|10| xx Entre broma y broma, la verdad se asoma II xx
Lo positivo es que siempre habrá
Alguien que justicia hará
Con un beso y una risa
La maldad se disipa
Con una promesa del día
La alegría termina
Por renovarte
El alma y sacarte una linda sonrisa.
[...]
Capítulo 10
Entre broma y broma, la verdad se asoma. Parte II
Un poco y se arruina, un poco más y todo lo que con esfuerzo había planeado se iba directo a la mierda, pensó la chica frustrada cruzada de brazos.
—- ¿Me explicas Areli? -— gruñó el peli desteñido observando con enojo a la chica quien solo se limitó a encogerse de hombros.
-— ¿Cómo sipote se te va a olvidar ese pequeñísimo detalle? El instituto lo abre la señora directora, ¿Y sabes una cosa? —-el chico bufó—-Es la madre de las mellizas que son causalmente amigas de la nueva castañita. —-el joven rubio reprendió a la enrulada con fiereza.
De seguro fue la píldora de anoche que nubló todo tu cerebro.
Areli rodó los ojos escuchando la voz de su conciencia y la del rubio reclamarle. Volvió a encogerse de hombros indiferente.
—-Todo despejado Joaquín—-anunció Mario viniendo de regreso. Areli sonrió
—-Abran ese puto pedazo de metal ahora—-ordenó firme observando de reojo a Joaquín.
—-Espérate un momento rulosa—-la frenó el rubio frotándose la cien—-
—-No fue pan comido entrar en el sistema de computadoras anoche para encontrar la clave del estúpido casillero. —-mencionó Mario introduciéndolo la susodicha combinación en el compartimiento de metal.
Un sonido
Un casillero abierto
—-¡Soy todo un genio!—-se alabó el chico retrocediendo unos pasos para que él rubio examinara el espacio.
—-Si, si, si. Un sabelotodo en la materia. Felicidades Mariecito—-habló sarcástica Areli—-¿Cómo demonios harán ustedes para que salga expulsado el contenido justo cuando la castañita lo abra? —-no podía ocultar que la curiosidad y el querer dominar la situación a su antojo la delataban.
No tenía ni puta idea de que sucedería o como se llevaría a cabo. Lo único que podía entrarle en la cabeza era la castaña humillada delante de todos los ojos del instituto.
—-Ni te preocupes por saber. —-la cortó Aurora cruzada de brazos—-Si en verdad confías en nosotros lo único que debes hacer es esperar ¿si? —-la enrulada asintió cohibida. -—-
—-Es fácil su majestad. —-la chica fulminó con la mirada al rubio burlón—-Lo que no puede procesar tu minúsculo cerebro real. El de ellos si lo hace y de manera sencilla. Pero como la reina está muy ocupada en rellenar los huecos de su cerebro en maquillaje y zapatos no entenderá la metodología de un trabajo como este. Le aconsejo tomar asiento en su trono y alabarse usted misma —-los demás rieron por lo bajo concentrados en el casillero y no en la enrulada y el rubio. —-
Bibiana dejó su mochila en el suelo, para disponer a sacar de ella los cables e interruptores que momentos después Mario se encargó de instalar en la parte trasera del casillero. Aurora posicionó el censor de movimiento en la rejilla de la abertura del compartimiento de mental. Joaquín se ocupó de colocar en el espacio indicado calculando trayectoria, velocidad y tiempo los artefactos y productos empleados para la susodicha humillación.
En lado opuesto observaba ceñuda Areli, arrugando el entrecejo confusa.
Pero ella no era la única que observaba atenta a los movimientos de los chicos del club de robótica.
Otros ojos curiosos y maliciosos veían con lujo el paso a paso de aquella maldad.
Solo que se esmeró en no ser vista por nadie más que su propia sombra.
—-Faltan 15 minutos antes de la campanada de entrada. —-chilló la enrulada controlando sus nervios. —-
—-No sabía que tenías complejo de relojera encanto—-se burló Joaquín —-
—-Ni sibii qui tiniis cimpliji di rilijiri incinti —-lo golpeó efusiva la chica frustrada por su comportamiento.
—-Asegúrense que todo este listo. Es lo único que les pediré por el resto del día. —-Aurora y Mario asintieron.
—-La castaña vendrá a recoger sus libros de lenguaje después de guardar los de matemáticas. —-Areli dió un pequeño salto entusiasmada. -—
—-Ahí es cuando sucede la magia—-chilló zarandeando a Joaquín de un lado a otro por la emoción. Bibiana la observó con recelo disimulando una pequeña sonrisa burlona.
Al instante Areli recobró la compostura, alisando con sus manos la falda, ignorando su comportamiento anterior.
—-¡Muchachos!-—los llamó el rubio sonriente-—Todo conectado. ¡Muévanse no pueden vernos por aquí!-—mencionó Joaquín cerrando el casillero con sumo cuidado de no alterar los circuitos pre--programados.
Como si fuesen peones Aurora, Mario y Bibiana colgaron sus mochilas a la espalda y se esfumaron de la vista de la enrulada y el rubio.
—-Areli que te quede clarísimo que esto que hicimos se queda entre nosotros. —-habló serio el chico observándola a los ojos —-Si alguien se entera ...—-Areli interrumpió el discurso hastiada.—
—-Ya lo sé —-admitió cansada —-Lo repetiste veinte veces ayer. Nadie se enterara de esto. Lo prometo —-y sin más ambos chicos cruzaron melliques en señal de silencio sumarial. Para luego irse a instalar la cámara escondida que enfocará directamente al casillero de la castaña.
Al activarse el celular de la enrulada, la cámara daría inicio a la grabación transmitiéndola en vivo por las redes sociales y la página web del instituto.
—-Si aquella castaña no toma distancia de los de clase alta no se que lo hará —-mencionó Areli sonriente.
Recordó que aún tenía un pendiente que resolver, y lo haría después de humillar a la castaña.
Serían dos pájaros de un solo tiro y su sonrisa no podía demostrar lo contrario a lo que expresaba.
[...]
-— ¡Ey! —-llamó desde la entrada de la sala de música la pelinegra cruzada de brazos. —-Princesas musicales, ya sonó el timbre de entrada. Muevan el culo o llegaremos tarde—-mencionó Pamela colgando su mochila al hombro. Las demás obedecieron animosas.
La castaña pasó justo al lado de la pelinegra, la cual se distanció de la chica bruscamente provocando un leve golpe en el hombro de Jelly. La castaña ignoró aquel acontecimiento y prosiguió su andar en dirección a su casillero.
Olivia y Pamela se quedaron atrás mientras que las mellizas, Isabella y la morena siguieron los pasos de la castaña saludando a los demás estudiantes. A lo lejos Yael se aproximaba hacía Jelly sonriente.
Su intención no era más que saludarla, pero no logró su objetivo debido a un estampido de labios que personalmente Jelly consideró serían la Bienvenida y los Buenos días en una pareja como aquella.
La chica sacudió la cabeza alejando cualquier pensamiento ajeno a su conducta, de igual manera desvió la mirada de la pareja que extrañamente le causaba repugnancia.
Varios ojos observaron atentos a los movimientos que empleaba la chica. Jelly introdujo la clave, un click le dio el aviso de apertura, al momento de abrir la puerta de metal, la visión de la chica se nublo, un fuerte impacto terminó por darle un golpe en el rostro.
El cuerpo se le tensó al sentir la textura pegajosa cubrirle desde la raíz de la lacia cabellera castaña, hasta el dobladillo de la falda. El silencio reino por unos instantes, roto por la primera carcajada de la enrulada.
—-¡Castaña!—-chillaron las mellizas asustadas. —-
-— ¿Pero qué demonios? —-soltó Nathan asombrado. Observó de arriba a abajo a su hermana con singular preocupación
-— ¿Esto es? —-Emiliano tomó del rostro de su hermana una pequeña porción de la cobertura-— ¿Crema de Limón? —-el chico se carcajeó levemente por lo bajo. Le indicó a la castaña abrir la boca para que también probara un poco con la lengua.
—-Si—-dijo tajante la castaña sin ninguna posibilidad de mirar más allá de la capa negra que cubría sus ojos.
—-Tiene un buen sabor. —-reconoció Jelly saboreando de nuevo la crema de limón.
-— ¿Estás bien castañita? —-la voz de Yael le pareció lejana ante los oídos de Jelly quien asintió sí saber a dónde dirigir la cabeza.
-— A ver imbécil ¿Cómo se te ocurre preguntar semejante babosada? —-se instaló el silencio con la voz de Emiliano sobreponerse a las demás con notable cólera. Yael retrocedió unos pasos hacia atrás marcando distancia.
-— ¡Ey! Par de idiotas. ¿Acaso no ven cómo está? Hecha todo un desastre. —-comentó Isabella tomando los libros de la castaña que cabe mencionar también estaban cubiertos de pintura y crema de limón.
Pamela guardó silencio observando atenta al peli desteñido acercarse presuroso a la escena.
Jelly se frustró, apretó sus puños a los costados y gruñó irritada. Emiliano sonrió disimuladamente siendo consciente de lo que ocurriría después.
La chica pasó el dorso de su mano por sobre sus ojos, quitándose un poco lo que le impedía ver con claridad.
Aunque pronto se arrepintió. Si no veía nada hubiese sido Mejor, porque tan sólo sus ojos enfocaron el panorama, miles de rostros desconocidos para ella carcajeaban señalándola.
Muchos lanzaban comentarios humillantes sin disimular que fuesen para ella.
—-Castaña ven conmigo—-el chico tomó sin previo aviso la muñeca de Jelly. Ella se zarandeó bruscamente.
El agarre se rompió y Yael retrocedió.
La castaña miró a cada uno de quienes la rodeaban.
Y ahí sucedió...
La grieta en su burbuja de perfección se abrió.
Le arrebató los libros a Isabella de las manos y caminó a paso apresurado sin siquiera tener conciencia de adónde iría.
Empujó varios cuerpos para abrirse paso entre ellos, sin importarle a quien lastimaba o no.
Al fin y al cabo ella también estaba lastimaba y a nadie le importaba.
Fue arrastrada por su inminente ira, dejando atrás el bullicio de los estudiantes burlones, y desapareciéndose de la vista de sus hostiles hermanos y las preocupadas chicas.
Cuando dejo de escuchar los susurros, se dio cuenta de la dirección donde sus pies la habían llevado.
El campus del instituto Williams
Estaba desierto, ningún estudiante se pasaba por ahí a tan tempranas horas del día, por eso y porque al parecer no había moros en la costa, Nelly se permitió dejar caer su máscara de perfección por un momento.
Se sentía asfixiada por las grietas tapadas.
Quería sentirse propia y no una copia de alguien que siempre quiso ser pero que no pudo.
Tiro sus libros junto a la mochila a la superficie metalizada de las gradas.
Se jaló el cabello irritada, pareciendo querer arrancarse cada mechón falso de ella.
—-Maldita sea—-gruñó enfadada, dándole patadas a las gradas —- ¡Mierda, mierda y más mierda—-decía entre gritos
—-Me odio, me odio. No puedo ser perfecta. Necesito ser perfecta. —-soltó un grito desgarrador y azoto colérica con sus puños las barandas.
Siguió entre gritos, insultos hacia ella misma, patadas, puñetazos y jalones de cabello.
Se pasaba las manos sobre el uniforme manchada irritada.
—-Veracruz no puede joderme aquí también. ¡No! —-negó con su cabeza, deteniéndose—-No, aquí no será la misma mierda.
—- ¿Jelly? —-la castaña irguió la cabeza y tensó sus hombros. —-¿Todo bien? —-escuchó la voz a su espalda.
Apretó los puños a sus costados y practicó varias sonrisas antes de girarse.
Otra vez volvía la máscara a su sitio.
Lo que no sabía ella era que aquella farsa que queríamos tar. Había tenido un espectador que conocía lo que en realidad estaba tras el telón.
