Malditos celos...
Ambos comenzamos a caminar mientras yo miraba a otro lado que no fuese su perfecto rostro, pero como era mucho más alto, sabía que no debía preocuparme del todo. Mi mente estaba totalmente desviada manteniendo los pensamientos muy ocupados en el dios del trueno que tal vez nunca regresaría a verme, hasta mi mente se desvió nuevamente hacia la actualidad.
- Jane.. Me gustaría presentarte un lugar especial que de seguro te hará sentir cómoda en el - ofreció castaño atractivo como suma seguridad.
Asentí en su oferta, por lo cual nunca nos separamos en el trayecto.
- Aguarda aquí un segundo - lo miré muy extrañada.
Dimitri caminó hacía donde se encontraba un niño que jugaba con su patineta, a lo lejos pude ver que le susurraba algo en el oído y asintieron como si fuese un trato justo. Dimitri se subió a la patineta del niño e intentó rodar pero estaba algo paralizado del miedo; me acerqué hacia él para notar que lo hacía.
Me detuve de frente a dos pasos de distancia mientras lo observaba con cara de niño sin rendirse.
- ¿Que estás... - no pude terminar la frase porque ya era demasiado tarde, la patineta se lo había llevado fugazmente en menos de dos segundos y por desgracia Dimitri no se había percatado de que yo estaba allí de modo que bruscamente su inmenso cuerpo terminó por empujarme contra el llamativo césped.
Sentía mi cuerpo como si estuviese ardiendo en llamas al tiempo que mi corazón intentaba recomponerse nuevamente, cada parte o fragmento de mi cuerpo ardía vorazmente de la fuerte golpiza. Al poco tiempo mi cabeza estalló concentrandose únicamente en el dolor.
- Agh- gemí de dolor en un intento de abrir los ojos.
Dimitri reaccionó antes de tiempo por lo cual se apoyó en sus brazos, separándose un poco de mi cuerpo.
- Jane... De verdad lo ciento, mírame ¿estás bien?- Su mano acarició gran parte de mi mejilla con dulzura. Abrí los ojos completamente topandome una vez mas con los oscuros ojos cafés de Dimitri. Su mano en un corto recorrido se detuvo en mis labios tirando suavemente de ellos hacia abajo, intenté no hipnotizarme hacia lo que quería pero por desgracia lo estaba consiguiendo.
- Desearía morder ese labio... - dijo casi que susurrando.- Y yo desearía que no.
Se relamió los labios y lentamente fue acercándose muy concentrado hasta que de un tiro desapareció, miré hacia ambos lados hasta encontrar borrosamente a lo lejos una inmensa capa roja de espaldas sujetando solo con su brazo el cuello de Dimitri mientras este pedía que lo bajase sin poder respirar - ¿Realmente era el?.- intenté abrir los ojos completamente pero el dolor de cabeza me impedía articular cada zona de mi cuerpo por más que quisiera apartarlo de él, pero como se podía observar el dolor sin duda había podido controlarme y en eso mis ojos involuntariamente se cerraron permitiéndome escuchar una amenaza.
- Escúchame bien, si nuevamente intentas tocar a mi chica date por muerto...
No estaba segura de quién era la voz, mi memoria estaba borrosa al igual que mis pensamientos, por lo cual no pude seguir aguantando y enseguida me dejé llevar.
Comencé a sentir mucho frío en cada zona de mi cuerpo tanto que estaba temblando, abrí un poco los ojos para observar las voces que estaban hablando; llegué a notar a lo lejos un techo con sumo brillo muy parecido al bronce, intenté moverme un poco pero aún seguía adolorida, tanto que no podía ladear mi cabeza. Alguien me estaba cargando pero seguía sin poder concentrarme, cuando lo intentaba mi cabeza dolía rotundamente en lo mas profundo.
Una cálida y fina mano poso en mi cabeza, lo cual hizo que me estremeciera más por el frío.
- Está helada... Tiene que descansar y recuperarse, está algo dolorida .
Los brazos que me llevaban me acunaron más de cerca como si fuese un bebe recién nacido, eran tan fuertes que me hacían sentir protegida y segura. En eso pude sentir que algo invadió mi cabeza de tal modo que de nuevo quedé inconsciente.
Todo estaba tan oscuro y tan apagado, no podía recordar nada más, de seguro habría sido un sueño. Podía escuchar el cantar de los pájaros a la lejanía entrando con una cálida brisa, todo era tan natural por lo cual me sentí segura. Abrí los ojos completamente para adaptarme al ambiente, podía ver el día con claridad, de un salto me senté, bostecé y me estiré un poco para no sentirme tan débil aunque aún seguía adormilada.
- ¿Dormiste bien? - sobresaltada miré hacia un lado. Dios mío ¿realmente era él? o tal vez estoy soñando.
- Ah... Si eso creo- tartamudee. Había estado observando todo desde el balcón, cuando se dio la vuelta no pude evitar observarlo de arriba hacia abajo al igual que él, su torso estaba completamente desnudo, no llevaba camisa si no unos pantalones lo cual desde la distancia lucía mucho mejor que un modelo fortachón de Calvin Klein. Se aparto del balcón observándome con deseo a través de sus ojos de mar pero enseguida desvío la vista hacia otro lado pensando privadamente.
Estudié la habitación por completo, no me había percatado de que era una de las más grandes, tenía un gran diván como el de un egipcio, si realmente ese era el nombre. Habían hermosas decoraciones por doquier, era muy parecida a la habitación de un egipcio, todo era dorado como la habitación de un rey aunque... - Si esta era la habitación de un rey- que sería Thor- entonces... ¿Acabo de dormir con...?- analicé temerosa. Lo mejor sería comprobarlo.
- Y esta es... tu... ¿Habitación?
- Correcto.
Mi boca se tornó en una gran O al tiempo que inhalé disimuladamente.
- Quiere decir que... Yo dormí aquí...
- Conmigo por supuesto - agregó muy seguro de sí mismo- pero solo eso.
Gracias a Dios que no cometí una locura, suspiré algo relajada. El rubio me sonrió de punta a punta como un niño feliz hasta que recordó algo y nuevamente se puso serio.
Aparté la sábana de mis piernas para nuevamente sentarme sobre ella y estar más cerca, de nuevo sopló un ventarrón en la habitación lo cual me hizo sentir algo descubierta pero no le presté atención muy concentrada en él sin perder el contacto visual.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro