• Capítulo doce •
• Anillos de promesa •
El lento vaivén de sus dedos golpeando la mesa de centro de la familia Sano empezaba a ser estresante, no sabía que hacer, ni mucho menos a quien acudir.
Estaba siendo un maldito egoísta, realmente estaba siendo un cabrón con Chifuyu después de tantos meses.
El séptimo mes del año estaba iniciando y con su llegada se habían unido los resultados de la universidad; la puta y maldita universidad.
Las cartas de aceptación fueron entregadas hace tres días y la felicidad de su madre fue enorme al ver cómo era aceptado en la facultad que tanto anhelaba, iniciando su sueño y comenzando a prepararse para seguirlo.
No podía mentir, cuando vio la carita de su novio llena de felicidad la igualó, pensando, que ambos habían quedado en el mismo lugar.
Grave error.
El remitente de la escuela de aviación estaba plasmado en el sobre que sostenía con devoción Matsuno y sus ojos brillaron como nunca antes al ver el gran «Bienvenido» y «Aceptado» en la hoja de papel caro que había mandado la universidad.
Era un maldito egoísta de mierda al pensar en rogarle que también abriera la de la facultad a la que habían postulado ambos; pero la parte razonable de él lo detuvo en el momento exacto dónde observo como el más bajo volteaba a enseñarle el porcentaje de beca que había obtenido.
Maldijo internamente cuando la cara de Chifuyu se transformó en preocupación pura — supone que por el gesto que tenía— tratando de hablar para explicarle.
Sus bajos instintos solo lo hicieron despeinar el cabello del menor y decir un "felicidades" antes de huir como el cobarde que era y refugiarse con Kazutora, Pah y ahora Mikey.
"– Me tienes cansado. — Comentó el comandante de la pandilla sentándose a su lado— Llegaste anoche hecho una mierda y hoy no pareces mejorar.
– ¿Qué me quieres decir cabrón? — Siseo cansado— Te era fácil no abrir la puta puerta.
– Deja de ladrar Baji, Shinichiro y yo te íbamos a dejar ahí pero Emma no tuvo el corazón.
– Emma es la única decente entre todos ustedes. — Soltó con seriedad antes de recargar la frente en la mesa— Hoy me iré, no te preocupes.
– ¿Qué te pasa Keisuke? — Interrogó la hermosa chica del lugar al entrar— Chifuyu llamó."
Sin poder evitarlo un quejido salió, maldita sea, estaba actuando como un jodido niño de cinco años; huyendo antes de ver a su novio a los ojos.
Quería ver feliz a Chifuyu, literalmente su felicidad era la suya pero no sabía cómo iban a sobrellevar las cosas al estar tan separados.
Si, vivían en el mismo complejo pero, sus horarios estaban totalmente separados.
Mientras él entraba a las ocho de la mañana a la universidad, Matsuno entraba a las siete; su salida era pasada las seis de la tarde y la de Chifuyu era a la misma hora.
La idea de ir a dejarlo y recogerlo empezaba a ser imposible por la puta distancia entre ellos, su facultad quedaba a cuarenta y cinco minutos — con atajos y desviaciones— en la famosa Goki y el trayecto de Chifuyu alcanzaba cerca de una hora y veinte partiendo desde el mismo lugar.
"– Sabes, Yuyu es demasiado bueno. — Musitó con cariño Emma al tomar su brazo— Te ama con locura Keisuke ¿Qué está pasando por tu cabeza?
– ¿Cómo mierda te enteraste? — Bufó al entender por dónde iba la plática—
– El mismo día de tu pelea no pelea con él, Hina, Hanagaki y yo fuimos a verlo.
– Soy un puto cabrón de mierda. — Comento al levantar la mirada y observar a los tres integrantes de la familia Sano viéndolo—
– Lo eres. — Confirmo el mayor de los Sano— Keisuke, cuando te peleabas con Manjiro dejabas de venir al dojo una semana para no verlo.
– Al.final tu madre era la que te traía de mala gana a que se reconciliaran. — Río la única chica del lugar endulzando el ambiente— Pero, ¿Estás dispuesto a seguir así con Yuyu?
– ¿Y si me deja? — Soltó por fin aquella inseguridad que lo estaba carcomiendo— ¿Y si se da cuenta que no soy lo mejor? Mierda, ¿Sabes cuántas personas ven a Chifuyu como si fuera lo mejor del mundo?"
Sin poder evitarlo la frustración que sentía se hizo más grande al igual que su verdadero miedo ¿Qué iba a pasar con ellos?
"– Eres un idiota. — Afirmó Emma — Tienen tatuado su nombre, siempre están al pendiente del otro ¡PARECE QUE VIVEN JUNTOS!
– Emma.
– Arregla tus cosas Keisuke, hoy le debes una gran disculpa a Yuyu."
Tal vez Emma tenía razón.
Observar a Peke J esperar en la puerta junto a él, le partía en corazón de mil maneras.
La ausencia de Baji era demasiado para él, no había manera humana de que su tristeza se fuera y mucho menos al pensar en cómo decirle lo que estaba pasando por su mente.
Amaba a Keisuke, por completo, le pertenecía sin duda alguna.
Pero, el miedo latente de separarse ahora que su vida universitaria empezaría, estaba ahogandolo en un mar de penumbra.
