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La ciudad despertaba bajo un manto de tristeza y impotencia, silenciada por el peso de un miedo colectivo que se había convertido en rutina. En los páramos, más allá de las murallas gastadas por años de asedio, acechaba un monstruo nacido de las entrañas del infierno mismo. Una criatura de proporciones descomunales cuyos ataques habían arruinado la vida de todos los que habitaban dentro de esos muros.
El miedo era una constante, una sombra que se arrastraba entre las calles empedradas, incluso cuando el sol salía. La gente se refugiaba en sus casas, temblando bajo el abrigo de la oscuridad. Pero no todos compartían ese pavor paralizante.
En la torre de vigilancia más alta, iluminada apenas por la tenue luz de una antorcha, un pequeño Mobian erizo de apenas seis años hablaba para sí mismo mientras observaba el horizonte.
???: La ciudad duerme... Pero yo no. En los páramos acecha una pesadilla, un monstruo nacido del mismísimo infierno...
Spike the Hedgehog.
Con sus púas desordenadas y su actitud osada, sostenía una vieja lanza de madera, que para él era una espada heroica. Se erguía con un aire de valentía que solo los niños podían imitar, narrando su propia historia de heroísmo. Sin embargo, su teatral discurso fue interrumpido por un ligero golpe en la cabeza.
???: ¡Spike the Hedgehog! ¿Qué demonios haces aquí
El pequeño erizo se giró sobresaltado y vio a su hermana mayor, Raven the Hedgehog.
La verdadera encargada de la torre de vigilancia. Su figura alta y esbelta proyectaba una sombra imponente bajo la luz de la luna. Su pelaje negro azabache y ojos de un azul profundo transmitían una mezcla de exasperación y preocupación.
Spike: Eh... Nada. Solo estaba, ya sabes, patrullando.
Raven alzó una ceja, claramente incrédula.
Raven: ¿Patrullando? Con una lanza de madera rota.
Spike intentó salvarse con una excusa... Usar a otros :v
Spike: Bueno, el pájaro verde de ahí también estaba hablando solo. Y a él no lo regañas.
Raven suspiró y miró hacia donde Spike señalaba. Allí estaba Jet Hawk, un guardia de mediana edad conocido más por su torpeza que por su eficacia, debatiendo consigo mismo sobre la eterna pregunta: ¿Es más fuerte el granizo o el rayo?
Raven: Ese tipo no va a durar mucho, te lo aseguro. Ahora, muévete, Spike. Regresa a casa antes de que tenga que reportarte a la... capitana
Spike hizo una mueca y comenzó a caminar hacia la escalera, pero entonces notó que Raven se había quedado inmóvil. Su expresión cambió de irritación a puro terror.
Spike: ¿Raven?
Ella no respondió. Sus ojos estaban fijos en algo detrás de Spike. El pequeño erizo se giró lentamente, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. Frente a él, emergiendo de la oscuridad como una pesadilla hecha carne, estaba: El Titán.
Era inmenso, una aberración de metal y carne, con una figura grotesca que desafiaba toda lógica. Su craneo expuesto al exterior y uno de sus brazos terminaban en tentáculos largos y retorcidos que parecían tener vida propia. Sus ojos, o lo que parecían ser ojos, eran dos pozos de luz roja incandescente que se clavaron en Jet, quien seguía ensimismado en su monólogo interno.
Jet finalmente notó la presencia de la criatura cuando su sombra eclipsó la luz del sol.
Jet: ¿Eh...?
No tuvo tiempo para más. Una de las manos del Titán, equipada con tentáculos afilados como cuchillas, se estrelló contra él, aplastándolo sin esfuerzo.
Raven: ¡ALERTA! Gritó Raven, recuperando la compostura mientras activaba la campana de emergencia.
Las murallas de la ciudad comenzaron a cobrar vida. Partes de ellas se abrieron, revelando cañones ocultos que dispararon una lluvia de proyectiles hacia la criatura. El sonido ensordecedor de las explosiones llenó el aire, pero el Titán los miro sin inmutarse.
