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|8| xx Ella quedó como cucaracha en baile de gallinas xx

Los intrusos causan disgusto
Llegan solos sin invitación de ninguno
Cansados están de nunca estar
Pero nadie los obligó a caernos mal

Capítulo Ocho
Ella quedó como cucaracha en baile de gallinas.

Si hubiesen dicho noche de desgracias en vez de pijamada ninguno de los presentes en aquella habitación hubiesen cruzado la puerta de la casa en primer lugar.

Ivanna con los calcetines mojados por haberlos metido dentro del escusado.

El dedo gordo de un pie ajeno dentro de la boca de Sophia por quince minutos.

Una chica con seros problemas gástricos encerrada en el baño vomitando sustancias incombinables.

Un chico sin nada que lo cubriese a excepción de sus calzones morados.

Paula siendo obligada a comprar en la farmacia 15 cajas de preservativos y luego adherirlos a su cuerpo como adorno.

Jelly con el brazo enrojecido y adolorido.

Una enana subida al closet.

Yael recostado en el suelo boca abajo, sosteniendo el culo existente de Sophia.

Y una pelinegra maquillada humillantemente como un payaso y una banana pegada en la frente.

Era el panorama de esa noche alocada.

Las muecas de disgusto eran evidentes, todos y cada uno de ellos querían asesinar a la rubia por la semejante idea de humillarlos con los retos nocturnos.

—-Cara de payasa pásame la botella. Aún me falta completar mi objetivo—-ordenó Sophia después de haberse cepillado los dientes para quitar el sabor a pie de su boca.

Sin embargo eso no le quitaron las ganas de ser con las humillaciones. Empezó a dar pequeños saltitos sentada en forma de indio.

Isabella le fulminó con la mirada envuelta en delineador negro mal colocado.

Se cruzó de brazos y le pasó la botella vacía de Whisky a la rubia con lengua sabor a dedo gordo del pie de Pamela la cual aún estaba metida de cabeza dentro del escusado por la mezcla de canela, mostaza, picante, mermelada de guayaba, cebolla y queso en el batido de "Los mil lamentos" que obviamente fueron lamentos y dolores estomacales para la chica.

—-Enana baja de ahí, ya se acabó la hora de escalar—-se burló la rubia observando a la chica encima del closet.

Olivia sonrió de boca cerrada fingidamente hacía ella.

No fue muy fácil subir tres metros de altura cuando a duras penas se podía llegar al metro y medio.

Se tuvo que ayudar con un brazier que colgaba para poder subir la estructura de madera.

¡Vaya cuerda la que se consiguió!

Aunque Paula le agradeció por haber encontrado la prenda, después de haber pensado que alguien más la tenía.

Si para Olivia había sido toda una odisea subir cuando no tenía la estatura adecuada.

Tan solo imaginarse bajar le parecía un completo martirio.

Y ya se acostumbraba a sentirse alta sentada allá arriba.

-— ¡Ey chica de los condones! —-carcajeó Lito al observar a la pelirroja con preservativos en su cuerpo.

La chica le sacó la lengua y le aventó una de las quince cajas de condones que compró en la farmacia.

—-Toma para que te folles a tu noviecita y no me hagas tía tarado. —-Paula estaba indignada, sólo a su melliza se le ocurría hacerla caminar a la farmacia para pedir quince cajas de condones.

La pena más grande del mundo si a la chica se lo preguntaban.

El castaño carcajeó y le agradeció por el obsequio a la chica. Ambos tenían un pasado y aunque estuviesen en bandos distintos no podían borrar lo que antes ocurrió entre ellos.

-— ¿Y ahora qué Sophia? —-intrigado preguntó el rubio desteñido colocándose de nuevo él jearse.

Pasar toda la noche en calzones y haber subido una foto a su perfil en redes no le había molestado.

De hecho pudo presumir su esbelto cuerpo delante de Olivia quien muchas veces se ruborizo al encontrarse descubierta observando el pecho del chico.

Para Olivia ese rubiecito desteñido le parecía algo así como imaginarlo en sus fantasías siendo creado por Ares, Zeus y Afrodita, traído de Neptuno y esculpido por las mismísimas Musas para que Cupido lo dejase frente a ella.

Así de exagerada era la visión de la enana, quién con ayuda del castaño descendía del closet.

—-Otro reto—-contestó simple la rubia a la pregunta de Joaquín sonriendo pícara.

—-Por favor Sophia—-se quejó Ivanna moviendo sus pies incómodamente.

Si tener calcetines mojados era asqueroso.

Tenerlos empapados del agua del retrete era repugnante para la chica.

A la rubia le parecía todo demasiado divertido.

Aunque a su parecer nadie hizo algo extremo.

No con quien quería que pasará.

Y ella ya tenía en la mira a quienes querían que sobrepasaran sus límites.

Todos observaban atentos la botella de Whisky girar en medio de ellos—otra vez—-

Empezó a bajar la velocidad de las vueltas, hasta que se detuvo en medio de él y ella.

La rubia emitió un chillido y aplaudió complacida con el destino.

—-Joaquín, querido rubio desteñido. Tú mi joven compadre estarás muy a gusto con lo que vas a hacer. De hecho apuesto a que la enana también le gustará —-Olivia abrió los ojos sumamente aterrada.

-— ¿Quién yo? —-se hizo la desentendida bufando—-

—-Cien no, enana tu sola—se burló Isabella golpeándola con el codo divertida—-

Olivia no le vio la diversión así que rodó los ojos y soltó de nuevo un bufido.

—-Rubia ¿Se te fundió el cerebro o el tinte te afectó las neuronas? —-la rubia le sacó la lengua indiferente a la enana volviendo su vista al desteñido, quien esperaba ansioso por el reto.

—-Pulga, este rubio que ves en natural ¿okey? —-defendió Sophia sacudiendo su cabello.

Olivia la ignoro.

—-Aclaro antes un pequeño pero importante detalle—-se levantó Oli y caminó al centro del círculo.

>>Joaquín tiene novia. Fin del comunicado—-y sin más que acotar la chica se sentó al lado de Isa quitándole el banano de la frente para metérselo a la boca.

—Ella no está aquí —-habló el desteñido observando a la chica quien rodó los ojos por tercera vez en lo que iba de noche.

—-Rubio tendrás que chuparle el cuello a la enana y dejarle una marca. —-canturreó la rubia aplaudiendo. —-Así tienes un recuerdo de la lunaria y el pecado Pulga.

Olivia se alteró.

—-Definitivamente el rubio te voló los sesos. —-dijo alarmada Olivia—-Joaquín no hará nada de eso. ¡Y yo no dejaré que me haga nada de eso!. —-rebatió —-Rubia pervertida. ¡Fue suficiente!. Recuerdo el chico tiene novia.—-la enana movía las manos sin control, mientras negaba con la cabeza.

Jelly comenzó a soltar pequeñas risas por la actitud que empleaba Oli.

—-Joaquín ¿aceptas? —-Paula se olvidó de los condones adheridos a su cuerpo.

El rubio desteñido no mencionó palabra alguna. Se arrastró sigilosamente hasta chocar con la espalda de la chica.

Quien hay que mencionar estaba perdida en las nebulosas.

El silencio se rompió cuando las chicas comenzaron a chillar alocadamente, incluyendo a Jelly .

Oli se giró levemente encontrándose con los ojos claros de Joaquín posicionados en sus labios, los cuales por obra y gracia del Espíritu santo se secaron.

-— ¿No crees que estás demasiado cerca? —-preguntó la chica con los nervios a flor de piel.

El chico pareció pensárselo por unos minutos.

Negó sonriente y de un ágil movimiento elevó a la chica hasta colocarla sobre sus piernas de manera que ella quedara a ahorcadas en él.

Por impulso ella rodeó el cuello del chico con sus brazos, buscando estabilidad.

——De hecho no, Estrellita-—-susurro a su oído, de inmediato el cuerpo se le erizó. Él sabía que ese seudónimo significaba mucho más de lo que ambos querían aceptar.

—-Necesito estar aún más cerca—-Joaquín apretó el agarre en la cintura de la chica, aprisionándola más contra su pecho.

Olivia tragó saliva audiblemente sintiendo levemente como un bulto rozaba contra su entrepierna.

—-N-o no come-cometas una lo-lo-locura peli-teñido—-tartamudeó.

Los demás presentes callaron de repente.

Ver como ella palidecía con su cercanía mientras que él se aprovechaba y tomaba el control de la situación después de casi nunca tenerlo con ella.

—-Créeme enana soy fanático de las locuras. A veces perdiendo la cordura se consigue lo que el corazón tanto anhela —-ambos sonrieron.

Ella inconscientemente por el efecto secundario que causaba sus palabras en su ser.

Él porque en el fondo esa chica completaba las piezas de su rompecabezas.

Las palabras le parecían innecesarias a el rubio desteñido.

Acortó la distancia dirigiendo sus labios al cuello de la chica.

Las succiones hicieron acto de presencia en aquella zona, mientras que ella arqueaba la espalda disfrutando como el chico dominaba su cuerpo a su antojo.

Cerró los ojos por impulso, aferrándose a la cabellera rubia sin filtro del muchacho. La respiración incrementó su pulso estable y la temperatura aumentó en ambos.

Un gemido involuntario se escapó de los labios de la chica.

Y el bulto que ella sentía en su entrepierna aumentó de tamaño, creando fricción en su pelvis.

Pamela salió del baño y se cruzó de brazos al observar la escena. Sonrió con suficiencia y mientras los demás estaban distraídos aprovechó para conseguir lo que buscaba.

Joaquín se complació al escuchar el gemido que pronto Olivia esmeró en callar.

Observó de reojo la zona ya enrojecida y un tanto inflamada.

No sería una marca muy fácil de borrar, pensó el rubecito

Pero aún así no le pareció suficiente. Para él, ella no era suficiente.

Nada lo era...

Recorrió con sus labios, la clavícula y la mejilla derecha de la chica quien al percibir el cambio repentino de dirección abrió sus ojos casi lagrimosos.

Aquellos mismos ojos cafés oscuro terminaron por hechizarlo a él.

No quiso perder más tiempo, porque en el fondo sabía que esta ocasión podría no repetirse.

Y en verdad quería aprovechar cada centímetro que tuviese cerca de ella.

Por eso estampó sus labios húmedos con los de la chica, con efusividad.

No era un beso suave o lento.

El beso era salvaje y podía escucharse el sonido de sus bocas impactando una contra la otra.

La deseaba. Y no era la primera vez que lo hacía.

Joaquín estaba lo bastante consciente para saber que no solo quería un beso y unas caricias con aquella enana.

Él quería más.

Pero ella no iba a cederle el paso tan fácilmente aunque si otros ojos ajenos presenciaban aquel beso estarían convencidos de lo contrario.

Los labios de la chica lo recibieron anhelada, como si fueran esa parte que faltase para complementarse a ella misma.

Sus bocas encargaron con facilidad, pero hubo un enemigo más fuerte que el deseo

El ego quiso arruinar el momento y lo logró colándose en la mente de ella. Susurrándole lo que debía escuchar para acabar con la falsa.

Detenlo.

Acaba con esto.

Vales más para ser el juguete de una noche  de alguien con novia.

Le recordó su conciencia a ella.

Y aunque lucho contra esa voz que la atormentaba, no había mucho por hacer, sabiendo que la batalla solo la ganaría el orgullo y no el amor.

No supo de dónde sacó las fuerzas necesarias para colocar sus brazos sobre el pecho del rubio y tomar distancia.

La separación fue abrupta...

Él sabía que podía dar más pero ella no lo dejaría avanzar.

No hasta que hubiera sinceridad por ambas partes.

Los gritos se esfumaron y el silencio caló en las paredes de la habitación.

Ambos tenían las pupilas dilatadas, los labios rojizos y inflamados, la respiración entrecortada.

Pero fueron los desenfrenados latidos de un corazón mal herido que delataron a la chica.

Su mente entraba en razón, haciéndole recobrar la cordura, pero su cuerpo demostraba lo contrario.

Yael respiró aliviado debido a que los constantes jalones de un lado a otro se detuvieron.

Todos eran espectadores, ansiosos de observar el siguiente movimiento.

Incluyendo al rubio desteñido y a la enana.

Ella se retiró de las piernas del chico, intentando no flaquear y no mostrar que sus piernas fueron reemplazas por gelatina.

Sin decir palabra alguna, sacudió su pijama, peinó sus dos coletas y caminó lejos del chico, retomando asiento al lado de la pelinegra.

—-Dudo que esa marca se quite rápido. —-cortó el silencio Yael, burlándose de la suerte de la enana quien a cambio fulminó con la mirada al chico mientras se esmeraba en concentrarse para comer las cotufas sin interrupción.

—-Esa es la idea Yael. Por cierto besas muy bien ¿lo sabías? —-la chica ignoró aquel comentario observando fijamente el tazón con las cotufas.

No volvería a exponerse de aquella manera.

Y la rubia se lo pagaría.

-— ¿Estás bien? —-preguntó Ivanna para asegurarse del estado emocional de la chica. Oli solo asintió pero no habló.

