Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❛ 01 ❜

oo. IMPREVISTO


El documento recientemente impreso, tibio, cuyas palabras escritas en tinta ennegrecidas me abruman con tal intensidad que fragmentan mi respiración, se agita frente a mí como si quisiera mofarse. Volteo sobre la silla donde me encuentro en un intento de asimilar lo que está pasando. La situación en la que me veo sumergida se siente tan utópica que me cuesta el doble salir del trance. Leo una y otra vez lo impreso en el papel y cada vez me voy hundiendo más en la silla, ¿en qué mierda me he metido?

Aunque todos mis pensamientos residan en huir lo más rápido que mis pies me permitan, sé que mis problemas no desaparecerán. Tampoco puedo faltar a mi deber por esto, tendré que tragarme todo lo que siento y actuar lo más normal posible, al menos hasta que llegue a casa, una vez allí podré dar rienda suelta a la montaña rusa de emociones que estoy experimentado.

El reloj en mi muñeca marca las dos de la tarde. Aun con pesar y los pensamientos revueltos me apresuro en tomar lo necesario para la hora del almuerzo, una vez que tengo todo en mano salgo de la oficina en dirección al comedor de profesores.
Camino con la mirada gacha por los ahora solitarios pasillos de la escuela siendo acompañada por los profundos sentimientos de culpabilidad que rondan por mi mente, no puedo dejar de pensar en lo que dicen esos dichosos papeles.

—¡Elaine! Qué bueno encontrarte, ¿Cómo te fue en el médico? ¿Ya te sientes mejor?

Charlie, psicóloga de la escuela y por consiguiente mi compañera de trabajo y lo más cercano a un amigo que poseo por aquí, se suma a mi caminata hacia el comedor. Nuestros tacones resuenan por las frías baldosas y su rostro esperando pacientemente por una respuesta me pone los nervios de punta.

—Te lo diré porque tarde o temprano vas a enterarte, y también porque confío en ti.—espeto.

—Ay no, ¿Estás enferma?—Niego con la cabeza rápidamente—¿Qué es? Me estas poniendo nerviosa, ¡ya habla!

—¿Tu nerviosa? ¡Y-yo estoy malditamente aterrada!

—Estás diciendo palabrotas... significa que es malo. Dios Elaine, ¡ya dime, somos amigas!

—¡Estoy embarazada!—Escupo, deteniendo mis pasos. Ella voltea a verme enarcando ambas cejas.

—¿Y no sabes quién es el padre? Oh Elaine, que sucia eres.—Bromea, dando un paso hacia mí.

—No es eso. Sé perfectamente quien es el padre, ese es el problema aquí.—Sus ojos me escudriñan, buscando la respuesta al conflicto en el que me encuentro metida. Su expresión va cambiando en cada segundo que pasa hasta que llega un punto en donde sus ojos y su boca se abren con asombro.—Sí, es la misma persona que estas pensando.

—¡No inventes! ¿Por qué no me dijiste que te acostaste con él? ¡Elaine!

—No sabía que debía informarte todo sobre mi vida sexual.

—Es cierto, no es eso lo que quise decir. Hey, espera un poco.—detiene mi caminata con su brazo, haciéndonos parar a mitad de pasillo.—¿Cómo estás con eso?

—¡Horrible! —escupo al instante, con sinceridad.—¡Estoy horrible! No quiero parar a pensar en lo que significa, pero... ¡No puedo dejar de hacerlo! Juro que hubiese deseado que mi problema hormonal volviera antes que saber esto.

—Hey, tranquila.

Pequeñas gotas terminan resbalando de mis ojos, gotas que seco tan frustrada conmigo misma como apenada. Los brazos de Charlie me envuelven pero no quiero permanecer más de la cuenta ya que sé que mi llanto se hará incontrolable y en este momento no puedo permitirlo.

—¿Quieres hablar sobre esto a la salida? Podemos ir por algo de beber... es decir, comer, o por un café.

—Sí, es una buena idea.—acepto, suspirando.

El resto de mi día transcurre lo más tranquilo posible, algunos alumnos de diferentes cursos visitan mi oficina para hablar sobre sus respectivas dificultades académicas, termino de rellenar un par de fichas administrativas y es así como mi tarde transcurre en un abrir y cerrar de ojos hasta que son las cuatro de la tarde.

Charlie y yo vamos por ese café que me prometió horas antes en nuestra hora de salida, conversamos el tiempo necesario para conseguir apaciguar mis pensamientos y concentrarme en la conversación que tendré al llegar a casa con el segundo involucrado en todo esto.

Al abrir la puerta del departamento, temerosa y con el estómago revuelto, Dean aparece en mi campo visual. Su bolso deportivo está en uno de los sillones individuales, mientras que él está recostado en el sillón más largo, con la televisión encendida. A penas me ve se levanta, y con aquella característica sonrisa y energía se acerca hasta mi para abrazarme fogosamente.

—¡Tengo una noticia importante que darte, Leny! —anuncia, alegre. Su cabellera alborotada y el estilo de ropa que viste me indican que ha llegado hace muy poco de su trabajo.

