CAPÍTULO 41
You're my sunlight on a rainy day, would take my heart with you if you walk away - Shawn Mendes
Finn
25 de marzo, 2023
Tengo límites dentro de este set de grabación. Estoy aquí como acompañante, así que no se me permite ir más allá de los camerinos. El de Lexie ya lo desarmaron, estoy en el de Sean que me lo ofreció cuando me vio llegando con mi novia. Me hincha el pecho de felicidad verla tan radiante, no hay rastros de la Lexie de hace unos meses, imagino que se debe, además de la propia terapia, al hecho de que los paparazzi han bajado su intensidad. Los medios también, apenas si la mencionan en uno que otro reportaje.
Lexie me dejó el libro que habíamos estado leyendo, continúo desde donde me quedé mientras aguardo por ella que fue a chismear el rodaje.
—Pensé que se habían quedado en el hotel —la voz me hace dejar el libro abajo otra vez.
Me incorporo en el sofá para saludarlo, desde que llegué no lo volví a ver. Alex se acerca para darme un corto abrazo. Intento disimular que también percibo la rareza de la que me habló Lexie, pero él lo capta.
» Lexie te lo dijo, ¿eh? No se guarda nada.
—No me dijo nada —respondo—. Solo que te nota raro, tengo que darle la razón, ¿sucede algo?
Suspira y se sienta junto a mí. Viéndolo desde aquí, sus ojeras son más notorias.
—Yo estoy bien, no tiene relación conmigo —responde—. No le he mentido, he omitido detalles porque no quiero dañar la tranquilidad con la cual se mueve ahora.
—¿De qué hablas? —indago, esta vez me preocupo también.
—Si te lo digo, vas a cargar con este peso, Finn —advierte—. No es bonito ocultarle cosas a alguien a quien quieres.
—Estás asustándome —replico.
—No es sencillo, pero te haré el favor de seguir guardándomelo, al menos hasta que sea el momento de decírselo —me palmea el hombro.
—¿Es grave?
—Podría ser algo bueno —me sonríe triste—. Pero va a afectarla, lo sé, es por eso que quiero cuidar todos los puntos flojos para tener respuestas a sus dudas.
—Joder.
Cierro el libro, ya perdí el interés. Lo observo, él me mira a mí y entiendo que sí es grave, lo suficiente como para tambalear la sonrisa de la cual no me quiero desprender. Su voz llega a mis oídos y disimulo mi preocupación cuando la veo llegar.
—¡Aquí estás! —señala a Alex—. Te he estado buscando por todos lados.
No duda en sentarse sobre mi regazo, mirando hacia su manager.
—Quería algo de silencio —responde él.
—Deberías ir a dormir, Alex —lo mira y extiende la mano a su mejilla—. Cariño, no te necesito aquí ahora, puedes ir a descansar, de verdad.
Alex toma su mano y le da un apretoncito antes de dejarla sobre la mía que reposa en los muslos de Lexie. Se pone de pie.
—Iré al hotel —anuncia—. No hagas locuras, ¿vale?
—Seré niña buena, promesa —le sonríe.
Se va, nos quedamos solos, entonces la sonrisa de Lexie flaquea para mirarme preocupada. Es la misma mirada que tenía Alex cuando no acabó de darme la razón por la cual no ha estado durmiendo bien.
—¿Lo notaste también?
Asiento.
—Quizá es insomnio, amor —sugiero.
Niega con seguridad.
—Lo conozco, algo está preocupándolo.
Apoya su frente contra la mía, la abrazo con fuerza. Se mantiene callada, imagino que piensa en lo que puede estar sucediéndole a su amigo, me siento culpable por no decirle que el problema de Alex no es realmente suyo, sino por ella.
—A las chicas les gustaron las fotos que tomamos en la Casa de Julieta —me dice, intentando alzarse otra vez—. Sigo sin entender cómo es que te colaste aquí para dejar los girasoles sin que te viera.
Sonrío divertido.
—Creo que dejamos claro que soy bueno escabulléndome.
—¿Incluso de mí?
—Es más complicado, pero si tengo ayuda, puedo conseguirlo.
Me da un golpecito en la espalda, donde se encuentra una de sus manos, sonríe.
—Quiero pasar mi cumpleaños en Londres —me dice.
—Pues vayamos a Londres —le sonrío—. A Adara le alegrará mucho verte, fantasea con abrazarte unas dos o tres veces al día.
Se ríe.
—La extraño mucho —forma un puchero que desarmo con un beso corto.
Planta la mano en mi nuca.
» Alex compró los pasajes para mañana por la mañana —me informa—. ¿Estás bien con ello?
—Vine por ti, no tendría sentido que me quede si tú te irás —sonrío—. Está bien, Estrellita.
—Te quiero —me besa la mejilla—. ¿Soy muy melosa si lo digo mucho?
Me encojo de hombros.
—Me gusta lo dulce.
Se ríe antes de recostarse contra mi pecho. Guarda silencio y se queda quieta. No tengo idea de que es lo que oculta Alex, pero me aterran las consecuencias que puedan desencadenar la revelación, cuando sea que esta llegue.
3 de abril, 2023
Cuando le avisé a Ada que Lexie pasaría su cumpleaños en Londres, se encargó de organizar todo para que tuviera el mejor día. Salió con ella temprano, mis hermanas llegaron hace un par de horas y se encuentran ayudando a Kiara a terminar con la decoración mientras Lois cocina. Seremos solo nosotros, Andrew, Diego y los amigos que hizo en este último rodaje.
Me paseo de un lado a otro con Lara en brazos, se me lanzó encima apenas llegó y ni siquiera su papá ha conseguido obtener su atención. No soy de mucha ayuda con sus manitas aferradas a mi suéter.
Salgo al jardín, que es donde están organizando todo y me encargo de verificar que todo vaya en orden, con Cristina y Minerva nunca se sabe cuándo acabarán discutiendo sobre el color de mantel que deben usar, Kiara es un buen punto medio.
—Tienes suerte de tener a esa dulzura entre tus brazos —me mira Minnie—. Deberías estar ayudando.
Me encojo de hombros, fui elegido por Lara para pasearla por la casa como la princesa que es. Clarissa y Diana conversan con Elián a un costado, el pequeño Kevin juga con su papá y Sean al otro extremo, Andrew se ha metido a la cocina y Diego aún no llega.
—No toques nada —advierte Lois cuando llego a la cocina también, eso no va para mí, va para Andrew que alza las manos riendo.
—Vaya que eres celoso con la comida.
—¿Cuánto tiempo nos queda? —me pregunta Lois, ignorando el comentario de Andrew.
—Una hora, Ada me dijo que la había entretenido en una firma de libros que encontraron en el centro de la ciudad.
Cuando Lara decide que quiere a su mamá, soy capaz de extender los brazos y ponerme a ayudar a los demás, descarto la cocina, no quiero importunar al novio de mi jefa. Inflo globos y me usan para colgarlos porque soy el más alto del grupito de decoradoras. Cuando le pregunté a Lexie cómo es que quería celebrar su cumpleaños, su respuesta fue sencilla, me sorprendió un poco que no eligiera una fiesta, con lo que ama bailar, al contrario, pidió una cena tranquila, es por eso que elegimos eso, con un toque divertido que pueda darle algo de brillo a su decisión.
—¡Apaguen todo! —grita Kiara—. ¡Ada acaba de enviarme un mensaje, están entrando!
Todos se mueven alrededor viendo de apagar todas las luces que ya se encendieron en el jardín de la casa del papá de Lois. Solo salgo yo al porche para recibir a las dos amigas que bajan riendo del auto. Taylor, Batman y Robin dan la vuelta con el vehículo.
—Lois está preguntando por ti —le digo a Adara que suelta una risita antes de entrar a la casa—. ¿Cómo te fue? ¿Te divertiste?
Asiente.
