13
No, no, no, esto no acaba de pasar ¿¡Qué es lo que acaba de pasar!? Jeon JungKook me ha besado, Dios. JungKook me besó. Debo tener fiebre, creo que estoy delirando, ¿estaré soñando? ¿Por qué estaría yo soñado que JungKook me besó?
Escuché el sonido del auto de YoonGi Oppa y corrí hasta salir a la calle, ese loco de JungKook me las va apagar, ¿por qué me besó? Toqué mis labios, JungKook besa bien, tiene unos labios muy bonitos y son suaves, pero no fue nada amable conmigo. Su beso fue salvaje.
– ¡SuMin! – YoonGi me gritó, fui hacia donde estaba él – ¿Dónde estabas? Te estaba esperando en la puerta.
– Mm... yo – no sabía que decir, estaba en shock en este momento sin poder procesar aún lo que JungKook había hecho.
¡Está loco!
– ¿Estás bien? Tienes las mejillas rojas – tocó mi mejilla – Y calientes, ¿te sientes mal?
Lo escuchaba hablar, pero no podía responder o prestarle atención. Era como si lo único en que pudiera pensar ahora es en JungKook, no sé por qué lo hizo. Él tiene novia, Jimin dijo que la quería mucho además a mi no me soporta, entonces cómo pudo besarme.
– SuMin podrías hacerme caso, ¿qué te pasa? – la voz de Oppa se sintió molesta. Lo miré
– Yo solo entré a la tienda de al lado, estaba viendo algunas cosas. Perdón por no avisar.
– Bien, no tienes que disculparte. Solo pensé que te había pasado algo – sus ojos estaban sobre los míos – ¿Segura que estás bien? Te conozco, ¿qué pasó?
– Nada, de verdad – respondí y me puse el cinturón.
Sé que está preocupado, pero no le puedo decir lo que pasó. Primero porque sé que iría a hablar con Kook y segundo porque sentía mucha vergüenza. Incluso ahora pienso en el rostro de JungKook y me sonrojo.
(...)
¿Cómo debería actuar? ¿Paso por su lado y no lo miro o me planto frente a él a pedirle explicaciones? No sé que hacer, no quiero quedar en ridículo frente a Kook una vez más, ya ha sido suficiente.
¡Pero esto no puede quedar así! Debo saber por qué me besó ¿¡Por qué me besó!?
– SuMin – llegó Jimin y yo me estaba tirano del cabello.
– Hola Jimin – dije desganada, ¿qué voy a hacer? Lo voy a matar, sí. Así no tendré que soportarlo mas, lo tiraré en un basurero.
– ¿Puedes acompañarme al estacionamiento? – pidió y me miró con sus ojitos tiernos ¡Jimin es muy lindo! – Es que dejé el auto allí hoy y se me quedó la ropa para cambiarme.
– Claro – le sonreí – Vamos.
Ambos caminamos hasta llegar al estacionamiento, Jimin abrió el auto y vi que en el asiento trasero habían unas flores muy lindas en un ramo y una cajita al lado, ¿será para alguien que le gusta? Son muy hermosas las flores. Se volteó y vio que yo estaba mirándolas, cerró la puerta al instante nervioso, ¿hice algo malo? No debí mirar sus cosas.
– Listo – me enseñó su ropa y la guardó en la mochila – Soy medio tonto – rió.
– Eso le pasa a cualquiera, cuando era pequeña mi mamá siempre me regañaba por dejar las cosas regadas por ahí – hablaba mientras salíamos de allí – Incluso llegué a perder uno de mis juguetes preferidos, ese día lloré mucho.
Jimin comenzó a reír de la nada.
– ¿Qué?
– Es gracioso porque dices que cuando eras pequeña y sigues pequeña. Ya me imagino una niña muy pequeñita – sonrió y sus ojos se perdieron, ¡tan lindo!
Pero me está diciendo enana.
– Yah, ¡Jimin! – lo golpeé – Soy alta – hice puchero.
Los dos seguimos riendo mientras cruzábamos la acera para llegar a la Academia.
– Jimin – escuchamos la voz de una chica y nos giramos.
Es Rosé, y no parece nada feliz. Me mira con rabia, yo muerdo mi labio y bajo la cabeza.
– Rosé, ¿estás buscando a Kook? El debe estar...
– Sabes muy bien a quién vengo buscando, necesito hablar contigo – volvió a dirigir su vista a mi – ¿Qué esperas para irte? ¡Largo!
Apreté mis manos muy fuertes haciéndolas puños, es muy mala esa chica, ¿por qué me grita así? No sé cómo JungKook puede amarla tanto. Me di la vuelta sin decir nada y me fui, los dejé solos. Espero que Jimin acabe con todo eso de una vez, no quiero verlo triste a él ni a Kook, aunque si es para darse cuenta de que la chica que quiere no es recíproca con él, estaría bien que sufriera un poco.
Venía tan metida en mis pensamientos que choqué con el pecho de alguien, es un pecho bastante fuerte. Miré a la persona y era JungKook.
¡Mis mejillas! Se están incendiando y mi corazón explotó de pronto. No me mires JungKook, ¿por qué me miras así? Relamió sus labios, eso me hace recordar el beso y tiemblo de tan solo pensarlo.
– ¿Qué haces? La clase está por comenzar, entra – dijo y mis ojos se abrieron como platos. Me lo dijo amablemente y con un tono suave.
¿Quien es éste y donde está Jeon JungKook?
– ¿Qué te pasa? ¿Estás en algún tipo de shock? – puso su mano en mi hombro.
¡Es como si quemara! Esto no es normal.
– Solo entra, estás más anormal de lo común – bien, ya había regresado el verdadero.
Lo vi caminar hacia la salida y todas mis neuronas se encendieron. Jimin y Rosé están allá afuera, si Kook los ve le parecerá raro, ¿por qué raro? Es algo normal. Di un paso para entrar, espera... ¿¡y si esa chica vuelve a besar a Jimin!? JungKook no puede ver eso.
– ¡JungKook! – lo llamé y corrí tras él.
– ¿Qué quieres? – frunció el ceño.
¿Qué digo? ¿Qué le digo?
– ¿¡Cómo que qué quiero!? – vamos piensa en algo – El... el beso. Tenemos que hablar de ese beso.
No puedo creer lo que estoy diciendo, incluso me agarré de su brazo.
Miró hacia otro lado y pasó su mano por su cabello, ¿se puso nervioso? ¿JungKook se puso nervioso por mí?
– Vamos – lo arrastré hacia la cafetería y salimos por la puerta trasera, por aquí no se ve la entrada.
Estuve caminado mientras lo llevaba conmigo. Por lo menos no pone resistencia.
– ¿Adónde vamos? – preguntó luego de un rato.
– Solo quería un lugar tranquilo para hablar – dije y entré a una cafetería.
Nos sentamos en una de las mesas vacías frente a frente, y aquí comenzó la guerra de miradas. Ninguno decía nada, solo estábamos ahí, callados y mirándonos.
– Esto es incómodo – habló – Sé que te gusto, pero al menos mírame con mas disimulo.
Solté una carcajada, ¿¡de qué estaba hablando!?
– Tú fuiste él que me besaste y ahora me dices que soy yo a la que le gustas, debes estar bromeando.
Me crucé de brazos.
– Tienes razón, fui yo el que te besó. Pero debes admitir que te gusto– puso cara de arrogante.
– Yo de verdad no lo puedo creer, me impresionas JungKook.
Me levanté y salí de allí, caminé recto y había una mesa con colgantes. Eran parecidos a los que vi la última vez.
– ¿Sigues con eso? – preguntó y yo lo ignoré.
– Yo no los voy a comprar. Solo estoy viendo – le expliqué.
Son tan lindos, quiero dos. Pero con JungKook aquí no voy a comprar ninguno.
Regresamos a la Academia, estaba tranquila porque había pasado algo de tiempo. Pero al ver a Jimin frente a mi todo se vino abajo. Todavía estaba allí con Rosé y tal y como lo temía, lo había vuelto a besar. Jimin reaccionó rápido y la apartó pero no tan rápido como para que JungKook no los viera.
Mi corazón dolió al ver su expresión.
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