El Reino de Adatha, ubicado en el gélido norte, era un lugar donde el frío constante contrastaba con la calidez de sus habitantes y la bondad de su familia real. Los reyes habían llegado al trono tras un matrimonio arreglado, pero contra todo pronóstico, se enamoraron profundamente el uno del otro desde su juventud.

Juntos soñaron con formar una familia que perpetuara la estabilidad y el bienestar del reino.
Su amor, aunque breve, marcó a todos los que los rodearon.

El momento de la llegada de sus hijos, los gemelos Harry y Nicholas, estuvo teñido de tragedia. El nacimiento ocurrió en la víspera de una importante celebración en el reino, y mientras el pueblo festejaba, la reina luchaba por traer al mundo a sus hijos.

La llegada del segundo hijo se complicó, y en un instante desgarrador, la partera tuvo que decidir entre salvar a la reina o al bebé. La reina, con lágrimas en los ojos, ordenó que la vida del pequeño fuera la prioridad. Con ese acto de sacrificio, la reina perdió la vida, dejando al rey devastado ante la pérdida de quien considera el amor de su vida, aunque determinado a cumplir con su responsabilidad como padre de dos pequeños y enseñarles los valores de una familia real. Pues esperaba que ambos fueran alfas.

El rey crió a los gemelos en un ambiente relativamente sano, pero no pudo evitar desarrollar un resentimiento silencioso hacia Nicholas, el hijo menor menor, cuya llegada le
costó la vida a su amada esposa.

Harry, como el primogénito y heredero al trono,
siempre recibió una atención especial. Desde clases especiales hasta regalos exorbitantes. El rey justificaba esta preferencia alegando que era necesario preparar a Harry para su futura responsabilidad como líder del reino. Sin embargo, Harry nunca permitió que su hermano fuera tratado como inferior. Desde pequeños, ambos formaron un vínculo inquebrantable, y Harry prometió que, cuando ascendiera al trono, Nicholas sería su consejero real.

A pesar del cariño entre los hermanos, sus personalidades eran marcadamente diferentes. Nicholas creció como un joven alto, atlético y aventurero. Amaba los deportes como la esgrima, el tiro con arco y la equitación. Su interés por la caza y las historias antiguas lo llevó a estudiar las guerras entre reinos, soñando con hazañas heroicas. Sin embargo, su carácter rebelde y su inclinación a desafiar las reglas lo alejaban de las expectativas de su padre.

Harry, por otro lado, era tranquilo, noble y justo. Desde joven mostró un talento innato para la música, el canto y la danza, habilidades que lo hicieron querido por el pueblo. Su sueño era convertirse en maestro de artes. Además, su capacidad para escuchar, organizar y planificar lo convertían en un líder natural. Aunque su constitución física era débil debido a problemas de salud, nunca permitió que esto limitara su participación en actividades junto a Nicholas, especialmente en la esgrima. Harry era un estratega nato y poseía un carisma que atraía tanto a niños como adultos, ganándose el respeto de todos.

Louis, un joven omega noble de cabello castaño claro y ojos azules vibrantes, estaba inicialmente prometido a Harry en un matrimonio arreglado que pretendía fortalecer alianzas entre familias poderosas. Harry y Louis desarrollaron una relación basada en respeto mutuo y sueños compartidos.

Sin embargo, cuando la sucesión al trono
recayó sobre Nicholas, Louis fue obligado a casarse con él, una decisión que sembró en
el una mezcla de tristeza, resentimiento y una lucha interna por comprender sus sentimientos hacia ambos hermanos.

A pocos meses de la ceremonia de coronación el actual rey, August, se ve obligado a aplazar más la ceremonia y toma de la corona, ante la caída en cama de Harry, muy débil y enfermo quien no está en capacidad para gobernar. Presentado unas semanas después como beta.

Los alfas son los únicos que pueden heredar el trono y siguiendo la línea sanguínea, Nicholas es el único que puede ser nombrado como Rey, y por lo tanto tendrá también la mano del príncipe Louis.