—Compré libros —alza la bolsa, no creo que hayan sido solo dos—. Me firmaron una serie, la escritora estaba en la librería y me quedé con Ada para que los firmara.
—¿Me los muestras?
—Vale, pero ¿después de cenar? Estoy muriendo de hambre, Ada dijo que Lois cocinaría, ¿sabes que preparó?
—Me hago una idea —sonrío—. Pero es su sorpresa para ti, no puedo arruinársela.
Se cruza de brazos e hincha los labios, indignada.
—Eso no vale, Finn.
—Claro que sí, amor —me agacho un poco para besarla.
Se relaja de inmediato y rodea mis hombros para mantenerme justo donde quiere. Bajo las manos a su cintura pegándola a mi cuerpo, se escurre entre mis brazos sin separar nuestras bocas. Percibo el sabor del chocolate que seguro tomó junto a su amiga antes de venir, solo me aparto cuando noto que la luz del porche se enciende, es la señal.
Emite un quejido.
» La cena es en el jardín —le informo.
Entrelaza sus dedos con los míos y camina junto a mí, no hay rastro de nadie en la casa, Lexie pregunta, yo solo me encojo de hombros. Se escucha un balbuceo infantil y eso la hace fruncir el ceño, sonrío y me inclino hasta su oído para susurrar:
—Feliz cumpleaños, Estrellita.
Las luces se encienden y el grito de "¡Sorpresa!" inunda el lugar. Lexie abre la boca, la vuelve a cerrar antes de abrirla otra vez viendo de un lado a otro, reconociendo los rostros. Me mira de reojo y yo asiento, confirmándole que todo lo que ve es real. Corre a abrazar a su mejor amiga que le besa la frente en un gesto cariñoso. Luego la abraza Lois que consigue alzarla un poco y así con los demás. Suelta un gritito al ver a mis hermanas y da saltos con Sean, Clarissa y Diana. Diego y Andrew son los últimos de sus amigos antes de que Kiara la acapare para abrazarla también.
—Ayúdame a servir, por favor —Lois me habla y doy media vuelta para ir tras él.
Le alcanzo los platos y él sirve plato por plato con una delicadeza y una elegancia digna de restaurante gourmet. Vale, yo cocino, pero mis presentaciones no son tan dignas de fotografía.
—Creo que es la primera vez que te veo servir comida —comento.
—Soy muy receloso, perdón —sonríe a modo de disculpa—. Y perfeccionista para colmo.
—No hay problema, se ve delicioso.
Minerva llega a ayudar también y se va con un par de platos, yo la sigo con otros dos. Ya todos están sentados, Ada me pregunta si puede ayudar también, pero Lois, que viene con dos platos más, le asegura que todo está bien.
—Te amo, Brontë, pero hay que evitar accidentes, ¿sí?
Terminamos de servir y nos sentamos a comer también, me encuentro a la derecha de Lexie que se relame los labios viendo la comida. Diversas conversaciones fluyen mientras degustamos la excelente sazón del ojiazul. La sonrisa de mi novia no flaquea en ningún instante e incluso Alex se esfuerza en disimular su preocupación para no opacarle la noche a Lexie.
Cuando acabamos de comer y la música empieza a sonar en el jardín, ella es la primera en ponerse de pie y tomar mi mano para que la acompañe. Se mueve de un lado a otro sin despegarse de mí del todo, su sonrisa se ensancha y me resulta imposible no responderle del mismo modo. Me aferro a su cintura del mismo modo en el que ella lo hace con mi cuello. Se menea disfrutando de las melodías que salen del parlante, se ríe, me coquetea y me da besos distraídos cada cierto tiempo.
—Los veinticinco se sienten bien si se celebran así —murmura en mi oído.
Le sonrío girándola entre mis brazos, alejándola para volverla a atraer, escucho su risa sofocada por la música, a nuestro alrededor los demás también se divierten, cada quien a su manera.
—¿Me puedo robar a tu pareja de baile? —me pregunta Ada con un guiño.
—Una ladrona amable que al menos consulta —me burlo antes de que Lexie se me escape de los brazos para ir con su amiga.