Podían pensar que el beso inesperado le robó la voz.

Pero le valía mucho lo que pensaran.

Ella no quería hablar y esa era la única verdad.

Porque si hablaba quizás no fuese la razón quien la controlará. Y ya bastantes errores había cometido por escuchar a su corazón e ignorar a la razón.

—-Yo nunca espere que sucediera eso—-habló rompiendo la tensión Pamela, y aunque fue sincera, la enana no le creyó.

Más bien lo único que hizo fue colocarse la capucha de su sudadera escondiendo su rostro en ella, se cambió de lugar, sentándose en la ventana

Se colocó sus audífonos e ignoró su alrededor.

En el fondo lo que había sucedió le había afectado y no de muy buena manera.

Quien decidió continuar sin importarle quien estuviese herido o no fue la castaña.

—-¡Que empiece a girar otra vez!—-la confianza tomada por Jelly, sorprendió a los demás.
Pero le restaron importancia obedeciéndola.

Aunque algunos ojos curioseaban a la enana encapuchada y aislada.

La botella se detuvo enfrente de los primos. Ivanna y Yael.

La morena saltó abrazando a la rubia a su lado, ignorado el hecho de tener los calcetines mojados.

—-Miguel Ángel Yael, Lito, querido primo.—-se frotó las manos malévolamente Ivanna mientras sonreía de manera macabra.

Al ver su reacción Pamela se erizó.

—-Tendrás que darle un beso de esos que ves en las telenovelas mexicanas a la nueva castaña sentada por allá —-señalo a Jelly quien al verse inmersa en el juego ingenioso de la morena, lo único que hizo fue encogerse de hombros.

Un beso no cambiaría su vida o forma de pensar. Después de sentir los labios del castaño todo seguiría igual.

O al menos eso pensaba ella. Aunque en el fondo quería saber si aún recordaba aquellos labios ajenos que debía olvidar.

El castaño sonrió satisfecho.—-Acepto. —-

—-Oh claro que aceptas, y aún si no hubieras aceptado te hubiéramos arrastrado hasta los labios de la castaña. —-se exasperó la morena tomando su móvil.

—-Dije que aceptaba el reto Ivanna—-volvió a mencionar por sí quedaba rastro dudoso de su decisión, a las demás les cayó el veinte cuando empezaron a gritar.

Olivia permaneció callada, observando un punto ajeno en la ventana. Aunque de vez en cuando miraba de reojo a las demás queriendo perder la voz por sus gritos.

Pamela se irritó y tomó asiento al lado de la más pequeña, abrazándola de costado. Le subió el volumen a la música en los audífonos de la enana y luego tomó los de ella para imitar a Olivia en su proceso de ignorar al mundo.

Los chillidos aumentaban de volumen e intensidad al mismo tiempo en que el castaño se acercaba a la chica, quien solamente rodó los ojos y sonrió.

Su mirada se clavó en los ojos cafés de Yael quien al verla ahogó un suspiro. Admitía, la castaña tenía sus dones para catalogarla como hermosa.

-— ¿Lista? —Jelly asintió—-Te encantará mi beso—-

A ella no le importa así le iba a gustar o no.

Le importaba saber si esa grieta había sido cerrada o todavía seguía molestándola.

[...]

La cercanía se hacía cada minuto más corta, los centímetros que marcaban el espacio entre ambos castaños era cada vez menos.

Sin tener consciencia de sus acciones, Jelly cerró sus ojos y se obligó a ella misma a pasar la pagina.

Apretó su nariz como si eso fuera a reprimirle los recuerdos.

Para Yael esa simple acción le pareció muy tierna.

No sabiendo que con los ojos cerrados y la nariz apretada la chica a quien iba a besar estaba batallando contra su pasado para vivir el presente.

Y seguían con la algarabía. Gritos, saltos, jalones e incluso algunas se abrazaban a la almohada para contenerse.

Aunque Paula no hacía más que disimular una sonrisa pequeña, pero al igual que Olivia y Pamela ella no quería presenciar aquella escena.

El castaño ignoró los chillidos y se concentró en los rosáceos labios de la chica.

El momento no podía ser mejor y eso fue justo lo que no duró por mucho tiempo.

A tan solo un pequeño roce la puerta de la habitación se abrió repentinamente. Todos callaron y la única voz que se escuchó fue envuelta en la ira y la cólera.

