CAPÍTULO 47
5 de mayo, 2023
Mi reto del día ha sido salir de casa por fin. Me bañé, apliqué un poco de rubor en mis mejillas y cepillé mi cabello antes de venir a ver a Lila. Debo pedirle que me dé el nombre del distribuidor de su té, tiene un efecto relajante que me encanta. Está al corriente de todo, pero no he hablado sobre mis últimas decisiones con ella.
—¿Lo decidiste entonces? —pregunta.
Asiento.
—Estoy muerta de miedo —suspiro—. Ya sabes, el tema de ir a ojos cerrados hacia algo incierto. Pero quiero hacerlo, es una espinita que está fastidiándome y no creo poder aguantar mucho sin ceder a su encanto.
—Me parece genial que lo enfrentes así, Lex —me sonríe.
—Sin embargo —continúo—, quiero estar lista para las desilusiones, si es que las hay, espero que no. Quiero prevenir más daños.
—Vale, preparémonos para esta batalla, entonces.
Me deja las cosas claras, escucho y asiento a todo lo que me indica. Pregunto cuando lo considero necesario y absorbo cada frase que creo necesaria recordar. Me mentalizo para el viaje que haré dentro de dos días, los pasajes están comprados. Alex y Finn vendrán conmigo, Gilbert los invitó a quedarse en su casa. Imaginar los peores escenarios es algo que no puedo controlar aún, hago lo posible por vaciar mi mente antes de irme a dormir, mi novio es bueno ayudándome en eso. Las conversaciones triviales me ayudan a olvidar por instantes temas de mayor relevancia y su voz cantándome me facilita el no pensar en nada cuando caigo en el encanto de Morfeo.
—El vaciar tu mente va a permitirte dormir en paz, Lex —me explica—. Sé que no es sencillo, la respiración juega un rol fundamental en esto, es necesario que recuerdes cómo controlarla para relajar todo tu cuerpo, ¿de acuerdo?
Asiento.
—¿Es necesario que lo haga sola?
—Puedes hacerlo con Finn —me sonríe—. Pero recuerda que esto es por ti, no por él.
—Lo sé —bebo otro poco de mi té—. ¿Es normal que me emocione y me aterre del mismo modo?
—Totalmente normal —me toma una de las manos, la que no sostiene la taza—. El miedo es normal, Lexie, todos le tememos a algo, no eres cobarde por sentirlo ante ciertas circunstancias. Estás demostrándote que puedes manejarlo, que lo que quieres está por encima de lo aterrador que pueda parecerte y eso es valentía, Lex.
—Me aterra la incertidumbre —agrego bajito.
—Y, sin embargo, estás apostando por ese camino incierto que puede llevarte hacia un futuro mejor.
—Valiente —el sabor de la palabra en mi boca es extraño.
Nunca había pensado en ese término para definirme a mí misma, al menos no a la Lexie después de John que volvió a encerrarse en el cascarón. Era "mi pequeña parte valiente" no Lexie valiente, pero supongo que ese pedacito de mí ha conseguido extenderse, salir a flote y contagiarme de su espíritu que va incluso si la aterra.
7 de mayo, 2023
—¿Tienes todo? —me pregunta Finn.
Estoy de pie frente a la maleta, sopesando mis variables. No hay vuelta atrás, bueno, la hay, pero no pienso darla. He tomado una decisión y quiero respetarla. Me rodea la cintura y apoya el mentón sobre mi hombro, me besa la mejilla.
—Estoy acomodando las piezas de mi cabeza —sonrío girando un poquito para besarle los labios.
—Batman vino a avisar que están esperándonos abajo —me informa.
—Vale.
Me ayuda con la maleta y entrelaza nuestros dedos antes de salir de la habitación. Ada está en la cocina acomodando algunas cosas.
—¿Qué haces? —pregunto.
—Alistándoles el desayuno —responde cantarina.
—Nena... —no quiero herir sus sentimientos, pero me da miedo.
—Tranquila —suelta una risita—. Lois dejó esto preparado antes de irse a trabajar, solo lo estoy acomodando. Te prometo que no toqué ningún ingrediente.
Nos señala la mesa, Finn me dice que aún tenemos tiempo para comer algo así que me siento y le doy una mordida al sándwich. Me sonríe divertida cuando suspiro por el sabor. Bebo del jugo y mi estómago agradece la llegada de comida.
—Dile a Gilbert que agradezco mucho la invitación —me dice.
—Vale —le sonrío.
También recibió una invitación, pero recién ha regresado de rodar y quería descansar un poco aquí en Nueva York. Igual me aseguró que si la necesitaba en algún momento podía tomar el primer vuelo, estoy advertida de ya no esconderme más de ella. Terminamos el desayuno y la abrazo con fuerza para luego salir junto a Finn que también rodea a Ada por unos segundos. Nos desea buen viaje y la veo en el pasillo hasta que el ascensor vuelve a cerrarse.
—¿Lista?
—Eso creo —me apoyo en su pecho.
Sus dedos acarician mi cintura mientras vemos los pisos bajar. Los minutos transcurren, cada vez resta menos tiempo para conocer a mis hermanos. En el auto, intento no hablar, en el aeropuerto me pego al costado de Finn y disfruto de su calor, saludo a Gilbert cuando nos encuentra para subir juntos al avión. Me siento entre Finn y Alex, duermo la mayor parte del vuelo, no sin antes practicar los ejercicios de respiración que me recomendó Lila, mi novio los hace junto a mí. Cuando despierto, queda poco para que aterricemos.
—Tengo miedo —le susurro a Finn.
Me aprieta la mano y besa el dorso de la misma. Entiendo eso como un "estoy aquí para lo que necesites" y no hace falta que lo diga, porque lo tengo más que claro, ha sido así siempre. Finn me cuida la espalda, lo hace desde que nos conocemos, me cuida del desastre y toma mi mano cuando termino embarrándome del mismo.
Cuando bajamos del avión, ya hay una camioneta aguardando por nosotros. Alex se encargó de todo para que nuestra estadía aquí fuera lo más tranquila posible. Para los medios, sigo en Nueva York, Ada se comprometió a mantener eso publicando fotos nuestras, como si estuviéramos juntas. Noto la mirada de Gilbert sobre mí mientras nos movemos por la ciudad hasta la dirección que le entregó a Batman, es quien conduce y se guía por el GPS.
Las manos en mi regazo se retuercen entre sí, los nervios me comen viva y respiro contando en mi mente para mantenerme centrada en la realidad y no viajar a escenarios fantasiosos. Siento que el camino es infinito incluso cuando en la pantalla del vehículo veo que ya nos vamos acercando al punto rojo que indica el hogar de la familia que visitaré.
¿Cómo será Ivette? ¿Tan parecida a mí como dijo Gilbert? Nunca me enseñó fotos, tampoco las pedí. ¿Me pareceré a mis hermanos? ¿Serán altos como yo? ¿Marina me sonreirá de verdad en cuanto me vea? Espero agradarles y no resultar ser un grano en el trasero.
Uno, dos, tres, cuatro; uno, dos tres, cuatro. Finn pone una mano en mi muslo para detener el movimiento incesante de mi pierna en su lugar. Me besa la frente, me apoyo contra su hombro.
Mi mirada coincide con la de Gilbert que me sonríe con ternura, estamos frente a frente en la camioneta que rentaron. Nuestros ojos se enlazan, forman una conversación muda, son sentimientos encontrados, creo que ve mi miedo y su dulzura ablanda cada temor. Nunca he experimentado nada similar, el calor de hogar, de uno de verdad que comparta mi sangre, toda mi vida he crecido creyendo que todo aquel que tuviera un ADN compatible con el mío acabaría rechazándome.
Aunque no parezca, el creer que mi padre me odiaba me hincaba el corazón, he pretendido toda la vida que era un tema superado, quizá lo habría sido si Catalina me hubiera dado un poco más de atención, pero el no tenerla tampoco a ella me hacía preguntarme que había mal conmigo para repeler a quienes deberían amarme más. Eran noches de insomnio en las que mi mente volaba, buscaba las fallas en mí, hasta las más mínimas. Con el tiempo, fui echando el tema al fondo de mi mente, pero el dolor sonso seguía ahí, como una hemorragia interna, no la notas hasta que el exceso de sangre comprime tus órganos, hasta que colapsas. Mi punto de quiebre fue cuando Gilbert apareció en esa habitación de hotel, cada aguijón salió a relucir, el dolor que apenas se sentía, llegó a la máxima magnitud, se desbordó la sangre, colapsé.
El auto se detiene, nuestras miradas vuelven a cambiar su objetivo. Miro la fachada, es una casa bonita. Abren la puerta y bajo detrás de Gilbert, delante de Finn que no tarda en volver a sostener mi mano.
«Tengo miedo» se vuelve a repetir en mi mente, pero mi valentía le responde de inmediato con un «Podemos con esto».
Gilbert toca el timbre y la puerta hace un sonido extraño cuando se abre. Mis pasos siguen los suyos, mi corazón se desboca latiendo tan fuerte que temo por mi salud cardiaca. Hay un jardín en la entrada, plantas bien cuidadas, con lucecitas decorando el lugar. Avanzamos por un camino de piedras, todo está en silencio. Quizá salieron, quizá en realidad no quieren verme y fueron a realizar alguna otra actividad. Mis pies siguen moviéndose, mi corazón suelta un leve quejido ante las amenazas de mi mente. Me giro para ver a Finn, porque tengo miedo.
—Falta poco —delinea con los labios—. Tú puedes, amor.
Cierro los ojos con fuerza, me guardo los demonios que me quieren hacer gritar. Quizá no debí ilusionarme tanto, quizá...
Las luces se encienden y un grito de "¡Bienvenida"! se corea por todos lados. Cae confeti desde algún lugar y un pequeño cuerpo impacta contra el mío. Mis brazos van por instinto a ella y cuando bajo los ojos para mirarla, encuentro mis ojos, encuentro el brillo que algún día vi dentro de mí, la veo y me veo. Es una pequeña versión de mí que me sonríe con calidez y, de repente, cada miedo se desvanece y un sentimiento extraño aflora en su lugar.
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A partir de este cap es que yo me vuelvo catarata andante jhdfjhdsgsd
Yo creo que tendremos TIL completa para este finde, ya vamos viendo jeje <3
Que tengan un lindo diaaaaaaa<3 las amo
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