Spike, paralizado por el terror, no podía apartar la mirada del lugar donde Jet Hawk había estado. Solo quedaban escombros y una mancha oscura en el suelo.
Raven: ¡Spike! ¡Corre!
El grito de Raven lo sacó de su trance. Ella lo empujó hacia la salida de la torre mientras seguía dando órdenes a los soldados.
Raven: ¡Resistan hasta que vengan los Guardianes de Acero!
El Titán usando su segunda mano que tenía una especie de cuchilla intentó atacar cuando un Mecha pequeño pero anchoc y muy robusto interceptó y bloqueo su golpe.
Qué rápidamentelo hizo retroceder. Un segundo Mecha con 2 cañones (Uno en cada mano)
Disparó sus cañones, y esta vez, las explosiones arrancaron trozos de la armadura del Titán, haciéndolo retroceder más momentáneamente.
Raven aprovechó la oportunidad para empujar a Spike hacia la salida.
Raven: ¡Corre, ahora! Ve al pueblo y quédate allí hasta que esto termine.
Spike quiso protestar, pero el miedo lo había dejado sin palabras. Con un último vistazo a su hermana, que ahora sostenía su lanza y se preparaba para unirse a la defensa, corrió hacia el interior de la ciudad.
El suelo retumbó cuando un vehículo taladro con forma de zorro emergió desde el subsuelo.
Levantando una nube de polvo y escombros. En cuanto apareció, disparó un rayo concentrado hacia el Titán, golpeando su torso y haciendo que retrocediera un paso.
Aprovechando la distracción, un tanque de diseño compacto y robusto avanzó a toda velocidad, directo hacia los pies de la criatura. Desde su estructura lanzó un gancho de acero que se clavó con fuerza en una de las extremidades del monstruo. El tanque comenzó a moverse en círculos alrededor de sus piernas, enrollando el cable metálico como una soga, mientras un vehículo con forma de conejo mecánico se lanzó hacia el cable, conectando su estructura con un potente arco eléctrico.
Una corriente chisporroteó a lo largo del cable, electrocutando al Titán, cuyos tentáculos se sacudieron violentamente, golpeando las murallas y arrancando secciones de piedra como si fueran papel. Mientras tanto, el primer Mecha, el robusto con brazos de bolas de acero, dio un gran salto y aterrizó sobre el Titán con un golpe devastador que lo hizo tambalearse.
Pero la victoria fue efímera. Al aterrizar, el primer Mecha calculó mal su caída y se tropezó. El Titán aprovechó el error, extendiendo uno de sus tentáculos para atraparlo con una fuerza aplastante. Con un movimiento brutal, lo lanzó contra el segundo Mecha, el de los cañones gigantes, haciendo que ambos impactaran contra la muralla, dejando profundas grietas en la estructura.
El monstruo rugió y levantó su brazo con forma de cuchilla, aplastando al tanque que lo había atado. Los escombros del vehículo volaron en todas direcciones, mientras el "conejo" mecánico, aún aferrado al cable, también era derribado por el golpe, cayendo entre las ruinas.
???: ¡Firmes!
Los soldados, a pesar del miedo y la desesperación, obedecieron. Sus manos temblorosas se aferraron a sus armas mientras el Titán giraba su monstruosa cabeza hacia ellos, evaluando a los nuevos objetivos.
Entonces, como un rayo azul, un nuevo Mecha salió disparado desde atrás. Su velocidad superaba a la de cualquier otra máquina en el campo de batalla, y su estructura aerodinámica brillaba bajo la luz del sol.
El robot impactó directamente contra el Titán, haciendo que retrocediera varios metros.
???: ¡Ay, gracias a Gaia! Exclmó uno de los soldados, aliviado al ver la llegada del refuerzo. Los demás soltaron vítores, animándose por la inesperada aparición.
El nuevo Mecha desenfundó una espada que brillaba con energía pulsante. Cuando el Titán intentó atraparlo con sus tentáculos, el Mecha reaccionó rápidamente, cortándolos con movimientos precisos y calculados. Los restos de los apéndices cayeron al suelo, retorciéndose como serpientes antes de inmovilizarse por completo.