-—¡Miguel Ángel Yael!—-oír su nombre completo casi nunca era por una buena causa. Y al escucharlo provenir de aquella voz todo empeoró-—¿Qué cojones estás haciendo?—-Las chicas pestañearon atónitas por el estruendo, después de analizar.

Les cayó el veinte por décima vez en toda la noche.

-— ¿Qué haces tú aquí? —-la señaló despectivamente Paula cruzándose de brazos.

Olivia y Pamela volvieron a la realidad y prestaron atención.

—-Yo pregunte primero pelirroja. —-la fulminó con la mirada ella. -— ¿Joaquín? —-fijó su visión en el peli desteñido -— ¿Qué diantres haces tú aquí? Se supone deberías estar trabajando en la pizzería de tu tío. O al menos eso fue lo que le dijiste a Karla —-reprochó Areli quien se creía ama y dueña de la habitación.

La chica se había esmerado en conocer y averiguar los lugares frecuentados por los dos jóvenes en la alcoba, sólo con el propósito de mantenerlos vigilados y fuera del mal foco de los chismosos cuando en realidad, la única chismosa en el espacio era ella.

—-Eso mismo estoy haciendo, entregó la pizza—-recalcó las palabras para que no quedara dudas de lo que hacía o no.

Que en lo personal, no debía de importarle a su cuñadita.

Areli observó al rubio desteñido y luego a Olivia apartada del resto. Ambos se hicieron los desentendidos.

Aquí no había pasado nada.

O mejor dicho. Si había pasado pero era mejor no revelarlo.

—-Ahora si Yael responde mi pregunta —-la rulosa se percató que se salía del tema principal, posó su mirada en su novio y la nueva castaña -— ¿Qué rayos hacías con la castañita esa? —-el castaño tomó distancia de la chica y se levantó para acercarse a su novia

¿Su intención?

Sencillo. El chico ya tenía un conversación bien improvisada que explicaba de manera exacta la situación.

Una mentira que se quedó atorada en su boca, y todo debido a Pamela.

—-Verás averiguadora de vidas ajenas. —-lanzó directa—-Resulta ser que además de ser una dramática en extremo eres chismosa. ¡Bonita la cuñada que me tocó! —-sacó su lado sarcástico la pelinegra observando fijamente a los ojos de Areli—-Mi hermano no estaba haciendo nada del otro mundo, y mucho menos un crimen exagerada. Solo cumplía con un reto colocado por nuestra querida prima ¿Verdad Ivi? —-la morena asintió segura antes las palabras de Pamela.

Yael se golpeó la frente con su mano y rodó los ojos irritado

No se decidía entre sí lo peor era no haber besado a la castaña o que su adorada novia formara un escándalo a estas horas de la noche.

Este tipo de show colmaban su poca paciencia.

-— ¿Se puede saber cuál es el famoso reto? —-la chica incrementaba su tono de voz , fingiendo ser amable por un segundo, actuación que no pudo cumplir a cabalidad siendo ella.

Jelly guardó silencio incómoda por la situación, se reprendió a ella misma por olvidarse de ese pequeño detalle.

Una novia escandalosa, celosa, dramática y ahora chismosa.

La vida si que era irónica al designarle al bebé con flechas el armar a las parejas en la tierra. Apostaba que en Saturno los extraterrestres eran más decentes y civilizados en sus relaciones amorosas que los seres humanos.

Para la próxima vez que quieras comprobar tu estabilidad emocional asegúrate que sea con alguien sin ningún compromiso.

Esa era su consciencia dándoselas de regañona.

La castaña rodó sus ojos y soltó un bufido.

-— ¡Oh, claro que si.! —-la enana interrumpió la ronda de pensamientos de Jelly,—-Sería muy amable de nuestra parte informarte Areli-—ambas chicas sonrieron fingidamente.

A la rulosa no se le olvidaba cobrárselas a la enana, y la última no se dejaría pisotear de nuevo por la novia de su amigo.

Si la chica soltaba la sopa, la pijamada se iría a la mierda en un ciantamen.

Y eso fue lo primero que pensó Yael.

—-Le tenía que dar una bofetada a la castaña. —-y se respiró de nuevo en la habitación —-¡No es para morirse Areli!-—con un ademán le restó importancia, mintiendo sobre lo que en verdad iba a suceder.

Ivanna sabía que si decían la verdad la situación pasaría de mal en peor.

El castaño soltó un suspiro al verse con el pellejo sano y salvo. Areli asintió compresiva, disipando lentamente el grado de enojo acumulado.

Eso...