Baji era extremadamente guapo — para él y para todas esas chicas que le daban cartas de confesión—, su actitud a pesar de ser agria muchas veces cuando se le conocía era una de las más dulces y su aura siempre era tan peligrosa que incitaba a que lo tuvieras cerca.
Claramente no podía evitar sentir terror al saber que iban a estar separados pero...
Pero, ahí estaba su sueño, el estar en el cielo y conocer diferentes países; estar en una cabina de avión dirigiendo a las personas a sus lugares de embarques para observar el mundo desde distintas perspectivas.
Estaba siendo egoísta, porque nunca le comentó al azabache que también postularía para la escuela de aviación, porque no tuvo el valor para decirle que perseguirá su sueño.
"– Yo también lo extraño Peke J. — Soltó al acurrucarse en la sudadera ajena que portaba y tenía el olor de su pareja— ¿Crees que terminemos?"
El pequeño maullido de su minino lo hizo sonreír, como si en esa pequeña acción un "no" fuera la respuesta.
Todos las noches en vela donde se quedaba hablando de anécdotas de la infancia era una pequeña prueba, las veces que se apoyaban en las tareas o hacían sus sesiones de estudios eran otra.
Pero sin duda alguna, escuchar su nombre salir de los labios de Keisuke en medio de un sueño era lo que lo hacían afirmar que era correspondido.
"– Yo también lo amo. — Aseguró antes de pararse y dirigirse a la cocina— Haré la cena, por si llega."
Tal vez era que todos los recuerdos se empezaban a aglomerar en su cabeza, pero simplemente tenía la esperanza de que ese día disfrutarían otra cena juntos para terminar en el sillón viendo películas y después dormir en su cama compartiendo el calor del contrario.
Con sumo cuidado pico todas las verduras que necesitaba antes de poner la carne en aquel sartén que su suegra le había regalado en navidad y sazonas las verduras con la que acompañarían.
Un ligero suspiro fue expulsado al recordar que normalmente Baji apretaba su cintura en algún momento que preparaban la cena y repartía dulce y pequeños besos en sus mejillas logrando que sus risas salieran.
El sonido de la puerta siendo abierta lo hizo apagar la estufa rápidamente, antes de salir corriendo por la estancia y llegar a toda prisa a su encuentro.
Ahí estaba, con ojeras grandes y un rostro arrepentido, una moño mal hecho y los zapatos a medio quitar.
Baji estaba parado frente a él, como si fuera a decir algo y a la vez nada, solo mirándolo como si esperara a que lo sacará a patadas o le reclamará su ausencia.
"– Bi... Bienvenido a casa Kei. — Balbuceó jugando con el delantal que llevaba— La cena ya está lista.
–Yo, estoy en casa. — Soltó como si fuera la mejor frase del mundo el azabache antes de terminar de abandonar los tenis negros que llevaba — Fuyu."
Los latidos erráticos de su corazón aumentaron al ver la pequeña sonrisa que extrañaba, mientras caminaba a la cocina y servía los platos que correspondían.
La cena paso tranquila, sin palabras de por medio y con un Baji perdido entre la carne, las verduras y los palillos; sin dirigirle la mirada y solo agradeciendo cuando le acercaba un poco de comida a la boca.
Sabía que había un tema que hablar pero realmente extrañaba tanto la presencia del otro que prefería olvidar hasta el día siguiente.
"– ¿Cuando inician tus clases? — Abrió la conversación Keisuke al terminar el último vegetal de su plato y acomodar los codos sobre la mesa—
– La segunda semana de Agosto ¿Y tú?
– Vaya, falta un rato. — Comento el más alto— El primero de Agosto."
El silencio volvió a reinar entre ellos, mientras el ronroneó de Peke J hacía eco en el lugar.
"– Lo siento, fui demasiado inmaduro. — Murmuró entre dientes el azabache— Se que siempre deseaste esto y estoy muy feliz porque lo estés logrando.
– Kei...
– Realmente estoy actuando como un cabrón. — Río entre dientes— Solo decidí pensar en mi siendo egoísta y esto no es así Chifuyu.
– Kei, yo también lo siento.
– Quiero que cumplas tus sueños Chifuyu, quiero estar a tu lado cuando llegues a la meta y poder crecer contigo.
– Te amo Fuyu, te amo tanto que a veces duele."
Lo siguiente paso en cámara lenta para él, como si la imagen quisiera ser conservada por siempre y la cara sonrojada y nerviosa de Keisuke fuera lo mejor de la vida.
Un pequeño bolsito de terciopelo salió de uno de los bolsillos del pantalón negro que llevaba su pareja, para después ser volteado en la palma ajena y mostrando dos pequeños anillos plateados.
"– No puedo proponerte matrimonio aún. — Musitó con delicadeza su acompañante al acuclillarse delante de él y tomar su mano izquierda— Pero puedo prometer que estaré contigo siempre o hasta que tú me lo permitas.
– Kei, yo...
– Solo déjame permanecer a tu lado Chifuyu y yo te amare tanto que nadie podrá igualarlo."
Con un pequeño asentimiento sintió como el más alto colocaba el fino anillo en su dedo anular, para después él colocar el suyo.
Realmente lo amaba, lo amaba con locura.
Hola, hola personitas ❤️.
¿Cómo se encuentran el día de hoy?
Bueno ya cada vez avanzamos más y en serio me sorprende que sigan aquí porque si les soy honesta este tipo de cosas no es lo mío.
Gracias por los votos y comentarios, me gusta mucho leerlos.
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