—-Si te digo que si estoy bien me tacharas de mentirosa —bromeó sonriente. —-Y como la palabra mentirosa no me describe te dire que no, no estoy bien —-bajo la mirada tímida, rascándose el antebrazo.
El chico la observo y sonrió pena por ella.
—-No es tan grave como parece ser—-
No, grave era lo que se desataba dentro de ella
Jelly levantó la mirada un tanto cristalizada.
—-Perdona-—se detuvo—-Solo quiero ayudar —-la castaña sonrió leve. Yael acortó la distancia y pasó sus sobre el rostro de ella.
Jelly se tensó.
Y una pequeña alarma se activó.
—-Creo que con eso está ¿no? —-preguntó Yael cerca de la chica, quien asintió despacio asimilando la cercanía del muchacho.
Ambos dibujaron una sonrisa en sus labios
Jelly realizó un escaneo de su cuerpo y aunque sabía su estado quiso hacerse la víctima delante del castaño.
Ya tenía su atención, debía aprovechar eso.
-— ¿Y ahora? ¿Qué voy a hacer? —-chilló tapándose la cara angustiada—-Justamente hoy que estrenó uniforme nuevo me pasa esto. —-bufó rodando los ojos hastiada. —-
—-Ya sabía yo que esa falda no era la misma de ayer. —-Jelly levantó una ceja incrédula al oír el comentario del chico—-Se supone que debería estar mucho más arriba —-Yael observó las piernas de la chica quien se frustró por la actitud del muchacho.
Tomándose la confianza que no tenia le propinó un puño en el hombro para que controlara su pensar.
—-Pervertido—-murmuró lo suficientemente alto como para que el chico escuchase y soltara una risotada divertido.
—-Tal vez si, depende de la ocasión y de la persona—-dijo maliciosamente entornando las cejas.. —-Jelly desvió la mirada colorada.
Tener este tipo de reacciones corporales no eran de mucho agrado para la chica quien volvió a frustrarse con ella misma.
—-Y yo que creí que este instituto era decente—-Yael curvó la boca hacia abajo haciendo una mueca —-Yo pensando babosadas. Tuve que hacerle caso a las películas —-el joven sonrió negando divertido con la cabeza al escuchar su balbuceo. . ——
>> ¿Qué rayos voy a ponerme? No puedo pasármela todo el día con el uniforme lleno de pintura y crema de limón y mucho menos andar desnuda por el instituto. —-el chico se imaginó la idea sacudiendo la cabeza alejando aquellos pensamientos indebidos.
>>Sencillamente seré la única desquiciada con el uniforme manchado en todo Williams —-se quejó sin remedio la castaña, tomando asiento pesadamente en la gradas del campus.
Tal parecía no haber una solución lo bastante lógica como para resolver el problema y eso le frustró mucho más que antes.
Solo que esta vez no podía dejarse ver con grietas. Ella era perfecta delante los ojos del chico y seguiría siéndolo.
Por eso fingió sollozar cubriendo su rostro.
-— ¡Pero te pongas así! —-la alentó el chico sentándose a su lado—-No llores—-
Jelly sonrió entre sus manos divertida por la actuación que hacía y la preocupación del chico.
>>Quizás no seas la única manchada hoy—-Jelly fingió otro sollozo y sonrió su nariz, se frotó los ojos y miró al chico a su lado.
Una idea cruzó la cabeza de Yael y por más alocada que fuese era lo único que le parecía justo para la chica.
Su hermana se enojaría con él por su comportamiento y mucho más lo haría su novia pero le valió madres lo que los demás pensaban por una vez en su instancia en el instituto.
Por una vez, tuvo una idea propia y voluntaria y con solo ver a la castaña derrotada.
O quizás sólo quería hacer sentir que ella le importaba.
—-No vayas a moverte de aquí—-pidió el chico como si eso fuese posible para Jelly. Dejó su mochila al lado de la chica para emprender carrera ágilmente lejos del campus.
La castaña rodó los ojos y soltó un bufido pesado. Movió sus pies de un lado a otro mientras comía un poco de la crema de Limón que bien sabía.
El tiempo se limitó a pasar y ella a comerse el postre bufando indignada.
—-Listo—-escuchó la voz varonil del chico entrar a sus oídos levantó la mirada hacía el joven observándolo completamente cubierto de pintura morada.
Jelly pestañeó varias veces atónita. Arqueo una ceja para luego carcajearse fuertemente.
Yael sonrió ladeando la cabeza con ternura.
Él creía que Jelly era diferente
Pero no sabía que esa diferencia se debía a una oscuridad dentro de ella.
-— ¿Pero? —-carcajeó-— ¿Qué fue lo que hiciste? —-el chico se encogió de hombros sin borrar su sonrisa —-Definitivamente estas demente —-la chica se levantó de las gradas, colocándose a la altura del chico.
Lo observó y sonrió.
Está vez si fue una sonrisa sincera.
—-No estoy demente—-mencionó serio—-Tal vez sea por la promesa haré —-el chico se acercó para pasar sus manos sobre la falda de la castaña, después de tener lo suficiente de crema se la untó en la camisa y parte del pantalón escolar.
A Jelly le llamó la atención aquellas ultimas palabras de Yael, igual de manchado que ella.
-— ¿Se puede saber cuál es la susodicha promesa? —-olvidó todo aquello que le alertaba distancia del chico y se tomó la libertad de acercarse disimuladamente.
Yael amplió su sonrisa, tomando a la castaña de la cintura imprevistamente. —-No voy a dejarte sola esa es mi promesa del día—-la chica pestañeo atónita. —-
Los labios perdieron cualquier rastro de humedad y de nuevo experimento aquel revoloteo en el estómago.
¿Qué diablos decía aquel castaño? , pensó anonada.
—-Además a mi parecer tengo una deuda contigo castañita —-Jelly tragó saliva audiblemente sin perder de vista los ojos cafés del joven que la sostenía.
Ella sabía a lo que se refería pero ¿En verdad cumpliría?
Hasta ahora ese chico debía alejarse. Y ella también.
Pero no era así
Y mientras más tiempo pasasen juntos.
Mayor tiempo de engaño.
—-Es el momento de cobrar tu deuda—-habló ella después de analizar palabra a palabra para no titubear.
El chico sonrió aprisionado el cuerpo de la chica contra su torso.
Sus labios recorrieron su barbilla, mejilla y nariz, en una caricia que a Jelly le descoló el sentir.
La razón le indicaba que estaba mal, que lo que hacía no era correcto, que ella no lo permitiría.
Pero la locura de sentir las caricias del castaño contra su cuerpo impedía que soltase el agarre que él se esmeraba en mantener.
Las piernas flaquearon, las pupilas se dilataron y ambos se observaban ansiosos por terminar lo que habían iniciado en primer lugar.
¡Joder!
Lo admitió, acepto que quería que aquel joven la besara, la tocara y que no acabara. Un suave roce al apartar un mechón rebelde que colgaba de su rostro, la electrizó.
Una corriente que no había experimentado recorrió cada milímetro de su cuerpo. El chico tomó su cuello para acortar la distancia entre ambos, estampando sus labios deseosos del uno del otro.
Los labios conjuraron sin impedimento, sus lenguas juguetearon en una traviesa riña entre mantener el juicio y el control.
Las manos del castaño descendieron hasta la parte baja de la espalda de la chica quien para no soltarse se aferró al cuello del chico acariciando su cabellera entre sus dedos.
La respiración aumentó y segundo a segundo el oxígeno parecía restar en ambos castaños. Él resistió para no separarse pero la respiración se cortó y no hubo remedio que tomar distancia si no querían desmayarse en el campus.
¿Por qué tengo que vivir con oxígeno en mis pulmones?
Se reprendió mentalmente la castaña cuando los labios del chico dejaron los suyos, rojizos y húmedos.
Yael la observó a los ojos y se mordió el labio.
—-Listo. Me deuda esta disuelta —-con el dedo indice se relamió los labios con la única intención de saborear de nuevo el sabor de la castaña parada al frente.
Tiene que dejar de hacer eso
O sino estaremos en graves problemas
Esto no puede repetirse
¿Segura?
—-Besas muy bien ¿eh? —-la chica salió de sus pensamientos con la voz del chico. -—
—-Tu igual —-mencionó tranquilizándose-— ¿Dígame ha practicado? —-el lado provocativo salió a la luz haciendo que el chico sonriera de lado.
¿Desde cuándo somos provocativas? ¿Acaso conocemos el significado de esa palabra? ¿Qué te ocurre?
Es culpa del castaño
Oh si claro que todo es su culpa. Aléjate de él
Lo intentaré
No funcionará
Entonces me rindo.
Si te rindes, se caerá tu máscara. Él sabrá quién eres malvada.
—-De hecho si supieras que si—-Jelly alzó una ceja divertida—-La almohada y la pared de la habitación son muy buenas estrategias para practicar. Me he convertido a lo largo de los años en un experto dando besos —-presumió-—
—-Confirmado Sr. Besucón —-ambos castaños sonrieron —-
-—Debemos irnos. Ya sabes ¿eh? Hoy todo el día solo podrás estar conmigo. Y nada ni nadie será impedimento —-la chica asintió —-
-— ¿Y tú novia? —-preguntó sonriendo —-
-— Ya me encargaré de ella. De eso no te preocupes. —-el chico hizo un ademán con la mano restándole importancia. —-Vámonos Srta. Besucona y morada. Nuestra primera clase juntos nos espera. —-Yael se colgó la mochila de la castaña al hombro tomándola de la mano.
Al ver aquella acción Jelly soltó el agarre y se colgó la mochila del castaño sobre su hombre.
El chico pestañeo sin comprender.
—-Esa ahora es tuya y la tuya es mía. —-mencionó—-
—-Entonces tú eres mía y yo soy tuyo—-Jelly se encogió de hombros sin negar pero tampoco aceptar aquel argumento.
Comenzó a caminar meneando el trasero de manera exagerada y llamativa.
Agradeció al ver aquella tarde Pitch Perfect. Aunque aún buscaba respuesta de su inesperado comportamiento.
El joven observó la zona y corrió hacia la chica. —-Eres traviesa castañita, pero no me provoques, quizás no controle mi lado oscuro—-susurró contra su odio erizándole la piel a la castaña quien bajo su calentura para no sobrepasarse.
Yael retomó el agarre con la mano de la castaña, dejando atrás el campus.
Estaban manchados, pintados pero emocionados.
Y si seguían de aquella manera terminarían mucho más que amigados.
Interesante como las grietas salen
¿Quién con ganas de ver el lado verdadero de Jelly?
No sé ustedes pero
Cupido flechará a diestra y siniestra.
Ellos no serían la excepción en su lista.
Adelanto...
Cuando hay santos nuevos los viejos no hacen milagros
Porque lo nuevo es más llamativo lo viejo aburre y pierde el sentido.
Que Cupido apunte bien
No queremos errores
Porque fácil es disparar
Pero no acertar.
Antes de irme les quiero presentar a la Brujita de los Capítulos.
Yo: ¡Saluda ilusa! —grita arrastrando la capa de la solicitada—-
Brujita: ¡Hola revoltosas/os y secretosos/as seres humanos detrás de la pantalla —ajusta su sombrero y sacude su varita—-
Yo: —rueda los ojos—-Bien caramelos, ya la conocen. Hora de irnos—-
Brujita: Pero no les dijiste para que me tienes como tú esclava—se cruza de brazos irritada—
Yo: ¡Shh! —le tapa la boca con la mano—No tienen porque enterarse que eres mi esclava. Además ¡No seas una exagerada y mentirosa! ¿Qué crees que van a pensar ellos de mi? —susurra—- ¡Ah perdón mis caramelos! Un mal entendido de la brujita. Después les diré para que la traje a ella a esta historia.
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Besos tronados, morados y ocultos
Livineza 🖤
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