Hasta que la rubia quiso hacerse la graciosa.

—-Pero ¿sabes qué Ari? —-sonrió acercándose a la chica para sujetarla del hombro. —-Todos cumplimos varios retos, pero Joaquín lo hubieses visto. —-exageró moviendo sus manos—-A diferencia de tu novio el cobarde —-miró a Yael con suficiencia, recalcando la última palabra—-tu peli desteñido si junto sus labiecitos con los de alguien más. —-Olivia se sobresaltó, abrió los ojos, haciéndole señas para que cerrar el pico.

Pero la rubia estaba tan ensimismada en sí misma que ignoró los llamados visuales de la enana.

Si no era el pellejo del castaño, el pellejo de la chica estaría en pésimas condiciones.

Pensó Olivia tragando saliva audiblemente.

-— ¿A quién? ¡Expliquénse!—-volvió a retomar los chillidos, dando un pisotón al piso que provocó que la pelirroja se frustrará.

Era su puto piso. Solo ella daba pisotones en su habitación.

—-A Olivia. —-dijo simple —Joaquín besó a Olivia—-Paula soltó la sopa, la involucrada en el reto deseaba que la tierra se abriera en dos y la tragara viva.

Tanto así que se quedó observando el piso de la habitación a ver si sucedía.

Pero no, nadie la trago.

O al menos hasta que Areli reaccionó.

—-¡Joaquín!. —-mencionó calmada—-¡Tú tienes novia imbécil!—se alteró—-Te recuerdo por si se te olvido en el ataque de amnesia. ¡Explícate ahora mismo idiota desteñido!—-los gritos de la chica comenzaron a aturdir el ambiente.

Pero al parecer Joaquín estaba dispuesto a aclarar el asunto.

Lo cual tranquilizó a Yael hasta que escuchó a su amigo soltar babosadas por la boca.

—-Areli fue solo una estupidez sin sentido. —-los demás presentes dirigieron su mirada hacía el chico. —-Sabes perfectamente que mi corazón le pertenece a Karla, la amo, por esa razón fue que le pedí ser mi novia en primer lugar. ¿Qué creías que yo iba a besarme voluntariamente con la enana? —-se carcajeó cínico—-¡No que va!— hizo un ademán con la mano—-Ese beso no significó nada para mí. Y espero no haber creado ilusiones en corazones ajenos. —-las palabras de Joaquín provocaron que a todos los presentes a excepción de Areli lo fulminaran con la mirada.

Yael quería darle un jetazo por idiota, observó a Olivia quien suspiró y contuvo las ganas de romperse en llanto.

Y no era por tristeza, le daba rabia ser una marioneta y que el chico la utilizara como él quisiera.

—-Como ves Areli. —-sonrió débilmente— Solo fue un reto. Y no te preocupes Joaquín nadie se creo ilusiones al contrario esperaba lo mismo de tu parte. —-dijo pareciendo segura por fuera cuando por dentro estaba en el borde de la inestabilidad —-Yo creo que todo está sumamente aclarado aquí así que pueden largarse de una jodida buena vez—-

En ningún momento Olivia apartó la mirada de los ojos de Joaquín.

Si, quería llorar pero más que eso quería romperle la boca y borrar el sabor de sus labios en la suya.

—-Estrellita yo...—-el chico quería acercarse pero tanto Yael y ella misma le impidieron el paso.

—-Joaquín tú y yo ya nos íbamos. Solo entregamos las pizzas y ya las chicas nos pagaron. —-el joven asintió antes las palabras de su amigo.

-— En cambió Areli ¿Qué viniste hacer tú aquí? -— misma pregunta se hacían las demás.—-

—-Vine a la pijamada de Paula—-contestó sonriendo aparentemente amable, situación que le pareció extraña al castaño quien la mirada ceñudo.

[...]

—-Oye amor-—la chica lo observó sonriente apretando el agarre en su mano. -— ¿Porque no intentas ser amiga de las mellizas y las chicas? —-hizo un tierno y gracioso puchero el joven castaño.

La enrulada curvó la boca hacia abajo en una mueca.

-— ¿Cómo quieres que haga eso bello? —-preguntó la chica irritada. El joven se acercó tomando un mechón de su cabellera.

—-Las chicas van a hacer una pijamada el miércoles. ¿Qué te parece si vas y haces las pases con ellas? —-la chica se lo pensó varias veces ladeando la cabeza indecisa. —-

—-Por mí—-el castaño beso los labios de la chica en una leve caricia. —-

—-Está bien-—aceptó —-Pero no prometo una alianza de súper amigas por si empiezas a crearte expectativas —-el chico sonrió y volvió a besar a la enrulada. —-

[...]

