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|11| xx Cuando hay santos nuevos, los viejos no hacen milagros xx

Cupido anda flechando
A cualquier pareja que por ahí esté andando
Las flechas pinchan al corazón
Y te hacen reaccionar diferente a la razón

Colocando apodos extraños
Porque estás enamorado
Mi genia mágica porque cumplió un deseo
La rubia de mis sueños porque está en tus anhelos
El castaño de mis pensamientos porque por él suspiras todo el tiempo

Pero ay de aquellos
Que no saben que son su universo
Cupido flechara a diestra y siniestra sin preguntar
Pero con sus flechas puede lastimar
A las víctimas del amor con mentiras al final

Capítulo Once
Cuando hay santos nuevos, los viejos no hacen milagros

Sonreír nunca había sido un problema. Las comisuras de sus labios se elevaban con facilidad pero muchas veces eran solo para aparentar.

Sonrisas forzadas, hipócritas y falsas.

Esas eran las sonrisas de Yael.

No recordaba la ultimas vez en que había sonreído de manera sincera y sin mentiras.

Pero hoy...

Sonreía sin hipocresía

Porque hoy...

Decidía por sobre los demás. Decidía por él.

Miró de reojo a Jelly quien sonreía de boca cerrada y parecía tararear una canción, desconocida para él.

Aunque ella no lo supiera ni tuviera conciencia de que una de las miradas que tanto la atormentaron el primer día de clases eran del castaño a su lado.

El chico comparó aquellas múltiples películas románticas que su hermana y su novia lo obligaban a ver, aquellas en donde el chico sostenía la mano de la chica en un escena romántica.

No estaba de más decir que de lo único que ellos se diferenciaban a los actores románticos eran la pintura morada, la crema de limón y que ninguno de los dos mantenía una relación amorosa con el otro.

Justo en ese momento a Yael le cayó el veinte.

Él si tenía una relación amorosa de varios años con una persona ajena a la castaña.

Y ambos tenían bien claro ese punto,

Solo que hoy, simplemente decidieron ignorar aquel detalle restándole importancia.

Cuando en realidad si importaba debido a que en donde hay dos corazones enamorados, había un tercero hecho pedazos.

Yael alejó aquellos pensamientos tortuosos de su cabeza, concentrándose en el cabello revuelto de la castaña.

Se detuvieron los pasos a unos cuantos metros del salón de química. El chico se colocó frente a Jelly observándola de nuevo sus ojos cafés.

-— ¿Qué?—-carcajeó leve la joven mirando divertida a Yael -— ¿Soy o me parezco? —-preguntó confusa. El chico negó sonriendo

—-Te ves linda despeinada —-el ardor innecesario se acumuló en las mejillas de la chica, al sentir el tacto delicado del castaño rozar con su piel esmerándose en peinar aquellos desenfrenados cabellos

—-Y eso que he visto a muchas chicas—-Jelly se tensó. Marco distancia y se aferró a su cuerpo.

Se repitió a ella misma que no estaba en una novela como para ilusionarse en vano.

—-Tú igual estás despeinado—-mencionó sacudiendo la cabeza. —-

Yael sonrió con suficiencia arqueando una ceja incrédulo

-— ¿Me ayudas a no ser el despeinado del instituto? —-la chica sonrió, y aunque lo pensó varias veces, la razón nunca le ganaba al corazón.

Retomó el acercamiento que minutos antes se había esmerado en romper para colocarse de puntillas.

Él joven era alto, lo admitió.

Sumamente alto y guapo.

Pestañeo varias veces proponiéndose concentrarse en el no sedoso cabello castaño del chico, cubierto por aquella pintura morada. De un momento a otro el castaño flexiono las rodillas, bajando su altura hasta quedar en la barbilla de la castaña.

Jelly no comprendió que sucedía ni siquiera cuestionó el porqué de aquel movimiento.

Los labios volvieron a secarse mágicamente mientras que sus piernas parecían no querer reaccionar.

En el fondo esa cercanía que era peligrosa para ella, pero a su vez adictiva.

El chico retomó lentamente su altura deteniéndose en los labios de ella. Quien tragó audiblemente saliva nerviosa.

¿Qué le ocurría? Se cuestionó mentalmente sin perder de vista los ojos del chico.

—-Me parece castañita —-habló con voz ronca—-Que ya es hora de entrar a la clase—-desvío la tensión, esquivando los rosáceos labios de la chica. Tomó de nuevo su mano, produciendo una corriente eléctrica que decidió ignorar.

Jelly no le quedó de otra que a duras penas asentir en acuerdo.

Ninguna articulación ni músculo presente en ella quería tan siquiera moverse, situación que le irritó.

En cambio, Yael parecía vivir con el lejano pensamiento de que aquella castaña permaneció muda era por su presencia.

Se sintió superior y un tanto orgulloso.

Desde que Areli había formado parte de su vida amorosa consideraba que sus dotes para conquistar y hacer temblar a una chica se habían ido al retrete. Pero al ver a Jelly palidecer con su cercanía comprendió que seguía siendo el mismo guapo castaño con las habilidades para hacer suspirar a cualquier chica que lo mirase.

El chico se ofreció caballerosamente en abrir la puerta del aula de clases, al entrar, el profesor los observó despectivamente. Su boca se abrió y al mismo tiempo se cerró, si quería reclamar el motivo de su retraso era consiente de que el aspecto de los estudiantes no era el indicado.

Volteó su vista, dándoles las espalda al par de castaños, indicándoles con la cabeza que tomaran asiento.

Las risas reprimidas por partes de los demás estudiantes, llegaron escasas a los oídos de la castaña quien se esmeró en ignorar cualquier indicio que hiciera su día empeorar más de lo que ya estaba.

El agarre se rompió.

No es que podían pasarse toda la mañana de manitas agarradas, pensó el castaño dirigiéndose a la mesa que compartía con el rubio desteñido de su mejor amigo, quien había que mencionar no prestaba ni la más mínima atención a los enlaces covalentes del pizarrón, su campo de visión se enfocaba en aquella chica.

—-Alguien no está prestando atención a la clase—-codeó divertido el castaño a su amigo que solo asintió.

—-Me tienes que dar los apuntes. —-insistió de nuevo—

—-Aja—-fue lo único que recibió como respuesta. Sin perder la mirada de ella. —-

—-Estoy cubierto de pintura morada y crema de limón por todo mi sexy cuerpo.—-

—-Cool, no hay nada mejor que eso—-el castaño se exasperó, rompió en cólera zarandeando a su mejor amigo de un lado a otro.

Odiaba ser ignorado y esas según su pensar eran las consecuencias.

El brusco movimiento terminó por captar la atención del muchacho y de la clase al tirar los libros y que el profesor levantará su voz.

—-¡Miguel Ángel y Joaquín silencio o sino expulsados de mi clase! —-ambos asintieron. —-

-— ¿Qué demonios te ocurre? —-le reclamó el chico furioso-— ¿Por qué? —-lo miró—-¿Qué sipote te paso? Tienes pintura y crema de limón. La broma era para la castaña no para ti—el castaño negó vehemente. —

—-Te lo dije, y no lo pienso volver a repetir. ¿Qué no escuchaste lo que te dije? ¿Dónde estabas? ¿En Saturno? —-Yael sabía las respuestas pero se notaba que fastidiarlo le encantaba.

—-Lo que sucede Lito—-a la conversación se unió una voz femenina. Captando la atención de ambos—-Así como la nueva castaña te tiene el mundo de cabeza. Joaquín es el mismo caso. —-opinó sensata—-Él no está en este universo que conoces. Me atrevo a decir que está flotando entre la luna y las estrellas —-la chica sonrió melancólica entregándole el último libro que al chico se le había caído —-Que suerte la de Karla ser la que provoca que su mundo esté de cabeza—-Oli suspiro, evitando las miradas del rubio desteñido.

—-Gracias—-la chica asintió y prosiguió su camino. Dejando atrás un chico pensativo.

—-Amigo mío. Eres todo un galán —-se burló divertido el castaño, observando la mala suerte de su amigo —-Acabas de tenerla cerca y lo único que proceso tu cerebro fue decir un "Gracias". —-negó—-Deberías tomar mis consejos. ¡Aprende de mí.! Mira como tengo a la nueva castañita-—el chico se alabó, dándose el mismo palmaditas en el hombro con suficiencia.

Se repitió mentalmente que debía darle clases románticas a su mejor amigo que no se esmeró en escuchar lo que el castaño balbuceaba.

—-Si supieras estrellita que eres mi universo—-suspiró derrotado sacudiendo la cabeza levemente irritado. —-

—-Okey campeón—-palmeó su hombro en consuelo —-Te recuerdo, fuiste tú quien la perdió en primer lugar. Deja de lamentarte, que con lloriquear y murmurar tus sentimientos no la vas a conquistar—-Yael era excelente para consolar y más si se trataba de asuntos ajenos a su corazón.

Joaquín asintió en acuerdo, dejando escapar otro suspiro. Sacudió la cabeza y se concentró, él tenía un plan y ella era su objetivo principal.

—-Tienes razón—-el castaño admitió que siempre la tenía —-Mejor prestemos atención a la clase. Te aseguro que lo que menos quiero es reprobar química. —-el rubio desteñido desvió su mirada de la chica enfocándola en el pizarrón.

>>Por cierto, tú novia está como loca desquiciada buscándote por todo el instituto. —-Yael rodó los ojos—-Y que no se te olvide. No te has salvado de contarme que cojones te ocurrió para que estes así igual que la castaña. —-el castaño iba a comentar pero su amigo lo interrumpió —-Aunque pueda que conozca la respuesta. —-terminó y sonrió. —-

—-Amigo mío, hoy me echaras una manita. —-el rubio alzó las cejas incrédulo —-Hoy no tengo tiempo para absolutamente nadie que no sea la castañita —-observo a Jelly.

Quien al percatarse de su constantes miradas sonrió ocultando un mechón de su cabello detrás de su oreja.

Joaquín celebró zarandeándolo entusiasta.

—-Cuenta con eso Bro —-aseguró el rubio sonriente. Las clases continuaron  y siguieron su curso, no sin perder de vistas las miradas cruzadas entre ambos castaños y la enana y el rubio desteñido.

[...]

Las clases se dieron por terminados, o al menos las primeras horas encerrada en un aula escuchando las habladurías de los profesores, ese era el pensar de la rubia que caminaba en dirección a su casillero en busca de los libros para su próxima clase.

La cual a diferencia de la anterior, le llamaba mucho más la atención.

Observó por el largo pasillo, en rastros de su mejor amigo el castaño y la nueva chica dando fallidos sus intentos de búsqueda.

En el fondo rogaba a los dioses, que aquella castaña engatusara a su mejor amigo, le quitaría un peso enorme de encima.

Suspiró y negó varias veces con la cabeza, su melliza había tenido la oportunidad que varias veces a ella se le propuso, y aunque la aceptó, a diferencia de ella.

La pelirroja no aprovechó al máximo aquella relación con el castaño. Y si bien sabía, era pasado, pero eso no significaba que aquella historia se dejara olvidada. Al estar a una cercanía lo bastante considerable, cerró los ojos temerosa de sufrir el mismo destino que la castaña horas atrás.

Posó su mirada y total concentración en la estructura metálica enfrente de ella sin notar el acto de presencia que hacía el chico a sus espaldas.

—-Con que clase de literatura francesa ¿eh? Debe gustarte ¿no? —-la rubia giró sobresaltada. El corazón pareció querer salir escupido por su garganta y aún asimilaba quien estaba frente de ella hablándole.

El chico sonrió, mordiéndose el labio inferior.

-— ¿Qué estás haciendo aquí? —-ella no le respondió, ni siquiera recordó la pregunta del joven.

La situación estaba clara, ella, él y un solitario pasillo escolar.

El muchacho chasqueó la lengua y la recorrió con la mirada de arriba hacia abajo

—-Viéndote—-la rubia alzó una ceja confusa—-Es que acaso no se puede observar una chica rubia ardiente como la que estoy mirando justo ahora—-la voz grave se hizo presente en el vocabulario del chico.

La rubia era astuta y no sería la típica chica que palideciera ante él

Me parece una mala idea

Tú no me controlas. Yo mando. Tú calla

Piérdete rubia

—-Créeme cuando te digo, que la única chica rubia ardiente que tus ojos podrán ver seré solo yo. —-la rubia colocó su cabello hacia atrás mientras se acercaba disimuladamente al chico quien ampliaba su sonrisa con cada palabra que de ella salía.

—-Querido, no encontrarás otra chica como yo. Así que disfruta de la vista mientras puedas. —-Sophia dio un pequeño giro señalándose el cuerpo entero. Para cuando volvió de nuevo la mirada al chico este se mordía el labio fuertemente.

¿Qué te dije?

Tú no me controlas. Yo mando. Tú calla. Eso dijiste

Punto para la rubia cero para el chico.

No todo es lo que parece

Calla

—-En eso estamos de acuerdo—-el chico la observó de nuevo. De su espalda sacó una rosa color rojizo junto a un pequeño sobre rosado. Sophia pestañeo varias veces atónita.

—-Eres la rubia de mis sueños. —-el chico pasó su brazo encima del hombro de la rubia cerrando la puerta del casillero, se acercó y rozó sus narices sin borrar la sonrisa.

Parece el gato de Cheshire de Alicia en el país de las maravillas

Calla que arruinas el momento.

—-Con que. Sueñas conmigo—-el chico asintió, Sophia colocó sus brazos alrededor del cuello del chico—-Yo no sueño contigo—-se acercó hasta su oído impulsándose en sus pies. —-Yo te pienso todos los días desde que llegaste. —-el joven posicionó su mano en la espalda baja de la chica.

—-Si yo soy la rubia de tus sueños. Tú eres el chico de mis pensamientos—-la rubia bajó lentamente rozando sus labios con los del chico y sonrió.

¿De dónde salió eso?

Ni puta idea.

No sigas

Si sigo

Te arrepentirás de las consecuencias

Calla

—-Cool hermosa. Te veo hoy después de clases el Starbucks —-habló y la beso.

Sophia cerró sus ojos impulsándose en sus pies para saborear más a fondo aquellos labios que la invadían y jugueteaban con su lengua.

Mientras disfrutaba de el adictivo sabor del joven rezaba que su querida madre no apareciera por aquel pasillo o sino los problemas que este beso ocasionaría en su vida serían graves. El chico succionó su boca y se separó. Sus pupilas estaban dilatadas y sus labios humedecidos.

La rubia reaccionó y sonrió

—-No faltaré tenlo por seguro. —sonrío pícara la chica, tomando rápidamente del cuello de la camisa al joven, invirtiendo los roles.

Ahora era ella quien lo acorralaba contra su casillero.

Posicionó sus piernas entre las del chico y rozó levemente sus labios.

—-Esperaré ansiosa a que pasen las horas—-se alejó. El joven pestañeo atónito sin comprender lo que había sucedido.

Una erección se hizo presente mientras que la rubia caminaba en dirección contraria sin borrar su sonrisa de victoria.

El chico reaccionó y habló

— -Faresti meglio a non tentaré ir diavolo se non vuoi bruciarti con il suo fuoco [1]—-Sophia no comprendió el significado de aquellas palabras pronunciadas por el joven aún recostado en el casillero, se encogió de hombros sin voltear hacia atrás.

—-Quiero ver eso—-sin ninguna idea de lo que decía meneó su trasero cruzando de pasillo para perderse del campo de visión del chico que ahora sonreía satisfecho de su plan de conquista.

Sophia se dejó llevar, recostándose en la pared suspirando. Recordar la escena le causaba gracia y nerviosismo. Pero no terminaba de borrar la sonrisa que apareció en el momento que él habló.

-— ¿Soph? —-se escuchó llamarla una voz-— ¿Qué estás haciendo? —-pestañeó varias veces la morena confundida, dirigiendo su mirada irónica a la chica rubia.

-— ¿Ah? ¿Yo? Nada Ivannita —-se espabiló-— ¿A qué se debe tu pregunta? —-disimuló la situación ampliando su sonrisa hacía la morena.

—-A que estas tirada en el suelo del pasillo en vez de estar caminando con tus pies a la clase de literatura francesa conmigo —-dijo irónica alzando una ceja. Sophia comprendió y sonrió aún más. Si es que acaso se podía.

-— ¿Sabes qué? —-saltó emocionada—-Tienes toda la razón amiga mía. —-Ivanna parecía encontrarse al lado de una loca porque su cara de asombro y confusión seguía intacta.

—-Nada más me distraje. Es todo—-sacudió la cabeza varías veces sin entender el porqué lo hacía.

Volvió a encogerse de hombros sin prestar atención al contenido que en sus manos cargaba.

Sostuvo su mochila con fuerza del hombro y empezó a moverse sin esperar la reacción de la morena a su lado.

-— ¡Ey! ¡Oye! —-tomó fugazmente la mochila de la rubia jalándola hacía ella.

Sophia pestañeo atónita por el impulso surgido.

-— ¿Una rosa? ¿Y un sobre color rosa? —-la chica rodó los ojos sabiendo por dónde vendría su próxima conversación. -— ¿Quién fue? ¿Matías? ¿Diego? ¿Oscar? ¿Mariano? No mejor mejor Aidan o Joshua —-Sophia negó carcajeándose por los pretendientes que su amiga le colocaba.

Sin embargo Ivanna se exasperó

-— Entonces ¿Quién ? —-chilló irritada por haber fallado al adivinar. —-

—-Estos presentes que ves en mis manos—-sacudió la rosa y el sobre delante de los ojos marrones de Ivanna satisfecha. —-Son de parte de uno de los hermanos de la nueva castañita—-sonrió ahogando un suspiro al tener la escena de hace minutos en su cabeza.

-— ¿Hablas de Jelly? —-ella asintió mordiéndose el labio inferior. A la morena le cayó el veinte

—-Mierda—-gritó zarandeando a la obsequiada de un lado a otro. —-Espera— detuvo los jalones-— ¿Quién de los dos? ¿El ruloso o el castaño? —-Sophia rodó los ojos por tercera vez.

—-El castaño—-soltó rápidamente evitando se le trabará la lengua. Ivanna volvió a emitir un chillido y abrazó a la rubia de costado dando pequeños saltitos.

—-Aun no sé qué dice dentro del sobre —-mencionó provocando que la morena frenara todas sus aciones.

—-Léelo de una vez. ¿Qué rayos estás esperando? —-colocó sus manos en jarra, levantado el pie constantemente de arriba hacia abajo.

Era una orden, lo que la chica le pedía pero con tanta emoción recorriendo su cuerpo se le fue imposible tomarla como una tal. O así pensaba la rubia, quien se negó rotundamente.

Ivanna hizo un puchero.

—-No, y así hagas miles de pucheros no—-

-— ¿Y si te hago los ojitos? —-volvió a negarse—-

-— ¿Y si te hago pucheros y ojitos al mismo tiempo? —-Sophia estalló en risas. —-

—-No—-la morena curvó la boca hacia abajo. —-Mi idea es leerlo cuando estemos todo el team reunido. Y eso es...—-

—-A la hora del receso-—musitó entre dientes, no muy convencida la morena de Ivanna.

—-Correcto querida amiga. —-la rubia pasó su brazo por encima del hombro de la chica y la atrajo hacía su costado. —-Tendrás que esperarte y controlar tus impulsos al igual que yo. —-la expresión facial de Ivanna cambió, estaba enojada por el simple hecho de no conocer lo que la susodicha carta decía.

Pero en parte era su culpa; desde pequeños cada cosa que les sucediese esperaban a estar todos reunidos para contarlo.

Una leve sonrisa se asomó en sus labios. Le alegraba que la rubia no lo hubiese olvidado. Al menos ella si recordaba las promesas de aquellos pequeños niños, no como su primo que se alejaba más de ellos creando un muro entre ambos.

La mueca de nuevo tomó acto de presencia.

—-Como diga mi madre—-Sophia volvió a reír, mientras que Ivanna inflaba sus mejillas con fingida indignación.

A los minutos se le pasó, claro, era un pequeño drama creado con la intención de convencer a la rubia, pero como no obtuvo resultado no le quedó de otra que llevar la misma actitud de todos los días.

El pasillo se hizo corto, o la conversa así lo hizo parecer.

Cuando ambas jóvenes entraron al salón de literatura francesa. Fue inevitable que aquella rubia y el peculiar castaño cruzaran miradas.

Tal vez Ivanna no lo notó.

Pero en el ambiente se encontraban dos almas destinadas a permanecer enamoradas.

[...]

Nathaula.

¡Si! ya esos dos tenían shippeo pero...

¿Cómo no tenerlo?

Si después de obedecer el plan del rubio desteñido, corrían por los pasillos de manos agarradas mientras se carcajeaban divertidos.

Cupido flechaba a diestra y siniestra y ellos no se quedaban atrás.

-— ¿Cansada? —-preguntó Nathan observando como la joven detenía el paso jadeante.

Notó entonces que a la pelirroja le hacía falta unas buenas horas de ejercicio, así su figura gritará "envídiame"

—-No—-negó—-Bueno algo si—-sonrió recuperando el oxígeno perdido por la carrera. Jadeó de nuevo y habló-— ¿Viste la cara de Areli? —-rieron. —-Te aseguró que jamás se borrará de mi memoria. -—

—-Admito que eres muy buena para las bromitas pelirroja —-Paula sonrió. —-

—-Totalmente, estas en toda la razón. Soy una genio —-se alabó ella misma. Nathan soltó varias carcajadas y se acercó a la chica.

—-Entonces—-pensó rozando su mano por sobre el hombro de la chica —-Los genios cumplen deseos ¿verdad? —-preguntó sereno, rompiendo la leve distancia que ambos tenían.

—-T-tres para ser e-exactos—-la chica retrocedió unos cuantos pasos para marcar distancia, pero sus pasos fueron en vano ya que la pared del pasillo chocó contra su espalda, impidiéndole cualquier movimiento existente.

En cambio el pelinegro avanzaba cada paso que podía.

La cercanía le produciría un ardor innecesario en las mejillas. Tanta cercanía era adictamente peligrosa

—-Cool—-chasqueó la lengua escaneando a la joven desde los pies a la cabeza. —-Serás Mi genio mágica. Y tendrás que cumplirme mis 3 deseos—-su mano se posicionó en la cintura de la pelirroja rozando sus piernas entre sí.

—-H-Habla de una b-buena v-vez—-Paula escondió un mechón de aquella cabellera rojiza detrás de su oreja disimulando el nerviosismo que el chico le provocaba.

