¿Qué le pasa a JungKook? Casi hace que me de un paro cardíaco. Suerte que en ese preciso momento en el que habló el auto se detuvo frente al establecimiento donde trabajo. Me bajé lo más rápido que pude, le agradecí a Jimin y entré disculpándome con ellos con la escusa de que llegaba tarde.

Llegué hace unos minutos adentro, pero mi corazón sigue acelerado. No salen de mi mente sus palabras, y mucho menos la sensación de tenerlo tan cerca. JungKook es peligroso. Oh sí.

(...)

¡Sábado! Que bien, hoy voy a estar en mi cuarto el día entero sin mover siquiera un dedo. Voy a dormir, ver televisión, comer y seguir durmiendo. Si, un día perfecto.

Me tapé bien con mi corchita hasta la cabeza y cerré los ojos nuevamente para seguir durmiendo.

Sentí que tocaron la puerta de mi habitación y abrí los ojos de golpe ¿¡En serio!?

– Entra Mamá – dije con tono somnoliento, tengo mucho sueño.

– Entro, pero no soy tu mamá – sentí que un lado de la cama se hundía.

Era YoonGi Oppa, no había sacado mi cabeza de abajo de las sábanas así que el comenzó a alarla hacia abajo.

– No Oppa – lloriquié.

– Vamos levanta – dijo y buscó mi barriga para hacerme cosquillas.

Reí a carcajadas cuando sentí sus manos removerse por todo mi barriga. Me volteé hacia él y quité la sábana de mi cara. Debo estar toda despeinada, pero no importa porque no me da vergüenza con YoonGi.

– ¿Qué quieres?

– Quiero que salgamos a algún lugar, ¿qué te parece? – alzó sus cejas – ¿Adónde quieres ir? ¿Helado, dulces?

– Hamburguesa y papitas fritas – sonrió cuando contesté.

– Ok. Pero ya levanta.

– Tengo sueño. Ven a dormir conmigo – alcé la corcho para taparlo.

YoonGi se acostó a mi lado y lo cubrí. Estaba frío, yo estaba calientita. Hacíamos esto muchas veces cuando éramos pequeños. Se siente bien.

Luego de un rato me levanté para ducharme y prepararme para irnos.

Llegamos y nos sentamos en una mesa para esperar nuestro pedido. Oppa estaba sonriente y yo también porque él lo estaba, ni siquiera sé porqué está tan feliz.

– ¿Pasó algo bueno? – al fin pregunté, me miró y negó.

– Nada, ¿por qué lo preguntas?

– Es que estás muy sonriente, pensé que algo había pasado – me encogí de hombros – Mm... voy al baño rápido.

Le informé y me levanté para buscar el baño. Los de adentro estaban cerrados así que tuve que salir del local con una llave que una señora me había dado para entrar al baño de atrás. Y no abría, odio las puertas complicadas o creo que ellas me odian a mi, siempre tengo problema para abrir los cerrojos.

– ¿Te ayudo? – escuché detrás de mí y me giré aliviada, alguien me iba a ayudar.

– Gra... – JungKook.

Oh no, ¿qué hace JungKook aquí? Espero que no esté de mal humor. Se acercó a mí y yo di un paso hacia atrás, lo seguí haciendo hasta que la pared me impidió seguir, ¿¡por qué siempre hay una pared en estos momentos!? JungKook estaba casi sobre mí y mi corazón se estaba al salir de mi pecho. No sé porqué me asusto tanto cuando está cerca de mi. Me miró a los ojos y tragué en seco, desvío la vista y tomó la llave que estaba en mi mano y se dispuso a abrir la puerta.

– Ya está – me miró de arriba a abajo.

– Gracias JungKook.

– De nada SuMin.

¿Se fue? ¿No va a burlarse de mi o a buscar problema? Que raro está hoy. Entré de una vez y salí. YoonGi me estaba esperando con las hamburguesas y las papitas. Le expliqué lo del baño y se rió de mi.

Después de comer decidimos ir a otro lugar. Oppa se había ido a buscar el auto y yo aproveché para entrar a una pequeña tienda. Habían muchas cosas bonitas pero lo que más me gustó fueron los collares para amigos, debería comprar para mí y YoonGi, ¿cuál le gustaría?

– No deberías comprar esos – de nuevo JungKook – Hay de parejas también, esos son los que tienes que comprar.

– Es para YoonGi, y él es mi mejor amigo – respondí sin agregar nada más. Ya sé por dónde viene éste y la verdad no tengo ganas de seguirle el juego.

Seguí observando los collares, habían de corazones, una mitad para él y la otra para mí. Eran blancos y negros, el banco es para mí.

JungKook se paró a mi lado y tomó el negro. Rió, más bien se burló. Lo mato.

– De verdad no sé cómo alguien puede usar estas cosas, son demasiado cursis – negó riendo y lo soltó.

– Para ti puede ser cursi, para otros puede ser genial. No todos pensamos igual.

Dije y me giré para salir, al final prefiero volver otro día y comprar los collares. Además... después de escucharlo no sé si YoonGi usaría algo cursi. No quiero comprarlo y que después lo use solo por compromiso.

– SuMin – ¿no se cansa? Apresuré el paso para que JungKook no me alcanzara. Ya no quiero que se burle de mi – Oye te llamé – me tomó por la mano y me llevó hacia afuera.

Este nos es el lugar por donde entré, esto es por el otro costado y aquí no hay nadie. Me asusté cuando lo vi caminar hacia mi. Su expresión era algo rara.

– ¿Qué quieres JungKook? No estoy para bromas. YoonGi Oppa me está esperando así que tengo que irme.

Traté de irme pero me volvió a agarrar, me empujó contra la pared y se pegó mucho a mi. Me miró y acercó sus labios a los míos para besarme. Mis ojos se abrieron de par en par al sentir sus labios contra los míos.

¡JungKook me estaba besando!

Y no era un beso amable, era salvaje. Su lengua recorrió cada parte de mi boca y sus manos apretaron mi cintura fuertemente.

Traté de apartarlo pero no se movía, ¿¡qué le pasa por qué hace esto!?

Logré que me soltara y lo miré molesta y con rabia.

– ¿¡Qué te pasa porqué hiciste eso!? – grité furiosa limpiando mis labios.

– Solo quería comprobar algo – dijo descaradamente y se fue así como así.

¡Es un maldito loco!

– ¡Jeon JungKook!