Me quedo mirándolas divertirse, un brazo me rodea el hombro, giro, es Lois.
—Se ven felices, ¿verdad?
Asiento.
» Tienes la mirada —canturrea—. A mí me lo dijo mi hermano, no sé si ya te lo han dicho, pero la miras como si fuese la mujer de tu vida.
Sonrío justo cuando Ada le dice algo y ella ríe.
—Es la mujer de mi vida —afirmo.
Me sonríe también.
—Eso, Finn —me palmea el hombro—. Supongo que envejeceremos juntos, hermano, porque yo no planeo dejar ir a mi rubia y ella no se apartará de Lexie por ningún motivo. Por obvias razones, que espero también veas, tampoco dejarás ir a Lex.
—Por supuesto que no.
—Vale —mira al mismo punto de antes—. Son maravillosas, las dos, a Lexie la veo como a una hermanita, no sabía que mi relación vendría con más extensiones familiares, pero no me arrepiento de nada.
Me deja solo, imagino que me ve demasiado embobado sin poder quitarle el ojo de encima a mi novia que ahora gira del brazo de Ada. Ninguna lleva una sola gota de alcohol en el sistema, son locas por naturaleza. Me cruzo de brazos sin dejar de mirarla, siento unos brazos rodeándome el torso y no hace falta voltear para saber que es mi hermana.
—Pareces bobito —se burla—, pero te sienta bien. Se está haciendo tarde, Taylor se ofreció a llevarnos.
—Lois dijo que pueden quedarse —le recuerdo, volteando a verla.
—Ya le agradecí, pero dejamos nuestras maletas en el hotel —me sonríe—. Tranquilo, Taylor cuidará de nosotras.
Taylor a la distancia me hace un saludo militar, le doy un beso en la frente a Cristina, repito el gesto cuando Minerva viene a despedirse.
—Las amo.
—Nosotras a ti —me hacen adiós con la mano antes de seguir a mi amigo.
Las veo hasta que desaparecen de mi campo visual, giro en busca de mi novia, pero no hace falta que busque porque la tengo frente a mí, sonriéndome de esa manera tan cautivadora.
—Hoy no tengo aguante —me informa—. Caminé mucho con Ada y este rato bailando me ha consumido. Ya me despedí de todos, ¿podemos ir a dormir?
Bosteza justo luego de acabar la oración, sonrío y le tomo la mano para ir a la habitación que nos dieron cuando llegamos. Se despoja de la ropa, yo solo la contemplo desde la cama, prenda por prenda van cayendo hasta que queda solo en ropa interior. Noto su mirada en el reflejo del espejo que adorna el armario. Camino para posarme detrás de ella, la rodeo con mis brazos, ella deja sus manos sobre las mías que descansan contra su vientre.
—Eres hermosa, Lexie.
Sus ojos vagan por su silueta, desde sus piernas largas hasta su rostro, recorre cada lunar que salpica su figura.
—Soy hermosa —repite con una sonrisa minúscula.
Voltea para abrazarme, la alzo en brazos para llevarla a la cama. Ya me dijo que está cansada, no quiero forzarla a nada así que alcanzo el pijama para ponérselo. Hago lo mismo conmigo antes de recostarme junto a ella que no tarda en acurrucarse a mi lado, entrelaza nuestras piernas y apoya la mano en mi pecho.
Se queda dormida de inmediato, otras noches conversa hasta el cansancio y acaba cayendo en medio de alguna oración. Sonrío viéndola, me jode que no pueda reflejar siempre esta misma calma. Lexie merece vivir en paz y sin nada que empañe ese futuro prometedor que tiene adelante. Me duermo unos minutos después, aferrándome a los suspiros que libera mi novia entre sueños, deseando que la noticia que va a revelarse no la dañe más, que no le quite más de lo que ya ha perdido.
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Me voy a ahorrar los comentarios respecto a lo que va a suceder, ay
*se va lentamente*
Las amo, bye jhjsdg
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