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Capítulo I

Hoy presentamos...

"La Universidad Thimberbek"


Ella estaba emocionada, pues iba a ser su primera vez trabajando como guardia de una universidad. Ya había trabajado en un centro comercial en Arkansas, pero renunció por el abuso de poder del dueño del establecimiento. Dio unos pasos hacia delante y tuvo que frenar y correrse pues alguien había abierto la puerta, casi golpéandole la cara.

—Oh, lo siento. Llegas tarde para las clases —dijo un hombre rubio y oji-azul, con un poco bastante de barba.

—No soy estudiante, vine por el trabajo de guarda.

—Oh, debes de ser Camille Norton, ¿verdad?

—En carne y hueso —sonrió ella.

—En ese caso, soy Bryson Donovan, tu jefe —rió—. Sígueme, te mostraré el lugar.

Ambos entraron al edificio, que se notaba a plena vista lo viejo que era, por la estructura. Aunque también sobresalía la estructura moderna. Al entrar, el pasillo estaba vacío, por suerte lo estaba.

—Bien, este es el ala norte de la planta baja —dijo, mientras caminaban hacia el ala oeste—. En esta planta únicamente hay clases. Desde primero A, hasta cuarto D —explicó, abriendo la puerta de una habitación, que dentro habían unas grandes escaleras, que llevaban hacia arriba y abajo—. Por aquí puedes bajar al sótano —explicó apuntando las escaleras que bajan, sonando con eco—, allí solo están las calderas y la bodega de objetos viejos, como sillas y mesas —contó, mientras subían las escaleras—. En el primer piso están el resto de clases, junto a la enfermería, la sala de profesores, la cocina, el conserje, la biblioteca, la oficina principal, entre otros. También hay un invernadero para la clase de botánica que está afuera. Y también está la azotea, un patio mas básicamente —contó—. En resumen, Thimberbek es un lugar grande... por eso en cada ala hay un mapa de cada piso.

—Bien, usaré mucho los mapas —rió nerviosa.

—En mi primer día usé mas de veinte veces el mapa... luego me fui aprendiendo el lugar y bla bla bla.

—Creo que yo lo usaré mas veces —bromeó Camille.

—Posiblemente. Ven, te mostraré la sala de profesores, que ningún alumno tiene permiso de entrar, al menos que tenga una autorización.

Ella asintió y lo siguió.

...

Luego de una caminata silenciosamente incomoda, de toparon con alguien en la ala este.

—Hey, Dawson, te presento a tu nueva compañera, ella es Camille Norton.

—Hola, un gusto —sonrió Camille, estirando la mano en forma de saludo.

—Soy Dawson Hooper, el gusto es mío —correspondió al saludo de mano.

—Bien, como es nueva, le tendrás que guiar un poco.

—Está bien, no hay problema —sonrió.

—Y antes que se me olvide, los códigos son...

—Asalto es azul, persona armada es marrón, emergencia médica es rojo, si hay fuego es naranja y si hay una bomba o algún explosivo es negro, ya he trabajado de guardia.

—Huh, tan novata no eres entonces... me gusta —contestó Bryson, sorprendido.

—¿En donde trabajaste?

—En un centro comercial de Arkansas.

—Interesante.

—Prosigamos con el recorrido —sonrió Bryson.

...

Al llegar a la sala de profesores, entraron. Cuando la puerta se abrió, mostró una habitación bastante vacía de personas, solo había una chica arrodillada frente a una librera grande.

—Pensé que iba a estar vacía —dijo Donovan.

—Perdón, es que no encuentro mi libro de literatura y no puedo dar la clase sin él —dijo la rubia, levantándose.

—Aprovecho este momento para presentarte con la nueva guarda, ella es la profesora de literatura, Thelma Peck.

—Soy Camille Norton —sonrió Camille.

—Me gustaría seguir con la charla pero tengo una clase —dijo,  acto seguido se fue.

—Y que pensaba que las profesoras de literatura eran mas habladoras —rió Camille.

—Como sea, este sitio es la sala de profesores, ven, ahora la enfermería.

Salieron de la sala y solo dieron unos pocos pasos, pues la habitación continua era la enfermería. Entraron y vieron a una mujer castaña y oji-azul vestida con una bata médica.

—Hola Donovan —saludó la enfermera.

—Hey, Gray, te presento a Camille Norton, la nueva guardia.

—Un gusto, por suerte ahora esta vacío el sitio, pero ahora cuando empiecen los exámenes se llenará de mentirosos —rió.

—Cuando estudiaba en la universidad, muy pocos se presentaban en los exámenes, y los que lo hacían, mentían con un dolor de panza, de cabeza y no se que más todo para tener mas tiempo de estudiar —rió con nostalgia.

—¿Estudiaste aquí? —preguntó la enfermera.

—No, en Arkansas, pero mi hermana sí estudió aquí.

—Por razón nunca te vi. Yo estudié en esta universidad y recuerdo la cara de cada compañero y compañera.

—Yo no soy buena con la memoria.

—Que mal pero tenemos que seguir con el recorrido.

—Que aguafiestas de tu parte Donovan —sonrió Gray.

—Vamos, Norton.

Cuando salieron, se dirigieron a la oficina del director.

...

Luego de una caminata muy silenciosa, llegaron. Bryson y Camille entraron.

—Hola director Sexton, ella es la nueva...

—Camille Norton, hace cuanto que no te veo —rió.

—Creo que ya van a ser como veinte años, Troy.

—¿Se... conocen?

—Ella fue mi mejor alumna de tercero de preparatoria.

—¿Fuiste profesor?

—¡Obvio que sí! Mi padre era director de Thimberbek... luego murió y me dio el puesto.

—¿Stephen murió?

—Sí, hace unos cinco, seis años.

—Que mal.

—Pero no importa, lo importante es que estas aquí.

—Ya le presenté los lugares mas importantes.

—Buen trabajo, Donovan. Puedes irte ya.

—Claro señor —y acto seguido se fue.

—Y bien, dime, ¿qué te parece el lugar?

—Pues está bien, sinceramente me parece algo antiguo, pero ya sabes que amo lo antiguo.

—Por eso me sorprende que no hayas sido, no sé ¿arqueóloga?

—Si, bueno, la arena y la tierra... como que no son lo mio.

—Entiendo. Por lo menos tengo a alguien que sé que podrá mantener este lugar.

—No me digas, eso se basa cuando fui prefecta, ¿No?

—Solo diré que todos los profesores votaron por ti, absolutamente todos.

—Y eso que al de matemáticas no le caía bien.

—¿¡Pero qué dices!? El te adoraba, eras como... su protegida.

—Por razón nunca sacaba malas notas —susurró.

—Sí, por eso digo que te adoraba.

De pronto, unos golpes en la puerta los interrumpen.

—Perdón por interrumpir pero tengo que darle el equipo a Norton.

-Claro Donovan. Camille, ve.

Y acto seguido salieron.

—Aquí tienes la radio. Tambien tu tarjeta de identificación. Tu tarjeta llave y las llaves antiguas por si acaso —le dio Bryson—. Bien, eso es todo, buena suerte, Camille.

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