Mierda.

Murmuró Yael después de recordar que quien implantó la idea fue él mismo después de clase.

Si, le había propuesto aquella invitación pero dudó demasiado en que la chica haría acto de presencia.

Las ideas que su novia traía en la cabeza eran raras y sumamente extrañas.

Isabella se carcajeó sin gracia-—¡Oh pues que bien! bonito que ahora tengamos una intrusa. ¡Bienvenida!—-hizo una mueca de disgusto la pelinegra

>>Se puede saber ¡Oh gran majestad! ¿Quién fue el ser humano que te mencionó sobre la pijamada? Que está más que decir que no estas invitada-—el abrazo con la enana no fue impedimento para escupirle con fiereza las palabras a la enrulada. -—

—-Yael me lo dijo—-y fue así como al castaño le cayó el balde de agua fría. Las chicas sonrieron fingidamente hacía el chico mientras que varias miradas asesinas lo observaban.

Si aquellas miradas mataran, aseguraba estar tres metros bajo tierra desde el instante en que su novia abrió la boca.

—-Para tu información querida. Yael no tiene el más mínimo derecho de decirte absolutamente nada de lo que hacemos. ¡Ahora muevan el cuelo y lárguense por que aquí ninguno de los tres fue invitado!. —-ordenó una furiosa Olivia empujando a Areli fuera de la habitación.

La enrulada se distanció de la enana jalándola lejos de ella.

—-Te lo dije lindo. —-Areli colocó un puchero bajando la mirada, mientras abrazaba de costado al castaño. —-Yo trató de se buena, y poder ser amigas pero ellas siempre me tratan mal. —-a la pelirroja no le pareció chistoso el papel de víctima de la chica y si estaba furiosa por la intrusa ahora más si creaba drama donde no debía.

—-A otras les llegas con ese cuento, pero ¿Qué tal? A nosotras no. Yo nací en la noche pero no de anoche por si no sabías. No tengo la edad que tengo por obra y gracia de los dioses. Y como ves ni yo ni las demás nos creemos tu cuentico de mosquita muerta. Puedes hacerte la pendeja en otro lugar, aquí ya te queda barato el teatro—-finalizó sus palabras sonriéndole cínicamente a la enrulada. -—

—-Yo no soy ninguna mosquita muerta y mucho menos me hago la pendeja con ustedes que te quede claro Zanahoria—-Yael al instante comprendió que los límites se habían sobrepasado con solo mencionar la palabra de la hortaliza contra la pelirroja.

Que ahora no distinguía su rostro de su cabellera.

Isabella y Sophia sostuvieron a Paula antes de que la chica le golpeará la cara a Areli.

Mientras que el peli desteñido sostenía por la cintura a la enana.

Jelly pestañeo atónita mientras que Pamela observaba esperando la pelea campal entre las demás.

-—¡Chicas suficiente!—-gritó Yael sin ningún rastro de paciencia. Se frotó la cien indignado por el comportamiento infantil de las chicas quienes dirigieron una mirada llena de odio e impotencia.

Era ahora o nunca, cualquiera de ellas podía fácilmente aventarle la lámpara de noche y no quería despertarse con un ojo morado.

-—¡Suéltame ahora mismo Joaquín!—-chilló Olivia moviéndose de un lado a otro rebeldemente, el joven no hizo caso y ella no era un ángel del cielo.

Olivia se frustró y mordió el brazo del chico. Este deshizo el agarre rápidamente al sentir el ardor acumularse en su antebrazo.

—-Mierda—soltó indignado. -—

-—¡Eso es lo que te mereces o mucho más por idiota Joaquín!—-reprochó Yael fulminándolo con la mirada—-¡Muévete que nos vamos!. ¡Y cuando digo nos vamos es ya! —-Yael elevó hasta su espalda a la enrulada como si fuese un saco de papas.

El rubio desteñido fue arrastrado hasta la salida irritado.

La chica con síndrome de morder a quien se le antoje se las pagaría.

La puerta se cerró de un tirón y la dueña de la casa apareció.

