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24°-"Dolor de caderas; Romeo gay"

No puedo decir la típica frase de qué: "el sol entraba por la ventana y sus rayos golpeaban mi rostro", básicamente porque las cortinas están cerradas, ni siquiera sé si es de día; tampoco lo puedo deducir por la temperatura ambiental, todo el día hace frío, estamos en una temporada de invierno, ¿qué esperaban?

Me levanté con cansancio y abrí las largas cortinas, estaba totalmente desnudo, espero que no haya nadie abajo mirando hacía aquí. Miré hacía abajo solo para comprobar, mhm... no hay nadie, es sábado, todos están cansados de su semana laboral/estudiantil, yo sólo estoy cansado de embestir a Adrien, pero aún no es suficiente.

Cerré de nuevo las cortinas y tomé mi celular, son las 8:00 a.m, esperaba que fuera más tarde, miré hacía donde estaba la cama, Adrien estaba durmiendo profundamente, se iba a dar la vuelta pero se le veía adolorido, ajajajaja, tómalo, risitos de oro. Debería comprarle pastillas para el dolor de caderas, no quiero escucharlo quejándose. Me vestí con una chaqueta y unos jeans negros, me pusé botas para la nieve, salí de la mansión y caminé hasta la farmacia más cercana. La que la atiende era una mujer algo anciana, lo bueno de ser un kwami es que nunca envejeces, supongo.

Iba a decir lo que necesitaba pero alguien me interrumpió.

— ¿me da medicamentos para la fiebre y la tos?— preguntó una voz femenina, giré mi mirada, maldición, ¿la vida se burla de mí?, es Tikki. Intenté ignorarla, todo muy bien hasta que me vió.

— hola, Plagg. Mucho gusto volver a verte después de que me trataste tan mal— dijo sárcasticamente, tch, que mujer tan fastidiosa, veo que quiere vengarse por cómo la traté. Es cierto que me porté mal con ella, pero se lo merecía, ahora que lo pienso mejor, eso sonó mal y no es excusa, bueno, entonces lo hicé porque quería.

— hola, Tikki. Mucho gusto volver a verte después de que me engañaste para conseguir algo que tú querías y casi destruir mis oportunidades con el amor de mi vida— respondí a su saludo también con sárcasmo. Ella sonrió amargamente, pagó lo que pidió y se fué sin más. No quiero decirlo, pero necesito decirlo, parece que pusé la basura en su lugar. Una sonrisa arrogante y maliciosa apareció inconscientemente en mis labios.

— ¿qué desea, joven?— preguntó la abuelita con un tono tierno y amable.

— oh, unas pastillas para el dolor— respondí, la abuela asintió y me las trajó. Sus mejillas se sonrojaron y me miró.

— ¿son para su novia?— preguntó con un tono pícaro y curioso, parece que la abuelita no es tan inocente como parece.

— no, para mi novio— corregí orgullosamente, la abuela se sonrojó aún más y río divertida— ¿por qué supusó que esas pastillas eran para... Eso?— pregunté, ¿no se supone que estos analgésicos son para cualquier dolor?

— casi todos los jovenes que piden esto comentan que es para el dolor de caderas que le dejan a sus parejas— contestó riéndo y me dió la bolsa con los analgésicos. Pagué y me fuí con una sonrisa, qué señora tan amable.

Volví a la mansión, antes de siquiera entrar al cuarto ya se escuchaba las quejas y chillidos de Adrien, oh, "parece" que se despertó. Entré y él me miró inmediatamente algo molesto.

— mira lo que hiciste, me destrozaste el trasero, ahora tengo un dolor como el mismísimo demonio— comentó enojado, me encanta cuando es verdaderamente él, sé que Adrien es una persona algo atrevida, le gusta molestar y es (a veces) vulgar al hablar.

— te trajé medicamentos para eso, denada— dije arrogantemente, le trajé un vaso con agua y le dí dos pastillas, él se las tomó de una y se volvió a acostar.

— ¡hasta sentarme me duele y todo por ti!— exclamó refunfuñando y haciéndo pucheros.

— pero no me puedes negar que te encantó— refuté, es un muy buen argumento, pero aún así Adrien me miró cómo: "sí, ajá", obvio, con sárcasmo— ¡ngh, ahh, mhn...!— imité burlesco su voz al hacer gemidos.

— ¡y-ya cállate!— dijo lanzándome una almohada a la cara con vergüenza.

— oh, vamos, sé que lo disfrútaste, yo también me excité bastante— dije acariciándole la cabeza, talvez así no se sentiría tan penoso y es algún tipo de consuelo— ¿no quieres repetirlo?— pregunté acercándome peligrosamente a él y dándole un corto y casto beso.

— ¿a-ahora? Ajaja, no— respondió con una sonrisa nerviosa.

— por lo menos déjame meterte los dedos— pedí con ojos suplicantes. Adrien rodó los ojos y asintió rendido, sabía que no se negaría.

Deslicé mi mano por su cuello, pecho y abdomén, estaba desnudo así que era más fácil, oh, espera, casi olvido el lubricante, coloqué un poco y comencé a meter lo dedos, los moví lento y después rápido, la cara de mi novio estaba roja, jadeaba y suspiraba. Pasé a simular suaves embestidas con mis dedos y tocar su punto P, el soltó un pequeño grito, cada vez que toco ahí el gime muy fuerte, ¿le gustará tanto? ¿Es muy sensible en esa zona? Mientras movía mis dedos me acerqué a su pecho y chupé sus pezones.

— nhg...—

Sus manos estaban en mi cabello, no estaba gritando ni nada, estaba relajado, supongo que los dedos son mucho más suaves que un pene. Seguí dejándo marcas por todo el cuerpo de Adrien, estamos en época de frío, tendrá que llevar ropa muy abrigada, nadie se dará cuenta. Ví como apretaba sus labios para evitar que salieran sus jadeos, dejé sus pezones y me acerqué a su boca, lo besé ferozmente, le mordía el labio, metía mi lengua en su boca y saboreaba y disfrutaba de cada rincón de su boca. Me separé y saqué mi pene de mis pantalones.

— espera, dijiste que sólo los dedos— dijo tomándome de los hombros— además, ¿por qué soy yo el único desnudo?—

— tu cuerpo me tienta a querer destrozarte y probar todo de ti. Y eres el único desnudo porque me da pereza desvestirme y luego volver a vestirme— contesté con un tono obvio, me quité la chaqueta y la tiré, solo quedé en una camisilla negra con bordados verdes. Voy a probar otra posición que había visto, me acosté en la cama y lo pusé a él arriba mío; acomodé mi miembro en su entrada, lo tomé de la cintura y lo metí todo de una sola estocada.

— ¡AGHH! ¡ME DUELE!— gritó al borde las lágrimas, ¿acaso no lo preparé lo suficiente? ¿Le faltaba más? ¿Le provoqué algún desgarre?

— ¡¿enserio?!—

— tengo las caderas destrozadas, me duele el trasero y tú lo haces brusco. ¡¿No consideras lo adolorido que estoy o qué?! — exclamó sermonándome molesto.

— ¿de verdad me estás regañando ahora? ¡Primero date cuenta de la posición en la que estás!— dije maliciosamente y lo hicé volver a bajar sobre mi miembro de golpe, él gritó y dejó caer su cuerpo sobre mí respirando entrecortado.

— tú... En verdad...— decía pero no lograba completar su frase, intentaba recuperar el aire pero se le hacía difícil.

— ¿crees que puedes cabalgarme tú solo?— pregunté, su rostro se veía sorprendido, pero después pasó a uno pensativo.

— no lo sé. Talvez si— contestó algo inseguro y levantándo sus hombros.

— inténtalo— dije con voz ronca, sentí como su interior me apretó un poco, algo me dice que le gusta cuando mi voz se vuelve grave.

Adrien tomó aire y lo expulsó, comenzó con movimientos de arriba a abajo, muy suaves a decir verdad; al principio se le veía algo dificultoso y doloroso, pero después comenzó a cabalgarme un poco más rápido, él estaba apoyado en mi pecho, el cual comenzó a ser rasguñado, él mismo provocó que tocara su punto P lo cual provocó que se sacudiera un poco. Su rostro era de total placer y satisfacción, presioné y pellizqué uno de sus pezones, él gimió y tembló.

— oh, me acabas de apretar— mencioné con una sonrisa pícara, lo tomé de la cadera y le proporcioné una embestida.

— ¡Ugh!— masturbé su miembro con una mano al mismo tiempo que controlaba sus movimientos con la otra, de repente soltó un largo suspiro y gimió con fuerza, me rasguñó aún más el pecho y se vinó, ¡extraodinario! ¡Cuando se vinó me apretó mucho más, es tan estrecho que incluso me da miedo romperlo! Unos minutos después me viné yo dentro de él, lo acosté con cuidado en la cama de nuevo, ahora se quejaba más.

— te pasaste, Plagg— se quejó tomándo aire con cansancio. Le miré pícaramente, él lo notó y desvió la mirada, ¿oh, tratas de hacerte el duro conmigo?

— te quería dar más fuerte pero pensé en tu dolor de caderas y me dió un poco de lástima— mencioné acariciándole la cabeza. Adrien hizó un puchero y suspiró con cansancio, le dí un suave beso y lo dejé descansar. Mi celular vibró repentinamente, me acaba de llegar un mensaje, es Tikki, ¿es qué no se cansa? ¿Por qué se está comportando como mi enemiga?

— "sólo espera que Marinette se entere de que su Romeo es gay, y no sólo eso, sino que además es la pareja de su propio kwami. Estoy segura de que le dirá al maestro fu de inmediato. Suerte, mi querido amigo"— leí en voz baja con una expresión confusa.

¿Qué haré ahora?

💫💫💫

¡Hola! Nuevo cap, otro lemon, creo que este quedó un poco mejor ;)
Si les gustó el cap regálenme una estrellita que saben que me ayuda mucho. Se despide dilunar. Besito (*3*)

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