Sin embargo por más que sus piernas parecieran gelatina su rostro estaba marcado por una sonrisa y si su voz titubeaba sólo eran efectos secundarios de la tembladera  que su cuerpecito le dotaba.

—-El primero—-pegó su frente a la de la joven y inhaló peinado. Quizás deleitándose de su aroma o absorbiendo cada parte de su alma. —-Tengamos una cita. Viernes en la tarde —-confesó.

Paula se removió sujetando sus piernas a las del pelinegro. Colocó sus brazos por encima del cuello del chico.

La fricción que generaban el choque de entrepiernas en pocos minutos dio como resultado un bulto pesado, caliente y duro impactar con el centro de la pelirroja.

Quien cabe mencionar no se inmutó ante el cambio de temperatura.

—-Okey—-asintió—-Ese deseó dalo por cumplido. —-se mordió el labio inferior y se carcajeó un poco. —-Suelta el segundo-—pidió impaciente aferrándose a la cabellera del chico. Nathan sonrió satisfecho y apretó su agarre en la cintura de la chica.

Paula se arqueó unos segundos por el tacto que el joven le propinaba en su espalda baja.

—-Ese deseó ya esta por cumplirse—-dijo y acortó la mínima distancia que permanecía en ellos, estampando sus labios con los de la pelirroja.

De inmediato una corriente eléctrica se desplazó por la piel de ambos jóvenes, la chica se impulsó en sus pies para saborear más a fondo la boca del pelinegro quien a su vez la elevó sosteniéndola de los muslos, apoyando su espalda a la pared de concreto.

Las paredes tienen oídos

Pero no ojos

No estes tan seguro de ello.

La chica dejó libre el paso para que la lengua del chico obtuviera un paseo dentro de su boca.

¡Mierda!

Pensó para sus adentros, ambos estaban excitados y no era muy buena idea teniendo en cuenta que estaban en medio de un pasillo de un instituto prestigioso y que la madre de la joven besucona era la directora del lugar.

Se separaron abruptamente.

La descarga de cordura se les hizo presente a ambos.

Lentamente Paula se deslizó hasta colocar sus pies de nuevo en el piso del pasillo. Nathan observó hacia ambos lados en busca de ojos chismosos pero encontró un vacío y solitario pasillo o al menos eso creyeron ambos.

La pelirroja acomodó su revuelta cabellera sin quitarle la mirada de encima al pelinegro.

Soltaron las risas

Ambos estaban ruborizados de un color carmesí intenso, jadeaban e incluso sudaban.

Y no era para menos conociendo las condiciones en que estaban minutos atrás.

[...]

La campanada retumbó en los oídos de los estudiantes revoltosos que ansiaban el anhelado momento del receso. El panorama era diverso para los jóvenes, la pelirroja y el ruloso caminaban muy a gusto por el pasillo, la más enana secreteaba con la pelinegra alejadas de la multitud.

Y a pesar de que la chica se estuviera atargantando por no haber probado un pedazo de alimento, el chismorreo con Pamela le parecía más interesante que su proceso alimenticio.

Por otra parte del pasillo caminaban animosos los castaños.

Jelly se dirigía a su casillero cuando frenó su paso en seco, golpeándose la frente con la palma de la mano.

¿Recordaste?

No hacía falta olvidarlo.

Nada más te repito ¡Pintura morada y crema de pay de Limón! es tu panorama.

Ya se, Gracias

A la orden

-— ¿Todo bien? —-el castaño tomó sutilmente la muñeca de la chica apartándola del bullicio de estudiantes. —-

-— ¿Ah? —-pestañeo varias veces, sacudiendo la cabeza. —-Si, bueno no—-el chico frunció el ceño confuso.

—-Es decir el problema es que como ahora mi casillero está cubierto por lo mismo que tenemos nosotros dos—-el chico sonrió sin levantar los labios—-Y no tengo donde dejar mis libros para el cambio de clases. —-se encogió de hombros bufando. —-

—-Tranquila, por eso no hay problema. —-Jelly alzó una ceja incrédula—-Te ofrezco mi casillero. Puedes guardar tus libros ahí. Hay mucho almacenamiento —-hizo un ademán con la mano restándole importancia a lo que la castaña se atormentaban.

La chica asintió.

Guardaron los libros para tener más ligera las mochilas y entre bastante plática y uno que otro golpecito bromista emprendieron caminata lejos del gentío. La castaña ignoró por un momento el hablar del chico a su lado, enfocando su mirada en la pelirroja y su hermano.

¿Qué hace ella con mi hermano?