-— ¿Qué diantres ocurrió aquí?—-las femeninas se observaron incómodas. —-¡Pregunte y quiero respuestas!. —-insistió la mujer dirigiendo sus mirada a sus hijas. —-

>> ¿Por qué Miguel Ángel cargaba como saco de papas a Areli y Joaquín se sobaba el brazo? ¿Por qué la habitación parece un chiquero? —-

Y la mujer tenía la razón, el piso estaba mojado por los calcetines de la morena, la ropa del armario no estaba precisamente donde debía estar, el set de maquillaje y películas estaba esparcidas por el piso, añadiéndole el televisor y la lámpara de noche caídas.

Las chicas sonrieron encogiéndose de hombros.

—-Admitimos la culpa. Esto es un cuchitril pero ya arreglamos todo—-mencionó Paula quitándose disimuladamente los preservativos del cuerpo.

-—¡Ivanna Alin!—-la mencionada miró a los alrededores-—¡Si es contigo morena!—-la chica sonrió—-El suelo está empapado y mírate los calcetines. —-

—-Idea de la rubia de su hija—-se excusó la morena señalando a Sophia. —-

—-¡Exijo limpieza de este chiquero, me secan el piso y se acuesten a dormir!. Mañana temprano deben asistir al instituto. Y no permitiré que mis hijas y las amigas de mis hijas lleguen retardadas a las clases y con bolsas debajo de los ojos. —-ordenó la señora Aline besando la cabeza de cada una de las muchachas. —-

—-Si capitán, sus órdenes serán cumplidas a la brevedad posible—-colocó posición de soldado firme Sophia.

—-Lo que dijo la rubia—-comentaron las demás disimulando las risas. —-

La señora Aline asintió -—Buenas noches chicas—-y sin más cerró delicadamente la puerta para dejar a las chicas solas en el cuchitril.

—-Interesante—-murmuró Pamela—-Se van los imbéciles y llega la ama y dueña de la casa. Lo que hace el destino. —-se encogieron de hombro las demás.

Los ánimos decayeron después de la presencia de la enrulada y los comentarios del rubio desteñido.

—-¡Oigan! ¿Qué hora es? —-preguntó Jelly perdida en el tiempo.—-

—-Exactamente media noche—-contestó Isa asombrada—-

—-Lástima que no hay luna llena, saldrían los sexys hombres lobos y quien sabe alguna follada magistral nos ganaríamos. —-bromeó Olivia recogiendo el desastre de ropa y zapatos.

Las demás negaron con la cabeza divertidas.

-— ¡Vaya! Mi madre sí que anda hasta muy tarde en la calle. Y a mí me dejan hasta las nueve y si acaso —-rodó los ojos divertida la rubia cerrando el armario después de haber colocado la ropa en este.

—-Oye Ivanna mejor quítate esos calcetines de retrete — se carcajeó Jelly guardando las películas con Paula.

La morena se miró los pies y corrió al baño

Las chicas ofrecieron disculpas a la pelirroja por destrozarle la lámpara de noche prometiendo reunir el dinero necesario para comprar una nueva.

Claro cuando le dieran la mesada del mes.

Ivanna salió del baño sin calcetines, guardándose el secreto de haberlos tirado en el retrete directo a las tuberías del asco que le generaban. Luego compraría unos nuevos o le robaría algunos a su prima.

Las cobijas estaban puestas, almohadas ajustadas y chicas cómodas.

Jelly agradeció estar lo suficientemente agotada físicamente para conciliar el sueño sin mucho esfuerzo.

Aunque antes de cederle la oscuridad a sus ojos se preguntó

¿Qué hubiera sucedido si Yael la hubiese besado?

¿Acaso habría recordado aquellos labios rotos o ya ni rastro quedaba de ellos?

Sacudió su cabeza dentro de la almohada.

Aquello que pensaba no debía cruzar su mente.

No debía pensar en utilizar a alguien más para borrar su pasado.

















Uff sentí a este capítulo largo. Jajajaja no sé ustedes

¿Cómo lo sintieron?

La lujuria se anda asomando. ¿Quienes creen que sean los primeros en caer en sus garras?

El título del capítulo define a la rulosa. Aprendan mis caramelitos.

Si no hay invitación
No tenemos que dar nuestra aparición.

Así evitamos no encajar en un baile de gallinas siendo otro animal.

(Aquí pueden dejar sus comentarios contra el pelidesteñido de Joaquín)

(Aquí inserten comentarios para la rulosa entrometida)

(Aquí la barra para tener beso de Yaelissa)

Adelanto...

Nunca subestimes lo que hacen los celos
En una mujer con mal genio.

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Besos tronados, entrometidos y confundidos

Livineza 🖤

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