—Yo también. —aprovecho la instancia para decirle, deshaciéndome de las prendas que comenzaban a sofocarme.

—Elaine... ¿tan rápido? —me detengo al verlo aproximarse con una mirada que reconozco al instante. —No me molestaría un polvo ahora per-

—No me estoy desnudando para ti, idiota. —afirmo, rodando los ojos.

—Pues entonces ya dime cuál es tu noticia para que pueda centrar mi mente en otra cosa que no seas tú, desnudándose frente a mí. —inquiere, cruzándose de brazos, aún siguiendo atentamente con la mirada todos mis actos.

—Pues... resulta que no me he sentido bien últimamente. —comienzo, atando mi cabello en una coleta. — Y mi período se retrasó, así que acudí al doctor porque cuando era pequeña tuve algunos problemas hormonales y creí que estaba pasando lo mismo.—señalo. La expresión en el rostro de Dean es tan serena que dudo que esté comprendiendo lo que le digo.—Me hicieron algunos exámenes de sangre y uno de ellos arrojó positivo.

—¿A qué?

—Pues... estoy embarazada.

—¿Tu...? —se detiene. Logro vislumbrar como su lengua golpea su mejilla. —Vaya, no creí que estuvieras con otro hombre.—replica, genuinamente confundido.

—No lo estoy.

—¿Qué quiere decir eso? —inquiere, recomponiendo su postura.

—Tú sabes perfectamente lo que significa.

En los siguientes segundos su semblante evoluciona de confundido a pasmado, mirando a todos los rincones del departamento excepto a mí. Trago saliva, imaginándome todas sus posibles respuestas y deseo huir a otra parte excepto aquí. ¡Dios! ¿En qué momento me metí en esto? Ni siquiera puedo culparlo por no utilizar protección porque el caso era todo lo contrario, ¡No puedo emplear eso en su contra! Al menos para sentirme mejor conmigo misma y no culpabilizarme del todo en este suceso.

—¿Estás segura?

Ruedo los ojos ante la tontería que acaba de decirme, sin embargo no le contesto con alguna palabra, dejo que el mismo lea el papel que he impreso en donde confirma todas mis pesadillas.

—No entiendo esto Elaine... ¿Estás segura de estar embarazada? Quizá fue un error, p-puede pasar, en las películas pa-

—Dean no seas ingenuo. —me adelanto en contestar. —Si no me crees puedo hacerme un test aquí mismo para confirmarlo.

—Bien. —reafirma, dejando el papel en el sillón. —Hazlo.

—Pero necesito los test, ve a comprar alguno. —blanqueo los ojos, sentándome en el sillón individual.

—Bien, lo haré.

Toma sus llaves convencido, y sale del departamento, pero aquello no dura ni dos segundos porque vuelve a entrar.

—¿D-donde hay una farmacia por aquí? —cuestiona, rascando su cabeza.

—Dos cuadras abajo hay una. —señalo, rodando los ojos.

Como es esperable, los tres test que trae consigo dan positivos, y también mi esperanza de que su alocada idea fuese cierta, es aplastada sin piedad.

—Mierda, ¿Qué haremos, Elaine? —inquiere, pasando las manos por su cara.

—Abortarlo. —digo, sin rodeos.

Dean me observa como si le hubiese dicho la idea más loca, pero aquello no me provoca nada, ¿Qué espera que hagamos? En este momento es la mejor decisión a la cual podemos recurrir, ¿Espera que ambos seamos padres? Ni siquiera somos una pareja como tal.

—¿Creíste que tendríamos a este bebé? —comento, riendo sin gracia.

—Yo pensé que...

—Date cuenta de lo que pasa, Dean. Llevas viviendo en mi casa por un mes, arrendando una pieza porque te endeudaste por un maldito vehículo. —replico, de pronto encolerizada. —Tu sentido de la responsabilidad está tan perdido que dudo genuinamente que sepas en la situación en la que nos vemos envueltos.

—¿Qué ocurre contigo, Elaine? ¿Por qué de pronto me insultas de esta forma? Solo estoy preguntando qu-

—Lo único que hago es decir la verdad.

—Pues esa no es la verdad. —rechista, levándose del sillón en el que previamente estaba. —De hecho iba a comentarte que encontré un nuevo empleo.

—Pues q-

—Pero supongo que te vale mierda al igual que mi opinión en todo esto. —interviene, apretando su quijada.

—Oh, no te victimices ahora. —bramo, también levantándome. —Bien sabes que mis palabras son ciertas.

—Pues no lo son, Elaine. —niega, convencido. Su mandíbula sigue tan oprimida en señal de que algunas de mis palabras no sólo lo molestaron, sino también lo hirieron. — Y ahora todo tiene un poco más de sentido, esto explica porque un día estabas enfurecida sin razón conmigo y al siguiente querías que te follara co-

—Cállate, Dean. Ni una palabra más.

—¡Pero es verdad! —replica, alzando sus brazos.

—No va al tema, la decisión está tomada, mañana mismo iré a terminar con esto.

—Bien, como quieras.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro