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24

— Solo uno más — dijo riendo, ¿de qué se ríe? No creo que haya nada gracioso por aquí.

— Sí, Hyung — Jimin también rió, estoy segura de que no hay nada gracioso.

Miré a YoonGi Oppa y alcé mis cejas de brazos cruzados, le dije que no era buena idea dejarlos beber así. Ahora están borrachos, no dejan de hablar tonterías y pedir más alcohol. Y JungKook se ha quitado los zapatos como si fuera esta su casa, tiene los pies sobre la silla muy cómodo. Hasta Hobi se ha embriagado.

Lizi me miró y se alzó de hombros riendo. Negué y me reí también, no sé que es gracioso para ellos, pero para nosotras es gracioso verlos así. Jimin se ve más tierno de lo normal. La risa de Hoseok me hace reír a carcajadas y el rostro de Kook... no hablemos de él. Ni siquiera debería mirarlo.

— Bien — YoonGi pagó y se levantó — Ayúdenme a llevarlos al auto.

Lizi se encargó de Hobi, YoonGi le quitó el vaso de soju a Jimin y lo levantó para llevarlo al auto. Mordí mi labio, ¿por qué me dejan a JungKook a mí? Lo miré, tenía los ojos cerrados pero no creo que esté dormido. Lo sacudí un poco.

— JungKook — toqué su hombro — Ponte los zapatos, nos vamos.

Abrió sus ojos y me miró, sonrió.

— Quédate conmigo... — hizo un puchero — Me duele la cabeza, todos los días... me duele la cabeza. Creo que... es tu culpa.

— Sí ya, es mi culpa — reí sarcástica — Me voy, es mejor que te levantes ahora o te dejaré aquí.

— Ni aunque lo quisieras — comenzó a ponerse los zapatos. Se levantó y caminó hacia mí de un lado a otro. Se paró frente a mi — Nunca me dejarías aquí, porque tú me amas. Pase lo que pase, nunca podrás pensar en nadie más que yo. Por...

No estoy dispuesta a seguir con esto, no lo escuché más, me di la vuelta y caminé hacia la salida. Llegué al auto y YoonGi buscó a Kook con la mirada.

— Ve a buscarlo tú... — dije y me subí en la parte de atrás al lado de Jimin.

Miré por la ventana evitando llorar.

— SuMin... — Jimin tomó mi mano y puso su cabeza sobre mi hombro — Él... te quiere de verdad.

Lo miré, pero sus ojos estaban cerrados. Una lágrima recorrió su mejilla y lo sentí suspirar.

— Es difícil para mi decirte esto... me gustas y quiero que me elijas. Pero, él es mejor amigo — apretó mi mano — Está diciendo la verdad, deberían volver.

— Jimin...

La puerta se abrió otra vez, YoonGi ayudó a JungKook a subir. Él me miró y luego cambió la vista. Quiero creerle, quiero correr hacia él, pero tengo tanto miedo de que todo se vuelva a romper. Que Kook me deje.

Dejamos a Lizi y Hobi en casa. Luego llevamos a Jimin.

— Esperen aquí, lo llevaré dentro.

Oppa fue a dejar a Jimin. Quedamos solos otra vez. JungKook se corrió hacia mi lado invadiendo todo mi espacio personal.

— Me dejaste — dijo en un tono grave — ¿Por qué me dejaste?

— Cállate — me pegué a la puerta.

— ¡SuMin! — me agarró del brazo.

— ¿¡Qué!? — lo miré — ¿Que quieres?

Me soltó y llevó su mano a mi mejilla. Se pegó mucho más a mi, ya no me quedaba espacio, sentí su respiración en mi rostro. Sus labios se posaron en mi mejilla y mi corazón se disparó.

— JungKook... — quise separarlo pero detuvo mis manos.

Esta vez sus labios besaron mi frente.

— Te amo — dijo y me miró — Y voy a hacer todo lo posible para que creas en esa palabras. Todo...

Tragué en seco y lamí mis labios, ¿por qué estoy cayendo? Se suponía que nunca más le iba a creer. Miré sus labios acercándose a los míos.

— Bien, vamos — nos separamos al ver a YoonGi entrar.

(...)

¿Qué debería hacer cuando lo vea? Estoy nerviosa, estoy segura de que se tomará lo de anoche como un perdón y yo no lo he perdonado.

Me escondí detrás de la pared, no está donde siempre, mejor, así paso y no me ve. Me escapo...

— ¿Buscándome?

Di un salto del susto y tapé mi boca para no gritar. Maldito conejo, ¿de dónde salió? Ven que es peligroso, y malvado.

— ¿Quién te crees que eres? — rodeé los ojos.

— Jeon JungKook — dijo muy arrogante.

No cambia.

— Quita, no puedo perder mi tiempo así.

— ¿Perder tu tiempo? — alzó una ceja — Pero si te encanta estar conmigo.

Tomé mi mochila y lo amenacé.

— Te la voy a reventar en la cara si no te quitas.

— Aleja eso, ya me golpeaste una vez y dolió — frunció el ceño — Hoy cuando salgamos de aquí te llevaré a un lugar.

— No puedo, tengo que trabajar.

— Hoy es el turno de Lizi, no sabía que eras una mentirosa — negó — No mientas, te hace ver fea.

Dijo y se fue, ¿que se cree? Piensa que estoy muerta con él y no es así.

¿A quién engaño? Si lo estoy.

La última clase que tenía era la de piano con YoonGi. JungKook también está en esa clase, no escapo de verlo.

Lo que hicimos fue fácil hasta que a Oppa le dio por hacer un examen, no sé tocar las notas que dice. Suspendí claro está, pero Kook como siempre lo hizo perfecto. Sonreí orgullosa de ese conejo.

Tomé mi mochila y salí del salón, JungKook tomó mi mano.

— No te me escapes — sonrió y caminó conmigo a rastras.

— ¿Adónde me llevas?

Pregunté. Pero no me respondió, solo me dijo que me encantaría porque soy muy fan a las cursis. Caminamos de manos por toda la calle, lo miré.

— Llegamos — dijo y se detuvo frente a un puesto donde vendían todo tipo de cosas de pareja — Aun sigo pensando que estas cosas son muy cursis, pero... cuando imagino llevando algo así contigo no se siente tan mal.

Lo miré con cara de, ¿en serio Kook? ¿en serio?

— Tiraste el colgante que compré para ti, que triste — hizo como que lloraba y se limpió una lágrima falsa — Así que vamos a comprar algo juntos, ¿qué te gusta? Yo digo que las manillas son lindas.

— JungKook...

— Y esta vez no puedes tirar lo que te de, duele.

— JungKook — lo volví a llamar y me miró.

Suspiré y le enseñé el colgante. Lo tenía puesto, nunca lo tiraría. Él tiene razón, nunca sería capaz de hacerlo, porque lo amo.

Sonrió y me abrazó.

— No lo tiraste.

— No.

— Sabía que no eras tan mala como para hacerlo — acarició mi mejilla.

— Sí, pero soy muy mala — alcé mis cejas — Porque haré que uses todo lo que quiera de aquí.

— SuMin... no pienso usar eso de allí — señaló las camisetas.

— ¿Cómo supiste que las quería? — dije riendo — Vamos que se acaban.

Lo arrastré hacia allí.

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