Puedes ir a ver ¿no crees?

Sin percatarse Yael tomó la mano de la castaña, y solo lo noto cuando por el impulso de querer saber ¿Qué sucedía con su hermano y la pelirroja? Soltó la mano del joven a su lado, caminando disimuladamente para no parecer una loca corriendo por los pasillos.

—-Buenas mañanas señoritos enamorados—-Olivia se adelantó a la castaña, de manera sonriente. Pamela a su lado rodó los ojos algo fastidiada. —-

—-Por lo que estoy mirando —-hizo énfasis en su mirada penetrante la morena —-A ti también te engatusó el chico nuevo. ¿Qué es esto pandemia los hermanos de Jelly? —-se carcajeó divertida Ivanna observando fijamente a la parejita. —-

-— ¿Cómo qué a ti también? ¿Quién de ustedes ya flechó a Emiliano? —-preguntó frunciendo el entrecejo la castaña, señalando a cada una de las femeninas.

-— ¿Y qué te hace pensar que fue una chica y no un él? —-se burló Pamela recibiendo un ligero pellizco por parte de Isabella.

Jelly en cambio curvó la boca hacia abajo en una mueca no muy linda. 

—-Pamela ¿no tienes chismes que averiguar? —-sonrió sin mostrar los dientes la pelirroja.—-

—-Si supieras que no Pauli. Hoy no. Ya tengo el único chisme que necesitaba por el día. Así que me tendrás que soportar hasta que acaben las horas de clase—-ambas chicas sonrieron pero nada más. —-

—-Bueno chicas ya basta—-comentó Isabella —-¡Sophie! —-la rubia la miró confusa—-Sophie es la chica que engatusó al otro de tus parientes Jelly—-al instante la rubia se tornó de un color carmesí intenso en sus mejillas.

—-Es que ustedes aún no han entendido —-todas dirigieron la mirada hacía Nathan quien tomó distancia de la pelirroja —-Hoy es el día de los enamorados en todo el instituto Williams —-

—-Concuerdo, día de los enamorados y de los Pitufos morados y acaramelados —-mencionó Olivia señalando a ambos castaños. —-

-— ¿Y esa rosa? —-señaló Jelly—- ¿y ese sobre? —-volvió a señalar-— ¿Te lo dio mi hermano? —-chilló—-

—-Tal parece que si —-Yael observó de reojo a la castaña y sonrió. —-Las Durand flecharon a tus hermanos—-Jelly asintió. —-

—-Tengo hambre—-Pamela rodó los ojos al escuchar la voz de Olivia pronunciar la oración.

—-Si eso no es rarito en ti —-comentó Isa sonriendo —-

—-Es que hoy no desayune ¿recuerdas? —-musitó entre dientes la más enana, frotándose la barriga.

—-Bueno si —-se exasperó la enana—Te robé el desayuno, porqué tú andabas buscando los susodichos calcetines de puntitos de colores —-le reprochó Pamela—-

—-Niñas—-canturreó la pelirroja —-Después siguen con esa mini pelea. Ahora hermana —-la miró detenidamente —-Abre el sobre quiero saber que dice —-todos incluyendo al pelo rulado y el castaño formaron un mini círculo alrededor de la rubia, que suspiró asintiendo.

—-Dice—-

"Fíjese que cuando sonríe se le forman unas comillas en cada extremo de la boca.

Esa, su boca. Es mi cita favorita.

"Por favor sigue sonriendo para que yo pueda seguir maravillándome al verte."

De pronto tuve la necesidad de hacerte saber que tu sonrisa provoca la mía.

Te espero ansioso hoy después de clases en el Starbucks.

Terminó de releer la nota tornándose de un ligero carmesí. Admitía, muchos chicos le habían dicho palabras bonitas, pero ese castaño tenía un toque especial.

Algo hipnótico.

—-Que ternura—-suspiró Olivia juntando sus manos y meciéndose con los pies. —-Ojalá alguien hiciera eso por mi. —-mencionó sin conciencia—

-— ¿Qué quieres que hagan por ti? —-apareció la voz del peli desteñido sosteniendo una malteada. Olivia lo ignoró observando a Pamela sonreír mientras jugueteaba con la rosa de la Sophia.

—-Sencillo, lo que el chico nuevo hermano de la castaña le hizo a mi hermana —-le mostró el sobre y la rosa-— ¿De dónde saliste tú? —-intrigó Paula quitándole atrevidamente la malteada que el rubio desteñido traía consigo.

Joaquín pestañeo atónito

—-Emm... venía de revisar a la bruja en el ático—-asintieron—-Pero la malteada no era para ti Paula—-la mencionada se encogió de hombros ignorando lo dicho por el chico, ya que continuó sorbiendo del batido.

