, me sentí ruborizada y algo seria. No me gustaba la idea de que llegase a sentir compasión por mis celos cuando sin duda seguía sin gustarme tanto como antes.

- Thor ¿te gustaría dar un paseo a solas?- preguntó atrevidamente la chica de la coleta negra. Soltó una tímida sonrisa esperando un asentimiento.

Desvíe la mirada hacia otro lado deseando que le dijera que no.

- Lo siento pero...- me volví a verlo con los ojos esperanzados- Estaré muy ocupado durante varios días mostrándole Asgard a mi novia, tal vez en otra ocasión- respondió sutilmente el dios del trueno.

La chica puso cara de trauma, como si nunca le hubiesen negado nada. Tenía muchas ganas de decirle que no era su novia, ni siquiera me lo propuso para empezar.

- Bien, ¿te molestaría si los acompañara?- preguntó mirándonos a los dos con una mirada de suplica.

Oh no cariño de esa forma no lo vas a comprar. Sin duda hoy en día Thor dejaba de gustarme, pero no podía comprender por que ver a esa chica intentar coquetear con el me sacaba de mis casillas.

Thor me observó con una mirada dulce y comprensiva volviendo a tomar nuevamente de mi mano.

- Si tu gustas- continuó Thor dirigiéndose a mí.

Lo miré con expresión atónita. Estúpido es contigo, yo simplemente no tengo nada que ver en eso. La chica se quedó en blanco al igual que yo sin saber que decir. Ahora que lo pensaba, como le gusta a este chico meterme en problemas.

- ¿Jane?- me perdí por un segundo en sus ojos. Cerré los míos con fuerza desviando la mirada de los suyos.

- Eh... Si, por supuesto no tengo ningún problema- respondí con una sonrisa nerviosa.

- Perfecto- respondió Sif dirigiéndose una mirada evolucionadora- y... ¿A donde piensas ir?.

El rubio sonrió como un niño en dulcería y le susurró algo en el oído a Sif.

- Será una sorpresa...- susurró.

Fruncí el ceño muy confusa sin lograr entender nada de nada.

- Te veré allí entonces - contestó la de pelo negro retirandose perversamente.

De pronto sentí un escalofrío por todo mi cuerpo. ¿Acaso no me puedo enterar de nada?. Thor se detuvo a observarme sin nada de asombro, simplemente se estaba riendo silenciosamente.

- ¿Que te causa gracia?- pregunté sin darme cuenta de que mi tono sonaba al de una fiera. De pronto puso los ojos en blanco hasta endulzar su expresión- ¿Acaso te gusta esa chica?.

Thor río placenteramente negando con la cabeza detenidamente.

- Ella es sólo una amiga, la conozco desde hace años, descuida- soltó de forma tranquilizada.

Solté un suspiro sin poder creer nada de lo que había dicho. Siempre las amigas terminan siendo pareja de los amigos, algo no muy justo pero cierto. Desde que llevo leyendo novelas puedo entender la realidad de las personas enamoradas y esa chica podría llegar a ser una de esas aunque Thor no le prestase atención afortunadamente.

- ¿Que?- pregunté al notar que me observaba con hipnotismo y una boba sonrisa.

- Solamente veo sus celos Jane Foster.

Puse los ojos en blanco. Ahora si que me había echo enojar y como cosa rara lo notó mucho. Enseguida me levanté de la mesa sin decir ni una palabra por lo cual Thor hizo lo mismo sujetándome de ambas manos con firmeza. Lo fulminé con la mirada al tiempo que me sonreía perversamente. Intenté escabullirme por un lado para evitar su agarre pero por desgracia tiró de mi con fuerza empujandome contra la pared. Me acorraló con ambos brazos hacia ambos lados evitando que pudiera escapar. Me relamí los dientes esquivando su mirada por un segundo.

- ¿Estas enojada?-preguntó poniéndose algo serio.

- No vale, ¿porque creerías eso?- respondí con sarcasmo- Tu solo dime, ¿quién no se enoja cuando lo arrollas contra la pared? O mejor dicho cuando...- inmediatamente sin dejarme terminar rozó mis labios contra los suyos de una manera extrema y nada delicada. Influida en el beso coloqué ambas manos sobre su pecho e intenté empujarlo con todas mis fuerzas cuando a la vez no quería escapar de él. El beso era cada vez más intenso y fuerte a la vez por lo que pude sentir el tiempo en el que me quedaba sin respirar. Se separó de mi un poco mientras tomaba aire por la boca no tan exageradamente como debería.

- ¿Que ibas a decir anteriormente?- preguntó con una sonrisa traviesa entre sus labios, no se percató por mi falta de oxígeno por lo que volvió a juntar su nariz junto a la mía.

No tenía expresión ni sabía que decir a pesar del todo. Tomé aire hondo y mantuve los ojos cerrados por cinco segundos mientras mi corazón no paraba de latir.

- ¿Porque me hiciste decirle a esa chica que si?- pregunté tratando de calmarme un poco.

- Porque quería ver que tan roja podías llegar a ponerte- protestó entre risas sin causarme ninguna gracia- La forma en la que te enojas me hace ver lo mucho que te sigo importando, aunque no lo quieras ver con tus propios ojos. Sif no me gusta y no habrá otra chica que me pueda gustar así que ve eliminando tu plan de venganza porque arrollar a señoritas no es lo mío- me guiñó un ojo por lo que enseguida me recorrió un escalofríos, pude sentir como mis mejillas ardían nuevamente. Esto se estaba volviendo un hábito sinceramente.

Thor me tomó por la caderas con ambas manos estrechándome contra su pecho. Lo observé de manera inesperada sin saber que llegaría a hacer eso y con una mano sostuvo mi cuello acariciandolo con sutileza hasta acercarlo hacia su rostro. Me mantuve inmóvil al tiempo que lentamente iba cerrando sus ojos, mi corazón no paraba de latir por lo que podía sentir mi pecho algo acelerado. Tímidamente coloqué una mano en su pecho estando a punto de rozar nuestros labios, pude sentir que su corazón latía a mil por horas estando a punto de despegarse. Lo alejé a penas un centímetro con suavidad.

- No creo que sea seguro, alguien nos podría ver- susurré.

Entrecerró los ojos mostrando parte de su intenso azul sin llegar a abrirlos completo. Sostuvo con ambas manos mi rostro y enseguida me plantó un beso sin previo aviso.