Mientras tanto, los otros dos Mechas, a pesar de los daños, se reincorporaron. El primero cargó hacia el Titán con renovada furia, sus brazos de bolas de acero girando con una fuerza implacable. El segundo, que ahora portaba un gigantesco martillo en lugar de sus cañones, se unió al ataque, golpeando las placas metálicas de la criatura con una fuerza que resonaba en todo el campo de batalla.
Coordinados, los Mechas y los vehículos lograron acorralar al Titán, infligiéndole daños significativos. Las placas de su cuerpo comenzaron a desprenderse, revelando un núcleo de energía roja que palpitaba con intensidad.
Pero entonces, el Titán soltó un rugido ensordecedor, una explosión sonora que obligó a los soldados a cubrirse los oídos. Algunos cayeron al suelo, con sangre manando de sus orejas, mientras otros se tambaleaban, incapaces de mantenerse firmes. El rugido fue acompañado de un violento ataque final: una onda de energía que lanzó a todos los Mechas contra la muralla, dejándolos incrustados en las grietas junto con los vehículos inutilizados.
Herido y tambaleante, el Titán comenzó a retroceder hacia los páramos, dejando un rastro de destrucción a su paso. Los soldados observaban en silencio, incrédulos y abatidos, mientras la figura azul del Mecha recién llegado permanecía inmóvil.
El Mecha apretó su puño metálico con fuerza, sus sensores fijos en la monstruosa silueta que desaparecía en la distancia. Era una promesa silenciosa: Esto no había terminado.
El campo de batalla estaba en silencio ahora, salvo por el crujido de escombros y el zumbido de las máquinas. El vehículo taladro se detuvo junto a la muralla fracturada. Dentro de la cabina, Tails thr Fox observaba los daños, su rostro reflejando cansancio y preocupación.
Tails: El daño es peor que en los ataques anteriores. Dijo en voz baja, susurrando casi para sí mismo mientras miraba los enormes surcos en las defensas de la ciudad. Definitivamente se está haciendo más grande.
Desde el Mecha con el martillo, Amy RoDesdese, que aún intentaba estabilizar su máquina tras la batalla, respondió con voz molesta:
Amy: Y más fuerte también. Esta vez tuvimos que reunir a todos para detenerlo. Quizás si TODOS hubiéramos llegado a tiempo, ¡El daño no habría sido tan grave!
En la cabina del Mecha azul, la voz del piloto resonó con furia contenida.
???: ¿Y qué se supone que significa eso? Dijo el conductor, con una mezcla de desafío y cansancio en su tono. ¿Es mi culpa que ustedes ni siquiera puedan frenar a ese bastardo el tiempo suficiente para que yo cruce la ciudad?
Amy respondió, apretando los controles de su Mecha con fuerza:
Amy: Tal vez si no nos hubieras tenido entrenando toda la noche habríamos sido un poco más precisos. ¡Pero al menos llegamos antes de que se rompiera la muralla! ¿Dónde estabas tú?
El piloto bufó, sus manos apretando con fuerza los controles del Mecha azul.
???: ¡Patrullando la maldita frontera como lo hago todas las malditas noches! Gruñó. Mira, la ciudad depende de nosotros, pero no puedo estar en todas partes a la vez. ¡Así que tu "mejor esfuerzo" necesita mejorar!
Se giró hacia el taladro de Tails, señalándolo con un gesto brusco.
???: Tú, genio. Sé que estás lleno hasta los topes de papás y demás, así que ¿A qué estás esperando? ¡Aplasta botones hasta que te sangren los dedos!
Luego apuntó hacia Amy, dirigiéndose al Mecha con el martillo.
??? Y tú, ¿cuántas veces tengo que decírtelo? ¡Nunca te reprimas! Si hubieras atacado con el martillo desde el principio, podrías haberle golpeado tan fuerte que habría enterrado su cerebro en su núcleo.