—-Toma enana—-la chica le entregó la malteada de sandía a la más pequeña quien la tomó desconcertada —-Se que no es tu favorita pero algo es algo—-la referencia de la pelirroja solo logró confundir a los presentes. 

—-Emm... gracias ¿creo? —-sorbió del pitillo y habló —-Es enserio que tengo hambre. Pamela me robó el desayuno. Quiero comer además hoy está la especialidad en el menú de sándwiches con extra queso. —-hizo un pequeño berrinche mientras Pamela carcajeaba muy a gusto. -—

—-Vamos a llegar después que todo el puto instituto haya saciado su proceso alimenticio y me van a dejar solo el sencillo. —-la chica no espero respuesta alguna, se llevó a rastras a la rubia y a la pelinegra decidida a probar los susodichos sándwiches.

Jelly soltó varias carcajadas por lo bajo al ver la escena y como todos los demás seguían a la chica hacía la cafetería. Iba a imitar su acción de seguir cuando la voz varonil del chico la interrumpió

-— ¡Ey! Oye —-la castaña se giró sobre sus talones para observar a Yael sonreír —-Recuerda hoy estarás todo el día conmigo—-escondió un mechón rebelde de la castaña cabellera de la chica detrás de su oreja. —-

>>Ya viste lo que hace el efecto cupido en tu hermano y mi mejor amiga. —-Jelly asintió evitando sonrojase con la cercanía del joven —-Ahora tú y yo nos iremos lejos de esas personas locas y enamoradas —-Yael tomó delicadamente el brazo de la chica para que empezara a caminar a su lado en dirección contraría al pasillo.

Jelly quizás no pensó lo que diría, o si lo hizo pero no lo admitía.

El punto es que quizás fueron las emociones encontradas de aquel día.

La máscara más ajustada de su vida falsa

O la compañía de Yael quienes fueron la causa de sus palabras.

—-A mi parecer creo que si sigues actuando así te quedarás con una persona loca y enamorada—-el chico frenó en seco sus pasos, se giró para observar como Jelly escondía su cabeza entre sus hombros tímida y consciente de sus palabras.

Sin embargo no borró los rastros de una enorme sonrisa.

—-Vamos mi linda castaña—-y sin más ambos jóvenes emprendieron caminata alejados del bullicio del mundo para sumergirse en el bullicio de los alaridos del corazón.

***
[1] Faresti meglio a non tentaré ir diavolo se non vuoi bruciarti con il suo fuoco:
Es mejor que no tientes al diablo, sino quieres quemarte con su fuego.
















Capítulo largo porque Cupido se está asomando

¿Quiénes caerán primero en las garras del amor, la lujurias y el sexo? JAJAJAJAJA

Sé que esta mal pero esa broma le falto como sazón ¿no creen? Mi lado cruel quería ver mucha más maldad.

Adelanto...

Siguen los santos nuevos reemplazando a los viejos
Por maldad y una mala jugada se cobran venganzas
Un descuido y un olvido dejan un corazón resentido.

—jalan a la autora del brazo antes de irse —-¿Qué no piensas decir para que estoy aquí? —-rodó los ojos irritada.

Yo: Ah si. —aclara su garganta —-Caramelitos la brujita tiene un anuncio importante—hace una pausa y se inclina al oído de la bruja —-¿No crees que es muy pronto?

Brujita: ¡No! Necesito ser de utilidad o sino me aburriré.

Yo: —suelta un bufido—Sabes que eso es imposible. Conmigo nadie se aburre.

Brujita: ¡Ya! ¡Shh! Es mi turno—-la autora entrecierra los ojos hacia ella —-Revoltosos/as y secretosos /as la enana de por allá —-señala a la autora—

Yo: ¡Oye! Más respeto por tus superiores

Brujita: Ignórenla. —-ríe—-Yo seré la que con mis hechizos y varita los mencioné en los capítulos de esta historia. ¡Si! Puedes aparecer en las dedicatorias. Y todo gracias a mi —menea su cabellera—

Yo: Di lo que tienen que hacer

Brujita: Secretosos/as lo único que deben hacer es eso que ya están haciendo. Lean, vote, comenten. Sigan a la enana en Instagram y si quiere una dedicatoria en el capítulo pueden decirlo al privado de la autora o en lo comentarios.

Yo: Ahora si. Bye bye

Brujita: —sacude su varita y se va jalando a la autora—

Follow en Instagram como @Itz_Livineza

Besos tronados, morados y manchados.

Livineza 🖤

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