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• Capítulo veinticinco •

Futuro •

El sonido del tubo de escape retumbaba en sus oídos, el frío estaba pegando en sus rostros mientras las manos de Chifuyu rodeaban completamente la transportadora dónde llevaban a sus gatitos.

La ciudad estaba llena al igual que las carreteras, la mayoría de las familias estaba saliendo a festejar el término de otro año y ciertos grupos de amistades empezaban a festejar desde muy temprano.

Salir del bosque donde habían estado encerrados fue una odisea total, la nieve caía fe las puntas de los árboles y los caminos estaban obstruidos por el hielo.

Estaban seguros que ya pasaban del medio día y apenas estaban saliendo de Shibuya para emprender el largo camino que les quedaba hacía Shirakawa.

Podía escuchar las pequeñas plegarias de Matsuno mientras pasaban por los espacios vacíos entre los carros que se encontraban congestionando las calles y sus gritos de cuidado al momento de que sentía que iban a demasiada velocidad.

Estaba seguro que a ambos les dolía el cuerpo por todo el trabajo que hicieron para salir de la cabaña, sus nudillos iban vendados debido a que en esos golpes se lastimaron y sus piernas dolían enormemente.

Juraba que si llegaban a tiempo a su boda haría todo lo posible por creer en Dios, claro, exceptuando ir a misa como el loco hermano de Hakkai.

Diciembre treinta y uno, 2:57 p.m.

En definitiva iba a creer en Dios, estaba seguro que una fuerza superior existía pero en esos momentos afirmaba que era aquel que todos los católicos adoraban.

Podía ver a su madre fuera de la iglesia al igual que a Mitsuya — ambos más enojados que felices— mientras que todos los fundadores de la ToMan gritaban con ánimo de que por fin habían llegado.

En el momento que paro la Goki, sintió varias manos en su cuerpo para después observar como Chifuyu era llevado a la casa donde vivía su suegra y él era empujado sin pena alguna hacía la recidencia de sus abuelos.

Podía escuchar reclamos por parte de su bonita progenitora y burlas de Mikey y Kazutora pero, ciertamente, estaba más concentrado en ver a su prometido desaparecer.

"– Romeo no es momento que veas a tu Julieta, apresúrate que solo logramos retrasar la ceremonia treinta minutos. — Comentó, Manjiro empujándolo por los pasillos de la casa hasta llegar al baño— Emma ya viene para arreglarte el cabello, ahora báñate y si no sales en cinco minutos entraremos por ti."

Antes de reprochar por algo, la puerta fue estrellada en su cara y con rapidez empezó a despojarse de la ropa que llevaba.

Sentir el agua caliente bajar por su cuerpo fue algo relajante, de hecho, podía asegurar que no se había percatado de toda la tensión de su cuerpo hasta ese momento.

Sus hombros estaban completamente rígidos y su mandíbula están apretada, sus puños aún sentían el cosquilleo de estar cerrados tanto tiempo y sus piernas estaban tensas como el infierno.

Estaba nervioso, a pesar, de que Chifuyu le había aseguro que quería estar con él siempre aún tenía el miedo latente de que lo rechazará antes de decir los votos.

Hundiéndose en sus pensamientos todo paso rápidamente, Mikey entrando con una patada y Kazutora riendo a sus espaldas.

Su madre regañandolo por sus descuidos mientras le acomodaba el traje azul marino y le abotonaba la camisa negra que llevaba a contraste; los gritos de Emma por no encontrar la secadora para después de un par de minutos terminar con una coleta alta.

Entre empujones y risas, siento las tres y veinte de la tarde estaba parado frente al altar, jugando con el reloj que llevaba a juego e intentando procesar todo lo que estaba pasando.

La marcha nupcial empezó a sonar y podía jurar que su corazón se detuvo al darse la vuelta y ver entrando al amor de su vida tomando la mano de su suegra.

Tenía mil y un recuerdos con Chifuyu, pero verlo sonreír mientras lo veía con dulzura iba a ser su favorito todo la vida.

El traje blanco le sentaba a la perfección y la camisa negra — Que Mitsuya diseño a juego con la suya— resaltaba su piel blanca, el collar con su inicial reposaba con tranquilidad sobre la corbata azul cielo y podía observar que en su anular ya no había ningún anillo puesto.

¿Era normal que todo el miedo se fuera al ver a Matsuno?

Claro, porque era el efecto que el rubio tenía sobre él.

Darle paz siempre y que la seguridad naciera solo de verlo; con toda la confianza recuperada estiró su mano para tomar la fina y delicada mano de su — aún— prometido.

"– Gracias Yukiko-san."

La bonita sonrisa de dentadura perfecta de la progenitora de Chifuyu lo hizo sentir tranquilo, no sabía en realidad de que le daba las gracias porque era una lista demasiado extensa.

Teniendo al rubio frente a él pudo asegurar que si tuviera que escoger algún momento de su vida sería ese, dónde, claramente estaba perdidamente enamorado.

En el momento que las miradas fueron hacia la puerta del lugar sagrado pudo divisar al hombre que por fin iba a unir sus vidas formalmente.

La misa paso como un suspiro, escuchando con atención los salmos, los consejos y las anécdotas que el sacerdote decía.

"– Yo, Baji Keisuke, te tomo a ti Matsuno Chifuyu como mi esposo y prometo amarte y respetarte por toda mi vida. — «Y en todas las siguientes» pensó al ver los ojos azules llenos de emoción al sujetar su mano — Además prometo despertarte todas las mañanas con un té de durazno, tener noches de películas y Yakisoba clásico cada viernes e ir por ti al aeropuerto después de cada viajé, pero sobre todo prometo cuidarte, por siempre Fuyu.

La pequeña risa de Chifuyu lo deleitaba en cualquier momento de su vida, pero, escucharlo unos momentos antes de poner el anillo en su dedo lo puso totalmente nervioso.

"– Yo, Matsuno Chifuyu, te tomo a ti Baji Keisuke como mi esposo y prometo amarte y respetarte por toda mi vida. — Soltó con tranquilidad el rubio que le había robado el corazón— Prometo ayudarte cada fin de semana con la tienda de mascotas al igual que leerte cada noche para que duermas tranquilo pero sobre todo prometo amarte cada día más Kei."

Podía jurar que el mundo se perdió completamente al terminar de escuchar los votos, si, habían tantas promesas pero quería cumplir todas.

En el momento de que tuvo que colocar la argolla de oro blanco en el anular ajeno, se prometió algo internamente.

Le daría toda la felicidad a Chifuyu, lo haría la persona más feliz de todo el jodido planeta tierra.

Le daría el futuro mas brillante, porque lo adoraba con su vida.

"– Con el poder que me concierne, está unión está concretada, puede besar al novio."

Escuchó la segunda frase que más esperaba — claro la primera fue el si aceptó—, y por ello tomo la pequeña cintura ajena para atraer a su esposo hacía sus labios.

Los aplausos no le permitieron extender más de lo que quería aquel osculo, pero iba a tener más tiempo.

Porque ahora su futuro estaba unido al de Chifuyu.

El frío golpeaba su cara después de salir a tomar aire, estaba muy seguro que había hablado con su madre de que su boda sería algo privado pero estaba seguro que más de cien personas era todo menos lo que había pedido.

"– Kei. — Y como siempre, ahí estaba el mismo ángel que calmaba todas sus molestias— ¿Qué pasa?

– Necesitaba tomar aire Fuyu, hay demasiadas personas ahí adentro. — Aclaró, extendiendo su mano para tomar la ajena— ¿Quieres estar un rato aquí?

– Contigo estaría en todos lados. — Murmuró con naturalidad el rubio antes de entrelazar sus dedos y pararse a su lado— Hoy fue un día de locos.

– Mikey rompió la puerta del baño de mis abuelos. — Comentó, mientras delineaba el nuevo anillo que reposaba en el dedo de su esposo— Y Pah acaba de pedirle matrimonio a su novia estando borracho.

– Takemichi le dijo algo similar a Hina ¿Será por el alcohol?

– Lo que haces ebrio lo pensaste sobrio. — Bromeó mientras jugaba con la perforación de su lengua— Cuando me fuiste a buscar al estacionamiento con autos abandonados yo ya pensaba en que eras el indicado.

– ¿Cuándo gritaste que me amabas con locura? — Inquirió con diversión Chifuyu antes de recargar su cabeza en su brazo—

– No recuerdo decir con locura. — Río al soltar la mano y pasar su brazo por los hombros del menor— Pero si, te veías condenadamente bien rompiendo los parabrisas.

– Esa es una declaración peligrosa Kei."

Sin pensarlo depósito un pequeño beso en la sien del más bajo, sintiendo el olor a vainilla que siempre lo había caracterizado.

Realmente no mentía, en ese justo momento dónde Chifuyu paso a su lado y estrelló el tubo que llevaba en la mano en el viejo automóvil lo hizo sentir diferente.

Pero ¿Cuándo no lo había hecho sentir así?

El primer día después de que llegó de su suspención en la preparatoria lo vió, regalando sonrisas por toda la institución y siendo amable con cualquier persona.

En el momento que aquella sonrisa fue dedicada a él sintió que su mundo se detuvo, porque, lo único que quería era recibir esas bonitas demostraciones siempre.

La segunda vez que Chifuyu llamo su atención fue cuando lo encontró defendiendo a una chica de un gran grupo, el rubio salió victorioso, pero al final el también había optado por darles un pequeño escarmiento a aquella pandilla.

Claro después de ello nunca se hablaron, hasta que Peke J llegó a ser el cupido — como siempre lo había pensado— escapando un día de lluvia logrando por fin que sus caminos se cruzarán.

Chifuyu siempre lo había hecho sentir distinto, como, si pudiera darle todo el amor del mundo y todavía ser correspondido.

"– Kei, creó que deberíamos regresar ya sabes. — Con curiosidad posos sus ojos en Chifuyu para que siguiera— Cuando se casan, los novios debes estar presentes.

– Esposos, ya somos esposos. — Aclaró con orgullo mostrando su mano izquierda— Ahora eres un Baji."

El sonrojo que bailaba en los pómulos de la bonita cara de Chifuyu lo hizo reír, sabía que podían pasar años y aún así ese tipo de cosas pondría nervioso al mencionado.

Pero no importaba porque apartir de ese día, podría verlo cada vez que quisiera; porque aún les quedaba mucho por recorrer y apenas estaban empezando.

Los fuegos artificiales empezaron a verse en el cielo, dándoles la señal de que el año nuevo había llegado.

"– Te amo tanto Baji Keisuke. — Musitó con cariño el rubio antes de tomar las solapas de su saco y acercar sus rostros— Feliz año nuevo.

– Te amo mucho más Baji Chifuyu. — Contestó, anhelante al rozar los labios apiñonados— Feliz inicio de año, esposo."

Y sin esperar mas tiempo, unió sus labios.

Porque apenas su futuro estaba iniciando...

Hola, hola personitas ❤️.

¿Cómo se encuentran el día de hoy?

Yo realmente muerta, la segunda dosis de la vacuna contra el Covid me está matando se los juro.

Pero bueno, eso ya no importa.

Lo importante aquí es que, BajiFuyu canon.

¡Por fin los bebitos se casaron! Y yo soy la más feliz por ello.

Espero les guste este capítulo 💘.

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