Tails intentó intervenir con tono técnico, pero dubitativo:
Tail: No estoy seguro de que eso sea técnicamente posible...
El piloto ignoró el comentario y continuó:
???: Tweedle Big. Dijo, mirando hacia el tanque manejado por Big the Cat. Y Tweedle Rabbit. Añadió señalando el vehículo conejo de Cream.
???: Por una vez, no se equivocaron del todo. Podrían haber hecho derribado al tonto, ¡Si no fuera por él! Señaló al pequeño y robusto Mecha. ¿Por dónde empiezo?
El otro piloto, con la voz baja y llena de culpa, murmuró:
??? 2: Lo sé... lo siento.
El primer piloto exhaló con frustración.
???: Yo también lo siento. Pero no das la talla.
Amy interrumpió, su tono defensivo:
Amy: ¡Está haciendo lo mejor que puede!
El Mecha azul se giró hacia ella, la mirada de su piloto fija incluso a través de los sistemas del Mecha.
???: ¿Ahora eres su mamá, Rosey? Es un niño grande. Está sentado en el segundo robot más poderoso de la ciudad. Su trabajo es proteger a las personas que viven aquí. Si fallamos, la gente muere.
???: Así de simple.
???: No podemos fallar. No más.
??? 2: Tienes razón... no fallaré la próxima vez.
???: Lo sé. Con un movimiento, jaló una palanca en la cabezadel Mechapequeño, haciendo que el sistema del Mecha robusto se desactivará y se abriera. Porqué no habrá una próxima vez. El vapor se alzó, dificultando la vista de los demás.
???: ¡Espera! ¡No puedes hacer eso! ¡No eres-! Protestó Silver the Hedgehog.
Antes de ser interrumpido por el brazo del Mecha azul, que lo levantó y lo acercó a su "rostro".
Que con voz grave y firme, lo miró directamente.
??? ¿No soy quién? Preguntó, su tono demandando una respuesta.
Silver no respondió.
???: ¿Quién usa al azul?
Silver: Tú lo haces... Admitió Silver con voz baja.
???: ¿Quién está a cargo?
Amy levantó la voz desde su cabina.
Amy: ¡Ya bájalo!
El piloto ignoró a Amy, presionando más.
???: ¿Quién está a cargo?
Silver, derrotado, respondió finalmente:
Silver: Tú... tú estás a cargo.
El Mecha lo soltó, dejando que cayera al suelo con un ruido sordo.
???; Así es. Más vale que lo recuerdes. Dijo con severidad. Estoy tratando de mantenerte con vida, maldita sea.
Amy volvió a hablar, su voz quebrándose por la rabia contenida:
Amy: No eres más que un matón.
El Mecha azul se giró hacia ella, su paciencia al límite.
???: Ya basta, Rosey, o yo-
Amy: ¿Qué harás? Lo interrumpió Amy con una mirada desafiante. ¿Llevarte mi robot también?
El Mecha se detuvo, el piloto estaba apretando los controles con fuerza, pero no respondió.
???: ¡Fuera de aquí! Ordenó finalmente. Entrenen. Mejoren por el bien de todos. Luego miró a Tails. Y tú, busca un nuevo piloto para RED. Preferiblemente alguien que sepa diferenciar su trasero de su hocico.
Tails miró a Silver con pesar antes de asentir.
Tails: Lo siento, Silver. Vamos, chicos, ya escucharon al jefe.
Mientras los vehículos comenzaban a dispersarse, Amy, aún en su Mecha, miró a Knuckles con una mezcla de tristeza y rabia.
Amy: Puede que seas el azul, pero no eres un líder. Y definitivamente... Su voz se quebró, y una lágrima rodó por su mejilla. No eres Sonic.
Adentro del Mecha azul, Knuckles the Echidna.
No respondió. Permaneció inmóvil, sus manos firmes en los controles del Mecha azul. Pero su mirada se endureció, y en sus ojos brilló algo más profundo: un peso que cargaba en silencio.
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El crepúsculo teñía el cielo con tonos anaranjados mientras la ciudad lentamente se recuperaba del ataque. Las sombras alargadas de los edificios y los escombros reflejaban el agotamiento de los habitantes y la incertidumbre que rondaba tras la retirada del Titán. En medio de este ambiente, dos figuras caminaban por caminos opuestos pero con destinos distintos: Silver y Raven.
Silver, todavía afectado por lo ocurrido, caminaba con la mirada perdida. Su traje estaba ligeramente rasgado, y su paso era pesado, más por la carga emocional que por el cansancio físico. Al doblar una esquina en el camino hacia las zonas residenciales, casi choca con una figura más pequeña que avanzaba con paso decidido.
Silver: ¡Oh! Lo siento, no te vi venir. Dijo Silver, retrocediendo un poco al encontrarse cara a cara con Raven.
La joven eriza, quien vestía su uniforme de la torre de vigilancia aún cubierto de polvo, lo miró con curiosidad antes de sonreír ligeramente.
Raven: No te preocupes, estaba distraída también. Respondió ella, cruzando los brazos. Aunque creo que no te he visto antes. ¿Eres nuevo en la ciudad?
Silver negó con la cabeza mientras ajustaba su postura.
Silver: No exactamente... solo llevo un tiempo trabajando con los Mechas. No salgo mucho.
Raven: Oh, ya veo. ¿Entonces estuviste en el ataque? Preguntó, aunque su tono no mostraba sorpresa.
Silver: Sí... pero no diría que fue mi mejor día. Admitió Silver con un suspiro, desviando la mirada.
Raven lo observó por un momento, su mirada evaluativa se suavizó al notar el cansancio en el rostro de Silver.
Raven: Bueno, al menos sobreviviste. Dijo finalmente, con un tono que combinaba sinceridad y consuelo. Sabes, no siempre tenemos control sobre todo, pero lo importante es seguir adelante, ¿no?
Silver: Supongo que tienes razón...
Raven cambió de tema rápidamente, percibiendo el peso en las palabras de Silver.
Raven: Oye. Dijo, inclinando ligeramente la cabeza. No ahora, pero tal vez la próxima semana podrías venir a mi casa. No tengo mucho que ofrecer, pero podríamos pasar el rato, tal vez comer algo. No sería gran cosa, pero podría ser un buen cambio de ritmo.
Silver parpadeó, claramente desconcertado por la invitación inesperada.
Silver: ¿A tu casa?
Raven: Sí, claro, ¿Por qué no? Respondió Raven, encogiéndose de hombros. Podríamos hablar sin todo este caos de fondo.
Después de una breve pausa, Silver sonrió ligeramente, sintiendo un extraño alivio en la propuesta.
Silver: Suena bien. Gracias... disculpa, ¿Cual es tu nombre?
Raven: Raven the Hedgehog. Y tú eres Silver. Lo escuché durante la pelea. Dijo ella mientras comenzaba a caminar de nuevo. Nos vemos, Silver.
Silver observó cómo se alejaba, un poco más ligero de ánimo, antes de seguir su propio camino.
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Raven al abrir la puerta, la familiaridad de su casa le ofreció algo de consuelo, pero su mente seguía llena de inquietudes. Al cerrar la puerta tras de sí, su expresión relajada se desvaneció, reemplazada por una seriedad intensa.
Raven: Spike. Llamó, dejando su bolsa en el suelo y revisando rápidamente la sala principal. Spike, ¿dónde estás?
No hubo respuesta. Frunciendo el ceño, Raven se movió rápidamente por la casa, revisando cada habitación.
Raven: Spike ¿En serio estás queriendo jugar conmigo justo ahora? Dijo con un tono más severo, abriendo armarios, buscando bajo las camas y detrás de las cortinas.
Cada rincón de la casa estaba vacío. Raven apretó los puños, un nudo formándose en su garganta.
Raven: ¿Dónde estás, Spike...? Susurró con creciente preocupación, su mirada recorriendo la casa en busca de alguna pista.
El eco de su propia voz era la única respuesta en el silencio opresivo de la vivienda.
Fin
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